Tracklist:
- Brooklyn Heights - Howard Shore
- Dark Moon, High Tide - Afro Celt Sound System
- Gospel Train - Silver Leaf Quartet
- The Hands That Built America - U2
- Shimmy She Wobble - Othar Turner
- Breakaway - Sidney Stripling
- Signal to Noise - Peter Gabriel
- New York Girls - Finbar Furey
- The Murderer's Home - Simpson And Group
- Dionysus - Jocelyn Pook
- Brooklyn Heights - Part II - Howard Shore
- Morrison's Jig/Liberty - Mariano De Simone
- Durgen Chugaa - Shu-De
- Unconstant Lover - Maura O'Connell
- Devil's Tapdance - Vittorio Schiboni
- Beijing Opera Suite - Anxi Jiang
- Paddy's Lamentation - Linda Thompson
- Brooklyn Heights - Part III - Howard Shore
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Pocos días antes de la Navidad del 2002, en las pantallas norteamericanas se proyectaba por fin Gangs of New York, un gran proyecto de Martin Scorsese que ha encontrado sucesivas dificultades hasta su estreno. Para empezar, la idea data de 1978. Scorsese quería estrenarla a principios de los ochenta y tenía en mente que fuera interpretada por miembros del grupo The Clash, cuyo líder Joe Strummer falleció poco después del estreno de la película en Estados Unidos.
El fracaso comercial de La puerta del cielo (1980), dirigida por Michael Cimino, influyó en que el proyecto de Scorsese quedara aparcado durante dos décadas, debido a que el estudio responsable decidió no arriesgar en este tipo de grandes producciones.
Finalmente, se puso en marcha con un presupuesto que sobrepasó los 100 millones de dólares y representaba la principal apuesta de Miramax para los Oscar correspondientes al 2001.
Pero da la sensación de que Gangs of New York ha sido un proyecto maldito. Listo el rodaje en los estudios romanos de Cinecittà, la mafia italiana se encargó de destruir los costosos decorados recién construidos porque habían sido hechos por trabajadores inmigrantes. Hubo que contratar a artesanos de los sindicatos locales. Ésta y otras vicisitudes impidieron que la película no estuviera lista para finales del 2001 y se decidió postergar su estreno hasta finales del 2002. Por último, Miramax ha dispuesto que su gran apuesta para los premios de la Academia de este año será la versión cinematográfica del musical Chicago, con Richard Gere, Catherine Zeta-Jones y Renée Zellweger encabezando el reparto. No obstante, tampoco sería de extrañar que se alzara con alguna estatuilla, siendo Daniel Day Lewis el que tiene a priori más puntos para ello.
A lo largo del último año, Scorsese se dedicó a montar, remontar y requetemontar lo rodado. Y el resultado no ha sido demasiado satisfactorio. La crítica está dividida y en su primer fin de semana recaudó unos miserables 9 millones de dólares, viendo como la segunda parte de El señor de los anillos se llevaba en los mismos días la suculenta tajada de más de 100 millones.
Por el camino se perdió lo que había compuesto y grabado Elmer Bernstein desde hacía meses. En agosto del 2002 se anunció que, además del score de Bernstein y de los temas ya grabados por U2 y Peter Gabriel, la película incluiría música adicional de Howard Shore, una pieza de concierto titulada Brooklyn Heights compuesta hacía tiempo y, desde luego, no pensada para Gangs of New York. De hecho, Shore, enfrascado en la grabación de Las dos torres, no pudo hacerse cargo ni de la dirección.
Al poco tiempo se supo que Elmer Bernstein, que había compuesto las bandas sonoras de cuatro de los últimos trabajos de Scorsese, quedaba completamente descabalgado del proyecto.
Cuando Bernstein compuso La edad de la inocencia en 1993, dijo de Scorsese: "es uno de esos directores a los que les gusta hablar acerca de cómo quieren que suene la música en cada una de las secuencias. En cierta ocasión, Scorsese afirmó que escuchar música es lo que le impulsó a querer convertirse en director de cine. Para él, la imagen y la música son inseparables".
Mientras, el director decía de Bernstein: "una vez un entrevistador me pidió que hablara de mi colaboración con Elmer Bernstein, y precisamente por qué elegí trabajar con él. Mi primer pensamiento fue: ¿cómo no puedo trabajar con Elmer si tengo la oportunidad? Simplemente, pon que es el mejor que hay, contesté".
