Tracklist:
- The Gift (02:50)
- She Was A Friend To Me (03:52)
- Use Your Instincts (04:51)
- Blue Diamond (02:16)
- Cryptomnesia (05:43)
- Predictions (06:12)
- Clear Sensing (01:56)
- Fiddler Dream (03:44)
- Scottoma (02:05)
- Banshee (04:44)
- Ignis Fatuus (05:15)
- Empathy (07:21)
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The Gift y Sam Raimi, el mundo de la precognición, lo sobrenatural entra en lo cotidiano
Justo antes de embarcarse en la aventura de adaptar el mundo de uno de los superhéroes más queridos, en la saga Spiderman, Sam Raimi, tras su subvalorada pero magnífica historia de amor a la Capra, For the love of the Game, ambientada en el mundo del baseball americano (y con dos mitos, Kevin Costner como protagonista y nuestro querido amigo Basil Poledouris componiendo una más de sus obras maestras), se disponía a recrear su mundo particular en un film pequeño y en cierta medida personal. Su título The Gift, Premonición en su traducción en España, un recorrido por los fantasmas de una pequeña población sureña (y en algunos instantes bastante literalmente).
Aunque pudiera parecer alejado del universo Raimi, esta historia costumbrista de personajes, con un reparto excepcional por cierto: junto a una soberbia (atentos a su acento, que como siempre borda la actriz australiana) Cate Blanchett, encontramos excelentes interpretaciones de entre otros, Keanu Reeves, (a quien se llega a odiar, pero por los motivos justos, no por falta de calidad de su interpretación, que es pautada y contenida, y por ello más inquietante), Giovanni Ribisi (en el rol más emotivamente trágico de la función), Greg Kinnear (exquisito en su lucha interior), o la antigua buena actriz Katie Holmes (a quien desde que se casó con Tom Cruise parece que se le ha olvidado actuar, la verdad), junto al habitual de la casa, J.K. Simmons, a.k.a J.J. Jameson en las películas de Spiderman, tan notable como es habitual en él, en el papel de atribulado y sobrepasado por las circunstancias sheriff de la localidad; nos lleva a entrar con toda naturalidad en el mundo de lo sobrenatural, valga la redundancia, de manera progresiva, a través de los ojos, y la mente de su protagonista, que siempre llevará el estigma de adivinar el porvenir a las personas de su comunidad sin haber sido capaz de predecir el suyo, y haber evitado la muerte de su marido en un accidente. La redención la alcanzará mediante The Gift, el don que recibió de niña y que nunca ha tenido claro si considerarlo, una bendición o una maldición. Una visita astral a un pantano y la resolución de un cruel crimen acercará a la historia a un aparente whodunit hitchkockiano (quién mató a ..., y por qué lo hizo) con tintes paranormales, y al personaje de Cate Blanchett, a alcanzar la paz, el entendimiento y la aceptación sobre quien es en realidad.
Danny Elfman, el Score para The Gift que pudo ser y no fue
Tras contar innumerables veces con el talento de Danny Elfman, y varios años antes del conflicto entre ambos, con motivo de la post-producción de Spiderman 2, esta vez la colaboración no pudo hacerse efectiva por un conflicto de fechas y el contrato del pelirrojo para otro trabajo, haciendo imposible crear la partitura para el film de Raimi. Ello a pesar de que un cameo muy intrigante en una de las escenas oníricas de la producción, nos presentaba a Elfman como un violinista salido de los mismísimos infiernos. Su apariencia y su forma de interpretar el citado instrumento en los pocos segundos de que dispone consigue sin duda su propósito de que sintamos un escalofrío, ante su terrorífica apariencia y lo gutural de los sonidos de la pieza que interpreta.
Sin embargo, con The Gift, un nuevo compositor entraría a formar parte del mundo de Sam Raimi, y siempre agradeceremos a esta película, como diría Humphrey Bogart, que significara el inicio de una hermosa amistad.
