Tracklist:
- The Final Countdown - Main Titles (3:54)
- Mr. Tideman (2:25)
- The USS Nimitz On Route (3:29)
- The Approaching Storm (4:23)
- Pursued By The Storm (2:46)
- Into The Time Warp (3:58)
- Rig The Barricades (2:16)
- Last Known Position (2:13)
- An Hour Ago (1:01)
- December 7, 1941 (0:46)
- The Japanese Navy (0:36)
- Shake Up The Zeros (2:14)
- Splash Two (1:07)
- Laurel And Owen (2:23)
- Climb Mount Nitaka (2:11)
- On The Beach (0:40)
- General Quarters (1:48)
- Operation Pearl Harbor (1:00)
- The Storm Reappears (3:28)
- Back Through The Time Warp (3:41)
- The Planes Return (1:27)
- The Admirals Arrive (1:30)
- Mr. And Mrs. Tideman (4:20)
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Sinopsis: trascendental viaje en el tiempo
A causa de una extraña tormenta, el portaaviones USS Nimitz es transportado en el tiempo desde 1980 hasta finales de 1941. Tras la inicial confusión, el capitán Yelland (Kirk Douglas) y su tripulación se enfrentan a una situación aún más increible: su posición en el Pacífico les permitiría lanzar todo el poder ofensivo del moderno portaaviones y destruir la flota japonesa que pocos días después va a perpetrar el histórico y demoledor ataque sorpresa contra la base americana de Pearl Harbor.
Tendrán que enfrentarse al dilema de mantener el curso de la historia tal como lo conocemos o evitar uno de los peores desastres bélicos sufridos por Estados Unidos, pero nuestro comentario no desvelará el desenlace.
La película: diferentes opiniones
Dirigida por Don Taylor, firmante también de La isla del Dr. Moreau, La maldición de Damien o Huida del planeta de los simios (esta última curiosamente con otro viaje en el tiempo), la película presenta uno de los dilemas más famosos del cine de ciencia-ficción y forma parte del sub-género de viajes temporales que gracias a sagas como Terminator o Regreso al futuro tiene muchos seguidores, y que de vez en cuando aporta nuevos títulos como El sonido del trueno.
Las opiniones sobre la película son dispares. Para algunos nunca pierde su encanto, porque pasen los años que pasen el dilema por la posible paradoja temporal mantiene su poder de fascinación, y las interpretaciones son correctas; el veterano Kirk Douglas, que impone respeto como capitán del navío, está bien secundado por Martin Sheen, James Farentino, Katharine Ross o Charles Durning, y entre otras "virtudes" están los efectos visuales de las tormentas que llevan y traen al portaaviones, a cargo de Maurice Binder, o el fenomenal despliegue de detalles sobre la operativa a bordo del buque, especialmente las maniobras de despegue y aterrizaje de los aviones. La plena colaboración de la Marina de los Estados Unidos permitió trabajar a bordo del mismísimo Nimitz, por lo que en aquel momento las imágenes que se ofrecían resultaban espectaculares.
La calidad del film le reportó candidaturas al Saturn Award de la Academia de Cine de Ciencia-Ficción, Fantasía y Terror, para Mejor Actor (Kirk Douglas) y Mejor Película, pero recordemos que era el año de El imperio contraataca, que le venció en ambos apartados con victoria para Mark Hamill.
Otras opiniones desmerecen el conjunto, aludiendo a un desarrollo sin garra ni tensión, unos efectos visuales que han quedado desfasados (y tan en la línea Binder para James Bond que durante las tormentas uno espera ver aparecer en cualquier momento la silueta de una chica despampanante columpiándose junto a los marineros), un exceso de imágenes de aviones aterrizando y despegando que llegan a resultar soporíferas y que se verían totalmente superadas sólo cuatro años después por Top Gun, y un desenlace soso, precipitado o cuando menos cobarde. Sin duda una nueva versión actual en manos de por ejemplo Jerry Bruckheimer y Michael Bay daría a la película un curso totalmente distinto y mucho más audaz, y seguro que muchos ya saben a qué me refiero.
