Título en español: La Brújula Dorada Compositor: Desplat, Alexandre Año: 2007 Distribuidora: New Line Records Duración: 74:03
Tracklist:
The Golden Compass (2:22)
Sky Ferry (2:44)
Letters from Bolvangar (2:33)
Lyra, Roger and Billy ((1:29)
Mrs. Coulter (5:20)
Lyra Escapes (3:44)
The Magisterium (1:58)
Dust (1:58)
Serafina Pekkala (1:50)
Lee Scoresby's Airship Adventure (1:50)
Iorek Byrnison (5:28)
Lord Faa, King of the Gyptians (2:17)
The Golden Monkey (2:04)
Riding Iorek (4:38)
Samoyed Attack (1:21)
Lord Asriel (2:10)
Ragnar Sturlusson (6:18)
Ice Bear Combat (2:15)
Iorek’s Victory (1:26)
The Ice Bridge (1:33)
Rescuing the Children (2:18)
Intercision (2:47)
Mother (3:35)
Battle With the Tartars (4:31)
Epilogue (3:33)
Lyra (3:19) - Interpretada por Kate Bush
Nacido en Inglaterra, criado en países remotos como Australia y Zimbabwe, y dedicado a la enseñanza de la lengua inglesa hasta mediados de los años noventa, Philip Pullman se hizo famoso por ser el autor de Luces del norte, primer volumen de una nueva trilogía fantástica aparecido en 1995.
A diferencia de una amplia mayoría de relatos de fantasía, en aquel primer volumen de La materia oscura, tal como se bautizó la trilogía, no había elfos, dragones, enanos ni nobles caballeros diestros en el manejo de la espada. Luces del norte -que en Estados Unidos se tituló La brújula dorada- presentaba un mundo distinto. De hecho, son múltiples mundos paralelos interconectados por partículas de una sustancia misteriosa que llaman Polvo. En uno de ellos se iniciaba la historia de Lyra, una niña huérfana que vive en un College de Oxford rodeada de profesores y estudiantes. En el universo de Lyra, cada persona va acompañada de su daemon (daimonion en el libro), un animal de sexo contrario, constituido en esencia de Polvo, que actúa como su conciencia y representa su personalidad. Ese daemon es capaz de cambiar de apariencia durante la infancia de su humano hasta adquirir una forma fija cuando alcanza la pubertad. Además, en ese mundo de Lyra los estudiosos están fascinados por el Ártico, por esas luces que llaman Aurora Boreal -también el Polvo tiene que ver con ellas- y están decididos a descubrir qué son esas partículas y cómo podrían utilizarse para pasar de un mundo a otro.
Pero la razón, la ciencia y la sed de conocimiento se enfrentan a la fe, representada por la religión. Por expresarlo de una manera sencilla, los "malos" del libro forman parte de la Iglesia -escrita así, tal cual, sin eufemismos ni ambigüedades-, interesada en impedir el desarrollo del conocimiento bajo la premisa de que el dominio de la gente se sustenta en mantenerla en la ignorancia. Por el contrario, los "buenos" son los oprimidos, eruditos y exploradores con ansia de saber y conocer el funcionamiento del mundo, deseosos de una libertad de pensamiento que la Iglesia impide y que tacha de herejía, condenando a muerte a quienes le lleven la contraria.
Este sorprendente planteamiento en un relato dirigido a público juvenil tiene su razón de ser cuando uno descubre que Philip Pullman es un "ateo practicante", un escritor miembro de la British Humanist Association y de la National Secular Society, organizaciones que promueven el secularismo como contraposición a la religión, y que están comprometidas con los derechos humanos y la democracia.
Por eso, La materia oscura está en el polo opuesto de Las crónicas de Narnia, escritas por C.S. Lewis, que contenían un mensaje cristiano implícito y explícito el cual para Pullman es poco más que "propaganda religiosa". La trilogía de éste ha sido descrita por los conservadores cristianos como una forma de herejía que intenta inculcar en niños y jóvenes las semillas del anticlericalismo. Aunque, bien mirada, la obra no ataca directamente a la religión cristiana per se, sino al uso de la religión como forma de opresión.
La película
Algunos han considerado que ese enfrentamiento con el poder fáctico ha sido la causa de que la versión cinematográfica del primer libro de la trilogía haya sido un fracaso, especialmente en Estados Unidos. En todo caso habrá tenido parte de culpa aunque, en mi modesta opinión, no mucha, pues está demostrado que lo único que consigue generalmente la censura religiosa en el ámbito del cine es proporcionar publicidad gratuita a las películas, véase El código Da Vinci. En cualquier caso, los cristianos conservadores de allende los mares intentaron boicotear la cinta desde que se anunció. Para no ser demasiado polémicos, director y productores decidieron que el film enfocara esa controversia de ciencia versus religión de una manera muy light, incluso renombrando como "Magisterio" lo que en el libro es "Iglesia", supongo que para acabar cabreando a los maestros, además de a los cristianos.
