The Changeling

Título en español: Al Final de la Escalera
Compositor: Wannberg, Ken; Wilkins, Rick & Blake, Howard
Año: 1980
Distribuidora: Percepto Records
Duración: 83:31

Al final de la Escalera, sugerente título que incita al temor y que despierta nuestro más profundo interés en saber que se esconde allí, fue la traducción de The Changeling, película sobrenatural de finales de los 70, en la que sucedió una de esas extrañas cosas que a veces tienen lugar en las producciones modestas.

Se junta una buena dirección, un excelente guión, unas interpretaciones memorables (George C. Scott), un banda sonora terrorífica y fantasmagórica (con hasta tres compositores), una excelente puesta en escena y ambientación, una magistral fotografía, una brillante ausencia de típicos y tópicos... en definitiva, un trabajo compacto y sólido de equipo, consiguiendo no sólo configurar una excelente película de terror, sino convertirla en una de las mejores producciones del género de toda la historia, difícilmente igualable.

Perfidias como los remakes de House On Haunted Hill, el engendro de The Haunting o ese desaguisado de 13 Ghosts palidecen a su lado, dejando patente que el efecto especial ya no puede maquillar las desvergüenzas de muchos productores que venden humo y nos lo hacen pasar por oro.

The Changeling ha permanecido imperturbable en el tiempo, conservando toda su frescura y calidad, con esa sobrecogedora historia que nos espera... al Final de la Escalera.

The Changeling - Gestándose la Pesadilla

Peter Medak se subió al barco tras el rechazo del director que en principio iba a encargarse del proyecto, pero con una condición: si bien le gustaban los exteriores de la mansión elegida como escenario para The Changeling, el interior no era de su agrado, por lo que pidió se construyese en un escenario único las tripas de la mansión, pues creía que el actual escenario no transmitía esa sensación de angustia y desasosiego que buscaba.

En principio, los productores dijeron que no, que eso elevaría el coste. Medak renunció y se largó a su casa. Esa misma noche, recibió una llamada en la que aceptaban su proposición. La película comenzaba a rodar, como una coproducción americana y canadiense.

El siguiente paso fue conseguir al gran George C. Scott (Patton, Hindenburg, Islands in the Stream), al que convenció con el excelente guión de la historia, pese a saber del temperamento del actor. Scott interpreta a un compositor de música, John Russell, que acaba de perder a su familia en un accidente, por lo que decide abandonar su hogar y mudarse a Seattle, alquilando una vieja mansión en las afueras.

Aislado del ruido, y con el piano como principal compañía, comienza a escuchar ruidos y golpes. El fontanero lo revisa, pero no encuentra nada extraño. Pero toda esa sucesión de fuertes golpes le llevan al piso de arriba, donde acaba teniendo una visión de un niño ahogado en la bañera, para, finalmente, acabar encontrando en el ático una habitación escondida con una caja de música y una silla de ruedas metálica.

Russell comenzará a estudiar el pasado de los anteriores habitantes de la casa, pero todo parece haber sido borrado, especialmente los primeros años. Con ayuda de una médium, y de la mujer que le ha alquilado la casa, Claire, descubrirá que un horrible crimen ha tenido lugar en la casa. ¿Por qué?. ¿Qué busca el fantasma?. ¿Venganza?.

Sin efectos especiales, con sustos realmente terroríficos, como el de la pelota botando escaleras abajo, la visión del niño ahogado o la silla de ruedas persiguiendo a Claire, y con una concatenación de hechos que siguen siempre la lógica y la coherencia, The Changeling se alza como uno de los mejores y más serios ejercicios del género del terror.

La película estuvo nominada a diez premios Genies, los Oscar canadienses, alzándose con 9 premios de diez, incluyendo a George C. Scott, Trish Van Devere (la agente inmobiliaria, esposa de George C. Scott por aquella época, que coincidieron en The Last Run en 1971), mejor película, mejor guión adaptado y mejor sonido entre otros.

Como anécdota encontramos al actor John Colicos, por aquella época haciendo de Baltar, el judas de la clásica serie Battlestar Galactica, en un breve pero interesante papel hecho a su medida.

The Changeling - Historia de Tres Compositores

O lo que es lo mismo, Ken Wannberg, Rick Wilkins y Howard Blake.

La historia sobre el por qué de tres compositores es cuanto menos curiosa y muy interesante.

