Tracklist:
- Main Titles (2:34) *
- Cosmic Storm (4:48) *
- Superheroes (5:58) *
- Experiments (2:01)
- Planetarium (1:29) *
- Entanglement (1:19)
- Power Hungry (4:26)
- Changing (2:47) *
- Lab Rat (4:50)
- Unlikely Saviors (2:15)
- Bye Bye Ned (2:16)
- Battling Doom (7:02) *
- Bon Voyage (1:16) *
- Fantastic Proposal (2:21) *
* Los mejores temas
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La auténtica familia Marvel
En 1961 Jack Kirby y Stan Lee crearon cuatro personajes que marcarían el rumbo de sus posteriores creaciones.
Los “4 Fantásticos” nacieron así con la finalidad de cubrir un hueco en la Marvel de los sesenta, preocupada más por dar importancia a personajes individuales en hazañas bélicas o fantásticas.
Los 4 Fantásticos supusieron el timón de mando
que abriría un recorrido nuevo para esta “factoría
de las ideas”, dejando las cosas más fáciles para
cómics posteriores y de mayor tirón comercial en la actualidad
como “Spiderman” o los “X-Men”.
Pero los 4 Fantásticos no eran un grupo de superhéroes
al uso. En verdad era una familia que tenía a Mr. Fantástico como piedra angular, un personaje mundano pero con inteligencia de semidiós, que en su imprudente forma de estudiar el universo, exponía a sus compañeros Ben, Sue y Johnny a una tormenta cósmica
que cambiaría para siempre sus vidas.
Ese viaje espacial era el preámbulo de infinitas
historias que tenían como principal finalidad el cubrir ese aspecto
ultraterrenal que no tenían
otros cómics de la Marvel. Con los 4 Fantásticos no sólo
viviríamos
en el seno de una familia con las situaciones típicas de la misma,
sino que viajaríamos a planetas desconocidos, dimensiones alternativas,
y sobre todo, a la Zona Negativa, una invención de sus autores
que marcarían un antes y un después en la historia del cómic.
Así los 4 fantásticos
se planteó como una serie única para dar lustre y sobre
todo “forma” a un universo que estaba dejado por la imaginación, que ciertamente no tenía una estructura definida.
Los 4 Fantásticos no sólo nos presentaron a los Inhumanos,
que vivían en un lugar llamado Attilan (con sede móvil según el guionista), sino que nos presentaron a sus creadores los Kree, una raza intergaláctica con intenciones de soberanía infinita.
En sus historias pasábamos de Latveria, la capital
gobernada con mano firme y dictatorial por el omnipresente Doctor Muerte,
a Wakanda, nación africana rica en un recurso indispensable en
el universo Marvel, el Vibranium, gobernada por el benevolente pero
ambicioso T’challa, más conocido como Pantera Negra. Galactus
y su heraldo eternamente apesadumbrado, Silver Surfer (Estela Plateada),
un
devorador de mundos, incapaz de saciar su hambre cósmica. El Hombre
Topo y su ejército de seres subterráneos, incapaces de resistir
el desdén y el maltrato de la sociedad exterior. Namor, el soberano
de Atlantis, luchador contra las barbaridades que los humanos realizaban
a su reino, el submarino.
Los 4 Fantásticos daban así color, definición y historia a un universo por entonces centrado en las historias limitadas de escasos héroes de papel. La complejidad gano enteros con la entrada de guionistas talentosos tales como John Byrne, Mark Waid o Chris Claremont.
Los 4 Fantásticos daban vida a un universo de papel realmente fascinante.
Una Némesis perfecta
Si
a un aficionado al mundo del cómic se le preguntase qué malo es
el mejor del universo Marvel, las opiniones se dividirían en dos
claras elecciones: Magneto, de los X-Men, y El Doctor Muerte, de los 4
Fantasticos.
Todo héroe o grupo de héroes tiene una Némesis, y más
valor tiene ésta si, incluso con la fuerza combinada de todo el grupo,
se las ven complicadas para parar a un solo ser maligno.
