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The Devil´s Rejects

The Devil´s Rejects


Compositor: Bates, Tyler
Año: 2005
Distribuidora: La La Land Records
Duración: 59:06

Bueno
Tracklist:
  1. Tiny And His Girl/Police (04:20)
  2. Ten Cars – Twenty Five Pigs (01:32)
  3. Shootout (01:32)
  4. Mama Pulls The Trigger (02:12)
  5. Ride The Horse (01:04)
  6. Driving To The Khaki Palms (00:22)
  7. Unwanted Guests (04:00)
  8. Official Clown Business (01:52)
  9. Dirty Knees (04:05)
  10. See You In Hell (04:09)
  11. Yellow Brick Road (03:30)
  12. Another Failed Escape (02:14)
  13. Adam’s Face (01:41)
  14. The Rejects Were Here (01:09)
  15. Road Kill (02:33)
  16. Brother George/I Found Your Guy (05:56)
  17. Holy Guacamole (00:49)
  18. Hand Sandwich (01:55)
  19. Joyride (02:45)
  20. Staples (02:27)
  21. You Feeling It, Brother? (02:33)
  22. Run Baby Girl (02:33)
  23. Tiny Snaps Wydell (02:04)
  24. We’ll Come Back For You (01:49)

Antes de nada me gustaría enlazar esta reseña con el magnífico estudio diseccionado por mi compañero Luis Fernando de la paranoica primera parte de la película que nos ocupa, ese ejercicio de estilo sádico y macabro que su director Rob Zombie decidió titular House of 1000 Corpses(La casa de los 1000 cadáveres). Allí tendréis una información detalladísima de todo lo acontecido en la producción y sobre la música de este debut cinematográfico.

Una vez hayas leído esa crónica de presentación de una familia de psicópatas habitantes de nuestras peores pesadillas, estarás en disposición de sumergirte en la continuación de estas "aventuras" y "desventuras" hasta lo que se supone será la última entrega sobre estos singulares personajes.

Buscando en el baúl de los recuerdos.

Los hechos parten de un flashback que rememora parte de los crímenes perpetrados por esta familia. Es lo único que enlaza con la primera parte, salvo los personajes de Otis (Bill Moseley, que repite, un actor especializado en producciones terroríficas de serie Z), Captain Spaulding (interpretado por Sid Haig, con credenciales muy parecidas a las de Bill Moseley), Baby (interpretada por Sheri Moon, pareja de Rob Zombie), Mother Firefly (interpretada esta vez por Leslie Easterbrook, que sustituye a Karen Black) y Tiny (el recientemente fallecido gigante de Bigh Fish, Matthew McGrory).

Geoffrey Lewis

A estos personajes ya conocidos de la primera parte les acompañan actores míticos de películas de terror de los años setenta y principios de los ochenta, un cine que evidentemente marcó al director. Por un lado, tenemos al veterano Geoffrey Lewis (padre de Juliette Lewis), actor mítico mil veces visto en más de una producción fantástica (Salem's Lot, Night of the Comet, Annihilator, etc.), que aquí hace de Roy Sullivan, un cantante de country que tiene la mala suerte de coincidir en un motel de carretera con Otis y Baby.

Luego estáPriscilla Barnes, que interpreta a la mujer de Roy Sullivan. Priscilla es otra todoterreno del género de terror, participando en películas como Tintorera, Delta Fox o Stepfather III.

Michael Berryman

Una de las grandes sorpresas es encontrarnos con toda una "cara" del género de terror de finales de los setenta, el actor Michael Berryman (The Hills Have Eyes, One Flew Over the Cuckoo's Nest, Weird Science, etc.), que aterroriza a cualquiera con esa enfermedad en la piel que le hace no tener nada de pelo (aparte de ser un poco difícil de ver). Aquí no hace un papel demasiado destacable y se nota, y mucho, que Rob lo ha metido con calzador por realizar un homenaje a su persona.

Ken ForeeOtro mítico nombre de este tipo de cine es Ken Foree (Dawn of the Dead, Knightriders, From Beyond, etc.), que aquí interpreta a Charlie Altamont, un proxeneta que parece tener una relación de parentesco con el Capitán Spaulding (ellos dicen que son hermanos, pero el color de su piel no dice lo mismo).

