Tracklist:
- Eragon (04:12)
- Roran Leaves (03:22)
- Saphira's First Flight (02:12)
- Ra'zac (02:48)
- Burning Farm (03:08)
- Fortune Teller (03:56)
- If You Were Flying (02:55)
- Brom's Story (02:53)
- Durza (02:20)
- Passing The Flame (03:05)
- Battle for Varden (09:59)
- Together (02:18)
- Saphira Returns (01:49)
- Legend of Eragon (02:08)
- Keep Holding On (03:57) (Avril Lavigne)
- One In Every Lifetime (04:17) (Jem)
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Un escritor precoz
Eragon, el libro, se vendió como obra de un chico de 15 años. Hay que matizar que cuando Christopher Paolini tenía 15 años no hizo más que empezar a idear una historia y a escribirla a mano en un cuaderno. Con el tiempo, la pasó a ordenador y dedicó un año a revisar el texto. Y con más tiempo, otro año, dejó que la leyeran sus padres y otros familiares, que revisaron de nuevo argumento y estilo para darle forma. En fin, que cuando los progenitores de la criatura decidieron pagar de su bolsillo la publicación de la novela, el bueno de Christopher seguro que se afeitaba cada día; y cuando una gran editorial, Alfred A. Knopf Books for Young Readers, lo editó a gran escala en su país, ya le podían servir alcohol en los bares de Montana.
Es decir, cuando el libro salió a la venta masiva en Estados Unidos, Paolini ya tenía 20 años. No es por quitarle mérito, pues con esa edad sigue siendo un talento precoz, pero quizá no es ni tan talentoso ni tan precoz como nos han querido vender.
En cualquier caso, Eragon, primer volumen de la llamada Trilogía del Legado, ha vendido millones de ejemplares en todo el mundo, lo mismo que su segundo volumen, Eldest, y en eso no cabe discusión alguna.
El autor ha sido un gran devorador de novelas de fantasía y con su libro consiguió eso que llamamos "llegar y besar el santo". Seguimos con más refranes: "Más vale llegar a tiempo que rondar un año", y en ese año 2003, cuando se publicó Eragon, las películas de El señor de los anillos estaban en pleno auge y millones de personas parecían sedientas de literatura y cine de fantasía. Era un momento ideal para publicar el libro con vistas a un éxito masivo, y los editores acertaron de pleno.
La novela de Paolini se sitúa en una tierra imaginaria llamada Alagaësia, a modo de una Tierra Media con sus costas, cordilleras, bosques y desiertos, habitada por seres humanos, enanos, elfos, una suerte de orcos con cuernos (según el libro) llamados úrgalos, y, naturalmente, dragones.
En ese mundo, gobernado con mano tiránica por un rey llamado Galbatorix (John Malkovich), Eragon (el novato Ed Speelers, seleccionado entre no sé cuántos miles de candidatos), un adolescente huérfano -o presuntamente huérfano-, vive con su tío y su primo Roran (Chris Egan) en su granja junto a la aldea de Carvahall. En las montañas encuentra lo que resulta ser un huevo de dragón, criatura fantásticas que se creía extinguida en Alagaësia. Se trata de Saphira (con voz de Rachel Weisz en versión original), dragón del cual Eragon es su jinete. Tras el asesinato de su tío a manos de unos seres llamados Ra'zac, enviados por Galbatorix y su hechicero Durza (Robert Carlyle), el chico huye de su aldea en compañía de Brom (Jeremy Irons), que le instruirá en la magia y en sus capacidades como jinete de dragones, y le conducirá hacia el refugio de los rebeldes que luchan contra el rey, los llamados vardenos. Y por el camino se unen otros dos personajes: una elfa llamada Arya (Sienna Guillory) y otro joven llamado Murtagh (Garrett Hedlund).
