Defiance

Título en español: Resistencia
Compositor: Howard, James Newton
Año: 2008
Distribuidora: Sony Classics
Duración: 49:40

Edward Zwick, un director para grandes historias, de la gloria a la épica de una Resistencia

Defiance es el último film del director, guionista y productor Edward Zwick, ganador del Oscar como productor de Shakespeare in Love. Se trata de un realizador, que más allá de la calidad artística de sus obras, se ha caracterizado por cuidar la música de sus películas, de modo que en su filmografía podemos encontrar grandes partituras.

Después de unos inicios en la televisión, donde participa en varios proyectos entre los que destaca la serie Special Bulletin, gracias a la que consiguió un premio Emmy (más tarde conseguiría un segundo Emmy por la célebre Thirtysomething), su primer largometraje es la comedia About Last Night protagonizada por Demi Moore, Rob Lowe y James Belushi, y con guión del magnífico David Mamet, para la que el reivindicable Miles Goodman escribió una de sus chispeantes partituras.

Después de este inicio en la comedia, Zwick se especializará en las películas épicas, heroicas, siendo la primera de la lista Glory que contaba con una excelente composición de James Horner, aplicada a imágenes bélicas de este, sin embargo, plúmbeo film. La lista de películas épicas solamente se interrumpirá en 1992 con el drama Leaving Normal, casi desconocida en estos lares. El televisivo W. G. Snuffy Walden se encargó de definir musicalmente esta rareza en la filmografía de Edward Zwick.

El director volvió a colaborar con James Horner en los films Legends Of The Fall y Courage Under Fire, resultando un precioso y ajustado score para la primera, una de las obras clave del querido y odiado a partes iguales compositor, y en cambio uno tan anodino e inane como la propia película que ilustraba para la segunda. Otro desastre de proporciones épicas marca la siguiente entrada en la filmografía de Zwick, la reaccionaria “The Siege”, protagonizada por unos desaprovechados Denzel Washington, Anette Benning y Bruce Willis y que contaba con un correcto score de Graeme Revell.

Y llegamos quizás a la mejor película hasta la fecha del director, la épica oriental de The Last Samurái, que a pesar de un irregular Tom Cruise, proponía un interesante análisis del choque de dos culturas antagónicas como la occidental americana y la japonesa, perfectamente ilustrada por la música de Hans Zimmer, entre épica y melancólica, en uno de los mejores trabajos del maestro alemán de los últimos tiempos.

Para sus dos últimas películas Edward Zwick ha recurrido al que sea posiblemente el compositor más interesante del actual panorama cinematográfico hollywoodiense, James Newton Howard. Para Blood Diamond, su primera colaboración Howard nos regaló una magnífica partitura de sonoridades africanas y que encajaba como un guante en esta película de héroe-a-su-pesar protagonizada por un sobreactuado Leonardo DiCaprio. La segunda de las colaboraciones entre Zwick y James Newton Howard es este Defiance que ahora nos ocupa.

Un Desafío a lo imposible, la Otriad Bielski y su historia

La II Guerra Mundial y el genocidio judío es un tema capital en la historia del S. XX, sucesos imborrables que nunca debieran ser olvidados, que deben seguir enseñándose en las escuelas, seguir presentes en la memoria colectiva, como único modo de no volver a vivirlos, jamás. Ya una de las grandes frases del pasado siglo lo expresó con acierto, los pueblos que olvidan sus errores, están condenados a volver a repetirlos.

La historia de los asesinatos nazis, de los confinamientos en ghettos, en campos de concentración, en “campos de la muerte” como se denominaban entre el pueblo judío, las cámaras crematorias, “la solución final” del III Reich, ha dado pies a infinidad de producciones cinematográficas, obras maestras, films estimables, y películas más o menos acertadas. Pues bien, digamos, que con Defiance nos encontramos plenamente en esta segunda categoría, pues aún no logrando una producción cinematográfica al nivel de clásicos ya como La Lista de Schindler, sí raya a mayor nivel que otros filmes de este pasado año 2008 como El Niño con el Pijama a Rayas, o Los Falsificadores, y deja al espectador tras su visionado, con la sensación de haber vivido una experiencia, de haber asistido a la narración de unos hechos, como son la Historia de la Resistencia Bielski, que ofrecen un ejemplo de la capacidad del espíritu humano para sobreponerse a la tragedia, y sobrevivir, aún en las condiciones más terribles.