William Forsythe

Finalmente tenemos a un incansable actor, William Forsythe (Once Upon a Time in America, Raising Arizona, Extreme Prejudice, Dick Tracy, The Rock, etc.) , que aquí hace el papel de Sheriff Wydell, uno de los mejores personajes, si no el mejor, de toda la película. William realiza un papel magnífico (uno de los mejores de toda su carrera, y eso es decir mucho) , el de un sheriff totalmente atormentado por la muerte de su hermano a manos de esta pandilla de psicópatas. Wydell no para de darles presa hasta sus ultimas consecuencias, considerándose el "Brazo Vengativo de Dios".

Con esta platea de secundarios y personajes, Rob Zombie nos presenta una de las apuestas más arriesgadas del cine comercial fantástico (aunque en verdad esta cinta no pueda denominarse como fantástica de una forma exacta), un regreso a las bases que marcaron el cine de terror rural, no ya de películas como La Matanza de Texas, de Tobe Hooper (de la que sí bebía exageradamente la primera parte), sino más bien de aquellas presentadas por Wes Craven, como The Last House on the Left o The Hills Have Eyes.

A la Caza del Asesino

El directorRob Zombie le da la vuelta a la tortilla en esta segunda parte, dejando que esta familia de psicópatas sea realmente la protagonista de la historia. Esto produce que el espectador se encuentre en una situación un tanto diferente a la de su primera parte. Aquí el espectador convive con los asesinos y su diabólica forma de vida, incluso conviviendo con sus conversaciones intrascendentes, pero cercanas a la normalidad. Es por ello que el espectador siente tal vez más miedo, pero de una forma diferente. Ahora no es miedo a lo desconocido, sino a la naturaleza humana, capaz de llevar a cabo las más desagradables atrocidades y vejaciones con tal de satisfacer su naturaleza enfermiza y psicópata.

Esta situación en la que nos sitúa Rob Zombie es excelente para el giro de los acontecimientos que finalmente da el estupendo guión. Los cazadores se encuentran ahora en una situación invertida, ya que son la presa de una caza llevada a cabo por una de sus víctimas. Es una especie de moraleja que Rob da al espectador, queriendo decir que todos los actos que el hombre hace tienen sus consecuencias, y que la violencia genera violencia (aunque él sea un cronista único de la violencia extrema y sin concesiones en el genero cinematográfico, incluso que disfrute con ello).

William Forsythe desatadoSon esos momentos, los finales, los mejores de toda la película, con un William Forsythe desatado, creando un personaje bástante humano (aquejado de los obvios sentimientos de venganza que atenazaría a toda persona en su misma situación).

Es extraño cómo esa vuelta de tuerca provoca sensaciones extremas en el espectador, pasando de la repulsión más desatada por los atroces asesinatos perpretados por la pandilla protagonista, al regocijo en igual intensidad, cuando William Forsythe ejerce esta vez de verdugo con iguales técnicas de tortura física y psicológica. Rob nos demuestra que una misma acción, dependiendo de quién la genere, o cuándo se genere, provoca en la persona respuestas psicológicas diferentes pero a la vez extremas.

El resto de la trama, la parte central, nos recuerda levemente a la primera parte de Abierto hasta el amanecer, con el secuestro y posterior asesinato grotesco de los rehenes.

Al final del caminoCabe destacar también un epitafio al relato de Zombie, un inserto final totalmente obviable que no hace más que poner un punto final bastante convencional (aunque con cierta coherencia) a una historia que podría haber terminado perfectamente con estos asesinos libres aunque infinitamente torturados.

Como película The Devil´s Rejects es muy superior a su antecedente. Los actores, el guión, la dirección ... todo supera con creces a una película que buscaba asentar las bases de la dirección de Rob, sin hacer demasiado ruido, más que plantear un decidido (y excelente) homenaje a una película puntal de la cinematografía fantástica, La Matanza de Texas. Ahora Rob demuestra su calidad como director de este género, renunciando a que toda su trama sea un homenaje (limitándolo a situaciones, no más) como lo fue su primera parte y creando ya un referente claro del cine de terror rural. Rob Zombie se sitúa así en uno de los mejores directores de terror que ha dado los últimos tiempos. Sólo esperemos que cambie de personajes y nos adentre en otro tipo de cine tenebrista y pesadillesco, confirmando así sus habilidades en el género.