En un comienzo, el proyecto estaba asignado al compositor británico Howard Blake, un virtuoso pianista que poco a poco se fue consolidando. Como compositor de cine, Blake había trabajado en 1978 para Medak, en The Odd Job.

Medak quería una pieza de piano, la melodía de la caja de música que Russell encuentra en el ático, de la que emanase el resto del score. Blake supo captar esa idea y creó una brillante, compleja y sugerente pieza, de difícil interpretación.

Todo marchaba bien, hasta que a comienzos de 1979, al poco de convertirse en coproducción estadounidense y canadiense, Blake se vio apartado del proyecto. Por aquella época, el pobre Blake ya había vivido una situación similar con su score para Agatha (1978), completamente reemplazado, un film sobre Agatha Christie dirigido por Michael Apted y con Dustin Hoffman.

¿La razón?. Ken Wannberg había sido asignado al proyecto, al igual que el canadiense Rick Wilkins. ¿Por qué?. Pues al rodarse la película en Seattle, Canadá, había una especie de imposición acerca de emplear personal canadiense en la producción (la cuota canadiense).

No obstante, la pieza compuesta por Blake se mantuvo como uno de los dos leitmotivs principales, con algunas simplificaciones para facilitar la interpretación del tema.

Wannberg y Wilkins ya se conocían desde que coincidieran en Silent Partner (1978), un thriller con Elliot Gould y Christopher Plummer.

Lo curioso es que en la película aparece acreditado como compositor principal Rick Wilkins, y Ken Wannberg como arranger and conducter, cuando Wilkins solamente compuso unos trece minutos de música, básicamente esa etérea, angustiosa e hipnótica pieza llamada "Seance - Talk to Us!", momento en el que Russell, Claire y dos médium realizan una sesión de espiritismo para contactar con el más allá, y comunicarse con el alma atormentada del niño que vaga por la casa.

Finalmente, cuando acaba la película, encontramos a Howard Blake en los End Credist como el autor de la pieza de la caja de música.

Así pues, tenemos nada menos que tres compositores para un excelente score, donde curiosamente, no existe una falta de cohesión temática entre el material compuesto por todos los integrantes, formando un sólido bloque compositivo que funciona perfectamente en la película.

Blake aportó el "Music Box", tema fundamental en la trama de la película, Wilkins trece minutos de score que contienen material propio y de Wannberg, y el resto es obra de Ken Wannberg, quien cohesionaría finalmente todo el material, componiendo el grueso del score.

Tres Historias para Tres Compositores

1) Howard Blake

Compositor británico de raíces clásicas, virtuoso pianista, había tocado en grabaciones para auténticas leyendas como Bernard Herrmann. Gracias a ello, conoció al compositor Laurie Johnson, lo que le supuso colaborar en varios capítulos de la serie televisiva The Avengers, siendo el tema principal de Laurie Johnson.

Otros créditos de Blake incluyen el brillante debut de Riddley Scott, The Duelists, donde Blake crea una brillante y exquisita composición de época, el score de Flash Gordon, compartiendo créditos con Queen, The Riddle of Sands (editada con The Duelists en un brillante compact), las continuaciones Amityville 2 : The possesion y Amityville 3D (editada con el score de Flash Gordon) o su navideño y prestigioso trabajo para The Snowman.

En 1981 estuvo nominado, junto a Queen, al premio Anthony Asquith Award for Film Music por Flash Gordon.

Blake sigue en activo, actualmente con un trabajo llamado Lifecycle (2004), editado por ACB Classics, con el piano como protagonista.

2) Rick Wilkins

Compositor canadiense, acumuló experiencia como arreglista y compositor para varios géneros como el Jazz o el Pop, además de participar en varios shows televisivos y película canadienses, entre las que destacó Silent Partner, donde conoció a Ken Wannberg.

Oficialmente, el score era del virtuoso del jazz Oscar Peterson, que creó varios temas. Wannberg fue llamado para orquestar esas piezas e incluirlas en un formato musical más acorde a la película. Wannberg no tuvo tiempo suficiente, y Wilkins entró en el proyecto para finalizarlo, escribiendo música adicional.

Actualmente continua componiendo para televisión e incluso participó en las Olimpiadas de Toronto de 1998. Estuvo nominado una vez Genie y dos al Gemini.