Al joven escritor se le ha criticado constantemente que el argumento general tiene muchas conexiones con obras más famosas, como El señor de los anillos y La guerra de las galaxias. Desde luego, coincide en que es la historia de un joven anónimo arrojado por el destino a desempeñar el papel protagonista en la lucha contra el mal, tras un período de aprendizaje con un mentor que le enseñará muchos secretos. No es muy original, pero ¿qué saga fantástica lo es completamente? Esas mismas premisas las tenemos en muchas más obras fantásticas o de ciencia ficción, llámese el protagonista Eragon, Frodo, Harry Potter o Luke Skywalker, pero también Ender (El juego de Ender, de Orson Scott Card), Ged (Un mago de Terramar, de Ursula K. Le Guin) o Jack (Memorias de Idhún, de Laura Gallego, que también empezó a pensar en su trilogía con 15 años), y el correspondiente mentor se conozca como Brom, Gandalf, Dumbledore, Obi Wan, Ogion o como queráis. Con esto quiero decir que no se puede culpar al autor de Eragon de falta de originalidad cuando muchos otros autores, algunos consagrados, cometieron el mismo pecado sin recibir la misma pedrada.
No se puede decir que el libro sea una maravilla, pero es entretenido y su historia, a pesar de sus muchas ideas heredadas de argumentos similares, puede llegar a enganchar. En cualquier caso, el éxito editorial condujo a su adaptación al cine, y su estreno aprovechó el hueco que otras sagas de magia y fantasía habían dejado en la Navidad del 2006.
Perdonad la suculenta ración de inevitables SPOILERS que vendrá a continuación. Dejad de leer si todavía no habéis leído el libro o visto la película y no queréis enteraros de demasiadas cosas... Avisados quedáis.
La película o lo que pudo haber sido y no fue...
El problema es que su adaptación cinematográfica ha sido en muchos aspectos desastrosa. Para quienes no han leído el libro, la trama suena a mezcla de Star Wars y El señor de los anillos, pero con una dirección cutre, diálogos penosos y una batalla final birriosa. Y para gran parte de los fans del libro, la película no fue más que una decepción.
Es cierto que en el 90% de los casos de adaptaciones literarias a la gran pantalla el libro supera con creces al resultado fílmico. Casi todas las películas cambian cosas de los libros en los que se basan, sea por acortar su duración o porque hay hechos narrados en papel que deben variarse para mostrarlos en un lenguaje cinematográfico más apropiado. Pero lo importante cuando un libro se lleva al cine, en mi opinión, es mantener la esencia de la obra y hacerlo con respeto.
En el caso de Eragon no ha sido así. Si cuando, finalizada la película, lo primero que uno escucha es la voz de una niña de unos 12 años diciendo que "este director ni siquiera se ha leído el libro", es que algo falla. Si además esa misma niña asegura que no irá a ver una segunda parte si llega hacerse, es que aún falla más.
Y fallar en la adaptación es lo que han conseguido la Fox, el director novato Stefen Fangmeier, un experto en efectos especiales de Industrial Light and Magic con algo de experiencia como director de segunda unidad, y el guionista Peter Buchman, cuya mayor contribución a la historia cinematográfica había sido hasta ahora el argumento de Parque Jurásico III.
Aparte de eliminar personajes que quedaban bien en la historia y que tienen un papel destacado en Eldest (el enano Orik, el hombre-gato Solembum, la novia de Roran, Katrina, la niña bendecida por Eragon al final de la batalla o los malvados gemelos), otros más importantes que sí salen apenas son esbozados, caso de Murtagh, Ajihad, Roran, Hrothgar o Nasuada.
No querer sobrepasar en exceso la hora y media de película -además de tener intención de dejarla en versión "para todos los públicos"- es el principal factor en la eliminación de personajes y tramas que hubieran aportado más riqueza al conjunto final. Se podría haber conseguido una adaptación mucho mejor con más minutos –no demasiados-, pues el presupuesto estimado -100 millones de dólares- daba para mucho más.
Entre los aspectos positivos, que también los hay, destacaría la actuación de Jeremy Irons como Brom, la dragona digital, la fotografía y, naturalmente, la música de Patrick Doyle.
No quiero extenderme más en lo mala que es la adaptación de un libro que no está tan mal como deben de pensar muchos tras haber visto el film. Así que mejor pasemos al apartado musical.
La banda sonora
Tuve el privilegio de ser de ese pequeño grupo de aficionados que cenó una noche con Patrick Doyle en Barcelona, cuando vino a dar un curso en el marco del Festival de Cine Independiente. Eso fue en noviembre de 2006, poco antes de la edición del disco y del estreno de la película. Cuando le preguntamos cómo era la música de Eragon, nos contestó: "Heroica y con mucha percusión".