Por ello, aunque sólo fuera para interesarse por esta historia, el film de Zwick ya tiene parte de la batalla ganada, si además le añadimos unas intensas, medidas y excelentes interpretaciones de todo el cast, que compensan la frialdad o morosidad del desarrollo de la trama, obtenemos un resultado como poco, estimable, que merece la pena ser visto.

Resistencia, título obtenido en nuestro país del original Defiance (Desafío, o Rebelión propiamente dicho), nos introduce no en una historia basada en hechos reales, como muchas veces se señala al inicio o final de un film, sino directamente, ante una historia real. Así es como sucedió.

La narración nos presenta los actos heroicos de supervivencia y lucha contra el ejército alemán, de los supervivientes de los crímenes nazis de una zona de Bielorrusia cercana a la frontera rusa, caracterizada por sus frondosos y gigantescos bosques. En ellos, la familia Bielski, y más concretamente sus cuatro hermanos supervivientes (la historia se centrará en los tres más mayores) a la matanza de sus padres y vecinos, forjarán la Resistencia de todo un pueblo, ignorantes en un principio de la relevancia de su determinación, constancia y sacrificio, para sus compatriotas, familia y para todo una patria herida por la infamia nazi. Su ejemplo, su sufrimiento a través del duro invierno, su éxodo a través de un país, la persecución que sufrieron y lo más importante, su supervivencia, inspiró al ejercito resistente al invasor alemán, a las guerrillas partisanas (las Otriadas Bielorrusas, en las que este grupo liderado por Tuvia, Zus y Assael Bielski, se integró, autodenominándose, La Otriada Bielski, pues a pesar de estar mermados y en constante estado de alerta, hambrientos y perseguidos, jamás dejaron de plantar clara y luchar contra sus perseguidores), al propio ejército ruso y sus partidarios en Bielorrusia, y lo más importante, a todo un Pueblo, al que sirvieron de inspiración y ejemplo, de que “Nada es imposible”.

James Newton Howard, un Homenaje a la Resistencia, un Desafío ante el Mal, una partitura directa al alma

La labor del compositor ante una partitura como Defiance se encuentra ante una encrucijada, cómo acompañar las imágenes de esta historia real, sin que la música parezca un cliché de lo ya ofrecido en anteriores creaciones sobre el Pueblo Judío, la Segunda Guerra Mundial, y el genocidio a manos Nazis o el antisemitismo. Aunque el violín siempre ha representado y rendido homenaje a este pueblo, ¿había que renunciar a él en esta ocasión?, ¿había que renunciar a las orquestaciones a las cuerdas con estos instrumentos como líderes de la labor de la orquesta?.

La respuesta que dio Howard fue un rotundo no, pues, y esto lo decimos nosotros, no el compositor, hay ocasiones, en que el talento basta para aún recreando lo ya conocido, transitado o visitado, la emoción aún puede conseguirse de forma genuina, alcanzarse los objetivos de rendir tributo a la historia, y quizá, muy probablemente, incluso obtener una composición que alcance poso, que pueda ser recordada, más allá del film, como un homenaje a los Bielski, al Pueblo que sobrevivió, un reflejo de su sacrificio, pasión y dolor. Y esto, sin ir más lejos, es logrado por James Newton Howard, en una partitura sensible, emocionante, lírica, y dolorosa, una obra que una vez visitada tras el visionado del film hiere en su profunda emotividad, y refleja la belleza de la superación del espíritu humano ante la adversidad.