3) Ken Wannberg

Quizás el más conocido de los tres, es un brillante editor de música que comenzó su carrera en 1959 de la mano de Bernard Herrmann en esa maravilla que es Journey to the Center of the Earth, labores que ha seguido desarrollando a lo largo de su carrera, donde ha destacado, y sobremanera, su relación con John Williams en Star Wars, la trilogía de Indiana Jones, Hook, Amistad, A.I., Harry Potter and the Prisioner of Azkaban o Munich entre muchísimas más.

Por otro lado, ha realizado sus pinitos en composición, destacando asignaciones como The Philadelphia Experiment, con guión de John Carpenter, The Amateur, Of Unknown Origin (o Peter Weller enfrentándose a una enorme rata en su piso), Mother Lode (dirigida por Charlton Heston "Mr From My Cold Hands") o Blame It on Rio, con el magistral Michael Caine, amén de trabajos televisivos como el remake del clásico western de Red River.

En sus scores, generalmente se puede apreciar cierto toque Williams, algo bastante lógico por otra parte.

Score Fantasmagórico

Aunque no es la primera pieza que escuchamos en la película, "Music Box Theme" tiene una importancia vital en la trama. Éste breve y exquisito leitmotiv, que recibe una excelente interpretación a piano en el corte siete es la pieza musical en la que Russell se encuentra trabajando.

Posteriormente, tras investigar los continuos golpes y ruidos que asolan la mansión, Russell acaba descubriendo un ático con una habitación oculta. Al abrir la puerta, se encontrará una vieja silla de ruedas metálica, y una cajita de música entre muchas pertenencias más llenas de polvo y telarañas.

Cuando Russell acciona la cajita, la melodía que comienza a surgir es exactamente idéntica (tiempos, cadencia) a la que Russell lleva interpretando esos días.

Se produce una conexión psíquica entre el fantasma del niño y Russell, quizás gracias a la reciente pérdida de su mujer y su hija, lo que provoca que sea más sensible y receptor al espíritu del niño, permitiendo a Russell poder comunicarse con el fantasma y averiguar el secreto que oculta la mansión.

Ésta melodía será también el cierre de la película, una vez producido el desenlace climático, donde un gran incendio funcionará como elemento purificador en la trama.

Curiosamente, la edición completa de dos discos de Percepto nos ofrece en el disco uno el end credits original en el corte 29, "Music Box - End Credits". El corte abre con el tema creado por Blake, para posteriormente recuperar, a modo de end titles, el tema de apertura, con mayor intensidad dramática, como otorgándole una dimensión trágica.

Sin embargo, el alternativo, "Alternate End Title", abriría de igual forma, pero nos encontramos a modo de coda final un hermoso y magistral tratamiento del Music Box Theme que funciona como un elemento redentor, abriendo la melodía y dejando escapar toda esa angustia musical que se va acumulando a lo largo de toda la película.

En cuanto al cuerpo del score, destacar que Wannberg utilizó música de Williams como Temp Tracks, mezclados con el tema de Howard Blake, para que los productores tuvieran idea de cual era la aproximación musical que iban a realizar.

Wannberg y Wilkins optaron por un score donde, evidentemente, predomina el piano (en concreto dos), con abundante acompañamiento de cuerda, arpa, flauta, coros y algo de percusión, pero todo ello bajo un exquisito tratamiento sinfónico, alejándose del sintetizador.

El "Main Title" es una excelente muestra de ello. Tras el accidente de carretera que ocasiona la muerte de la mujer y la hija de Russell (frustrado ante la impotencia de no haber podido ayudarlas), Wannberg ofrece un tema de piano, que va trazando una melodía que cabalga entre lo lírico y lo misterioso, conforme Russell aparece en pantalla, triste y desolado. Según avanza el tema, se va volviendo aún más triste y melancólico, mostrando el dolor que está sufriendo Russell. Los violines van formando un magistral acompañamiento, envolviendo sutilmente las notas de piano, y esbozando la melodía principal.

Éste tema lo utilizará a lo largo de la partitura, encontrando excelentes tratamientos como el "Arrival at the House", momento en el que Russell llega a la vieja mansión, "Country Ride" o el "Bathtub Reflections" (momento en el que ve reflejado en el agua de una bañera el rostro de un niño ahogado, con los violines estremeciéndote).

Es curioso cómo asocia el piano inicialmente al personaje de George C. Scott, destacando su sufrimiento, para luego utilizar el mismo piano pero con otra melodía, para reflejar el sufrimiento del niño asesinado, mientras la cajita de música hacía sonar la melodía de Blake. El piano es el instrumento propulsor de esta partitura, mientras que las cuerdas y los coros son los elementos que le confieran esa dimensión sobrenatural que envuelve en un halo de misterio y angustia toda la película. Son los únicos dos leitmotivs realmente melódicos del score.