Los halagos del pasado se han convertido ahora en otra cosa. Bernstein declaró hace poco que trabajar para Gangs of New York "fue una historia de terror. Había escrito la banda sonora para la película casi un año antes. Entonces, cuando él comenzó a montarla, cambió de opinión. Me telefoneó y me dijo que haría un 'score Scorsese', lo que significa que, como en Uno de los nuestros o Casino, utilizaría música grabada para la banda sonora". Bernstein reconoce que fue un duro golpe para él, aunque declara que "es una de esas decisiones difíciles de discutir. Sigo pensando que lo que escribí era adecuado, aunque no sé cómo hubiera podido funcionar en el montaje final de la película".
El resultado de todo ello es una de las recopilaciones más heterogéneas que se han editado nunca bajo la etiqueta de "original soundtrack", fruto de la labor de recopilación del propio Scorsese, del productor del CD Hal Willner y del supervisor musical Robbie Robertson, líder de aquel grupo llamado The Band que acompañaba a Bob Dylan en sus giras y que se separó en aquel memorable concierto que filmó Scorsese en 1976 bajo el título de The Last Waltz.
En algún lugar he leído que se define esta banda sonora como una "mezcla de música contemporánea y tradicional que gustará tanto a los fans de los Chieftains como a los de Las cenizas de Angela". Discrepo. Me considero un fan de esa última banda sonora de John Williams y sin embargo pienso que Gangs of New York deja mucho que desear.
¿En qué consiste ese batiburrillo de sonidos que la forman? Por un lado tenemos lo compuesto por Howard Shore, tres temas que, en total, superan por poco los siete minutos de duración. El primero sinfónico, más que aceptable, aunque hacia el final parece que vaya a arrancar con el ya famoso Tema del Anillo; el segundo interpretado por un violín similar al que protagoniza el Tema de Rohan en Las dos torres, y un tercero vocal como colofón.
El corte de Peter Gabriel, Signal to Noise, es un experimento de sonidos electrónicos y percusiones, suave al principio y algo recargado de guitarras eléctricas en su segunda mitad. No está mal, pero es difícil imaginar cómo queda en la película.
El tema de los U2, que aparece en los títulos de crédito finales, es una evidente maniobra para hacerse con el Oscar a la mejor canción, pues ya el propio título, Las manos que construyeron América, parece tener una clara intención de tocar la fibra de los votantes norteamericanos de la Academia hollywoodiense. Pese a todo, es una buena canción, en la que participan como instrumentistas dos de las componentes del grupo The Corrs.
El resto del compacto contiene temas de todo tipo, aunque con cierto predominio de la música celta. Hay canciones tradicionales irlandesas como New York Girls, interpretada por Finbar Furey -divertida y entretenida- o Unconstant Lover, a cargo de Maura O'Connell. Tenemos un vestigio arqueológico sacado de la prehistoria de la grabación, con un sonido lamentable, llamado Breakaway e interpretado por un tal Sidney Stripling y su banjo; el gospel instrumental Gospel Train del Silver Leaf Quartet, el tema "afro-celta" Dark Moon High Tide, mezcla de percusiones étnicas con gaitas y otros instrumentos propios del folclore celta; los espirituales negros de Jimpson and Group en The Murderer's Home; el clásico tema instrumental celta Devils Tapdance; una canción de corte new age de Jocelyn Pook de título Dionysus; el señor Mariano de Simone y su instrumento folclórico de cuerdas percutidas titulado Morrison's Jig/Liberty; y algunas cosas más que pueden hacer daño en los tímpanos de los melómanos exigentes, como los tambores de pasacalles del tema Shimmy She Wobble; los gongs y maullidos de la Beijing Opera Suite o un tema bastante horripilante llamado Durgen Chugaa cuyo principal aspecto positivo es que no rebasa el minuto de duración.
Sin haber visto todavía la película, podría decirse que es injusto criticar esta mezcolanza de músicas tan diversas. En ese sentido, se le puede conceder el beneficio de la duda. No obstante, siento al escuchar el CD que es como hacerse un bocadillo con sobrasada, Nocilla y ositos de goma, ingredientes que por separado pueden ser correctos, pero que revueltos pueden resultar de lo más indigesto para quien no tenga un estómago de acero. Es uno de esos discos en el que se pueden salvar unos pocos temas y el resto se intentarán olvidar cuanto antes.
Lo Mejor: Se salvan los U2 y Howard Shore. Tal vez Peter Gabriel y, según los gustos de cada cual, algún corte más, como New York Girls.
Lo Peor: Es una mezcla demasiado heterogénea con algunos temas bastante insoportables, entre ellos Durgen Chugaa o la Beijing Opera Suite.
Los Momentos: The Hands That Built America y Brooklyn Heights.
Óscar Giménez Serrano
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