Tracklist:
- Soap (1:42)
- It's Great to be a Rat (1:26)
- Main Title / Prologue(2:31) (*)
- The Village of Dor (2:16)(*)
- Andre & Boldo (1:25)
- The Soup is Served (1:07) (*)
- Roscuro's Fall (2:36)
- A King's Sadness (1:52)(*)
- Moouse World / A Mouse is Born (3:07) (*)
- Lonely Roscuro (1:10)
- The Royal Library (1:28)
- Once Upon a Time (2:28)
- I Am a Gentleman / Mig's Story (3:38)
- Banishment (3:06)
- In the Dungeon (1:00)
- Cat and Mouse (2:02)
- Roscuro and Despereaux (2:10)
- Mig Steals the Crown (1:18)(*)
- Roscuro's Apology (3:44)
- Gregory Gives Mig Away (0:51)
- The Quest (3:55)(*)
- Despereaux is Back (3:12)
- Boldo and Despereaux Charge! (1:38)
- A Change of Heart (2:10)
- Rescuing the Princess (3:05)(*)
- Epilogue (2:39)(*)
(*) Mejores Temas |
William Ross, el hechicero que nos hizo volver a creer en la magia a través de la música
Cuando en Hollywood un músico es capaz de componer con gran calidad, dirigir orquestas, orquestar sus propias composiciones, arreglar y orquestar para otros, y hacer todo ello de una manera magnífica, podemos estar seguros de que ese músico va a tener trabajo, pero sobre todo podemos estar seguros, de que los aficionados a la música de cine vamos a tener a otro compositor al que seguir de cerca, muy de cerca, la pista. Todo ello confluye en un nombre, William Ross.
A lo largo de las últimas dos décadas, si algo caracteriza la profusa labor de este compositor, esa palabra no es otra sino calidad. Cada vez que en un Score, en el apartado técnico de la grabación de una partitura, al mando de una orquesta, orquestando o componiendo, hallamos la figura de William Ross, sabemos que lo que nos vamos a encontrar no estará precisamente falto de ella.
A lo largo de los años, y repasando su carrera, podemos asociar su nombre a McGyver, los Tiny Toons, Look Who’s Talking Now (Mira Quién Habla Ahora), The Little Rascals (La Pandilla), Tin Cup, The Amazing Panda Adventure, My Fellow Americans, Young Black Stallion, The Evening Star (la segunda parte de Terms of Endearment -La Fuerza del Cariño-), Tuck Everlasting, Ladder 49, The Game of Their Lives (donde sustituyó con los parabienes de éste a un ya enfermo Jerry Goldsmith), o a su soberbia labor junto a John Williams para Harry Potter and the Chamber of Secrets (segunda entrega de la saga del joven mago). En todas ellas efectuó labores de compositor o co-compositor, pero si hablamos de las inolvidables orquestaciones que nos ha ido regalando a través de los años, tan sólo decir que ha trabajado con todos y cada uno de los siguientes maestros: Alan Silvestri, James Horner, Don Davis, Christopher Young, David Newman, Michael Kamen, John Williams, Danny Elfman, Cliff Eidelman, Joel McNeely, John Powell, Dennis McCarthy, Hans Zimmer, Patrick Doyle, Klaus Badelt, o Ennio Morricone; todos ellos están entre los importantes nombres con los que ha colaborado en obras como Poseidon, The Polar Express, Van Helsing, The Matrix Reloaded, Stuart Little, The Mummy Returns, D-Tox, Malena, The Prince of Egypt, Payback, Quest for Camelot, Mousehunt, Operation Dumbo Drop, Judge Dredd, The Quick and the Dead, Terminal Velocity, The Pagemaster, BeetleJuice, Star Trek: Generations, Last Action Hero, Jennifer 8, Lethal Weapon 3, Die Hard 2 o Robin Hood Prince of Thieves . Incluso la gira de 2002 del cantante Josh Groban, fue apoyada por el trabajo del compositor en los arreglos de sus temas.
