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Cars

Cars


Compositor: Newman, Randy
Año: 2006
Distribuidora: Walt Disney Records
Duración: 52:17

Bueno
Tracklist:
  1. Real Gone (03:21) interpretada por Sheryl Crow
  2. Route 66 (02:51) interpretada por Chuck Berry
  3. Life Is a Highway (04:36) interpretada por Rascal Flatts
  4. Behind the Clouds (04:09) interpretada por Brad Paisley
  5. Our Town (04:07) interpretada por James Taylor
  6. Sh-Boom (02:25) interpretada por The Chords
  7. Route 66 (03:24) interpretada por John Mayer
  8. Find Yourself (04:11) interpretada por Brad Paisley
  9. Opening Race (02:04)
  10. McQueen's Lost (02:28)
  11. My Heart Would Know (02:26) interpretada por Hank Williams
  12. Bessie (00:58)
  13. Dirt Is Different (01:27)
  14. New Road (01:17)
  15. Tractor Tipping (01:21)
  16. McQueen and Sally (02:00)
  17. Goodbye (02:42)
  18. Pre-Race Pageantry (01:30)
  19. The Piston Cup (01:52)
  20. The Big Race (03:07)

Hasta que su primo Thomas tomara las riendas de la submarina Buscando a Nemo, el sonido de las producciones de Pixar era un coto de caza propiedad de Randy Newman. Tras Nemo, Michael Giacchino se encargó de poner música "jamesbondiana" a Los increíbles, para la cual se había contado en principio -lógicamente- con John Barry. Tras esa etapa de desempleo pixariano, Cars representa el regreso de Randy Newman a la famosa productura, una elección tan acertada como previsible por dos motivos. Primero, porque el director es el propio John Lassiter, pionero de la animación por ordenador, y fue él quien escogió a Randy para las cintas que él mismo dirigió, es decir, Toy Story, Bichos y Toy Story 2. Y segundo, porque una "road movie" como Cars, con sonido y paisajes cien por cien americanos, es el tipo de film en el que mejor se desenvuelve un compositor como él.

Cars nos narra el tránsito a la madurez de un coche de carreras, Rayo McQueen. De ser un "ser" egocéntrico e individualista, de los que aspiran a comerse medio mundo, perderse accidentalmente en un pueblo decadente de la mítica ruta 66 supondrá un aprendizaje que lo hará mejor... (¿iba a decir persona?) ..."coche". Lo más divertido es probablemente la personalidad de cada uno de los personajes secundarios, desde la destartalada furgoneta hippy Volkswagen al jeep militar, pasando por la "rural" y oxidada grúa que se hace amigo del protagonista. No falta la chica, un Porsche Carrera con tatuaje en el dorso y un antiguo campeón con voz de Paul Newman en la versión original. La película es de una factura técnica impecable y, si bien hay quien piensa que es de las más flojas de Pixar, deja claro que esta compañía sigue sacando varios cuerpos de ventaja a los estudios y productoras que pretenden disputarle el liderazgo en el campo de la animación en 3D. Y no me refiero sólo a la tecnología, sino también a las ideas, los guiones, los diálogos, los chistes... es decir, prácticamente todo.

Volviendo a la música, el disco editado por Disney contiene poco más de 20 minutos de score y deja la media hora restante para una serie de canciones –viejas y nuevas-, algunas previsibles, otras prescindibles y otras acertadas. Empecemos por las canciones viejas. De todas ellas destaca un gran clásico entre los clásicos, "Route 66", de Bobby Troup, que en el CD viene en doble versión de Chuck Berry y de John Mayer. Otros clásicos incluidos son "My Heart Would Know", del cantante de country de los años cuarenta y cincuenta Hank Williams, y "Sh-Boom", escrita por James Edwards e interpretada por The Chords. Hay alguna canción más, como "Life is a Highway", obra del rockero canadiense Tom Cochrane –líder de aquel grupo de los ochenta llamado Red Rider-, versionada por Rascal Flatts de una manera más o menos correcta.

En cuanto a canciones escritas expresamente para la película, tenemos en el lado negativo de la balanza –esto es una opinión puramente personal- dos olvidables baladas country de Brad Paisley. En el positivo se encuentran la imprescindible e inevitable canción de Randy Newman, "Our Town", y "Real Gone", de Sheryl Crow. La primera es una balada nostálgica que describe cómo era en su día Radiator Springs, el pueblo al que va a parar Rayo McQueen, interpretada por James Taylor con acompañamiento de piano y guitarra acústica. La de Sheryl Crow es un gran tema que arranca con potentes riffs de guitarras eléctricas en los dos canales del estéreo. Tenemos ahí dos posibles aspirantes al Oscar a mejor canción.