Lo cierto es que ese cambio no ha servido de nada para que una superproducción con un presupuesto cercano a los 200 millones de dólares -publicidad aparte- recaudara apenas unos miserables 25 millones en su primer fin de semana de estreno en Estados Unidos, una cifra ridícula a todas luces -sean del norte o del sur-. En el mercado internacional la taquilla ha ido algo mejor, pero no como para echar las campanas al vuelo.
Y la verdadera culpa no es el mensaje anticlerical, que para muchos pasa desapercibido, sino un guión y una puesta en escena sin alma, una presunta "aventura" que deja al espectador tan frío como los paisajes árticos que predominan en su segunda mitad. Así, el culpable no es otro que Chris Weitz, autor del guión y director del film, incapaz de transmitir la emoción necesaria para que el público se meta en la historia. Y además, también habría que llevar al banquillo de los acusados a la protagonista, Dakota Blue Richards, escogida entre más de 10.000 niñas para encarnar a Lyra, que ha sido capaz -con la ayuda de Weitz, sin duda- de que la muchacha inteligente del libro, con un punto de rebeldía y con la que el lector podía llegar a identificarse, se transforme en la pantalla en una niñata repelente. Y como colmo de desastre, han dejado la película más colgada que un higo, en un punto donde el primer libro sigue narrando la historia algo antes de llegar a su final, un final provisional, claro está, pues es la primera parte de una trilogía. Lo curioso es que en algunos vídeos, teasers y trailers se ven escenas que corresponderían a esa verdadera conclusión del primer volumen -mucho más interesante que la mostrada en la pantalla- y que tal vez no llegaremos nunca a ver en un cine, pues si tal como se había anunciado el rodaje de las dos siguientes partes de la trilogía -La daga y El catalejo lacado- va a depender del éxito económico de esta primera entrega, parece claro que será mejor que esperamos sentados.
La música
Y eso será una verdadera lástima para el aficionado a la música de cine, porque Alexandre Desplat se ha currado una banda sonora digna de toda alabanza.
La primera escucha puede dejar frío al oyente. Sin embargo, cuando uno se sumerge en ella repetidamente va descubriendo temas y matices que van calando hondo. Es un score de lenta asimilación, de detalles, de delicatessen; un trabajo para ser saboreado despacio, con concentración y sin prisas; una banda sonora que no trata de deslumbrar por la vía rápida sino de filtrarse progresivamente en los sentidos, desarrollando sus múltiples motivos temáticos a fuego lento.
Desplat demuestra estar en muy buena forma y ser uno de los talentos más destacados del panorama actual. Además, con La brújula dorada pone de manifiesto su voluntad de introducirse en serio en una saga de fantasía que le permita explorar miles de detalles musicales, con muchos temas dedicados a personajes, lugares y objetos, algo que soñaba desde hace años, a tenor de lo que cuenta en una entrevista realizada para Music from the Movies. También hay que apuntar que tras haber escrito -o esbozado- la banda sonora de Mr. Magorium y su tienda mágica, abandonó ese proyecto para poder dedicarse en profundidad a La brujula dorada. La solución para la película protagonizada por Dustin Hoffman y Natalie Portman fue contratar a Aaron Zigman para adaptar y terminar lo creado por Desplat y escribir algo de música adicional. Los dos compositores aparecen finalmente acreditados.
En esa misma entrevista, Desplat destaca que Chris Weitz tuvo plena confianza en el compositor para desarrollar la música a su gusto, sin inmiscuirse demasiado, aunque tuvo que reescribir a menudo partes del score -reorquestando y ampliando o acortando fragmentos- como consecuencia de constantes cambios de montaje de última hora. Es algo que se aprecia al comparar el CD editado por New Line Records con la música de la película, pues el disco incluye algunos cortes y temas no utilizados, al tiempo que carece de algunos pasajes musicales que sí están en el film, aunque no muchos. Por otro lado, los cortes del disco están desordenados en relación con la película.