Ganador de varios Emmys y BMI Film Music Awards, nominado incluso este año a los Premios Annie por la obra de las que les vamos a hablar en unos instantes, The Tale of Despereaux, de William Ross todo lo que podamos decir, seguro que se queda corto. Ante su talento multidisciplinar, ante su calidad como músico y su firma como artista, no podemos sino rendirnos, esperando encontrar un nuevo trabajo al que hincarle el diente, pues estaremos seguros, se tratará de una estupenda obra.
Con The Tale of Despereaux, nos regala la nostalgia de los mejores tiempos de la Golden Age, un regreso al sortilegio de Korngold, Steiner, Waxman o Rozsa, que sin exagerar un ápice, este nigromante del pentagrama, este hechicero de las notas, ha reunido en esta obra para deleite de quienes descubramos su composición en el film, y gracias a Intrada Records, para quienes deseemos regresar una y otra vez, a un tiempo en el que la magia era posible, los animales podían hablar, y los cuentos de hadas empezaban a ser creídos, gracias a la música.
Los cuentos para niños, las fábulas, las historias con moraleja, los animales parlantes y las partituras que les dieron vida
Los cuentos de hadas en el cine pueden considerarse un género en sí mismo, con tradición y raigambre a lo largo de la historia, en él podemos enclavar todas las adaptaciones que se han ido realizando sobre cuentos populares, fábulas, narraciones con seres y criaturas legendarias, animales que hablan, y la fantasía y lo feérico como elementos fundamentales, siempre destinados a procurar una enseñanza, un aprendizaje para los más pequeños, o un escape a la realidad plagado de aventuras, emociones y seres mágicos.
Desde las adaptaciones de los relatos de los Hermanos Grimm, o de Hans Christian Andersen, (que todos conocemos por films tales como Blancanieves o La Sirenita por parte de Disney, pasando por Thumbelina, El Traje del Emperador, o Hansel y Gretel), y todos ellos con personales biografías de celuloide en el que sus cuentos se mezclaban con sus vidas personales en films llenos de elementos fantásticos y aventuras (The Wonderful World of the Brothers Grimm -1962-, Hans Christian Andersen, con Danny Kaye en 1952), hasta personales revisitaciones de sus mundos imaginarios, siempre con moraleja o aprendizaje final, desde la apabullante calidad de la serie de televisión británica El Cuentacuentos (The Storyteller) que la factoría Jim Henson nos obsequió en los ochenta con John Hurt de maestro de ceremonias, pasando por historias bufas más modernas con parodias de los mundos de los cuentos y de la actualidad más anacrónica, saga Shrek (desgraciadamente ya de capa caída tras la infame tercera entrega) o la graciosa Verdadera Historia de Caperucita Roja (Hookwinded), y por los tratamientos en clave infantil, pero respetuosa de relatos clásicos, caso de la a reivindicar Merlín el Encantador, de la omnipresente Disney, una reinvención llena de ternura y sentido de la aventura y la leyenda del ciclo artúrico. Y prosiguiendo con Disney, claro está, no debemos dejar sin nombrar clásicos inmortales como La Bella Durmiente, La Cenicienta o incluso Taron y el Caldero Mágico, haciendo un contraste entre las adaptaciones tradicionales y la más moderna y oscura presente en el último título citado.
Musicalmente, los cuentos siempre han tenido un reseñable reflejo sinfónico, con obras tan destacadas como las llevadas a cabo por Alan Menken (galardonada con un Oscar) en La Sirenita , el trabajo de John Powell y Harry Gregson Williams en Shrek, que luego continuaría el segundo en solitario en las secuelas, la labor de Rachel Portman para The Story Teller (desde aquí pedimos a quien nos quiera escuchar una edición ya, de esta magnífica obra en Cd), la obra de Leigh Harline para los Hermanos Grimm de George Pal y Henry Levin, Elmer Bernstein con su impresionante y gótica Taron, o la magia lírica y dulce ternura musical llena de hechizo, del cuento del mago que enseñó a Arturo Pendragón el camino de la magia y la sabiduría, en la inmortal The Sword in the Stone (Merlín el Encantador) de George Bruns.