En el curso dejó que los asistentes escucháramos como primicia el tema de "Battle for Varden", diez minutos de acción frenética, aunque con momentos intercalados en los que presentaban el tema central y el de los malos, con abundante percusión, tanto real como electrónica. La primera sensación fue algo rara. La orquesta sonaba a Patrick Doyle, pero el resultado global, con toda esa percusión, parecía algo más próximo a alguien salido de MediaVentures.
El compositor explicó que se le pidió un sonido moderno. Es decir, que sin dejar de ser sinfónico, se acercara en cierto modo a los patrones rítmicos del rock, como música a la que es más sensible el público adolescente al que estaba destinada la película. Por otro lado, Doyle comentó que el compositor cinematográfico que quiere mantenerse en primera fila debe tener "mano izquierda" y, aun haciendo concesiones cuando es necesario, ha de tratar de convencer a quienes le han contratado de que la música que está escribiendo es la más adecuada para la película y para cada escena en concreto. Más o menos se trataría de adaptarse a las exigencias de productores y directores, pero "barriendo hacia casa", sin perder el propio sello que define a cada cual.
Eragon es un buen ejemplo de esto. Escuchando su banda sonora uno aprecia que a Doyle se le ha pedido un trabajo muy rítmico, muy heroico y con un tema central que quede grabado en la mente de los espectadores. Y el compositor ha llevado esas peticiones a su terreno escribiendo una partitura que, no nos engañemos, es "sonido Doyle" en un 90%.
Los temas
Tema de Eragon (escuchar)
En Barcelona el compositor escocés también explicó que su amigo y antiguo ayudante John Powell le preguntó una vez cómo había que comenzar a trabajar una banda sonora. Doyle le dijo que la búsqueda de un tema principal es casi siempre el primer paso, y que tiene que ser un tema que defina la idea general de la obra y que se pueda variar de múltiples formas para expresar todo tipo de sentimientos que las escenas requieran. En el caso de Eragon nos encontramos con el ejemplo perfecto, un motivo potente y retentivo que puede arreglarse para evocar sensaciones muy dispares.
De hecho, uno de los aspectos que más se han criticado en este trabajo es que el tema central se repite como una sobredosis de ajo. Es cierto. Probablemente, es una exigencia y, además, se trata de un leitmotiv que va asociado tanto a Eragon como a Saphira (suena en varias ocasiones en que vemos a la dragona sola), como dejando claro que jinete y dragón son una sola cosa. De ahí que en el score sea casi omnipresente.
En su defensa, aparte de que es un tema sensacional, hay que alegar que se presenta de muchas maneras: heroico, solemne, triste, dramático, épico... Pero, es verdad que hay más abuso que uso y a algunos oyentes les puede llegar a cansar.
Tema de los malos (escuchar)
Una nota larga, seguida de otras cinco forman el motivo asociado a los malos de la película, y se usa indistintamente para Galbatorix, Durza, los Ra'zac o los úrgalos. De hecho, se escucha en muchas ocasiones a lo largo del score, con tono siniestro y en la batalla incrustado entre los ritmos que marcan la acción.
Tema de Brom (escuchar)
La primera vez que se escucha en el filme el leitmotiv del antiguo jinete de dragones que ejerce como maestro de Eragon es en la taberna de Carvahall, cuando relata cómo Galbatorix acabó con todos estos seres mágicos que habían existido en el pasado, al tiempo que los soldados le obligan a callar. Ese momento no viene recogido en el CD. Sin embargo, el desarrollo amplio de este motivo musical lo encontramos en "Passing the Flame".
Tema del viaje (escuchar)
Escuchamos este vibrante tema en las tomas aéreas sobre las montañas que recorren Brom y Eragon a caballo cuando huyen de Carvahall. En el CD corresponde al tramo final del corte "Burning Farm". Pero en la película aparece de nuevo con imágenes similares, más adelante, cuando están a punto de llegar al pueblo sobre el lago donde Eragon se encuentra con la adivina Angela.
Pista a pista
1. Eragon (4:12)
El CD arranca con el tema de Eragon interpretado suavemente hasta que, con un recurso que Doyle empleara ya en la obertura de Mucho ruido y pocas nueces, lo levanta, cambiándole tempo e introduciendo la percusión, para convertirlo en un fantástico motivo heroico que crece y crece (escuchar). Esta versión está creada expresamente para el disco y no se utiliza como tal en la película, si bien la estructura de sus primeros compases es en esencia similar a la de "If You Were Flying".