Junto con una gran orquesta y coros masculinos -hombres y niños, aunque en ocasiones parezca que sean voces de mujeres-, el compositor francés emplea una amplia variedad de instrumentos exóticos que enriquecen el trabajo. Los usa en ocasiones asociados a los gypcios (giptanos en el libro de Pullman) para envolverlos de sonoridades del Próximo Oriente, así como para los samoyeds del norte en momentos puntuales. Instrumentos de cuerda de origen griego, cimbalón, gongs, chelo mongol, percusiones tibetanas e incluso un cantor de Tuva, una zona en el sur de Siberia, cuyos pastores son capaces de emitir guturalmente dos notas al mismo tiempo. Su voz se escucha asociada a los samoyeds al final de los cortes "Samoyed Attack" y "Lord Asriel" . Desplat experimenta asimismo con violonchelo eléctrico, distintos saxos o con múltiples pianos para crear diferentes atmósferas, texturas y colores.
Los temas
En cuanto a los motivos temáticos, en el CD hay alrededor de una docena, con mayor o menor presencia en el score y con intención de crear un extenso tapiz que sirva de base para las "presuntas" películas futuras de la serie. Naturalmente, ésa era la idea antes del fracaso en la taquilla.
Es difícil establecer un claro tema principal. Es cierto que existe para el aletómetro o brújula dorada del título y que es el que abre el film y el CD en el prólogo con voz de Eva Green. La idea de empezar con una introducción narrada por un personaje secundario para después pasar a una escena amable en la que se presenta a la protagonista está claramente emparentada con La comunidad del anillo, también producida por New Line. En el primer corte, "The Golden Compass", Desplat nos presenta el tema del Polvo como un motivo enigmático y mágico con sonidos atmosféricos sobre los que suenan delicadas notas y campanillas varias . Ese tema, que va unido al misterioso Polvo que unos investigan y otros tratan de ocultar, suena en varios momentos cuando Lyra utiliza su brújula -instrumento que funciona precisamente gracias a esas misteriosas partículas- para conocer la verdad. Lo escuchamos en "Dust", "Serafina Pekkala", "Ragnar Sturlusson", "Intercision" y "Mother".
En el primer corte del CD, tras esos primeros sonidos ambientales, entra una melodía de cuerdas con majestuosos arabescos . Podría ser considerada el tema principal asociado al propio Polvo y a la brújula dorada de no ser por su escasa presencia en la película. Sólo se escucha en la introducción -cuando la pantalla parece abrirse para introducirnos en un universo paralelo y aparece Lord Asriel con su leoparda de las nieves Stelmaria-, en la escena en que el tío de Lyra muestra imágenes del Polvo a los estudiosos del Jordan College (fragmento musical no incluido en el CD) y en el corte "Intercision", cuando el personaje de Nicole Kidman explica que el Magisterio ha condenado y persigue a Lord Asriel, instante en que se ve a éste en algún refugio del Ártico dedicado a sus investigaciones. Visto así, esa melodía de presentación está tan relacionada con el Polvo como puente para acceder a universos paralelos como con el personaje interpretado por Daniel Craig -personificación del deseo de conocimiento en oposición a la censura del saber que encarna el Magisterio-.
Bastante más presencia tiene en el score el tema de Lyra, una melodía tierna e inocente que suena delicada en algunos cortes y enfática en otros. Aparece esbozado por primera vez de manera muy suave al final de la primera pista "The Golden Compass" , que en la película enlaza con el cuarto corte ("Lyra, Roger and Billie"). Es el momento en que el espectador ve por primera vez a la protagonista de esta historia. Este tema de Lyra se repite en múltiples ocasiones, por ejemplo iniciado con flauta en "Mrs. Coulter", cuando la villana de la función se sienta en el comedor del Jordan College al lado de la niña, o al final de "Sky Ferry", cuando ambas llegan a la mansión londinense de la señora Coulter. Una de sus ejecuciones más curiosas se incluye en "Rescuing the Children", en el momento en que la protagonista encuentra a su amigo Roger en Bolvangar. Es una interpretación sincopada, con el compás cambiado y con arpa solista. Los momentos en que este tema de Lyra brilla con mayor fuerza es al final de la cinta, en los momentos finales de "Battle with the Tartars" y en el "Epilogue", donde Desplat lo convierte en un motivo triunfal para concluir el score, con una orquestación que a más de uno le recordará al tema principal de Jurassic Park .
Marisa Coulter, el personaje de Nicole Kidman, se encuentra también entre los que tienen una presencia importante en la película. Para describir a la antagonista de la pequeña Lyra, Desplat ha escrito un leitmotiv cargado de sensualidad, con cuerdas que son pura insinuación y ambigüedad de intenciones. Lo presenta en "Mrs. Coulter" justo cuando vemos de espaldas a la mujer, con su mono dorado, en el pasillo del comedor del Jordan College . Este tema de la señora Coulter vuelve a sonar hacia la mitad del corte en una de sus mejores ejecuciones. Lo oímos también en "The Golden Monkey" y en "Mother".