Un Cuento de Hadas encuentra su música: la historia de un ratón sin miedo.
Cuando se afronta una película de animación con una historia que perfectamente podría pertenecer a la larga tradición popular de cuentos clásicos para niños, cuando se pretende crear un mundo de la nada, cuando los protagonistas necesitan que el impulso de la vida, la magia de la plausibilidad, surja sin dudas, sin preguntas, que la historia se asuma como cierta, y que los personajes lleguen a amarse como si los conociéramos de toda la vida, la música de William Ross es el dulce toque final, una suave última pincelada al fresco de una narración, el elemento catalizador que consigue que el conjunto sea uniforme, la narración fluida, y la magia, se despliegue.
La partitura compuesta por William Ross para esta adaptación del cuento de Kate DiCamillo debe definirse como clásica y netamente sinfónica. Se trata de una aproximación a la música de los cuentos de hadas que para nada es original, pero si tremendamente efectiva, creando temas para los protagonistas principales de la historia, que se van cruzando a lo largo del argumento del film, afectándose entreellos y propiciando incluso su evolución y transformación.
La música está interpretada por una formación abultada de la Hollywood Studio Symphony, dirigida por el propio compositor, nada menos que 96 músicos acreditados en el libreto del CD editado por Intrada. Si a esta gran orquesta añadimos la potencia de la Hollywood Film Chorale, podemos empezar a vislumbrar la brillantez de la música cuya escucha nos aguarda, pero esta primera aproximación no estaría completa sin fijarnos en el equipo de orquestadores que han ayudado a William Ross en esta composición: Conrad Pope, Mark McKenzie, Jerome Leroy y Bruce Fowler, con orquestaciones adicionales de Clifford J. Tasner. La extraordinaria calidad de los profesionales involucrados en el proyecto ha convergido irremediablemente en uno de los mejores scores de 2008 y una obra que destaca por su riqueza, robustez y sentido del espectáculo.
En cuanto a la edición discográfica, como hemos dicho, a cargo de Intrada, se presenta la mayor parte de la partitura compuesta por William Ross, aunque una vez vista la película se echan en falta algunos pasajes concretos, con una duración cercana a una hora. También se incluyen dos canciones, compuestas e interpretadas –juntos con otros artistas- por Dave Stewart, y con letra de Glenn Ballard y Gary Ross (guionista y productor del film, recordado entre otros por los espléndidos Pleasantville o Seabiscuit). Dichas canciones no suenan en el montaje final de la película, decisión que debe considerarse acertada, ya que, más allá de la calidad de las mismas, lo cierto es que no casan para nada con el universo sonoro creado por William Ross, ni con el tono del film.
El tercer corte de la edición discográfica, “Main Title/ Prologue”, situado inmediatamente a continuación de las referidas canciones, se corresponde con el que acompaña los créditos de inicio de película, introduciendo el tema principal de la historia, relacionado con el protagonista de la función, de carácter alegre y desenfadado, en el que toman protagonismo las cuerdas y los instrumentos de viento, en especial los oboes y las trompas. El tema se va interrumpiendo introduciendo pinceladas de otros motivos que con posterioridad se irán desarrollando a lo largo del score (podemos escuchar el tema de la Ciudad de Dor, así como el tema de las ratas, a medida que aparecen en la pantalla imágenes relacionadas con dichos referentes). En la última parte del track, la que se titula “Prologue” se añade un color céltico a la composición, ilustrando la aproximación de un barco a puerto, reflejando el carácter libre y desenfadado de la tripulación, entre los que se encuentra la rata Roscuro (voz de Dustin Hoffman).
