Compositores: Conti, Bill Año: 2010 Distribuidora: Intrada Special Collection Volumen 139
Edición Limitada de 1200 copias Duración: 43:02
Tracklist:
Main Title (01:13)
The Hit (05:33)
Wounded? (03:50)
Tail Lites (04:23)
It's Them (01:11)
It's Really Them (00:54)
Roadblock (06:11)
Kaboom (01:18)
The New Car (00:38)
Travis Is Right (02:48)
Near Miss (01:58)
Round To Tate (01:43)
Travis Slips Away (02:33)
Help Me (01:17)
The Final Battle (04:40)
End Title (02:06)
1 – Bill Conti, un compositor "Popular"
Bill Conti ya se ha ganado un lugar en la memoria popular colectiva por ser el compositor del famoso tema de “Rocky” (de hecho compuso toda la banda sonora de esta así como de todas sus secuelas, a excepción de “Rocky IV”, obra de Vince DiCola).
También podríamos hablar de él como el compositor de casi todas las sintonías de sagas familiares de ambición y glamour que atacaban nuestra pequeña pantalla en la década de los 80 hasta casi los 90, salvo error u omisión : “Dinastía”, su spin-off “Los Colby” y “Falcon Crest” (de los que en muchos casos compuso también la música de su episodio piloto), amén de componer otra de las melodías más retentivas de la pequeña pantalla (y de la que sí compuso también toda la música de los Book I y Book II), me refiero, como no, a “Norte y Sur” (“North And South” 1985-1986 –existe una tercera parte de 1994 en la que no participa Conti, así como muchos de los actores originales).
Así mismo podríamos recordarle como ese compositor del que aparecían algunos temas en esos lps de canciones, que se editaban en los 80s (con permiso de los “reyes del mambo” de la época Giorgio Moroder y Harold Faltelmeyer”): Gotcha (2 tracks), Karate Kid (co-composición de 3 canciones) y Karate Kid II (2 tracks adaptadas de su score por el mismo, más una adaptación a canción del tema final co-compuesta con la gran Carly Simon).
Y como no, podemos acordarnos de su colaboración durante varios años como director musical en la entrega de los Oscars.
Trabajos todo ellos realizados con gran calidad y profesionalidad por Conti, que ya le harían ganarse un trocito de gloria en esto de la música de cine. Sin embargo, Conti es un compositor mucho más complejo e interesante, capaz de sintonías retentivas, así como de excelentes y a veces complejas composiciones sinfónicas.
2 – Interludio: Una Época Actual llena de (Re y) Ediciones.
Vivimos una época agridulce para todos aquellos que coleccionamos CDs de música de y para el cine; en poco tiempo estamos viendo aparecer editadas cosas que pensábamos que no veríamos en la vida: “Predator” de Silvestri (y 2 veces!), “The Journey Of Natty Gann” (tanto la de Horner como la rechazada de Elmer Bernstein), Una Box con toda la música de “Superman”, “Nathan And Hayes” de Trevor Jones,... La lista sería interminable….
Y, ¿cuál es la trampa entonces? Pues que se trata en casi todos los casos de ediciones limitadas (en algunos casos “muy” limitadas) que han de comprarse en cuanto salen porque sino te quedas sin ellas (a veces en menos de 12 horas, incluso…).
También es cierto, que es precisamente este formato de edición limitada, lo que ha permitido editar estas magnas obras.
Bill Conti es uno de los agraciados que ha visto un montón de sus trabajos editados en este formato en los últimos tiempos (“The Scout”/ “The Dreamer”, “Gloria”, “F/X”, “FIST”/ “Slow Dancing In The Big City”……), entre ellos, la partitura que nos ocupa, “Cohen And Tate”.
3 – Cohen y Tate y Conti
Cuando en 1988, Bill Conti se encarga de la banda sonora de “Cohen And Tate”, el compositor ya era todo un veterano en el arte de poner música a las imágenes con casi 20 años de carrera con trabajos en cine y televisión que incluían ya varias partes de Rocky, las 2 primeras de Karate Kid (las 2 siguientes son posteriores), “Masters Of The Universe”, “North And South” e incluso un James Bond (For Your Eyes Only), entre muchos otros trabajos.
Tampoco era Conti ajeno al género del thriller, en el que ya había dado muestras de su maestría, especialmente en 3 pequeñas joyas de la banda sonora como son “Gloria” (una obra maestra con guitarra y saxo solista, con toques de jazz e incluso algo de flamenco y un tema principal magistral), “F/X” y “A Prayer For The Dying” (con un hermoso tema de raices célticas y una música impregnada de melancolía).
“Cohen Y Tate” era el primer film dirigido por Eric Red -guionista anteriomente de “The Hitcher” (1986) y “Near Dark” (1987), y estaba protagonizada por Roy Scheider y Adam Baldwin; se trata de una road movie que nos cuenta la historia de dos asesinos a sueldo (un profesional, Scheider, y un psicópata, Baldwin), encargados de secuestrar y entregar a un niño testigo de un crimer a sus jefes, supuestamente para que sea asesinado. Parece ser que la primera opción por parte del director para musicar la cinta era Elmer Bernstein, el cual declinó la oferta al considerar el film excesivamente malsano. Así pues, el trabajo recayó finalmente en Conti, el cual realizó un trabajo sobresaliente.