Posiblemente quienes más defendemos la película a pesar de sus defectillos somos quienes la vimos en el momento de su estreno, pues a muchos niños y adolescentes nos entretuvo y nos emocionó, y cada vez que uno vuelve a verla llega a pensar que quizás esta vez los protagonistas tomen una decisión diferente pero… ¡siempre acaba igual!
Sin embargo hay un elemento de la película sobre el que tanto defensores como detractores están de acuerdo: la música de John Scott es excepcional.
Encargo ideal para un compositor
Éste fue el primer trabajo para John Scott que le permitió saltar a la industria de Hollywood, ya que hasta entonces se había mantenido vinculado principalmente a documentales y producciones británicas. La posibilidad le llegó a través de un conocido que le presentó a Robert Lambert, el montador y uno de los directores de segunda unidad de El final de la cuenta atrás.
El proceso de composición mantuvo al músico en contacto con Lambert más que con el director Don Taylor en una labor que resultó muy satisfactoria para Scott, exceptuando la parte que afectaba a las dos tormentas que aparecen en el film, y cuyos efectos visuales a cargo de Maurice Binder se demoraron mucho haciendo que la composición musical se realizara sobre un story board. Aparte de eso parece que tuvo bastante libertad y la experiencia de trabajar en Hollywood combinada con la impresión que producía la colaboración con la Marina, las visitas al Nimitz y los contactos con Kirk Douglas hicieron aún más agradable toda la producción.
Primero, un gran tema para la Marina
El compositor afirma en las notas del CD no haberse sentido en absoluto presionado ni "orientado" en su aportación a esta película, pero en alguna entrevista sí ha manifestado que se le pidió un tono heroico que ilustrara la participación de la Marina de los Estados Unidos. El resultado es un tema principal espectacular, una memorable fanfarria con una línea melódica muy pegadiza que se irá repitiendo a lo largo de la película en diferentes versiones según se desarrollen los acontecimientos, pero que vuelve en tono victorioso en momentos como el zafarrancho de combate que despliega a la tripulación tras salir de la primera tormenta, el juego aéreo que mantienen los dos F-14 con los dos aviones japoneses ("Shake Up The Zeros"), la preparación para la gran batalla final o el regreso de los aviones al portaaviones tras salir de la segunda tormenta ("The Planes Return").
Todas estas secuencias con la versión "victoriosa" del tema, unidas a los créditos iniciales y los finales, son las que producen en algunos una sensación de cierta reiteración en la banda sonora y un posible abuso del tema principal, pero hay mucho más material musical digno de mención.
El segundo gran tema de la banda sonora
Llama la atención que la segunda gran aportación de esta banda sonora está totalmente alejada de fanfarrias; es el tema dedicado al misterioso Sr. Tideman (pistas 2 y 23 del CD), un poderoso empresario que ayudó a construir el Nimitz y que se mantiene oculto en la sombra de su elegante limusina, pero que acude a la partida del barco y reaparecerá de nuevo en el desenlace de la película, nuevamente en su limusina y dispuesto a dar una sorpresa. La virtud de este tema es combinar el tono intrigante y misterioso con una nueva y cautivadora melodía. La figura del empresario sólo aparece al comienzo y al final de la película, pero hay otros momentos en los que su música reaparece: primero la oimos en una delicada versión cuando el Comandante Owens (James Farentino) habla a solas con Laurel (Katharine Ross) en una breve pero cálida conversación que ya expone la atracción mutua que sienten ("Laurel and Owen" en el disco); pero volveremos a oir el tema cuando el mismo Owens se despide del asesor civil Lasky (Martin Sheen), justo antes de que el primero suba al helicóptero con una delicada misión. Es un momento solemne y trascendental, y John Scott lo engrandece oportunamente con esa utilización del tema del Sr. Tideman: un auténtico guiño musical al guión de la película.