La obra comienza con una descripción musical del genocidio, “Defiance Main Titles”, con un crudo violín guiando el desarrollo del tema, haciéndonos testigos de la crueldad de los soldados alemanes, que incluso graban con una cámara sus inenarrables actos. Las notas se suceden en registros bajos, cuasi atonales, relegando la melodía, triste y desesperanzada, que pasa a un primer nivel cuando las cuerdas toman el control (se trata del motivo de la Resistencia), hasta que el violín solista ofrece el tema del sacrificio judío (min. 0:55).

El compositor crea una serie de motivos que irá desarrollando a lo largo de la partitura para definir a los personajes, las decisiones que irán tomando y su lucha interior. Así, encontramos el tema de la Familia Bielski en el dramático “Survivors” la melodía va girando en torno al violín presentando varios estados de ánimo, dando pie a la esperanza, conforme van encontrando más y más supervivientes a la tragedia en los bosques. Supervivientes que irán conformando una unidad, que irán conformando una pequeña sociedad, y darán lugar finalmente a la Otriada Bielski, y a la Resistencia del Pueblo. Especialmente doloroso es el tratamiento del tema en el elegíaco “Make Them Count” o en el lírico y poderosamente trágico “Your Wife”, mediante los cuales Howard pone nombre al dolor y expresa más que las propias imágenes para reflejar a través de un restallante y emocional violín los sentimientos de Zus, Tuvia, Assael y sus compañeros, ante la pérdida de sus seres queridos.

La toma de conciencia y la decisión de rebelarse, y vengarse conforma el desarrollo de “The Bielski Otriad”, donde el compositor transita los senderos intuidos en el primer track, ampliando el tema, dotando de tensión a las primeras escaramuzas, y de emoción a los tiroteos y escapatorias, añadiendo a la melodía inicial a las cuerdas, un diapasón percutante a modo de latido, que va cargando de sentido del pathos el tema, hasta dar entrada a unas celéricas cuerdas que proveen de un ritmo endiablado y tenso a la escena, para culminar con el címbalo y la primera rendición al tema heroico y de redención de los insurgentes (a partir del 3:42) en su lucha, tema al que regresará en los instantes finales de la obra.

Un tema de amor sin esperanza se puntea en “Bella and Zus”, como no, guiado por la fuerza evocadora del violín, pero en poco tiempo da paso a una melodía oscura y tensa in crescendo, denotando que la amenaza y el dolor parecen estar por encima en esos tristes tiempos, de cosas tan importantes como el conocer a una persona, y volver a sentir amor, por encima del deseo o necesidad de compartir un cuerpo. Aunque “tu mujer del bosque” llegue a convertirse en tu compañera de vida desde entonces.

Un nuevo tema de amor, éste ya completo y desarrollado tiene lugar en el track “Tuvia Kisses Lilka”, conforme la esperanza del nacimiento de un bebé llena los corazones de los personajes, a pesar de ser conscientes de la dificultad en tan duros tiempos, de que el niño sobreviva (presencia del amenazador címbalo, y de las notas graves a las cuerdas), y el descubrimiento de un amor puro, que debe vencer al terror de la amenaza, y cerrar el círculo de la esperanza para Tuvia.

La parte más bella, y cargada de lirismo de la partitura tiene lugar en pleno centro de la composición, momento en el que Newton Howard alcanza el epicentro lírico de la obra, con “Exodus” recreando el motivo para el grupo mediante violas, cellos y violines, con puntual pincelada del címbalo incluida, y un extasiante y muy Delerue-iano solo de violín en su parte final que pone un nudo en la garganta; “Camp Montage” , bella melodía cargada de sentimiento y belleza contenida en la mejor rendición del tema de los Hermanos Bielski; “The Wedding”, un remanso de esperanza en medio del caos y el dolor, a modo de pieza tradicional judía, pero arreglada y compuesta por el propio compositor para solo de violín, que se va transformado en dueto y terceto hasta la conclusión junto a la sección de cuerda de la orquesta.