Christopher Young entra en juego, rien ne va plus. El inicio de una fértil colaboración con Sam Raimi, THE GIFT
El director solicita de Young una creación de ambientes sutil, que desde el inicio, desde la primera escena atmosférica, reflejando la claustrofobia de los pantanos, donde aún en inmensos espacios abiertos te sientes prisionero de la naturaleza, se pase en un instante a la aparente placidez de los ambientes sureños, más concretamente los de la verde Georgia, donde la vida transcurre en paz y armonía, al menos visto desde nuestra perspectiva, desde fuera. El compositor comienza desgranando unas repetitivas notas al piano para ceder en adelante el protagonismo a las cuerdas, que con el liderazgo de un lírico y étnico violín solista nos describirá durante los títulos de crédito la vida en la comunidad, y poco a poco, nos adentrará en la mente de su protagonista, la médium Cate Blanchett, que empezará entonces a revelarnos su don, "The Gift".
La belleza de una melodía cuasi fantasmal, pero muy emocional, nos presenta la particular relación entre ésta y el mecánico del pueblo, un chico con problemas psicológicos graves, a quien la vida no ha tratado precisamente bien. El violín y la cadenza circular de la melodía a las cuerdas se va haciendo más y más intensa conforme el motivo avanza dejando constancia de la ternura que siente por el chico, y su dolor por no poder ayudarlo, "She Was A Friend To Me".
Los pasajes soterrados, la descripción del don, y las primeras visiones van tendiendo sus redes sobre el personaje central, "Use your instinct", con un distintivo empleo de unas voces cuasi angelicales en la lejanía, por debajo de un ostinato dulce y etéreo que acompaña a un suave piano, dando paso a "Blue Diamond", que nos abre a los conflictos internos del chico, que no deja de ver en sus pesadillas, un diamante azul.
La música se torna disonante, oscura, atonal y opresiva, "Cryptomnesia", "Predictions", que a través de elementos como el címbalo nos seduce e hipnotiza para ser después guiados por un omnipresente piano a modo de conductor junto al violín de la paulatina irrespirabilidad de la sociedad sureña con la que Blanchett debe convivir.
Las voces semi fantasmales y la celesta nos sobrecogen mientras un percutante piano nos guía por la mente en trance de la médium, que descubre un dato esencial para la resolución del misterio, aunque lamentablemente no sabe interpretarlo correctamente, "Clear Sensing". Y el tema más duro en su escucha aislado se despliega ante nosotros durante las pesadillas en busca de la verdad, para mostrarnos el cameo de un diabólico Danny Elfman, que cual violinista del infierno, se nos aparece para señalarnos el lugar donde reposa el cuerpo de la asesinada (en una escena que no hubiera desentonado en Twin Peaks por ejemplo), "Fiddler Dream". Las voces femeninas no tienen nada de angelical como en otros instantes y se van tornando más y más inquietantes conforme el track avanza, un extracto del tema de la médium da paso a la desquiciada interpretación del violinista, que nos deja temblando en su impactante aparición.
La resolución se acerca, y la partitura no da respiro en su oscuridad creciente, "Scottoma", llevándonos hasta un obsesivo tour de forcé final, a base de efectos a las cuerdas, celesta, piano, campanillas, y violín solista, notas a la tuba prolongadas que explotan de repente, y voces demoníacas, entrando entonces en "Banshee", que en su negrura obtiene un respiro melódico con un breve regreso al motivo del track 2 a las cuerdas, que nos dibujan mediante la música una salvación milagrosa, en un rescate aparentemente afortunado en el último momento. Pero ese rescate, no tiene nada de afortunado, y la protagonista obtiene respuestas al objetivo final para el que su don la ha preparado toda su vida, "Ignis Fatuus". Un rasgado de cellos, violas y violines, más y más violento cada vez, nos conduce al clímax, donde una exhilarante y redentora rendición al tema central nos encamina al final de la historia, y al comienzo de una nueva etapa para una mujer, a la que las circunstancias y el destino siempre parecían haberle guardado un fin último, un motivo para sus premoniciones, una razón para tener, el don, The Gift, y una unión espiritual con el otro mundo, que daría una nueva oportunidad a su vida.
