Changeling

Título en español: El Intercambio
Compositor: Eastwood, Clint
Año: 2008
Distribuidora: Varèse Sarabande
Duración: 43:40

El próximo 31 de mayo, Clint Eastwood cumplirá 79 años. A esa edad, gran parte de los que una vez fueron estrellas viven en un plácido retiro, como suele decirse disfrutando de las rentas. Pero el veterano actor y director no parece querer rendirse a la edad y, en su madurez vital, parece haber alcanzado el punto álgido de su creatividad, un momento que reconoce y aplaude un público y una crítica que disfruta de cada una de sus propuestas, sobrias, elaboradas, precisas e inteligentes.

El que fuera uno de los rostros más emblemáticos del western, actor habituado a lacónicos diálogos y películas llenas de acción, al pasar al otro lado de las cámaras se ha convertido en un director amigo de contar las historias sobre la base de magníficos guiones que regalan a los actores intensos momentos de diálogo, filmados con una cámara nada ampulosa y con un ritmo pausado que deja al espectador experimentar las emociones de los personajes. Y, por si fuera poco, Eastwood ha querido dar un paso más en su labor creativa y ha cogido las riendas de la composición musical en sus últimas películas, a excepción de “Cartas de Iwo Jima”, score que fue adjudicado a su hijo, Kyle Eastwood. Así, el control creativo sobre sus películas es casi absoluto, un producto digno en este sentido de aquellos famosos filmes de autor de la década de los sesenta, pero con el toque de un cineasta forjado con los mejores realizadores de la Meca del cine.

Todo esto, sin embargo, no implica que desde un punto de vista estrictamente musical, las composiciones de Eastwood estén al nivel que sí están, sin duda, las demás facetas de su trabajo dentro de los filmes. Si bien son partituras que suelen funcionar más que correctamente para el tipo de historias que el veterano director ha decidido contarnos en los últimos tiempos, no son especialmente sobresalientes en el aspecto compositivo. “Changeling (El Intercambio)” no es una excepción a esto que acabo de apuntar, aunque aún así puede destacarse algunos detalles que no dejan de hacerla en cierto modo interesante.

La música del filme, que puede colarse entre los candidatos al Oscar y por el que, recordemos, el propio Eastwood opta al Globo de Oro a la mejor banda sonora original, se basa en dos temas centrales que se nos muestran en el primer corte del cd, acompañando a los créditos iniciales del filme. El primero es un denso y opresivo motivo de largas notas que nos presenta en esta ocasión una trompeta solista. Este tema hará su aparición durante el disco en aquellos tracks asociados con los momentos más melodramáticos de la historia, esa batalla de una madre por recuperar a un hijo raptado y desenmascarar al mismo tiempo todo un complot policial por intentar dar carpetazo a una historia del todo escandalosa. El segundo de los leitmotiv, igual de breve que el anterior y a cargo del piano, podemos enlazarlo fácilmente con los personajes de Angelina Jolie y su hijo, teniendo un carácter más distendido y tierno, pero sin perder de vista un cierto tono trágico.

Estos dos temas centrales son la espina vertebral de un score que no ofrece muchas más cosas que diferentes orquestaciones sobre ellos. Cabe destacar, eso sí, que en la mayoría de los casos, Eastwood utiliza instrumentos solistas para ello. No encontraremos una traslación de ellos para un todo un segmento de la orquesta, a excepción de las cuerdas en algunos pasajes. Guitarra, piano, chelo, trompeta o violín son algunos de los encargados de ejecutar estos dos motivos centrales en cortes como Where Do You Live & Who Are You?, Ride to School o I Want to go Home.

Se sale de esta tónica los cortes que subrayan algunos de los momentos más oscuros del filme, donde encontramos, por ejemplo, amplios segmentos de disonancias a cargo de las cuerdas. En algunos temas, incluso, como en We Killed Some Kids, hace aparición una voz femenina solista que carga aún más de dramatismo las ya de por si tensas sonoridades del momento.

Otros dos cortes destacables por ofrecernos algo más son I Wont Sign It y Sanford Digs. El primero, acompañando al momento en que el personaje principal del filme decide negarse a aceptar el desenlace que le ofrece el cuerpo de policía, es el tema más elaborado temáticamente de todo el score, con un pasaje de gran efectividad sobre la base de un in crescendo ejecutado por las cuerdas. Es un corte donde no hay concesiones al melodrama y el piano, la guitarra o la trompeta, instrumentos estrellas hasta el momento en el score, no hacen su aparición.

Sanford Digs, en cambio, es destacable precisamente por lo contrario. Su sencillez es tal que se basa en la reiteración de una breve frase musical de pocas notas que va trasladándose de la guitarra al piano para, finalmente, terminar en manos del grupo de cuerdas. Un más que digno tema para subrayar uno de esos montajes de investigación que suelen haber en filme de ambiente judicial.

Eastwood finaliza el score con una rendición, de nuevo al piano, del tema central que sugería la relación madre-hijo, auténtico eje central de la película y, por ende, del score. De hecho, en los créditos finales, el corte más extenso de la edición discográfica, el tema brilla en diversos arreglos al piano.

Como ya expresé más arriba, la efectividad de la obra para el filme no implica su calidad como composición musical. Como banda sonora debemos valorarla positivamente, pues consigue trasladarnos a la historia y subrayar esta en el visionado del flme. Como obra musical, a mi gusto queda muy lejos de lo que otros muchos compositores son capaces de hacer con idénticos resultados. A pesar de que Eastwood es capaz de crear bellas melodías (los dos temas centrales lo son y, si no, recordemos por ejemplo el magnífico tema de “Sin Perdón”), esto no considero que sea suficiente para considerarlo como un gran creador musical; aunque, todo sea dicho, su desarrollo como músico es digno de mención de si se tiene en cuenta sus creaciones más recientes. Ya quisiera más de uno llegar a la edad del intérprete de Harry el Sucio con esa claridad de ideas y esa gran capacidad creadora… tan sólo espero que nos quede Eastwood para rato.

Lo mejor: los dos temas centrales y cómo los pasea por instrumentos solistas a lo largo del score.

Lo peor: la carencia de recursos que demuestra Eastwood como compositor, que provocan que muchos momentos no tengan, precisamente, una mejor resolución.

El momento: personalmente, al margen de los créditos finales (End Titles) como desarrollo del tema principal, me quedaría con I Wont Sign It y Sanford Digs.

Juan A. Martín