Sin embargo, musicalmente, Desplat no deja lugar a la duda en cuanto al bando para el que trabaja este personaje, pues su mismo tema es también el del Magisterio, aunque para ello lo descarga de los vaivenes insinuantes y lo dota de una mayor sobriedad y amenaza. Es lo que sucede al final del corte "Mrs. Coulter", cuando vemos reunidos a los mandamases de esta organización -Derek Jakobi, Christopher Lee y Edward de Souza-, o cuando desde la aeronave que sobrevuela Londres la señora Coulter señala a Lyra el edificio que alberga la sede del Magisterio en "Sky Ferry" y al final del propio corte titulado "The Magisterium" .
Otro de los temas principales es el del oso acorazado Iorek Byrnison. Como otros motivos musicales de esta banda sonora, su primera presentación pasa casi inadvertida. Ocurre en "Iorek Byrnison", hacia el tercer minuto, interpretada de forma dramática por las maderas . En posteriores acontecimientos es cuando suena en todo su esplendor heroico. Es el caso de "Iorek's Victory" y en el comienzo de "Battle with the Tartars", cuando el oso irrumpe en la escena de la lucha en Bolvangar, dando inicio a uno de las fragmentos de acción más destacados. Asimismo, lo escuchamos al final de "Ragnar Sturlusson", en el instante en que Iorek desafía al rey de los osos del hielo, con una ejecución dramática que anticipa el violento combate de los dos animales.
También existe un tema para la relación que se establece entre Iorek y Lyra, que representa el compromiso del oso de cuidar y ayudar a la niña en su misión. Es también en el corte "Iorek Byrnison" cuando lo escuchamos por primera vez, también poco perceptible. Su ejecución más impactante es en el comienzo de "Riding Iorek", cuando la niña "cabalga" sobre el oso y los planos aéreos muestran la inmensidad de los paisajes helados . La melodía suena suavemente, con maderas, en "Ragnar Sturlusson", cuando Lyra habla con Iorek y éste se muestra determinado a luchar, así como en "Iorek's Victory", interpretado con flauta y luego con la sección de cuerda.
Otro de los temas más destacados -de hecho, mi preferido- está en relación con diversas escenas y personajes. En alguna reseña he leído que lo asocian a las brujas o a la reina de éstas, Serafina Pekkala. Pero no es exactamente así, puesto que Desplat lo emplea también con los gypcios y con el oso Iorek Byrnison. Por eso, tiendo a pensar que se trata de un tema que se relaciona más bien con el conjunto de aliados de Lyra, con los "buenos" en definitiva, y más concretamente con el deseo común de lucha y venganza de brujas, gypcios y oso. Su presentación también es muy suave y breve, pues suena en el corte inicial -minuto 1:25 en concreto-, cuando la voz de Eva Green cita precisamente a las brujas, los gypcios y los osos del hielo . También de forma muy sutil se escucha cuando Serafina Pekkala, en el corte del mismo nombre, aparece ante Lyra. En una variación mucho más potente y heroica lo escuchamos en "Lord Faa, King of thge Gyptians", en el momento en que este personaje declara su deseo de venganza por los niños secuestrados y vemos en la imagen su barco en dirección al Norte . Además de escucharlo en relación con brujas y gypcios, lo tenemos en "Iorek Byrnisson" justo cuando decide salir corriendo para recuperar su coraza robada por el Magisterio. Este tema de los aliados lo podemos encontrar en una de sus mejores versiones en la primera mitad del corte "Lee Scoresby's Airship Adventure" -no utilizado finalmente en la película por el motivo que sea-. Pero su presencia alcanza el grado más alto de protagonismo y emoción en "Battle with the Tartars", primero cuando marca la llegada de las brujas al escenario de la lucha, y después con la llegada de los gypcios, cuando está claro que la victoria está del lado de los "buenos" de la historia y el tema suena con un aire más triunfal sobre una base de percusión, al tiempo que vemos cómo los daemons de los tártaros se transforman en polvo dorado .