La partitura finaliza con una unión entre el mundo real y la rutina de la vida diaria a la conclusión de "Ignis Fatuus" mediante la conjunción de la sección de cuerdas al completo y violín solista agudo y restallante, antes de llegar al lirismo conclusivo en forma de Suite del mejor tema de la composición, el abrumadoramente bello "Empathy". Empatía, rasgo en que fundamenta su vida el personaje de Blanchett, y que la llevara a descubrir una nueva existencia ante ella a la resolución del misterio, definida con ampulosidad y virtuosismo por los pentagramas de Christopher Young, que va haciendo crecer el tema poco a poco, hasta alcanzar un sinfonismo realmente abrumador (atentos a partir del min. 1:20) y conducirnos a la consumación de la obra con talento y resolución, dejándonos una composición redonda y un gran sabor de boca final. Impresionante la entrada de la orquesta a partir del 2:32, pónganlo bien alto y déjense llevar por la emoción de un compositor en plenas facultades.
Lo mejor: La brillante definición musical del espacio físico sureño en el que tiene lugar la trama, y la capacidad de Christopher Young de seguir innovando dentro del género de terror sin recurrir a lo sencillo, no dejando que la composición se base simplemente en calculados golpes de efecto musicales llenando el espectro sonoro. "The Gift", "She Was A Friend To Me", y el excepcional "Empathy" destacan por si solos.
Lo peor: Que los objetivos del film se reduzcan a narrar un eficaz relato de suspense que desemboque en el whodunit correspondiente y no vaya más allá, contagiando de esta falta de ambición quizá, a la música.
El momento: Todo el track final, "Empathy", que resume con maestría y convicción el film, desde el lirismo y plena emotividad inicial, al sinfonismo arrollador y la belleza melódica de su rendición final al tema central, con un espectacular y emocionante uso del violín solista. No se sorprendan si escuchándolo un nudo se les pone en la garganta, es Christopher Young at his best, the real gift under the score.
Una breve reflexión sobre Christopher Young
Cuando escucho por primera vez una partitura compuesta por Christopher Young siempre me ocurre lo mismo, expectación para ir descubriendo una nueva creación de este compositor que tanto me hace llegar con su música, que siempre me emociona y hace sentir, que tanto ha significado a lo largo de mi vida. Porque es así, junto a maestros como Basil Poledouris, John Williams o James Horner, Chris Young siempre ha sido uno de mis compositores favoritos. Un compositor que me ha hecho llorar a lágrima viva con la sentida y llena de alma e integridad Murder in the First, que me ha transportado a Terranova y me ha enamorado con una obra maestra como The Shipping News (una partitura que está en mi corazón por muchas razones, como reflejé en su reseña hace unos años), que me ha conducido con pulso firme a través del suspense de Jennifer 8 o Species, de The Vagrant o Hush, de Copycat o Untraceable, de Unforgettable y su elegancia cool a Virtuosity y sus ritmos atrapantes, de su tratamiento del jazz, que adoro, lleno de savoir faire y virtuosismo, en obras como Norma Jean & Marilyn, Rounders, Shade, Swordfish, o una vez más, una composición soberbia como The Hurricane, o siendo el mejor representante de un género tan complicado como el terror, con ya clásicos como Hellraiser, Hellbound o la reciente pero no menos genial, Drag me to Hell (de nuevo para Raimi).
Por todas esas obras, por todo ese corpus artístico, por desear siempre escuchar cada nuevo trabajo que componga, la música de Christopher Young ha sido siempre muy especial para mí, y convivir con él este pasado verano, con motivo del V Festival Internacional Ciudad de Úbeda no ha sido sino un sueño hecho realidad. Por haber descubierto en ese creador, en ese compositor tan querido por su obra, a un ser humano excepcional, a una persona cariñosa con sus fans, queriendo ser amigo de todos en todo momento, por su emoción al ser informado de lo que los congresistas sentían por su música y el amor a su obra de todos los asistentes, por su sincera pasión, su humanidad y su cariño sin igual, no dejando una sola persona sin una firma, un solo fan sin un abrazo sentido y agradecido, un solo amigo de la música de cine sin su foto con su ídolo, por todo ello, y por muchas más cosas, un gigantesco gracias.
"A huge Thank You Very Much Master, just for being the way you are, an amazing human being, an outstanding composer and a genuine lover of film music. Keep the Groove pal. Best".
Asier G. Senarriaga
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