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Firelight

Firelight


Título en español: A la Luz del Fuego
Compositor: Gunning, Christopher
Año: 1998
Distribuidora: Silva Screen
Duración: 47:06

Excelente
Tracklist:
  1. A Bleak Journey *
  2. Making An Heir +
  3. Louisa *
  4. The Chimes Polka
  5. Meeting Louisa *
  6. Charles Returns *
  7. Amy *
  8. Learning By Firelight +
  9. The Lake House +
  10. Loving By Firelight +
  11. The Rescue *
  12. A Bitter Decision
  13. The Bridal Polka
  14. Firelight +
  15. Amy´s Funeral *
  16. The Power Of Desire *
  17. A New Journey +

* Los mejores temas
+ Los temas excepcionales

Christopher Gunning, un autor a reivindicar

Permitir que un compositor de la calidad de Christopher Gunning no sea más reconocido a todos los niveles, por todos y cada uno de los ámbitos de la música y el cine, desde directores, productores, o artesanos de la industria internacional (su labor se encuentra principalmente reducida al ámbito de la televisión y el cine británicos), hasta el mismo aficionado a las bandas sonoras, no puede catalogarse sino como un auténtico pecado.

Christopher GunningUn pecado cuya penitencia no debe en ningún caso privarnos del conocimiento de una obra que abarca ya más de tres décadas, del reconocimiento a la profesionalidad de un hábil y clásico orquestador, alguien que aún es consciente de que el solo de un instrumento interpretado con talento y sentimiento, puede explicar mejor historia y personajes que la totalidad de una orquesta sinfónica, aun sin renunciar a ésta, de un creador de armonías y melodías sensibles, emocionantes, líricas, por encima de todo hermosas, de una pureza y hondura muy difícil de encontrar, y de una belleza sinfónica clásica, que sólo puede ser definida como absolutamente brillante.

De un autor que llegó a colaborar con la ya extinta y por muchos añorada Hammer (sí, la legendaria productora británica) con "Hands of the Ripper", que dotó de nuevo vigor y un leit-motif para la eternidad al gran detective belga Hercules Poirot, en la mítica serie de televisión del mismo nombre (el Saxo entra con las notas del tema principal y nos vemos inmersos sin remisión y expectantes ante un nuevo misterio de la gran Agatha Christie), o sutileza melódica a otra producción para la BBC como "Rosemary & Thyme", que llegó a hacernos inolvidable musicalmente la llegada de las ballenas ("When the Whales Came"), a sentir un documental como nunca antes ("Wild Africa"), a asombrarnos con el sinfonismo de "The Big Battalions", o a ver inundados nuestros corazones por la belleza melódica y la imponente sensibilidad lírica de "Firelight", sin lugar a dudas, una de sus más extraordinarias composiciones.

Él es Christopher Gunning, no olviden este nombre, nos lo agradecerán.

Firelight, o cuando la música es el personaje esencial, motor y clave de la pasión y la poesía

PosterUn piano nos imbuye a través de la neblina del tiempo, de añoranzas y nostalgias, de recuerdos dolorosos y punzadas en el alma, mediante una desnuda orquestación solista evocadora y precursoramente trágica, "A Bleak Journey", con este instrumento como palio de la voluntad y fuerza de la joven protagonista, Elisabeth Laurier, y su destino.

La sencilla, que no simple, primera rendición al tema principal nos arropa y encamina con paso tembloroso pero firme, hacia una historia de otro tiempo, de un pasado en el que la sociedad dictaba otras normas y otros valores, quizá tristemente no tan diferentes en el presente al fin y al cabo, una sociedad que ofrecía pocas opciones a aquellos que no alcanzaban sus altas expectativas en razón de cuna y linaje.

A veces, la única salida, era vender la propia alma, ofreciéndose a uno mismo como prenda para satisfacer los anhelos de la aristocracia. Como solución a las deudas contraídas por un progenitor ausente, la contraprestación de la concepción, renuncia y entrega de un vástago como infausto adeudo.