El Doctor Muerte es la Némesis perfecta de los Cuatro
Fantásticos. Profundo conocedor del mundo de la ciencia y de la
magia, y sabedor de los puntos flacos de sus enemigos, sobre todo de los
de Mr. Fantástico (fueron compañeros de estudios), el Doctor
Muerte reúne todo los requisitos para ser un malo de ésos que son
imposible de sustituir.
Nacido de una familia de gitanos en Latveria (una región
centro-europea, inventada para la ocasión), de ahí su herencia
en la magia, Victor Von Muerte manifestó sus capacidades intelectuales
a corta edad, recibiendo una beca para estudiar en los Estados Unidos.
Allí conoció a Reed Richards.
Su profunda ambición,
y cierto sentido megalomaniaco, le hizo no solo idear, sino llevar a cabo
un experimento que trajera de vuelta a su madre de entre los muertos.
Su locura le estalló en la cara, desfigurando relativamente su rostro.
Culpando de su fracaso a Reed Richards (Mr. Fantástico),
viajó al Tibet con intención de ampliar sus conocimientos arcanos. Allí forzó a
unos monjes a construirle una armadura de metal que no dejara
ver su agrietado rostro, asegurándose de que el mismo terminara
de desfigurarse poniéndose la mascara recién fraguada. La
locura de Victor era más que evidente. A continuación volvería a su Latveria natal con la firme finalidad de derrocar el poder soberano
de su país de origen y erigirse como dictador.
Este interesante personaje obtenía su mayor fuerza y las descargas de energía de su traje modificado.
La magnífica labor de John Byrne como autor completo de una de las mejores etapas (junto a la de Jack Kirby y Stan Lee) de los 4 Fantásticos, tuvo que ver mucho con la mayor complejidad que sus escritos daban a un personaje tan interesante como el del Doctor Muerte.
Un magnífico personaje que para muchos estaba por encima que los protagonistas del titulo donde tenia difusión.
Las historias obligatorias de los 4 Fantásticos
- "Dr. Doom" - Fantastic Four nº 5
La primera aparición
del Doctor Muerte no puede pasar desapercibida. Como bien sabemos, este
magnífico villano fue la Némesis perfecta para el grupo.
Sí, es cierto que
la historia era ciertamente inocente (esos tiempos no eran estos tiempos)
pero el origen de todo debe de ser respetado y conservado. también es cierto que esta inocencia en los guiones no va en detrimento de los geniales diseños de personajes de Kirby (prueba total es el magnífico diseño del Doctor Doom que no ha sido revisado nunca, salvo añadidos sutiles para hacerlo más estilizado), esas geniales atmósferas, y esas divertidas aventuras en las que nos sumían este grupo.
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- "Galactus"-
Fantastic Four 48-50
Si hay un momento realmente impactante a retener en las retinas de los lectores de cómics,
ése es el de la Llegada de Galactus a la tierra. Este momento podría considerarse como uno de los pilares básicos en los que se ha asentado la historia de Marvel, con una gran amenaza cósmica, totalmente inesperada y desconocida, que superaba con creces las habilidades supuestamente insuperables de los héroes.
Estela
Plateada, ese excelente personaje ideal para reflexionar sobre la naturaleza
humana, hacía acto de aparición en el próximo objetivo del devorador de mundos: La Tierra.
Estela Plateada, reconociendo la maravillosa vida que impregnaba cada centímetro de la tierra, se unía
con los Cuatro Fantásticos por el firme propósito de eliminar una de las mayores amenazas que atacaban a la tierra.
Mítica fue la confrontación entre nuestros héroes contra Galactus, con escenas tan memorables como la destrucción de parte de la ciudad de New York, ante la atónita mirada de sus ciudadanos, que veían como toneladas del cuerpo de Galactus destrozaban verdaderos rascacielos.
Tal vez la mejor historia de los Cuatro Fantásticos.
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- "Este Hombre, Este Monstruo" -
Fantastic Four 51
Para aquél que no
haya entrado en contacto con los cómics de los Cuatro Fantásticos, este numero dejaría muy claros ciertos conceptos, sobre todo aquellos que afectan al mejor, para el que escribe, miembro de los Cuatro Fantásticos: La Cosa.