Música especial para una tormenta
Que John Scott es un maestro admirado por su dominio de la orquesta y su facilidad para la creación de grandes melodías se ha hecho evidente a través de muchos de sus trabajos (los documentales de Cousteau, Greystoke, Antony and Cleopatra, etc.). Pero en varias ocasiones el músico ha expresado su predilección por la composición de música más agresiva, que le permitiera explotar más los recursos de la orquesta. Aquí tenía su oportunidad, con motivo de las dos tormentas que transportan al Nimitz en el tiempo. Las pistas "Into The Time Warp" y "Back Through The Time Warp" corresponden a esos momentos y sobre todo la primera constituye un experimento musical en el que se utilizaron instrumentos tradicionales procesados electrónicamente para obtener una sonoridad extraña que encaja perfectamente con las imágenes.
Desgraciadamente hemos de decir que la música contenida en el disco no está ni mucho menos incluida en la película. No me quejo de que el disco nos ofrezca toda la música, lo cual es una buena noticia, sino de que el producto original, la película, no aproveche toda la vibrante composición que se creó y que uno espera ver aplicada a las imágenes. Las secuencias de las tormentas son las primeras que apenas incluyen parte de esa música experimental de Scott, viéndose superada por ensordecedores efectos de sonido. Y muchos otros de los temas del disco están cortados en el película, de forma que algunos apenas se escuchan unos pocos segundos, así que para disfrutar plenamente del viaje temporal del Nimitz, uno tiene que escuchar el disco.
Otros grandes momentos
El resto de temas son muy variados: algunos son vibrantes pasajes de acción, como el de la preparación de la barrera de goma para que aterrice un avión con problemas ("Rig The Barricades") o el que acompaña el espectacular rescate de los náufragos desde un helicóptero ("General Quarters"). El oyente que no tenga fresca la película puede encontrar anodinos algunos fragmentos breves que en realidad son muy oportunos para crear ambiente de tensión, como "An Hour Ago" (los protagonistas comparan antiguas fotos de Pearl Harbor con las que sus pilotos han tomado hace una hora), "The Japanese Navy" (el avión de observación confirma que hay una gran flota dirigiéndose a Pearl Harbor) o "Climb Mount Nitaka" (el Comandante Owens confunde al prisionero japonés revelándole los secretos y la frase clave del inminente ataque japonés).
La edición en CD más completa
La presentación del disco de JOS es magnífica, con los temas ordenados tal como aparecen en la película a excepción del citado "General Quarters", que debería ser el 14 en lugar del 17. El sonido es excelente, muy superior al de algunas ediciones anteriores no oficiales, y además se trata de la partitura completa. Se incluyen fotos de la película y un extenso texto de John Scott que con un gran sentido del humor relata sus impresiones sobre este trabajo, el proceso de creación y algunas anécdotas simpáticas, como la frase que le soltó a Kirk Douglas o el viaje que tuvo que hacer a Japón cuando descubrió que alguien había plagiado su tema del Sr. Tideman para acabar convirtiéndolo en una canción popular.
Así queda perfectamente preservada una de las bandas sonoras más memorables de la época, que agradará a los amantes del sinfonismo espectacular, los viajes en el tiempo y el cine de los ochenta. Uno de los mejores trabajos dentro de la admirable filmografía de John Scott.
Lo mejor: Un vibrante sinfonismo, la pegadiza fanfarria que sirve de tema principal y la cautivadora melodía para el personaje del Sr. Tideman.
Lo peor: El tema para la visita de los almirantes al Nimitz ("The Admirals Arrive"), popular himno de la marina USA carente de contenido dramático.
El momento: El tema preferido del compositor, la extraña sonoridad para la tormenta en "Into The Time Warp", aunque apenas se oiga en la película.
Heriberto Navarro
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