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Luis Miguel Carmona puede vanagloriarse de ser uno de los nombres más destacados en el ámbito de la información sobre bandas sonoras, y sobre cine en general, dentro de nuestro país. Con un amplio currículum en su haber, que abarca desde participaciones en diversos programas televisivos hasta colaboraciones en revistas del ramo, pasando por la edición de varios libros, nos presentó el pasado año un nuevo libro de consulta de obligada lectura para los aficionados a la música de cine, "Diccionario de Compositores Cinematográficos".
Avalado como viene por la editorial T&B, especialista en publicaciones y monográficos sobre el mundo del cine, "Diccionario de Compositores Cinematográficos" podría verse como una actualización revisada de su anterior "Nombres de la Banda Sonora" (1996). Por decirlo en pocas palabras, se trata de una extensa y completa obra, fruto de una descomunal labor documental por parte del autor, de la que como resultado tenemos un amplio listado ordenado alfabéticamente con todos (tal y como reza la contraportada) los nombres relevantes en la historia de las bandas sonoras.
El libro se abre con una brevísima revisión de los 100 años de la música de cine, destacando los hitos más importantes acaecidos en cada año, y se cierra con un listado de ganadores, organizado por años, para los premios más importantes relacionados con las bandas sonoras en distintos puntos del mundo.
Es la parte central la que constituye no sólo el núcleo del libro, sino casi la totalidad del mismo. Con una precisión enciclopédica, el autor nos detalla en completas fichas una biografía del autor, en la que se hace especial hincapié en los nombres clave en la vida del compositor, en sus influencias y en sus obras más representativas, y a la que sigue la discografía completa del autor, ordenada cronologícamente.
Esta exhaustiva recopilación se convierte en una muy recomendable guía de obligada consulta, actualizada hasta inicios del 2003, pero aún así indispensable para conocer a los maestros y a los nombres clásicos en las bandas sonoras. De todos ellos encontraremos sobrada información en esta obra. Obviamente, tratándose de una obra de tales características, no resulta indicada para su lectura de principio a fin, pero sí que puede resultar útil su consulta en determinados momentos. También, por el mismo motivo, nos ofrece como ventaja la posibilidad de iniciar su lectura en cualquier punto del libro, algo muy indicado para aquellos momentos en los que no tenemos mucho tiempo para la lectura, pero sí ganas de leer algo interesante.
Resulta especialmente reseñable el hecho de que, hasta la fecha, este libro constituya la mayor fuente de información existente sobre compositores europeos. Tanto es así que las cifras de ventas de la obra en países como Francia e Italia no son nada despreciables.
A destacar además el apartado incluído a continuación del diccionario, una selección de los 800 mejores temas en opinión del autor. Con tan amplia selección, resulta difícil que no coincidamos con él en la mayoría.
El principal defecto, por llamarlo de alguna forma, que le veo a este diccionario es que, a pesar de comprender información sobre un elevado número de compositores, distinguiendo además entre géneros, siento que todavía se queden fuera de este libro algunos nombres, incluso a pesar de que ya lleven algunos años como compositores. La mayoría han trabajado normalmente como orquestadores, y me vienen a la cabeza algunos nombres como Shirley Walker, Mark McKenzie, William Ross, Conrad Pope... Aunque podría achacarse a que algunos de estos compositores han saltado a la fama muy recientemente (por citar un ejemplo, Pope sólo tiene hasta el momento una obra editada, Pavillion of Women), y otros como Don Davis, Klaus Badelt o Brian Tyler, son autores cuya fama no ha despuntado para el gran público hasta el mismo año 2003, por lo que se justifica un poco la no inclusión de los mismos por problemas de tiempo. Supongo que la omisión de éstos y otros compositores será subsanada en la esperada reedición de la presente obra.
Aún así, el libro se confirma como una obra de consulta muy recomendable que gustará a todo tipo de aficionado, por la amplitud de campos que abarca. Los coleccionistas más veteranos encontrarán una guía de referencia muy completa, y los recién llegados tendrán a su disposición todo un mapa del universo en el que acaban de adentrarse.
Bac Hylon
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