Poster"Making An Heir" nos posiciona en la firma de ese pacto, entre una joven institutriz y un viudo anclado en la autocompasión por la pérdida de una esposa, aun viva, pero en un coma del que jamás despertará, que nunca pudo darle aquello por lo que suspiraba, una continuación en el tiempo al nombre de su familia. La presentación al piano del motivo principal, siempre representando la fuerza y el sacrificio de la joven (una Sophie Marceau en el papel de su vida, en total estado de gracia), es precursora del lirismo de las cuerdas, con una entrada del violín que corta la respiración, helando la sangre en las venas entre el 0:52 y el 1:45, convirtiéndose este instrumento a partir de este instante, en la piedra angular de la composición.

Como un miembro del cuerpo una vez amputado, sigue sintiéndose años después aún presente, el dolor por la separación de una madre hacia una hija, no puede embargarlo la distancia, ni el tiempo, convirtiendo el olvido en un imposible, "Louisa". Con una elegante aparición de la flauta (virtuosa en la interpretación), se prepara la entrada al violín solista, reflejando el amor doliente aunque esperanzado de ésta, que separada de su retoño atesora sus recuerdos como el motor de su vida, con el único objetivo del soñado reencuentro.

Un momento lleno de magia y desolación cuando tras años de angustia éste se produce, y sólo se recibe repulsa en contraprestación, "Meeting Louisa". Piano, arpa y flauta se fusionan funcionando de perfecto lecho a una nueva y exhilarante aparición del violín, que acompañando perfectamente los hechos expresados en pantalla, convierte la belleza y emoción en una amarga sensación de que el viaje no acaba sino que comienza, y la educación de una hija pérdida, incluso tras el reencuentro, será el eje sobre el que se moverá la vida de la protagonista, con la salvedad de no poder jamás reconocer a ésta como propia, ni permitir que la niña lo sepa.

FirelightEl compositor no elude asimismo, recurrir en dos ocasiones a un par de temas ajenos, dos Polkas tradicionales del folklore británico, "The Chimes Polka" y "The Bridal Polka", en sendas escenas de bailes de sociedad, para las que realiza arreglos en tempo y duración en función de las necesidades del film. En el disco están representados por separado para no romper con la unidad del conjunto.

Un neblinoso ostinato a las cuerdas con el sutil contrapunto del piano dan paso al violín, esta vez en una clave más tensa, cubriendo el acercamiento del aristócrata a la mansión y el recibimiento que su hija le ofrece, "Charles Returns".

El espectro sonoro es cubierto por la sección de cuerda, que es capaz de hacernos estremecer con el crescendo súbito de "Amy" (reflejando la presencia tenue pero firme de una esposa, que sigue muriendo en vida), la perfecta descripción musical de la ternura y el amor incondicional en "Learning By Firelight", con la bella intercalación de piano, cello, arpa, flauta y violín en su emocional discurrir (apoyando el lema con el que Elisabeth logrará comenzar la enseñanza vital de la niña, "todo lo que te haga a ti, me lo haré a mí misma"), o el crecimiento de la pasión y el amor entre los personajes (entre madre e hija en "The Lake House", al descubrir el lugar al que la niña huye cuando necesita evocar a una madre que, en cruel ironía, cree que nunca conocerá, y entre Elisabeth y Charles en "Loving By Firelight").

Es en "Loving By Firelight" donde encontramos sin embargo el instante mágico, ese momento en que una partitura otorga a un film ese algo que le hace ser recordado, intemporal, un clásico instantáneo, esa secuencia mágica que queda grabada en el recuerdo gracias a la inspiración de la música. El instante en que los firmantes de ese pacto inicial se reconocen enamorados, en que las barreras caen y la humanidad llena la pantalla, no hay malos ni buenos, sólo seres humanos que toman decisiones, equivocadas o no, que se han enamorado, e inician un tímido acercamiento. Se besan con temor mutuo a ser rechazados y vuelcan su pasión inexplorada en un eterno mar de tiempo, todo ello perfectamente perfilado, pautado y guiado por una prodigiosa interpretación del violín en un crescendo portentoso, pleno de lirismo, humanidad y belleza.

