Finding Nemo

Título en español : Buscando a Nemo
Compositor : Newman, Thomas
Año : 2003
Distribuidora : Walt Disney Records

Desde que esa fábrica de genialidades infográficas que es "Pixar" se alió con la todopoderosa Disney, el mundo de los largometrajes de dibujos animados ha cambiado notablemente en un espacio de tiempo exiguo hasta el punto de que la mencionada productora ha confirmado el cierre de la línea de producción de largometrajes de animación tradicional para volcarse en la animación 3D. Paradójicamente, el anuncio viene acompañado por la ruptura de relación contractual entre las dos mencionadas empresas, una muestra más de la desorientación evidente en la estrategia empresarial de Disney cuyo director ejecutivo, Michael Eisner, permite la marcha de su mejor activo, los largometrajes producidos por Pixar.

Buscando a Nemo no es una película cualquiera; estamos ante la película de animación de mayor recaudación, batiendo en taquilla los registros establecidos hace una década por otra obra maestra, El Rey León. El secreto de este rotundo éxito se encuentra en una equilibrada mezcla de ingenio argumental y excelencia artística, ambos principios marca de la casa. No hay más que presenciar cualquier documental que nos muestre en acción a John Lasseter y su equipo para comprenderlo: Adoran su trabajo y disfrutan en su realización tanto como el público en su visionado. En cuanto al segundo punto, la relacionada con la calidad técnica, Pixar no se limita a explotar las capacidades de sus equipos informáticos; previamente estudian todo el entorno en el que se desarrolla la historia y generan una galería de personajes con señas propias sobre los cuales desplegar un espectáculo lleno de acción, humor, ironía y buenas enseñanzas (no deja de ser una película infantil), porque tan solo a esta suerte de lunáticos se le ocurriría trasladar una reunión de alcohólicos anónimos al fondo del mar o sacar tanto partido de un pez con memoria de pez, valga la redundancia.

En cuanto al aspecto musical, el compositor habitual en las películas de Pixar / Disney ha sido hasta ahora Randy Newman. La habitual jovialidad de su música se acentuaba bajo la influencia del especial ritmo propio del cine de animación, más acelerado y descriptivo que en la mayoría de los géneros. Este solapamiento a las imágenes no era el caldo de cultivo idóneo para la creación de temas memorables, si bien han quedado secuencias para el recuerdo, como la persecución en cohete de Toy Story o la llegada a la ciudad en Bichos.

Sin embargo, para la epopeya submarina de Buscando a Nemo, se ha contado con el oficio de Thomas Newman, el cual, aunque primo del anterior, diverge radicalmente del estilo musical de Randy. Por tal razón, es francamente difícil comparar este trabajo con cualquiera de sus precedentes, aunque podemos aventurar que esta vez los procedimientos musicales empleados son más sutiles de lo habitual, como por ejemplo en el fragmento titulado "Short-term Dory".

Teniendo en cuenta este detalle, resulta más eficaz comparar la banda sonora de Buscando a Nemo con obras previas de su compositor. La música se articula a partes iguales entre el estilo contemplativo y melancólico de Cadena Perpetua y el eclecticismo sonoro del cual American Beauty es, tal vez, el punto de referencia. Una tercera vía surge de este último estilo para crear fragmentos sonoros más ajustados a las escenas de acción según los cánones de la actual música de cine.

Buscando a Nemo es una buena banda sonora, con piezas que recrean a nivel sonoro la inmensidad del océano, la quietud de sus planicies y los peligros de los abismos submarinos. Desde que arranca la película con el tema principal a piano solo, la música se convierte en parte del medio acuático sobre el que se suceden los acontecimientos. El compositor se ha volcado en la confección de unas cuidadas orquestaciones, habituales en su estilo, sobre las que concibe un amplio muestrario melódico. Más allá de su escucha aplicada, encontramos una música variada y sugerente, pero necesitada sin embargo de un desarrollo más amplio, algo que suele suceder en los trabajos de Thomas Newman, y de un tema principal más retentivo y empático. Por eso sorprende descubrir a esta banda sonora entre las aspirantes a los premios Oscar, el más relevante de la industria cinematográfica. Puede considerarse como una referencia de las escasas bandas sonoras de calidad que nos dejó el año 2003, o bien como una muestra más de la falta de puntería en las decisiones que rodean las nominaciones y premios varios.

Lo Mejor: La reverberante sonoridad de la música de Thomas Newman, fiel reflejo de la calma e inmensidad marina.

Lo Peor: La inexistente evolución sobre obras precedentes del autor.

El Momento: La carrera entre medusas -Jellyfish Forest- o también la fuga de Nemo -All Drains Lead to the Ocean & P.Sherman, 42 Wallaby Way, Sydney-.

Ignacio Pérez