Este tema enlaza con la llegada a tierra firme y la arribada a Dor, “The Village Of Dor”, inmersa en el mayor acontecimiento del año: el día en que el cocinero del Rey, André (Voz de Kevin Kline) crea la sopa que alimentará, no sólo a la familia real, sino a toda la ciudad, reunida en la plaza esperando que se sirva dicho manjar. Aquí , William Ross introduce el tema asociado a la ciudad de Dor, de un tono festivo y alegre, en una primera parte, a la que se aplica una instrumentación con sabor ligeramente medieval, destacando el empleo de guitarra, mandolina y flauta; tono que, sin dejar de lado la alegría de la festividad, reviste un carácter más solemne y fanfárrico en la segunda parte del corte, conforme nos introducimos, junto con Roscuro, en el interior del Palacio real para presenciar los preparativos en la cocina.
En dicha cocina descubrimos que André recurre a la magia para conseguir algo de inspiración en la creación de la referida sopa, haciendo acto de presencia en las dependencias de la cocina un ser mágico formado de verduras y frutas, Boldo (voz de Stanley Tucci). Así en el corte “Andre & Boldo”, unos coros misteriosos que subrayan la formación del citado ser, dan paso a un tema deliberadamente cómico que acompaña, a modo de mickeymousing, a los dos cocineros en la creación de la sopa perfecta.
“The Soup Is Served” es un breve corte, en el que Ross introduce una marcha real, una fanfarria clásica, Haendeliana, pero que no deja de lado el tono cómico, que finaliza con un crescendo de orquesta que ilustra el momento en el que la Reina prueba la sopa. Sin embargo, la curiosidad de Roscuro hará que acabe en el plato de la Reina, y al darse cuenta ésta que ha estado saboreando un plato de sopa con una rata dentro, cae fulminantemente muerta, lo que propicia la persecución de la rata a cargo de la Guardia real por las estancias del palacio, acompañada por una música dinámica, frenética, con protagonismo de las trompas y los trombones, que finaliza con la caída del animal las catacumbas del Palacio (“Roscuro’s Fall”).
A partir de ese momento, el Rey prohibirá en Dor, tanto la sopa como las ratas, y se sumirá en una depresión, arropada por la melancólica y delicada composición que se introduce en el corte “A King’s Sadness”, motivo que más tarde oiremos interpretado por le propio monarca al laúd, en una variación no incluida en la edición discográfica.
Y como dice la narradora de la película (excelente Sigourney Weaver) un héroe no aparece en un cuento hasta que se le necesita, y en estos momentos difíciles en Dor, es cuando nace el protagonista de la historia, el ratoncito Despereaux. El track “Mouseworld/ A Mouse Is Born”, se divide en dos partes. Una primera en la que se nos presenta el Mundo de los ratones, en la que destaca el uso de suaves coros que acompañan el descenso al nivel de visión de los diminutos animalillos, pasando seguidamente al bullicio de la ciudad en constante movimiento, con un scherzo de las cuerdas que enfatiza la apresurada carrera del padre de Despereaux (voz de William H. Macy) para asistir al nacimiento de su retoño. Posteriormente se introduce el tema del protagonista, tierno y solemne al mismo tiempo, que ilustrará las primeras correrías de este ratón sin miedo.
A partir de este momento el motivo asociado al protagonista irá apareciendo a lo largo del score, acompañándolo en la misión que jura acometer a la princesa (voz de Emma Watson, la Hermione de las pelis de la saga Potter) que no es otra que devolver a la ciudad de Dor a su antiguo esplendor. Destaca, para quienes esto escriben, el corte “Once Upon A Time” (seguramente el mejor momento del score), en el que nos encontramos un tratamiento majestuoso, épico y poderoso del tema, si bien con un inicio – con un solo de flauta a cargo del gran Chris Bleth - y final suaves – la conclusión del mismo, en la que destaca un solo de violín, es sencillamente preciosa- , que ilustra la pasión del protagonista por las novelas de caballerías y los valores y código que allí se incluyen, que descubre en la Biblioteca Real, y que devora con pasión, aunque de manera distinta a sus congéneres que se dedican a roer las páginas de los libros que encuentran en ese lugar. Una vez más destaca el clasicismo que William Ross, aplica a la música, que remite a esas composiciones de la edad dorada de la música de cine americana, puro swashbuckling.