La Cosa no es sólo
una colección de rocas que buscan un fin claro: destrozar todo lo que se pone por su camino. En este magnífico cómic contemplamos que Ben Grimm es el miembro más humano y carismático del grupo. Esa situación de verse como un monstruo, de hacer frente a esa situación con la mejor de las sonrisas, aceptando los acontecimientos que lo hacen como es, un ser frió y granítico por fuera, y un trozo de pan por dentro, hacen de este cómic uno de los mejores de los Cuatro Fantásticos. No todas las aventuras se encuentran en el espacio, y es que con La Cosa, la humanidad y los diálogos pueden ser el motor que accione todo.
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- "El Juicio de Galactus" -
Fantastic Four 242 - 262
Después de Kirby, John Byrne fue el autor que mejor supo captar la esencia de los personajes. Durante una larga etapa a su mando (tal vez lo mejor que Byrne ha escrito en su vida), multitud de personajes fueron reinterpretados, entre ellos Sue, ampliando sus poderes y haciéndolos más atractivos, y reforzando la personalidad de Reed Richards, un personaje que tampoco había dado demasiado de sí en el pasado.
Una de las mejores, sino la mejor saga de Byrne en los 4 Fantásticos fue "El Juicio de Galactus". Aquí Byrne nos presentaba un argumento realmente atractivo. ¿Por
qué no hacer que Reed Richards tuviera que defender a Galactus de una
posible muerte, en vez de causársela como venia siendo habitual? Esta situación llevaría a Reed ante un juicio intergaláctico, como acusado por defender a un "Devorador de Mundos". Ni que decir tiene que los millones de habitantes que quedaban con vida de esos mundos devastados en el pasado por Galactus hacían cola por ver ejecutado a Reed Richards.
El final de la saga
os lo dejaré a vuestra lectura, pero os adelanto que durante la misma,
tenemos uno de los mejores cómics que tienen que ver con la figura del Doctor Muerte. Y el dibujo de Byrne, de lo mejor que ha hecho en toda su carrera.
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- "Los 4 Nuevos Fantásticos" -
La etapa de Walter Simonson - 334-354
La etapa de Walter Simonson en la colección fue más divertida que importante. Prueba de ella fue la alocada aventura en la que Simonson metió a cuatro nuevos fantásticos, a cual más diferente: Spiderman, Lobezno, Hulk y El Motorista Fantasma. Lo mejor, sin duda, del conjunto, era el espectacular dibujo de Arthur Adams, un trazo simplista pero espectacular que colocaba este cómic entre los más raros y a la vez más disfrutables de toda la colección.
Evidentemente esta
formación
no duró demasiado, porque, reconozcámoslo, aunque los personajes
por separado eran más que interesantes, nadie se creía que pudiesen
formar un grupo.
Antes de esta historia de cuatro números, pudimos disfrutar de una magnífica historia, superior a su predecesora, dibujada por el propio Walter Simonson, titulada "Corriente Temporal"
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Carlos Pacheco – Fantastic Four Vol II. Nº 35 - 49
Sinceramente la etapa es más que olvidable si no fuese por la estupenda labor a los dibujos (por otro lado nada sorprendente) del gaditano Carlos Pacheco. Sus Cuatro Fantásticos son los mejores dibujados en toda la serie del grupo (con permiso de los cuatro números dibujados por Arthur Adams).
Durante poco más de 15 números,
Pacheco junto con la inestimable ayuda de Rafael Marín, y Jeph Loeb a
los diálogos, debuta como guionista, aunque tal vez no en las mejores condiciones.
Los editores limitan continuamente a los creadores, siendo Rafael Marín el peor parado (aunque en un grupo todos salen mal parados, la verdad), viendo limitadas sus ideas y recortadas hasta niveles sorprendentes. La mejor saga que llevaron a cabo en estos números, la de La Zona Negativa (atención a la magnífica versión de Annihilus que Carlos nos presenta), debía de durar 12 números, evidentemente por imposiciones editoriales no llegan ni a la mitad.
