Tracklist:
- El Pueblo (3:39)
- En el Cementerio (3:35)
- La Cueva (4:07)
- Justo Pastor (4:05)
- En la Galería (3:23)
- La Iglesia (4:04)
- Hemoptisis (2:18)
- Cruz y Cine (2:26)
- El Cuerpo (5:29)
- El Espejo (6:47)
- Estigmas (2:40)
- Don Eugeni (2:41)
- Polvo (6:28)
- El Mar (3:36)
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Javier Navarrete ya había trabajado con Agustí Villaronga en Tras el cristal y en la exitosa 99.9. La historia de El mar esconde, tras sus cortinas de sordidez propias de la guerra civil española, una historia de amor entre dos personas, Andreu y Manuel, que han visto cómo la vida les asignaba un duro hueso que roer, vivir en una época de soledad, dolor y violencia. Cuando son niños se acercan demasiado al corazón tenebroso de la guerra al ver fusilado al padre de un amigo, en un lugar tan tranquilo pero a la vez terrorífico para esas edades como es un cementerio. Ese momento concreto de sus vidas los dejará marcados para siempre, al contemplar directamente los ojos de La Muerte, en una edad donde la magia debería reinar en sus vidas.
Con el paso de los años Andreu y Manuel coinciden en un hospital, aquejados de una misma enfermedad, la tuberculosis. Mientras uno capea como mejor puede su enfermedad, otro vive terriblemente atemorizado por ella, sujetándose a lo único que puede ofrecerle algo de esperanza, la religión.
Poco a poco Manuel va descubriendo que la admiración que va sintiendo por Andreu y su idealista forma de comportarse ante la enfermedad van mas allá de un mero sentimiento de amistad.
El mar, basado en un excelente libro de Blai Bonet, es una atmosférica película de Villaronga, que de nuevo vuelve a dominar como pocos directores españoles esa atmósfera cargada, terrorífica y a veces enfermiza (una técnica narrativa que tiene su mayor exponente en la sórdida 99.9), que tan difícil es ver en el cine autóctono.
El mar fue una película que en su momento se vendió como una historia de terror, tal vez debido a las oscuras imágenes y al contenido del relato, que basaba casi toda su trama en sensaciones, miradas e imágenes, más que en diálogos que buscaran explicar demasiado. Todo el trailer promocional estaba rodeado de esa extraña aureola de secretismo, que no contaba demasiado y que picaba al espectador a ver realmente en qué consistía esta extraña historia (algo que desgraciadamente no suelen hacer los trailes actuales, empeñados en contar toda la trama en 2 minutos).
Javier Navarrete compuso una partitura excelente, muy en la línea del mejor Howard Shore para las películas de David Cronenberg. Su música hace gala de una atmósfera cerradísima, donde las sensaciones expresadas en los claroscuros creados por Villaronga son reflejadas en notas grisáceas y compactadas, despertando una sensación única en el oyente.
Esa unidad en la composición es tal que el que escucha no experimenta una sensación de percibir segmentos formando un todo, ya sea en al ámbito de la composición o la instrumentación. En verdad uno experimenta una extraña sensación, como si ese sonido fuera un todo, creado así desde sus orígenes. Ese todo es indivisible e infragmentable, demostrando una unidad estilística difícilmente encontrable en nuestros días (como ya he apuntado, Howard Shore es el único compositor conocido capaz de crear esas tonalidades).
Mejor sin duda que su partitura más famosa, El espinazo del diablo (esta última basada en los patrones de El mar, aunque mucho mas anodina fuera de las imágenes), Javier Navarrete sigue apostando por la orquesta con amplia proliferación de las cuerdas para buscar esas texturas musicales cerradas.
Los 14 cortes que integran el disco editado por JMB no dejan lugar a la duda de que el estilo de Javier Navarrete es único en nuestra filmografía nacional. El mar es una de las mejores partituras que ha dado el cine español, a pesar de ser una composición de dificilísima escucha fuera de las imágenes, incapaz de ceder ni un milímetro a las posibles debilidades melódicas que muchos compositores pueden tener, con el fin de destacar por encima de las imágenes.
Lo mejor: Es una obra tremendamente madura, capaz de despertar sensaciones muy delimitadas en el estado anímico del oyente.
Lo peor: Aquellos que disfruten de bandas sonoras con pegadizos leitmotivs no encontraran aquí nada de lo que buscan.
El momento: "Polvo".
DDBSpawn (David Doncel)
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