2. Roran Leaves (3:22)
Parece que vayamos a escuchar el tema principal de Jurassic Park, pero no. Es el mismo motivo de Eragon el que se inicia en tono dramático con cuerdas y maderas acompañando la partida de su primo "clónico" Roran, que abandona el hogar en busca de una nueva vida. La música cobra gran emotividad en algunos delicados pasajes que corresponden al instante de la despedida, con líneas melódicas distintas que se van encajando entre la del tema principal. Se trata de una composición muy propia de Doyle, emparentada con los temas dramáticos suaves que hemos oído en Nouvelle-France (Tierra de pasiones) o Seconhand Lions (El secreto de los McCann), y más recientemente en Wah-Wah.
3. Saphira's First Flight (2:12)
El corte comienza más animado, con maderas juguetonas seguidas de una variante del tema principal. El chico intenta que Saphira, todavía una cría, vuele. La música se detiene cuando la pequeña dragona se mantiene por primera vez en el aire y desaparece en el cielo, pero suena de nuevo el tema central solemne y tras un crescendo, vemos a Saphira crecer en varios fogonazos hasta adquirir su gigantesco tamaño (un recurso que no ha gustado nada a los fans del libro). Su aparición a los ojos del chico se acompaña por un contundente tema de metales muy wagneriano (escuchar), al que sigue una nueva versión calmada del leitmotiv de Eragon.
4. Ra'zac (2:48)
Tras una entrada calmada, se presenta el tema de los malos (escuchar), seguido de unos compases tétricos de marcha militar. Es la escena en que los Ra'zac interrogan al tío de Eragon. La siniestra música crece y, a continuación entra un potente tema de acción, muy marcado por el dramatismo de la huida, cuando el chico escapa y es recogido por Saphira (escuchar).
5. Burning Farm (3:08)
El hallazgo del cadáver del tío Garrow en la granja quemada se acompaña de una desconsolada melodía de cuerdas, carácter que se mantiene cuando Eragon grita a Saphira que se vaya, achacándole la culpa. Esas cuerdas desesperadas siguen hasta la aparición de Brom. A partir de ahí el corte comienza a coger ritmo. El cuentacuentos descubre que Eragon es un jinete de dragones y empieza a preparar la huida quemando la granja. La última parte contiene la única versión en el CD de lo que he llamado tema del viaje, con percusiones marcando el galope de los caballos, mientras los vemos avanzando por las montañas en un gran plano aéreo (escuchar).
6. Fortune Teller (3:56)
Toda la primera parte de este corte tiene un aire misterioso y sofisticado, con flauta, que está asociado a la adivina Angela, otro personaje al que el filme ha sacado muy poco provecho. Hacia la mitad se produce un interesante cambio de ritmo y se inicia el desarrollo en un tema de acción, con papel un destacado de las percusiones –electrónicas incluidas- sobre las cuerdas y apuntes con los bronces del tema principal. Corresponde a la primera lucha de Eragon contra los úrgalos y la primera vez que el joven utiliza la magia. El patrón rítmico es el mismo que Doyle utiliza más tarde para iniciar la batalla de los Vardenos en Farthen Dûr (escuchar).
7. If You Were Flying (2:55)
Llegamos a la espectacular escena de vuelo de Eragon con Saphira con la silla de montar fabricada por Brom, quien le dice: "Sería más fácil si fueras volando", comienza como el primer track, "Eragon", aunque luego hay diferencias en su desarrollo, más dinámico en este corte que en el inicial. También es más corto que el primer tema del CD, incluida la fanfarria final, cuando Eragon es capaz, por medio de la magia, de ver con los ojos de su dragona (escuchar). Es una de las escenas más –si no la que más- espectaculares de la película y el sonido triunfalista de la música tiene mucho que ver en ello.