FirelightUn momento que, al ver el film por primera vez, allá por el año de su estreno en 1998, hizo que quien esto suscribe renovara sus votos de amor incondicional a la música de cine, a la alegría que la música puede ofrecer al oyente, a la capacidad de compartir sentimientos y evocar percepciones, a la indefinible sensación de sentir la euforia de estar vivo y hallar un lugar en el mundo, con ayuda de la emoción del arte musical aplicado a unas imágenes en movimiento, la materia en definitiva, de la que están hechos los sueños.

Christopher Gunning es perfectamente consciente del poder de la música y aprovecha cada oportunidad que el film le ofrece para hacernos sentir. En el Barryniano "The Rescue", como hábil maestro de la tensión, con un percutante piano apoyado, cómo no, por cellos violas y violines, concluyendo con un desgarrador solo de este último instrumento; en el oscuro "A Bitter Decisión" dominando los resortes del drama para ilustrar las difíciles decisiones de los personajes; y en el etéreo "Firelight" rindiéndose a su sobresaliente tema principal, con sutilidad, sacando todo el jugo a cada nota, llevándonos en volandas a la emoción (¿qué destino aguarda a la esposa en coma?), preparándonos para el final de la historia.

"Amy´s Funeral" nos vuelve a ofrecer con pudorosa parsimonia el tema de Amy, abriendo una puerta al resto de personajes a un futuro diferente, para los que como elemento catalizador aunque inerme, ejercía de ancla.

La nueva libertad adquirida nos conduce a la confesión de los secretos largamente conservados, y a la escena en que una madre y una hija hacen que el alma de todos y cada uno de los espectadores se agite de emoción ante lo que esta viendo, a lo cual el compositor colabora perspicazmente, primero en la contenida y bella "The Power of Desire", y de forma desbocada después en la impresionante Suite final "A New Journey", de un lirismo e intensidad tal, que impulsa inadvertidos ríos de lágrimas en todo aquel que haya conseguido unirse ya sin remedio a los destinos de unos personajes, a los que acompañaremos para siempre en nuestros recuerdos, a la luz del fuego.

Lo mejor: Por encima de todo, la imponente suntuosidad y belleza con que el compositor desgrana sus piezas, compuestas para extraer hasta la última gota del talento de los instrumentos solistas y sus intérpretes. Sobrenatural parece, la amalgama de sensaciones, emociones y sentimientos que temas como "Loving By Firelight", "The Lake House", "Learning By Firelight", "Making An Heir", "Firelight" o "A New Journey" nos evocan. Inconmensurable, y me quedo corto.

Lo peor: Lo expresaré en una sola palabra, nada.

El momento: Cada vez que el violín o el cello hacen su aparición y el tema principal se desarrolla en sus múltiples variantes, los extraordinarios "Making An Heir", "Loving By Firelight" o "The Lake House", los fascinantes "Firelight" o "Learning By Firelight" y la extasiantemente evocadora Suite final "A New Journey", momentos en los que la música nos llena de emociones, provocando que nos enamoremos ya irremediablemente, de esta excepcional película y de su partitura, a las cuales ya nunca olvidaremos.

No podemos por menos que destacar en esta ocasión, por su inestimable colaboración en la consecución de tan notable plasmación de las notas del compositor, a los solistas de la partitura:

  • Marcia Crayford y Kenneth Sillito: Solos de violín
  • David Hartley y David Arch: Solos de piano
  • Anthony Peech: Solos de cello
  • Jonathan Snowden y Edward Beckett: Solos de flauta
Así como a las excelentes orquestaciones tanto de Geoffrey Alexander (habitual colaborador de Trevor Jones) como del propio compositor, Christopher Gunning.

Asier G. Senarriaga

 
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