La diferencia principal de “Cohen y Tate” con las otras obras, de thriller del compositor es que aunque aquellas también cuentan con temas muy tensos, cuando aparece un tema melódico suele hacerlo de forma “limpia” en la mayor parte de los casos, algo que no sucede en el film que nos ocupa. Porque en el score de “Cohen y Tate” hay melodía, también hay un piano que actúa como columna vertebral de la partitura, pero a) pocas veces el piano llega a hilvanar más que unas pocas notas, y b) aunque la melodía aparece de tanto en tanto siempre lo hará entremedio de las notas ominosas de suspense del maestro Conti, que incluso en algunos casos parecen tocar el cine de terror. Una música muy homogénea, que sin embargo sí cuenta con infinidad de matices, los cuales podemos apreciar y disfrutar en esta magnífica edición realizada por la compañía Intrada para su Special Collection, y eso sí, limitada a 1200 ejemplares.
En sólo 1:13 min, el primer tema del CD "Main Title", nos introduce ya en lo que va a ser la escucha: unos sonidos misteriosos a los que se une un punteado de piano que parece intentar hilvanar una melodía, para entrar más tarde el tema principal, desembocando casi de inmediato en esos sonidos ominosos que describíamos y acabar el tema en un punto alto con música de cine de terror.
Continuamos con un largo tema "The Hit" con inicio de las notas de piano que parecen querer sugerir un leitmotiv pero sin llegar a cerrarlo, para continuar con música de suspense con momentos álgidos repartidos por el corte, continuando con otro "Wounded" con un sonido menos al límite, sin dejar ese halo de la intriga (algo que intentaremos obviar en el resto del análisis ya que todos los temas se inscriben más o menos en ello).
Nos encontramos en el tema 4, "Tail Lites", uno de los mejores temas –si no el mejor- de todo el cd, y con una de las pocas oportunidades de escuchar el tema principal en toda su gloria; las notas de piano en este caso si que dejan escuchar el tema, para al minuto y algo, entrar toda la orquesta con una hermosa rendición del mismo, si bien siempre seguirá una línea de suspense unido a este.
Continuaremos este viaje musical en los siguientes temas "It´s Them", "It´s Really Them" el tema más largo del CD, "Roadblock" un largo bloque descriptivo y "Kaboom". Destacar que algunos momentos musicales no desentonarían (de hecho más bien serían más que adecuados) en la saga de Hellraiser, especialmente algunos momentos durante el tema 7 y sobretodo al final del 8.
Sigue el tema más corto del CD "The New Car", volviendo a la música descriptiva en el siguiente "Travis Is Right".
El bloque siguiente "Near Miss", "Round To Tate", "Travis Slips Away" y "Help Me", parecen conducirnos hacia el final de la travesía (fílmica y musical) que se completará con los dos siguientes "The Final Battle" y " End Title". Destaca "Help Me" con el regreso del tema principal a piano para acabar en otro de los momentos más álgidos de la partitura. Parece que Conti sólo nos deja relajarnos un poco de vez en cuando para volver a golpearnos (musicalmente) con sus potentes notas.
Los dos temas finales ponen broche de oro al CD con algo más de melodía, sin dejar “The Final Battle” la música de misterio y aportando un toque melancólico, un toque que se hace más evidente en el tema final, un tema hermanado con la música clásica, que si bien parece ya dejar el sonido tenso del relato, en verdad no lo hace del todo hasta la última nota.
4 – Recapitulación: Conti y Cohen y Tate.
Me debato con mi opinión de esta partitura entre la excelencia y la obra maestra, ya que a veces damos esta categoría con cierta facilidad, y quizás “Cohen y Tate” no sea una obra maestra, pero es un trabajo de primera categoría de un músico tambien de primera, con una artesanía y solidez propia de los mejores del campo.
La música de “Cohen y Tate”, quizás no sea de las más fáciles del autor pero es sólida, tiene una belleza interna propia (las melodías no tienen mucho margen para desarrollarse pero son muy satisfactorias y las pocas veces que tienen desarrollo son arrebatadoras) y cuenta una historia –posiblemente la misma o paralela a la película-, que hace que los que no hemos tenido el placer de ver la cinta (sí lo reconozco y lo siento pero no he conseguido encontrarla antes de realizar la reseña –me disculpo si algún punto no es todo lo precisa que debiera) casi la veamos en nuestra mente (con la ayuda de las excelentes liner notes de la edición).
Lo mejor: Que se haya editado y la solidez del trabajo y maestría demostrada por Conti en desarrollar una partitura tan oscura pero llena de matices.
Lo peor: Que necesita un esfuerzo por parte del oyente para disfrutarla totalmente y que al ser una edición de sólo 1200 ejemplares en muy poco tiempo será muy difícil de conseguir.
El momento: El primer bloque de la pista “Tail Lites”, en especial del minuto (1:30) al (2:30), el momento en que quizás Conti puede dar más rienda a su sinfonismo en el tema principal.
La rareza: Que se haya editado esta partitura y otras más fáciles y mas melódicas como “A Prayer For The Dying” estén todavía pendientes.
(Fuentes consultadas: Internet Movie Database – www.imdb.com, y liner notes de la edición de Intrada, escritas por Daniel Schweiger).