La Banda sonora del Diablo

El compositorRob comenta en el texto del libreto del CD que la música fue una de los elementos de su película que más quebraderos de cabeza le provocaban, en el sentido de que no sabía qué compositor podría aportarle el sonido que buscaba.

Esa búsqueda le llevó a Tyler Bates, un compositor que tal vez habría llamado su atención por la partitura de ese magnifico remake Dawn of the Dead. La partitura de Bates era muy efectiva en escena, y tal vez por eso Rob decidió que Bates era su hombre, ya que buscaba que las imágenes tuvieran un apuntalamiento en la música y no que destacase por encima de ellas.

Es cierto el interés de Rob por un compositor que tuviera claro el sonido de su historia, pero no por eso las canciones dejaban de volver a ser el verdadero soporte musical de la película, apareciendo en los momentos más importantes de esta. Esto hace pensar que Rob, como músico de rock, está mas familiarizado con la creación de segmentos visuales acompañados de canciones que de un score, ya que él dirigía sus propios videoclips. Esta creación de "mini-videoclips" a lo largo de toda la película es de vital importancia para el dinamismo, y no seré yo el que diga que estas canciones no están bien utilizadas, ni mucho menos. De hecho, creo que están excelentemente escogidas.

Así, el score de Bates tiene una clara función, la de servir de nexo de unión entre el "silencio" (escaso) y esas canciones. De ahí que por mucho que las palabras de Rob sean de elogio para Bates, la función de la música de este último no deja de ser secundaria.

Para los aficionados y para el propio compositor, esta impresión no es del todo correcta, y es que siempre la función de un score es de vital importancia. En este caso no deja de serlo, y es que Bates se ve enormemente motivado a la hora de crear el tapiz sonoro de esta singular historia. Mucho tuvo que ver la manga ancha que Rob dio al compositor, sabedor este como creador y músico que la libertad creativa es determinante para dar los mejores resultados.

Bates decide imponerse un desafío claro, crear el "Sonido del Diablo", un sonido exento de cualquier melodía, formado por efectos sonoros, percusiones y distorsiones de distintas procedencias.

Bates juega con el sintetizador, la farfisa (un órgano eléctrico), el mellotron (otra especie de piano eléctrico, propio de los años setenta), efectos sonoros realizados con el bajo eléctrico y la guitarra eléctrica, voces y retoque informático de esas voces, y sobre todo mucha percusión. Y es precisamente la percusión lo que más destaca en la partitura de Bates, creando un espectro sonoro violento y salvaje en cortes como "Ten Cars - Twenty Five Pigs", "Shootout" o "Mama Pulls the Trigger", todos relatando la primera escaramuza de la policía con la familia de psicópatas a modo de tiroteo salvaje propio del genero western.

Para la creación de todos estos sonidos, Bates formó para la ocasión la Khaki Palms Orchestra (en referencia al nombre del motel donde ocurre la parte central de la película). Esta unión de músicos se ve plenamente representada en la partitura. Si Rob quería una partitura sacrificada a las imágenes, de veras que Bates dio en la clave, pues su partitura, aparte de crear una ambientación única, es apenas retenida por el oyente.

Está de más, por lo tanto, decir que la partitura es muy, pero que muy dura en una escucha aislada. Sorprende incluso que tenga una edición discográfica (bastante buena, por cierto, algo obvio tratándose de La La Land Records), pues para muchos, sobre todos los que no hayan visto la película, esta se presenta como una acumulación de sonidos y efectos sonoros que sólo buscan crean ambiente (y vaya ambiente).

Pero evidentemente, no por ello debemos denostar el trabajo de Bates para esta cinta, por mucho que a todos nos guste más una partitura con temas épicos, melódicos y fáciles de silbar al salir del cine. Recordemos que la principal función del compositor es deberse a las imágenes, algo impuesto por Rob, y reafirmado por Bates.

En definitiva, se trata una partitura mucho más trabajada que la que Rob Zombie hizo en su primera parte, estudiada, experimentada, pero definitivamente no aconsejable en una escucha aislada.

Lo mejor: Se ajusta perfectamente a la película, creando un desasosiego musical perfecto para apoyar a las imágenes.

Lo peor: Decididamente no es para escuchar todos los días.

El momento: "Tini and his Girl - Police" por la incorporación de la voz de Nan Vernon.

DDBSpawn (David Doncel Barthe)

 
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