Con situaciones de
limitación creativa, ¿quién quiere quedarse? Así que
Carlos aguanta hasta la finalización de su contrato en exclusiva
con Marvel para dejar la colección.
Así la etapa
es olvidada parcialmente por el aficionado, que no recordará historias
que básicamente eran reinterpretaciones de las clásicas
de Lee y Kirby. Por otro lado, inolvidable es, como siempre, el trabajo
de Carlos y Jesús Merino, dos compañeros que saben cómo
compenetrarse y dan lo mejor de sí mismos (aunque también
retocaran su trabajo editorialmente). Una pena, porque podría haber
sido bastante mejor de lo que al final fue. De todas formas indispensable
por ver el trabajo
del dibujante en esta serie.
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- “La Brujería” – Fantastic Four Vol. 3nºs
60-71
La última etapa
de Mike Weringo como dibujante y Mark Waid como guionista está a
un alto nivel. Waid ha dejado de homenajear las historias de Kirby,
algo
que se presentaba a la larga como un lastre a la hora de innovar
y movilizar la franquicia, y ha adaptado esta serie a las necesidades
de la época, siendo sus historias ricas en matices, capaces de hacernos reír, sufrir y vivir las más divertidas de las aventuras.
Uno de sus arcos argumentales
más importantes tiene que ver con la Brujería,
y cómo el Doctor Muerte hace uso de ella para derrotar definitivamente
a los Cuatro Fantásticos. Realmente, aunque el trazo de Weringo
atenue considerablemente la sensación de terror final, el Doctor
Muerte se las hace pasar chungas a los Cuatro Fantásticos, desfigurando,
literalmente, a Reed y a Ben. Una historia tan vibrante, que puso muy
alto el listo para el propio Waid.
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-“En Paro” – Fantastic Four Marvel Knight nº 1
Cuando la mayor
amenaza que aterroriza a los Cuatro Fantásticos no es un ser
del espacio o de otra dimensión alternativa, sino el de llegar
a fin de mes, muchas cosas han cambiado en el mundo de nuestros héroes.
Y esto es básicamente lo que ha pensado Mark Millar, el guionista
de esta nueva colección centrada en los Cuatro Fantásticos,
sustituir una amenaza fantástica en otra muy, pero que muy real.
La cosa parece un
chiste malo, pero no, Millar sabe cómo sacarle juego a una idea que
podría fácilmente írsele de las manos.
En esta saga podréis
comprobar cómo La Cosa trabaja como albañil en una obra,
y cómo su capataz le pide que frene su entusiasmo, pues sus compañeros
no lo ven con buenos ojos (hace el trabajo de 10 hombres como poco).
La Mujer Invisible da clases, Johnny intenta retomar su carrera de
actor, con poco éxito, y Reed Richards lo tiene realmente difícil para ser subordinado con esa mente privilegiada.
¿Quién
pensaba que la mayor amenaza de los Cuatro Fantásticos era el Doctor Muerte?
No olvidemos el magistral dibujo de Steve McNiven, tal vez uno de los mejores que ha tenido la colección, junto a los de John Byrne y Carlos Pacheco.
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DDBSpawn (David Doncel)
John Ottman, punto de inflexión
La
verdad sea dicha, John Ottman, compositor, montador, guionista, director,
productor (¿a cuántas cuotas de afiliación a sindicatos
debe este hombre hacer frente todos los meses?) , está iniciando
uno de esos momentos culminantes de la carrera de un compositor, ahora
que se cumple la primera década, desde que entró con magnífico
pie en la industria de Hollywood con su excepcional partitura para “Sospechosos
Habituales”,
en el que se definen los caminos, se configuran las influencias y se
consolidan los estilos que se han ido desarrollando a lo largo de una
obra.
Se encuentra en ese
punto sin retorno que todo compositor de la denominada serie A debe
afrontar en uno u otro momento de su vida, para dar el salto definitivo,
o quedarse
atrás, en el intento. John Ottman se situa, probablemente
ante la primera encrucijada de su carrera, en un momento en el que,
como nos confirmó en
la entrevista que BSO Spirit le realizó el abril pasado, comienza
a sentirse valorado, a crearse expectativas en torno a él y sus
futuros trabajos, y la presión comienza a hacerse notar en su labor
diaria para satisfacer esas expectativas.