También tiene mucha presencia el tema del viaje, un motivo genérico que vale para escenas de enlace en la que vemos a los personajes trasladándose por tierra, mar o aire. En el disco es el que protagoniza el corte "Sky Ferry", cuando Lyra viaja en el transbordador de la señora Coulter en dirección a Londres . Más adelante, en la película, lo escuchamos durante el viaje marítimo de los gypcios hacia el norte y con un tono épico y contundente en las imágenes de Lord Asriel y su leoparda caminando por la nieve antes de ser atacado por los samoyeds . En "Ragnar Sturlisson", cuando Lyra usa la brújula y tiene visiones de Iorek corriendo sobre la nieve también escuchamos este tema, una interpretación con coros de lo más potente , que Desplat vuelve a utilizar de forma contundente cuando el oso y Lyra corren hacia Bolvangar después del combate de los osos en "Iorek's Victory". Su última interpretación es al inicio de "Epilogue", ya en la aeronave de Lee Scoresby que vuela rumbo al Polo.
Los gypcios (que en el libro eran giptanos) tienen su propio estilo musical, creado a base de sonoridades orientales e instrumentos exóticos, que podemos escuchar principalmente en "Lyra Escapes" y "Lord Faa, King of the Gyptians" .
El sonido de las brujas se crea con coros fantasmagóricos. Desplat explicaba que no son mujeres sino coros de niños, pues su deseo era utilizar únicamente voces masculinas. Ese tema lo encontramos en "Riding Iorek", cuando Lyra y el oso ven a las brujas volar en el cielo nocturno camino de la guerra .
Más temas... Existe otro leitmotiv para los niños. Además de oír su melodía en el contexto del corte "Lyra, Roger and Billy" con una interpretación juguetona y desenfadada, con mandolina e instrumentos de cuerda orientales, sobre una base rítmica que también recuerda la música de la Europa del Este y Oriente Próximo . Esa melodía también se emplea en otros momentos de la cinta asociado a los niños. Es el caso de un breve fragmento en "Mrs. Coulter", justo antes de que Roger y Billie Costa sean raptados por los devoradores ("zampones" en el libro) .
Billie Costa tiene asimismo su propio motivo musical. La melodía es la del corte "Letters from Bolvangar", un tema de delicada y melancólica ejecución con piano . Corresponde a la escena en la que vemos a los niños secuestrados y le piden a Billie que escriba una carta a su familia. El tema vuelve a repetirse al final de "Riding Iorek", cuando Lyra y el oso encuentran y rescatan a Billie y lo llevan de vuelta con su madre y el resto de gypcios . En ese instante se convierte en un tema dramático y triste de aire eslavo.
Para el rey de los osos Ragnar Sturlisson (Iofur Raknison en el libro) y su palacio de hielo, Desplat decidió utilizar seis pianos a la vez, que dotan al inicio del corte del mismo nombre una sonoridad fría y misteriosa. Los sonidos del piano se oyen como ecos de una cueva formados por acordes graves y por notas agudas que parecen gotas de agua al caer de los carámbanos de hielo .
El tema creado para el aeronauta tejano Lee Scoresby, que también se pone del lado de Lyra, aparece en el disco en "Lee Scoresby's Airship Adventure", pero no en la película. Tal vez fuera creado para una escena finalmente suprimida del montaje, pero ahí está. Se trata de un motivo muy épico y aventurero con protagonismo de bronces y campanas .
Hay más temas, puesto que el propio Desplat cita alguno más en la entrevista antes comentada, y también es posible que algo de lo que he escrito sobre los temas anteriores sea incorrecto. Es más, apostaría por ello. Aparte de los citados, es necesario destacar los pasajes de acción para algunas escenas de lucha, con fragmentos realmente excelentes. El trepidante comienzo de la lucha entre Iorek y Ragnar en "Ice Bear Combat" es sensacional y brillante, con esas cuerdas desbocadas que realzan la violencia de la pelea . "Samoyed Attack" contiene otro de los momentos musicales de acción más soberbios de la película , así como el inicio de "Lyra Escapes" y la lucha final de "Battle with the Tartars".
En definitiva, por todo lo dicho queda claro que Alexandre Desplat ha hecho un loable esfuerzo para esta banda sonora con un resultado sobresaliente. Enorme talento aplicado a una fantasía épica de esas que dan sabrosos frutos musicales, con variedad de temas, sonidos, colores y sabores.
Lo mejor: Que Desplat se ha tomado este trabajo muy en serio y ha hecho un gran esfuerzo para dotar a esta fantasía de música de gran calidad.
Lo peor: La canción final, "Lyra", interpretada por Kate Bush, no es una mala canción, pero no pega ni con Loctite con el conjunto de la partitura; y que la película no vaya a tener continuidad para que La materia oscura complete el universo musical presentado en esta primera entrega.
El momento: Mencionaré dos instantes espectaculares. El tema de los aliados en "Battle with the Tartars" y el inicio de la pelea de los osos en "Ice Bear Combat".