Sin embargo, hasta el final del score encontramos, como hasta ahora una gran variedad temática, destacando los siguientes motivos:
- Tema de Mig, que se asocia a otra de las protagonistas clave del relato, la criada de la Princesa (voz de Tracey Ullman), a la que se retrata musicalmente con un tema suave, gentil, que nos indica cuál es el verdadero carácter de este personaje, que sin embargo, inducida por ciertas malas artes, complicará la misión de nuestro protagonista. El tema, en el que también destaca el uso de los instrumentos de viento, en especial la flauta, lo escuchamos por vez primera en el corte “I Am A Gentleman/ Mig’s Story” a partir del minuto 2:19 del mismo, y encontramos variaciones en los cortes “Mig Steals The Crown” y “Gregory Gives Mig Away”.
- Un motivo destacado del score es el tema de las ratas, del que vamos escuchando variaciones durante la segunda parte de la composición, una especie de fanfarria oscura, que se asocia a estos animales, que desterrados de Dor, malviven en las entrañas de las Mazmorras del castillo. Destaca su utilización en temas como “Banishment”, “In the Dungeon” o “Rescuing The Princess”
- Otro de los Highlights del score es el operático “Roscuro’s Apology”, que suena en el momento en que la rata decide enfrentarse a la Princesa, después de conocer y entablar amistad con Despereaux, para pedirle disculpas por la muerte de su madre, la Reina, provocando una reacción de terror y rechazo en la Princesa, que propicia la intervención de la percusión , en un pasaje agitado que da lugar a una música más siniestra, ilustrando el desengaño de Roscuro y el plan que traza para vengarse de la protagonista.
- Muchos otros momentos merecen comentario, como la acción y dinamismo de “Boldo And Despereaux Charge!” o el uso de la percusión, como si en un péplum se ilustraran las vicisitudes de los cristianos echados a los leones en un circo Romano, que se emplea en el track “Cat and Mouse”.
El broche final del score lo pone el potente “Epilogue” que a la vez que nos muestra el destino de los principales protagonistas de nuestra historia, va entrelazando los distintos motivos que hemos ido viendo para acabar con una variación triunfante del tema de Despereaux.
Y Erase una vez que se era en el reino de Dor, fueron felices y comieron perdices, en especial lo seréis si tenéis oportunidad de descubrir esta auténtica joya, uno de los mejores trabajos del año y una muestra más del enorme talento de William Ross.
Colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Lo mejor: El despliegue sinfónico heredero de la Golden Age que William Ross nos regala, el acompañamiento orquestal incesante y descriptivo como una parte más del guión y de la narración, como si esa música siempre hubiese existido unida a esta película, a esta historia, al Relato de Despereaux. Y sobre todas las cosas, el mejor tema del año, relájense y sientan la epopeya, la leyenda, la magia, déjense llevar por “Once Upon a Time”.
Lo peor: Sinceramente, no tiene absolutamente nada negativo, se trata de un disfrute orquestal absoluto, de las que rara vez encontramos en estos tiempos, de un compositor que se las sabe todas, un mago sinfónico de la vieja escuela, William Ross.
El momento: Muchos, pero nos centraremos en dos, absolutamente fascinantes, la llegada de Roscuro a la mágica y remota Ciudad de la Sopa, “The Village of Dor”, y la leyenda convertida en música, la magia de los cuentos de hadas transformada en pentagrama, el extraordinario “Once Upon a Time”. Simplemente, estremézcanse y disfruten, se encuentran, en el mundo de Despereaux.
David “Merlín” Saiz & Asier G. “The Wizard” Senarriaga.
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