8. Brom's Story (2:53)
Los tambores dan un toque fúnebre al inicio de este corte, con coros solemnes, cuando Eragon ve en la mano de Brom la marca de los jinetes y éste explica su historia. Al poco tiempo, cambia de tono hacia el suspense, cuando revela al muchacho que su dragón murió. La música va progresivamente evolucionando para adquirir un tono más optimista, de nuevo con el tema de Eragon. Pero su final corresponde a una escena con Durza y los úrgalos, más lúgubre y con apuntes del tema de los malos, con los vientos de madera y coros finales.
9. Durza (2:20)
Track lento y siniestro con el tema de los malos (escuchar). Se utiliza en la escena en la que Eragon va a rescatar a Arya en Gil'ead y en su final encontramos apuntes musicales de magia y misterio, que marcan el inicio del enfrentamiento entre Eragon y el Sombra. Sin embargo, la música de acción que se escucha en la película a continuación, correspondiente a la lucha, con la aparición de Brom, Murtag y Saphira, y la huida de Gil'ead, no se incluye en el CD. Una lástima.
10. Passing the Flame (3:05)
Durante la agonía de Brom (que es herido de muerte por Durza de una forma decepcionante, desde el punto de vista de los lectores del libro, y absurda e inconexa, desde el punto de vista de cualquier espectador), escuchamos en este corte su tema, interpretado de forma majestuosa cuando le entrega a Eragon la espada Zar'roc (escuchar). El tema se vuelve más solemne y emotivo a medida que sabemos que Brom está a punto de morir, en especial cuando hace su vuelo final sobre Saphira, e incluso los temas de Brom y Eragon llegan a superponerse, encajando armónicamente (escuchar). El pasaje final del corte corresponde al entierro del maestro.
11. Battle for Varden (9:59)
Como ya se ha dicho, este es el corte que Doyle presentó y comentó en el curso impartido en Barcelona. Además del trabajo que representó escribir y grabar la percusión –algo que se hizo aparte del resto de la orquesta, apoyándose en los sonidos electrónicos pregrabados-, el compositor destacó la dificultad que conllevó desarrollar este tema a lo largo de diez minutos intentando que la tensión y la intensidad fueran cada vez mayores, una compleja labor en la que hay que jugar con el tempo, el volumen, el tono, la orquestación y todos los elementos que ayuden a que la música crezca progresivamente en su desarrollo.
Así, este corte musical de la batalla que conduce al clímax de la película comienza con las cuerdas, marcando un tema rítmico cuando Eragon es conducido a la herrería de los enanos de Farthen Dûr (escuchar), donde le entregan su armadura para la batalla. Se van montando todos los preparativos para la lucha mientras se van acercando los úrgalos al refugio de los vardenos, al tiempo que el tema principal, cada vez de aire más heroico, se va intercalando y superponiendo en ocasiones entre el patrón percusivo que progresa constantemente.
Tras una visión de la imagen de Saphira, también cubierta con armadura, el corte da un giro rítmico para adquirir más dinamismo y tensión (escuchar). Eso sucede cuando los úrgalos están llegando a las puertas de Farthen Dûr y los vardenos, con Ajihad al frente, se preparan para el combate. La música se detiene para subrayar la tensión del momento cuando los úrgalos golpean con arietes la puerta de entrada, y vuelve a arrancar con otro patrón rítmico más acelerado cuando la tiran al suelo y entran (escuchar). Eso marca el comienzo de la batalla.
La música se va desarrollando sobre esa base rítmica que, de tanto en tanto, varía para retomar el tema de Eragon o el de los malos, subrayando la acción o los instantes más heroicos. El tema principal suena emotivo durante la conversación del protagonista y la dragona antes de lanzarse al combate, cuando ella lanza su primera bocanada de fuego. Luego, lo escuchamos más potente en el primer ataque de Saphira sobre los ejércitos de Galbatorix.
La pieza, que va ganando intensidad compás tras compás, se detiene cuando aparece Durza, y escuchamos el tema de los malos en toda su potencia (escuchar), seguido de un motivo dramático cuando lanza su conjuro para crear su fantasmagórica criatura voladora, con un sonido que recuerda a momentos tensos de Harry Potter and the Goblet of Fire. La lucha queda a partir de entonces enmarcada en un cara a cara entre el Sombra y Eragon, cada cual en su montura, con los temas musicales de cada uno alzándose sobre el ritmo de la pieza cada vez con más fuerza. En la película, en el momento más intenso del combate, con las bestias voladoras cuerpo a cuerpo, la percusión es la que toma el mando de la música, hasta una entrada de los metales que parece sacada de Mary Shelley's Frankenstein. El tema y la escena siguen creciendo hasta que Durza y el chico se encuentran frente a frente y Eragon arranca el corazón al Sombra (escuchar), y la música termina de forma dramática cuando Saphira cae al suelo, no sabemos si muerta, a causa de las heridas recibidas.