El drama prosigue con el atonal “Winter”, en sintonía con los terribles momentos que el inmenso frío, y la carencia de alimentos provocan en la Otriada, siendo la entrada del violín absolutamente desgarradora en esos instantes, al igual que en uno de los temas más hermosos y trágicos, el conciso “Escape The Ghetto”.

En el Cd, se dejan varios momentos de acción fuera, para centrarse en los que estamos analizando aquí, pero no debiera dejar de hacerse mención, de que frente a la presencia de la tensión y dureza de “Police Station”, culminada con un rayo de esperanza melódico, pudiera haberse ofrecido también el colofón final, con la batalla con el tanque de los partisanos, que supone el reencuentro de los hermanos, instante que se echa a faltar para hacer aún más redonda la obra.

Parte del citado momento lo encontraremos sin embargo en “Nothing is Impossible”, que a modo recopilatorio, nos ofrece una soberbia conjunción del tema de la Resistencia, el del sufrimiento y sacrificio, y el de amor, cerrando el círculo temático de la obra con un broche de oro, antes de la Suite final, con el tema de los Hermanos, “The Bielski Brothers”, donde James Newton Howard da rienda suelta a los sentimientos, y las emociones ante el reencuentro, la victoria momentánea, y el valor de la lucha, y la partitura alcanza su momento culminante. Se trata de uno de esos instantes que justifican la compra de un disco, que nos recuerdan porqué una vez, nos enamoramos de la música, y de la música de cine en particular, un momento que puede hacernos surgir inadvertidamente unos riachuelos caudalosos que recorran nuestras mejillas, tal es la capacidad evocadora, para sólo con una melodía, lograr que sintamos toda una historia, un sacrificio común, una historia de resistencia, la grandeza de un grupo de personas, que en absoluto desamparo, sin esperanza, lograron lo imposible, sobrevivir.

El tradicional “Ikh Bin A Mame” cierra el disco, como tributo a la historia que acabamos de presenciar, que acabamos de vivir a través de los ojos de James Newton Howard, a través de su sensibilidad, a través de su corazón.

- Vienen, tenemos que movernos. ¡Hay que continuar!

- ¿Hacia allá? Es imposible.

- Nada es imposible. ¡Lo que todos hemos hecho es imposible!. ¡Tuvia!. ¡Vienen las tropas!. Dios no dividirá el agua en dos, lo haremos nosotros mismos.

- ¿Cómo?

- No con milagros. Lo haremos juntos con nuestra fuerza.

- Tuvia. Tengo algo que decirte…

- No , descansa. No hables, no hables.

- No, escúchame, por favor. Casi perdí la Fe, pero Dios te envió para salvarnos.

- Debes descansar.

- Lo sé. Pero por si acaso le agradezco a Él y te agradezco a ti.

Lo mejor: La solidez de la composición, el acompañamiento sobresaliente de todos los acontecimientos de la trama, dotando de alma al conjunto, su capacidad dramática y lo más importante, la fuerza emocional que imprime al film, confiriendo de dimensión a los personajes y haciendo que la tragedia en pantalla y la lucha del ser humano por sobrevivir al mal, sea totalmente creíble, y por ello, duela aún más. El tema “The Bielski Brothers”, poderoso tributo a una historia real que nunca debe ser ya, olvidada.

Lo Peor: Que se la compare con una auténtica obra maestra como La Lista de Schindler, sólo por tratar el mismo hecho histórico (aun que desde perspectivas muy diferentes), y tener al violín como instrumento solista conductor de toda la partitura. Ello no debe sin embargo, ser óbice para disfrutar totalmente de una de las mejores obras del año 2008.

El momento: El viaje aterrador de un grupo de luchadores y héroes unidos en la desesperanza de los bombardeos alemanes huyendo a una cacería brutal, “Nothing is Impossible”, demostrando que la fuerza del espíritu humano puede ser invencible en la unión de voluntades, y su soberbia conclusión, “The Bielski Brothers”, James Newton Howard en estado de gracia.

Asier G. Senarriaga & David Saiz