El primer fruto de este momento personallo tenemos con la partitura que ha compuesto para Los Cuatro Fantásticos, cómic de culto, entre cuyos aficionados me incluyo, con la que Ottman da comienzo a este particular punto de inflexión, que esperemos dentro de un año culmine con la total maduración del compositor en su proyecto soñado de infancia (junto a componer para un film de la saga Star Trek), una nueva partitura para el superhéroe por antonomasia, Superman.
Los Cuatro Fantásticos, decidiendo el tono de la partitura (y de la película)
Peyton
Reed, director de la reivindicable desde ya “Abajo el
amor”, fue el director que más cerca estuvo hace un par
de años de ser designado para llevar a buen puerto la producción
del cómic sobre Los 4 Fantásticos. Hace una década ya
realizó un intento Chris Columbus (director
entre otras, de las dos primeras partes de las sagas de Harry Potter
o Solo en Casa), pero nadie avaló sus ideas y la Fox, dueña
de los derechos, no se puso en contacto con él para retomarlas
cuando el proyecto se puso definitivamente en marcha. El punto de
vista de ambos se centraba en una historia de superhéroes
seria y trascendente, tocando temas ya tratados en la saga
de X-Men, como la adaptación de personas con superpoderes a su
particular situación
y a su nueva posición en la sociedad, pero en este caso centrado
en un nucleo cuasi-familiar como el que forman los protagonistas
(idea exprimida con infinito talento y calidad en la excepcional
Los Increibles).
La verdad es que su punto de vista prometía una buena historia
para acompañar el inevitable despliegue de efectos especiales,
seria y consciente de adonde quería llegar en su desarrollo.
Ahora ya conocemos
que no fue Reed (cuyo nombre coincide con el de Mr. Fantástico)
en quién los productores depositaron su confianza, más bien
acabaron haciendo todo lo contrario, decantarse por un tono de comedia
intrascendente, que a pesar de ser fiel al cómic en otros aspectos,
hace chirriar en algunas ocasiones el engranaje de la película
(ese predominio de chistes faciles con las habilidades de los protagonistas
siendo empleadas poco menos que para hacer gracietas, sinhilazón
alguna con la trama que se nos pretende contar la broma de la espuma
de afeitar, la práctica de ski de La Antorcha Humana).
Su
elección final fue un director como Tim Story,
proveniente de la comedia descerebrada americana, con perlas tales
como el remake de Taxi (versión Luc Besson and
Company), o La Barbería, de tremendo éxito
en los USA (algo que desde aquí no entendemos). Sin embargo, obviando
los chistes y sus orígenes, podemos decir que el director otorga
cierto empaque y atmósfera a la historia extrayendo buenos réditos
de todo el reparto (excelente trabajo el del equipo de casting y maquillaje
del filme, los actores parece que se transforman en los personajes
del cómic como si hubiesen nacido para ser ellos) y dejando finalmente
un grato sabor de boca, aunque desgraciadamente el recuerdo de la historia
no cale en este caso tanto como en otras historias de superheroes.
En cuanto a la partitura,
reseñar que tras su gran trabajo para X-Men 2, la Fox no
tuvo ninguna duda a la hora de asignar la composición de la banda
sonora. El elegido iba a ser John Ottman, que ilusionado
aceptaba la tarea, sin preveer el caos, a la hora de dar el tono a la
historia, en que los responsables directos del film se iban a ver envueltos.
Hasta pocas semanas antes de las fechas dispuestas hacía meses
para la grabación y mezcla de la partitura, se seguía montando
y remontando el film, y las directrices dadas al compositor para decidir
el tono final de la partitura iban desde épico pero gracioso, a
impresionante pero íntimo, o espectacular pero con un tono funky
y coros.