En general, las cuerdas son un elemento utilizado en dos vertientes, una para crear un clímax ambiental y misterioso al servicio de las imágenes, y por el otro lado, para generar una tensión constante, con las cuerdas casi chirriando, estremeciéndose, muchas veces acompañadas de lamentos de voces, como elemento magistral para materializar el alma del fantasma atrapado, porque visualmente, jamás lo veremos.

Como momentos destacados, y hay varios, comenzaría con los cortes "Finding the Secret Door" y "Up to the Attic", ambos de similar factura, donde la cámara de Medak y la música de Wannberg nos van alzando, llevándonos al ático. Unos coros femeninos, muy fantasmagóricos, con unas cuerdas trazando melodías circulares, muy herrmaniano, nos van transportando hasta el ático, mientras que los planos visuales son muy Hitchkock.

También encontramos ligeros toques Williams, como en el corte "Country Ride", bella pieza pastoral especialmente interpretada en piano.

Tenemos la pieza compuesta por Rick Wilkins, excelente corte, que transpira tensión por doquier, donde las cuerdas, el piano y los lamentos nos muestran a los médium poniéndose en contacto con el espíritu del niño, una extraordinaria pieza que por momentos es crispante y angustiosa, generando un clímax de desasosiego constante. Espléndido. En el compact dos escuchamos una versión alternativa, igual de inquietante e insana, creando un ambiente irrespirable.

Le seguiría la no menos genial "Murder Flashback", genialidad de Wannberg donde Russell, tras haber grabado la sesión de espiritismo, procede a escucharla. Cuando accede a la tecla, escucha la voz de un niño contestando las preguntas de la médium, algo que no nadie escuchó cuando estaban en plena sesión. El momento es de máxima tensión, con una magistral interpretación de George C. Scott, al que vemos temblar y poner cara constante de desconcierto. La música va evolucionando con la interpretación de Scott, con los violines acentuando la angustia cuando rebobina una y otra vez para escuchar la voz del niño. Llega a crisparte los nervios y poner a prueba tu paciencia.

A continuación, dos momentos terroríficos con excelentes pasajes musicales. En "Ball Over the Bridge - It's Back", la música se vuelve frenética y desquiciante en la parte final, cuando la pelota vuelve a la mansión y rueda escaleras abajo, en uno de los momentos más terroríficos de la película. Y en el inquietante "The Attic Calls Claire", donde al llegar al ático, la música se vuelve agresiva y salvaje, la silla de ruedas del fantasma persigue a Claire escaleras abajo, con una breve pieza que deja un ligero regusto a Jaws de Williams, con las cuerdas trazando un ritmo frenético en la huída.

Para finalizar, destacar el desenlace, donde la orquesta se luce en una pieza agresiva, desquiciante y terrorífica, con breves interludios musicales de tranquilidad para volver al ataque sin el menor atisbo de piedad. Las cuerdas llevan el peso dominante en éste corte, al que se le unen coros y percusión (campanas) y flautas. Supone uno de los puntos fuertes del score, con una fase final sensacional, donde los violines trazan el tema principal de apertura en tono trágico y dramático, disminuyendo la violencia y acercando la redención final a la mansión tras la tormenta. Se ha hecho justicia.

Balance Final

Siendo una de las mejores películas de terror de la historia del cine, quizás una gran desconocida para muchos (si es así, ya estás tardando en verla), no le podía fallar a ésta película la banda sonora. Y así fue.

Tres compositores, y un único score compacto y bien cohesionado. El balance final no es aprobado, bien o notable; es de sobresaliente. Quizás a veces sea dura, pero es una partitura muy equilibrada, y que permanece, con toda justicia, entre uno de los scores más terroríficos y tenebrosos de la historia del cine.

Lo mejor: El bloque compacto que forma la partitura pese a venir de tres compositores distintos.

Lo peor: Quizás cierta dureza, que trabaja mejor con las imágenes que fuera de la película.

El momento: “Music Box Theme”, indudablemente, el “Main Title”, con esa especie de melodía poética y muy dramática a la par, y “Seance – Talk to Us!”, para no escucharlo solo en un caserón abandonado pasada la medianoche.

Rubén Franco Menéndez (Patton_Goldsmith)