Eternal Sunshine of the Spotless Mind

Título en español : Olvídate de Mí
Compositor : Brion, Jon
Año : 2004
Distribuidora : Hollywood Records

La primera película fuera del círculo de Paul Thomas Anderson para la que Jon Brion tuvo a bien en componer la música, es nada menos que la nueva y extravagante locura del guionista Charlie Kaufman, que nos brindó en el pasado impagables guiones entre los cuales sobresale por méritos propios el de "Cómo ser John Malkovich". Si bien aquella película fue tachada de extraña y a ratos incomprensible pero sin embargo muy divertida, en "Eternal Sunshine of the Spotless Mind" nos hallamos ante algo similar.

Joel (Jim Carrey) y Clementine (Kate Winslet) se conocen en un tren y entablan una relación. Un día Joel va a la librería donde ella trabaja y se da cuenta de que Clementine actua como si no le conociera de nada. Joel descubre que ha solicitado los servicios de una empresa dedicada a borrar de la mente los recuerdos sobre alguna persona en particular. Este peculiar gabinete de científicos locos (con Elijah Wood y Kirsten Dunst en plantilla) están extremadamente solicitados en las fechas del Día de los Enamorados (cuando más gente quiere olvidar a alguien). Joel se decide a hacer lo mismo y borrarla a ella de su memoria, pero cuando ya está enmedio del proceso (que borra las memorias de la más reciente a la más antigua) se da cuenta de lo que tenía y se arrepiente, pero con la maquinaria en marcha la única manera de parar el borrado es esconder a Clementine en rincones de su memoria que los científicos no controlan.

Una gran parte del film se desarrolla dentro de la memoria de Joel, y ya que estamos hablando de memorias, lógicamente la estructura de lo que se está contando tiene el mismo toque surreal y confuso que el de los recuerdos verdaderos. El estimulante trabajo de Kaufman, jugando con el deseo que todos tenemos de "borrar" los malos momentos de nuestra mente es admirable. Al mismo tiempo la recreación visual de la mente de una persona representa de la manera más fiel posible los continuos cambios espacio temporales y las abstracciones. Es por eso por lo que la historia del film puede hacerse un tanto confusa a ratos, pero no es nada insalvable.

Un guión de hierro con un gran sentido para el ritmo y la narración, necesita un paisaje sonoro de altura. Y quién está mejor dotado que Jon Brion para ofrecer un score tan fuera de lo común como la historia pero que al mismo tiempo mantenga su capacidad dramática y no se quede en mera experimentación?  El trabajo en Eternal Sunshine of the Spotless Mind es quizá aquel de Brion en el que la música tiene menos importancia en el film. Al fin y al cabo no tenemos los largos planos secuencia de Magnolia casi acompasados con su música, ni el suntuoso tema de Punch Drunk Love. Si esta última decepcionó a muchos de los que quedaron encantados con Magnolia, hay que aconsejarles no acercarse a este "Eternal...", ya que aquí la música se ha acabado de distanciar por completo de lo que uno podía esperar después de aquella ópera de 3 horas gentileza de PTA.

La música de Eternal Sunshine of the Spotless Mind está instrumentada de una manera muy sencilla y los instrumentos naturales de una orquesta son más bien pocos. La herramienta principal en este trabajo es el piano, luego la guitarra acústica y por último toda clase de efectos sonoros para distorsionar el resultado final (por ejemplo, el efecto de sonido de vinilo del tema "Phone Call", que le da un efecto preciosista y melancólico a la música).

Brion está aquí más pop que nunca. Los escarceos anteriores en temas como el "And now then" de Magnolia o la canción fantasma de Punch Drunk Love, se materializan aquí en una serie de cortes con el denominador común de ese espíritu pop alejado de cualquier clasicismo. Ese espíritu típico de una noche improvisando en el Club Largo sus (y nuestras) canciones favoritas. La instrumentación puede ser experimental, vagamente orquestal o simplemente a piano, pero la sensación es siempre la misma: estamos ante un genuino artista del pop traspasando sus conocimientos a la pantalla grande. Y de todos es sabido el alto componente emocional de las buenas canciones de toda la vida, así que no debe sorprender a nadie cuando digo que mediante sus sencillas melodías, Brion le dota a la película de una sensación sumamente cautivadora y emocional.

Hay varias joyas escondidas en este álbum. La secuencia de la recogida del apartamento de Joel de todos los objetos que le recuerdan a Clementine y la escena de la llamada de teléfono al llegar a casa al principio del film, comparten la misma melodía interpretada en distintas tonalidades, y en el caso de la llamada, con el efecto de vinilo antes mencionado. Esta breve melodía repetida continuamente consigue un efecto altamente emocional en ambas escenas, pero sin duda me quedo con "Phone Call"

La escena de la lluvia y el primer cambio de lugar en la mente cobra una asombrosa emotividad gracias a "Row". Un tema sencillo y luminoso que sólo con unos pocos acordes en un solitario piano consigue un efecto en el espectador que muchos otros compositores serían incapaces de proporcionar provistos de toda una orquesta.