Ottman decidió ante
ello plantarse ante las contradictorias e inconexas indicaciones,y
forzar una reunión para decidir finalmente en qué iba a
culminar lo que definitivamente acabó convirtiéndose en
la partitura para Los 4 Fantásticos. Desde ese momento, el compositor
ganó muchos
puntos ante el director, y pasó de ser considerado por éste
como una pieza más del engranaje (lamentable cruz la falta de visión
musical de muchos directores actuales, que son salvados en muchos casos
por la pericia y capacidad camaleónica de los compositores con
quienes trabajan), a la manija que hiciera que todas las piezas se
pusieran en funcionamiento y se creara la magia.
Leit-Motif Fantástico
Sin ser para nada consciente de la manera en que iba a poder integrar la fanfarria que representaría a los héroes, de carácter grandioso y con coros según le habían pedido, por una falta acuciante de montaje definitivo, Ottman compuso el tema principal poderoso y potente dedicado a los protagonistas sin referencia de imágenes y sin conocer el tiempo para los Main Titles, previendo ajustar la duración del mismo posteriormente. Finalmente la secuencia de créditos del inicio fue eliminada totalmente, no permitiendo al compositor presentar en el film la overtura inicial que tenía en mente para caracterizar las líneas musicales desde el comienzo y sentar el tono de su partitura.
Sin embargo este problema esta subsanado en el disco con el despliegue de este motivo desde el comienzo, “Main Titles”, caracterizado por la fastuosa aparición de los metales aportando grandeza y épica, dando paso a unos hermosos coros mixtos y regresando a la fuerza del motivo para Los 4 Fantásticos con el acompañamiento coral, no sin obviar a partir del minuto veinte segundos la hermosa presencia del tema de amor, o tema de La Chica Invisible y su eterno tira y afloja amoroso con Reed Richards, alias Mr. Fantástico, tierna y emotiva melodía que nos conduce a una suave pero intensa conclusión del tema abriendo paso a la acción.
La partitura se despliega
Es entonces cuando
encontramos uno de los mejores momentos de la composición y probablemente
tambien de la película en el tema “Cosmic Storm”,
con la bella escena de la apertura del mirador espacial, Ottman nos deleita
con una música etérea, a la que proporcionan una singular
belleza la entrada de los coros femeninos según la protagonista
queda asombrada ante la impresionante vista de nuestro planeta desde la
estación orbital . En ese momento el tema se va apagando para dar
paso a la sobreexcitada percusión y el sobresaliente trabajo de
la sección de cuerda de la orquesta conforme la tormenta espacial
alcanza la órbita de la Tierra y nuestros protagonistas no pueden
huir del peligro. La música se transforma en el alter ego de la
tempestad, según ésta se acerca más y más
la percusión se agudiza y aumenta el ritmo proporcionalmente, hasta
que atrapa al equipo y una suave calma culmina el tema, como muestra musical
de la rendición de los héroes ante su poder.
Es a partir de este momento, que en la película comenzamos a percibir esa falta de comunicación director-compositor que denotabamos antes, pues los sucesivos remontajes, provocaron la sustitución de temas compuestos po Ottman por temas de marcado cariz rockero que no tienen nada que ver con el compositor ( la escena de ski en el centro de preparación para los astronautas anteriormente citada, y la llegada al mismo de Johnny Storm con un magnífico travelling en retroceso que comienza con un beso entre los ocupantes de un coche y una moto a 200 Km/h y acaba sobrevolando la estación de despegue espacial), y el traslado de temas compuestos para una determinada escena a otras muy diferentes en tono y cariz. El momento de la llegada del grupo en taxi al edificio Baxter por ejemplo, es seguido de un tema extremadamente épico y desbordante para la escena que acompaña, y está extraido directamente de la escena de los primeros rescates del grupo, practicamente sin editar de nuevo, pues la duración del tema es idéntica a la conclusión del salvamento en el puente. De estos pequeños desaguisados no se puede culpar siquieraal compositor, de hecho uno de los más grandes lo ha sufrido en sus propias carnes en muchos momentos de los Episodios II y III de Star Wars, estamos hablando por supuesto de John Williams y los mixes de escenas de Episodios previos en estas películas.