12. Together (2:18)
Tras la batalla, con Saphira agonizando, Eragon trata de usar la magia para curarla. Es entonces cuando escuchamos este bello corte, en el que una voz etérea femenina entona el tema principal. Las cuerdas ascienden acompañadas por esa voz para apagarse y retomar el tono dramático cuando vemos que la magia del muchacho no funciona. El tema de Eragon y Saphira suena más triste que nunca (escuchar).
13. Saphira Returns (1:49)
Murtagh acompaña a un convaleciente Eragon, que cree muerta a su dragona. Pero la aparición de la criatura, volando, va acompañada de una interpretación solemne del tema principal. El tema introduce nuevos giros melódicos y continúa con una ejecución del tema principal a lo grande, cuando sobrevuelan Farthen Dûr, donde enanos y vardenos celebran la victoria (escuchar).
14. Legend of Eragon (2:08)
De nuevo el tema principal, ahora solemne, mientras Arya se despide, y le explica que su leyenda se conocerá en todos los rincones de Alagaësia. Hay una parte central del tema de Eragon que suena en cierto momento como un tema de amor (escuchar), sugiriendo la atracción existente entre los dos personajes. El inicio del vuelo final arranca con las trompetas del tema principal, terminando la banda sonora de forma ostentosa y brillante (escuchar).
15. Keep Holding On (3:57)
Canción de Avril Lavigne, para los títulos de crédito. No es mala, pero es absolutamente prescindible.
16. One on Every Lifetime (4:17)
La segunda canción, interpretada por la jovenzuela galesa que atiende al nombre de Jem, se basa en la melodía del tema principal y lleva arreglos orquestales del propio Doyle. Algo mejor que la anterior.
Más allá del CD
Con todo lo escrito hasta ahora, estoy de acuerdo en que la banda sonora de Eragon es repetitiva por su abuso del tema principal, pero vemos que también hay otros motivos temáticos y piezas, o fragmentos de piezas, muy disfrutables más allá de ese leitmotiv central. La sensación de repetición podría haberse paliado añadiendo algunas partes musicales que aparecen en el film y que no contiene el compacto. Por ejemplo, toda la parte del prólogo de la película, en la que se usa el tema de los malos y los ritmos de la batalla para el enfrentamiento.
Un motivo temático que escuchamos un par de veces en la película y que no sale en el CD es el que corresponde a la escena en que Eragon y su primo Roran juegan a luchar casi al inicio del film. Es una pieza de carácter desenfadado, con cierto aire cómico, que Doyle vuelve a utilizar cuando, más adelante, Eragon se entrena con Brom en el arte de la pelea.
Hay muchos más fragmentos musicales breves que proporcionan variedad al conjunto. Ya se ha mencionado que en el disco no aparece el final del combate entre Durza y Eragon en Gil'ead, con el rescate de la elfa, y también falta un pasaje musical interesante, muy cargado de magia, cuando Saphira se aparece por primera vez a los ojos de Brom.
La persecución de los Ra'zac tiene música de acción trepidante, y hay otro tema de viaje que se desarrolla cuando Eragon y Murtagh, a caballo, se dirigen hacia el refugio de los vardenos.
Con todo, si bien puede afirmarse que el nivel de Eragon está por debajo de otros trabajos de Doyle que todos sabemos de memoria, no se puede decir que carezca de la calidad y del talento que caracteriza las obras del escocés. Repetitiva, sí. Monotemática, no. Y seguramente, lo más salvable de una nefasta película.
Lo mejor: La espectacularidad sinfónica de la partitura y, si uno no acaba cansándose, su brillante tema principal.
Lo peor: Ya lo he dicho repetidamente. ¿Hace falta que me repita?
El momento: "If You Were Flying". El tema principal suena grandilocuente en la escena del primer vuelo controlado de Eragon sobre Saphira.
Óscar Giménez
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