Las visicitudes del borrado de memoria y sus problemas tienen un tema que se repite varias veces ("Sidewalk Flight", "Howard Makes it all go away", "Drive In") construido principalmente a base de pizzicatos. Es una melodía graciosa y retentiva.

En el resto del score encontramos algunos temas que en disco no tienen demasiado sentido ya que son estrictamente ambientales para la escena en cuestión y no demasiado melódicos (en otras palabras: alguno los confundiría con ruido simple y llanamente). Más que un defecto de la música (que en film cuaja perfectamente) sería un defecto de la edición en disco, que nos proporciona el escaso score de Brion con la inexplicable ausencia de la música que suena de fondo en el primer encuentro de Joel y Clementine en el tren (un tema mucho más accesible para el oyente en disco que por ejemplo, "Showtime") La película tiene poca música, pero la que tiene está utilizada de un modo inteligente y pese a que en el disco no este exactamente TODA, nadie va a echar en falta nada importante (lo del tren era casi un detalle anecdótico). Hay que reconocer que Brion no ha sufrido mucho ya que además de que hay pocos temas en conjunto, muchos de ellos son repeticiones de anteriores y otros son casi simples texturas de efectos de sonido. Sin embargo el pastel se salva porque de la poca música que hay escrita es posible sacar varios temas memorables ("Row", "Phone Call", "Theme", "Elephant Parade")... a propósito de "Elephant Parade" tengo que comentar el tema de las canciones.

Sí, porque esta banda sonora es principalmente un disco de canciones (al menos por duración ganan por goleada). La primera que quiero destacar es "Strings that tie to you", una vieja canción interpretada por Jon Brion ya conocida por los asiduos al Club Largo en cuya melodía se basa "Elephant Parade" que... no sale en el film! Es una pena, porque Brion nos regala otra píldora del concepto que ya tenemos más que asumido: Que este hombre compone canciones estupendas con una facilidad pasmosa. Existe una anécdota sobre la creatividad de Brion. Durante el rodaje de Punch Drunk Love rompió con su hasta entonces pareja, la actriz Mary Lynn Rajskub, que interpreta a la hermana de Sandler en el film. Pues bien, a la mañana siguiente de la ruptura Brion la llamó por teléfono y le dijo que había grabado 16 canciones sobre la ruptura y quería que ella las escuchara.

Del resto de canciones, sólo el "Everybody's gotta learn sometimes" de Beck, tiene algo que decir en la película (se articula como una especia de sub-tema de amor, sonando incluso distorsionada cuando los recuerdos están desapareciendo) De las otras, salvo la extraña inclusión de "Wada Na Tod" de la estrella india Lata Mangeshkar que suena fugazmente en la primera escena del apartamento de Clementine, son puramente "Music inspired by". Aquí la idea no está mal, ya que la misión de editar la música del film ya estaba cumplida y el metraje del disco quedaba corto, así que han añadido algunas canciones de acuerdo con el espíritu del film que para nada desentonan y entre las cuales destaca el "Mr. Blue Sky" de la E.L.O, que no es exactamente de inclusión gratuita ya que aparecía en el trailer de la película y ya se sabe; cada vez son más los que se enfurecen porque en el disco de la banda sonora no aparece la música del trailer.

Nos encontramos ante un trabajo claramente de menor entidad. Eso no evita que Brion nos muestre aquí y allá sus chispazos geniales, pero sin duda no tenemos tanto material para el disfrute como en ocasiones anteriores. Eso sí: en el contexto de la película la música es tan estimulante como el guión. Incluso la canción de Beck suena perfecta. Si hablamos de la edición del disco uno piensa que quizá los temas son demasiado cortos, pero ¿y qué? ya eran así de cortos en la película, no los han recortado expresamente. Y el disco no hace otra cosa que reflejar la música del film, y eso es por lo cual también incluye los cortes de sonido más experimental y ruidoso. Sin embargo, si el oyente disfruta de los temas más melódicos de Brion, muy probablemente va a disfrutar también con las canciones seleccionadas ya que están en la misma onda, así que el CD es una adquisición recomendable. No es ni de lejos una obra maestra pero seguro que vais a disfrutar muchas de las perlas ocultas. Un disco variado y entretenido. Una película difícil pero brillante. Un compositor que no deja de sorprendernos.

Lo Mejor: La facilidad de este hombre para la melodía.

Lo Peor: Que hay muy poca música, la mitad son repeticiones y parte se basa en material de archivo del compositor.

El Momento: "Row".

Rubén Sánchez