Sin embargo, hemos de decir asimismo que en algunos instantes el acompañamiento musical de Ottman tiende a dar más grandeza y fuerza a escenas que dificilmente pueden alcanzarla, como el caso de la sencillez con que concluye la supuesta megabatalla final entre los 4 Fantásticos y el Doctor Doom, en la que la musica parece ir en cierto sentido por libre. A pesar de estar pegada a las imágenes, las carga de una trascendencia de la que estas carecen, funcionando perfectamente en su escucha aislada temas como “Battling Doom”, “ Superheroes” o “Bon Voyage” (con la partida del barco que llevará al Doctor Doom de regreso a su hogar en Latveria, con reminiscencias de “En busca del arca perdida”, otro homenaje más a esta gran película), aunque algo excesivos en su conjunción con el film.
Por otro lado al César
lo que es del César, y también han de detallarse los aciertos de esta partitura, que no son pocos. Ottman aporta comedia y diversión con el Mickey mousing de “Unlikely Saviors” con leves toques de swing y una gran labor de la orquesta, lirismo y ternura desbordantes a través del suave piano y los metales en el hermoso “Planetarium” o en “Changing” con el desarrollo completo del tema de amor, percusión marca Ottman en el potente “Entanglement”, el paso a tonos oscuros del tema principal denotando la transformación de Viktor Von Doom en su alter ego, el Doctor Doom en “Power Hungry” con un excepcional colofón épico y coral, o la espectacular coda con impresionante poderío orquestal final en el conclusivo “Fantastic Proposal”.
Lo que nos deparará el futuro
En definitiva, la partitura par Los 4 Fantásticos
no puede ni debe catalogarse como perfecta, pero sí posee los suficientes
motivos de interés como para que le sea dada una oportunidad fuera de las imágenes de una película, en la que pese a buscarlo denodadamente no ha encontrado toda la presencia y trascendencia que buscaba. Aún así, demos una oportunidad a John Ottman, porque una vez reunido en pocos meses con alguien con quien se entiende a la perfección, como es Bryan Singer, en la muy esperada “Superman Returns”, para la que tambien llevará a cabo labores de montaje, tendrá una ocasión como hay pocas para dar rienda suelta a su talento, que es mucho.
Lo Mejor: El espléndido motivo principal que el compositor crea para presentar a Los 4 Fantásticos (los protagonistas quedan definidos musicalmente en los “Main Titles”, el tema explota sin pérdida de tiempo) , sin parecido alguno con ningún otro temaasociado a superhéroes, pero con toda la fuerza orquestal, espectacularidad, prestancia y elegancia propias de los clásicos de este género. La exquisita combinación musica-imágenes en dos momentos muy concretos: la apertura del mirador espacial , mediante el protagonismo de una bella melodía que va abriendo paso a unos etéreos y fascinantes coros femeninos (“Cosmic Storm” a su inicio) y la conclusión del film y de la partitura con La Antorcha Humana formando el símbolo de Los 4 Fantásticos en el cielo, acompañado de un imponente colofón orquestal.
Lo Peor:La falta de motivos secundarios para todos los
personajes, que siempre son definidos en su conjunto, o mediante variaciones
del tema principal. Se quedan sin tema propio, el Doctor Doom (se recurre
a una versión oscura y decadente del tema principal para acompañarlo),
que podía haber dado lugar a más juego musicalmente, y el
resto de los protagonistas por separado (aunque pequeños fragmentos
del motivo heroico pertenecen a cada uno de ellos). la excesiva utilización
del mismo a lo largo de la partitura (cosa que no ocurría en X-Men
2), y la fastuosidad sinfónica de ciertos momentos orquestales, que
en ocasiones parece fuera de lugar junto a las imágenes
Los Momentos: El tema principal, de lo mejor, destacando en los “Main Titles”, “Superheroes”, “Battling Doom” y “Fantastic Proposal” y sin lugar a dudas ”Cosmic Storm”, impresionante, bello, pleno de inspiración y ritmo, y sobre todo, esencialmente Ottman.
Asier G. Senarriaga
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