Pero vamos a lo que nos interesa, a esos 20 minutillos de score del amigo Randy. Como era de esperar, nos ofrece brillantes temas a la Americana con una fanfarria vibrante que utiliza en la carrera final como tema principal. Es música muy propia de Randy Newman que nos recuerda a sonoridades escuchadas antes en Maverick o Seabiscuit, por poner un par de ejemplos. Sin embargo, el compositor californiano tiene más recursos y despliega en esta película una paleta que incluye conceptos propios del rock & roll, del country-western y hasta del blues sureño, aunque este último no encaje muy bien con la historia, geográficamente hablando.

Entre las arrolladoras piezas para toda la orquesta encontramos las escritas para las escenas de carreras, por ejemplo la que se utiliza a modo de overtura, "Opening Races". En este corte inicial, tras una fanfarria que se emplea varias veces en la cinta, la orquesta se detiene para que irrumpan guitarras eléctricas, batería y bajo (escuchar), que desaparecen al medio minuto para dejar paso de nuevo a la orquesta. El sonido orquestal americano también está presente en "Dirt Is Different", que corresponde a la carrera que hace Rayo McQueen en las afueras del pueblo, donde se da cuenta de que las curvas no se toman del mismo modo en tierra que en asfalto.

En este contexto de piezas muy propias de Randy Newman tenemos los tres temas finales del score donde la orquesta es la que manda, salvo unos segundos de "The Piston Cup" en los que hacen su aparición la batería y el bajo eléctrico. Las abundantes fanfarrias subrayan los preparativos y la velocidad de la carrera final, finalizando en el clímax representado por "The Big Race", corte que incluye el que podemos considerar tema principal de la película: una fanfarria poderosa y dinámica interpretada por los metales que se repite en los momentos más heroicos del final del film (escuchar).

Sin embargo, como ya se ha dicho, en esta banda sonora hay más cosas, y bastante diferentes. La guitarra con slide, el banjo, el trombón, la pianola y la batería se unen creando un breve pero genial blues titulado "Bessie", dedicado a la apisonadora de la que debe tirar el protagonista para asfaltar la carretera del pueblo.

El sonido country optimista y bucólico con banjo y violines protagoniza los primeros compases de "New Road", un tema que en su parte final presenta el motivo de claras raíces italianas –mandolina incluida- dedicado a Luigi y Guido, los responsables de la tienda de neumáticos de Radiator Springs, amantes de los Ferraris (escuchar).

Mientras, en "Tractor Tipping" predomina la slide guitar en la primera mitad para transformarse en una pieza cómica de persecución en la escena en que Mate y Rayo se divierten con las "vacas-tractores".

También tenemos un tema de amor, "McQueen and Sally", donde las guitarras acústicas van marcando el ritmo y la melodía (escuchar) –el banjo también hace sus pinitos- hasta que la orquesta hace su irrupción con todo su esplendor para resaltar la belleza del paisaje donde acaban el bólido y la "atractiva" Porsche.

Y "Goodbye" es un tema triste de despedida que recupera la melodía de la canción "Our Town", en el que la guitarra y el piano en su tramo final ejercen de protagonistas.

Hay quien critica que no es nada innovadora, que es más de lo mismo dentro de la carrera del compositor, pero eso no es del todo cierto. Por un lado, Randy Newman ha utilizado el tipo de música, Americana, que la película y los productores pedían, y ha salpicado su partitura con músicas distintas propias del oeste y el sur de Estados Unidos –incluso de Italia-, algo que pone de manifiesto su versatilidad –por si alguien dudaba de que la tenía-, proporcionando al conjunto una variedad estilística que se agradece.

Lo mejor: Hay canciones y sonidos para todos los gustos, sin que falte el sonido americano vibrante, característico de Randy Newman para este tipo de producciones.

Lo peor: Para mi gusto, sobran unas cuantas canciones, sobre todo las dos baladas country del tal Brad Paisley, y faltaría algo más de score.

El momento: "The Big Race" con su poderoso y heroico tema principal.

Óscar Giménez

 
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