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Greystoke: The Legend Of Tarzan, Lord Of The Apes

Greystoke: The Legend Of Tarzan, Lord Of The Apes


Título en español: Greystoke. La leyenda de Tarzán, el Rey de los Monos
Compositor: Scott, John
Año: 1984
Distribuidora: La-La Land Records
Duración: 38:30

Excelente
Tracklist:
  1. The Family (2:52)
  2. Greystoke (3:31) (*)
  3. Catastrophe (2:57)
  4. Child of the Apes (2:30)
  5. Pygmy Attack (1:16)
  6. D'Arnot's Vision (1:31)
  7. Tarzan, Lord of the Apes (2:13)
  8. Tarzan Leaves the Jungle (1:32)
  9. Edge of the World (3:09)
  10. Gardens of Greystoke (0:55) (**)
  11. The Weight of Greystoke (2:50)
  12. The Dancing Lesson (1:07) (***)
  13. Dance of Death (3:10)
  14. Half of Me is Wild (1:06)
  15. Return to the Jungle (3:11)

    Bonus Tracks
  16. Overture (1:41)
  17. Closing (End Titles) (2:59)

(*) De la Sinfonía Nº 1, de Sir Edward Elgar.
(**) Chanson de Matin, de Sir Edward Elgar.
(***) Sontag Polka, de Charles D'Albert.
Todos los demás temas compuestos y dirigidos por John Scott.
Interpretados por la Royal Philharmonic Orchestra.

John Scott firmando discos en ÚbedaEn una de sus visitas a España con motivo del Festival Internacional de Música de Cine de Úbeda en 2007, una de las preguntas que se le hizo a John Scott fue sobre la música de Greystoke: “¿por qué no hay edición oficial en CD cuando muchos de sus trabajos han sido editados por su propio sello JOS Records?”. El Maestro, con la elegancia y la sinceridad que le distinguieron permanentemente durante su estancia en Úbeda ese año y el siguiente, contestó: “porque ya había una edición no oficial que estaba muy bien hecha”.

Efectivamente su apreciada música para esta película circulaba ya desde tiempo atrás por canales alternativos, pero la situación finalmente sería corregida por la compañía La-La Land en septiembre de 2010 con una edición limitada de 3.000 ejemplares que merece todos los aplausos y pone fin a una de las más grandes injusticias del mundo de la banda sonora.

Sinopsis

Libro TarzanEn 1855, Lord Clayton, Conde de Greystoke (Ralph Richardson) se despide de su único hijo que embarca con su esposa desde Escocia rumbo al trópico, pero el barco naufraga y la pareja acaba aislada en una jungla inexplorada de África Ecuatorial. Sobreviven durante unos meses y nace el hijo de ambos, hasta que la enfermedad y el ataque de un simio acaban con la vida de los padres.

Una hembra de chimpancé que ha perdido a su cría se hace cargo del bebé, criándolo junto a los demás monos hasta que el joven alcanza la madurez. Aparece entonces una expedición del Museo Británico que casualmente encuentra los restos de la cabaña de los padres pero es diezmada por el ataque de unos pigmeos; el muchacho salvaje consigue salvar al Capitán Phillippe D’Arnot (Ian Holm), un belga que no tarda en deducir que se trata de John Clayton III, el heredero del imperio Greystoke.

D’Arnot consigue hacer entender a su nuevo amigo que tiene a su auténtica familia en otro lugar, y se lo lleva a Escocia donde el nuevo aristócrata tendrá que intentar adaptarse a la civilización, sus normas y sus crueldades, muy diferentes a las de la jungla.

Un clásico de la literatura y del cine

La novela Tarzan of the Apes apareció publicada por primera vez en una revista semanal en 1912, y como libro en 1914. El personaje creado por el americano Edgar Rice Burroughs (1875 – 1950) ha sido llevado a la pantalla infinidad de veces, y ya en 1918 encontramos alguna versión cinematográfica.

Johnny WeismullerLa gran popularidad de este héroe vino de la mano del actor Johnny Weismuller, quien lo encarnó en una docena de películas míticas realizadas entre 1932 (Tarzán de los monos) y 1948 (Tarzán y las sirenas) y es considerado la imagen más típica del personaje e inseparable de su famosísimo grito. En la parte que nos ocupa, hay que decir que en dicha serie casi nunca hubo compositores de primera fila; con la excepción de Dimitri Tiomkin en Tarzán y las sirenas, el resto de títulos fueron principalmente y en este orden para William Axt, David Snell y Paul Sawtell, y aunque sus partituras en general resultaban adecuadas a las aventuras, no proporcionaron ninguna obra destacada de la historia de la banda sonora.

Tarzan ciudad perdidaTampoco las versiones de otros actores (Lex Barker, Gordon Scott, Ron Ely, etc.) produjeron ninguna partitura que haya perdurado per se. En las versiones más recientes hemos podido ver a Miles O’Keefe con Bo Derek en Tarzán, el hombre mono (1981) con música de Perry Botkin, y a Casper Van Dien en Tarzán y la ciudad perdida (1998) con banda sonora firmada por Christopher Franke. De todo ello nada ha perdurado, con excepción del Tarzán animado de Disney (1999), en la que Mark Mancina hizo un trabajo correcto pero se llevaban el protagonismo las canciones de Phil Collins.

Este repaso al Tarzán cinematográfico nos sirve para confirmar que John Scott ha creado la mejor partitura en la historia del personaje.

La mejor película de Christopher Lambert…

Christopher LambertMuchos opinan que el título que sirvió como introducción al mercado anglosajón del actor francés Christopher Lambert es también lo mejor de su filmografía (con permiso de Highlander), aunque las lenguas más afiladas lo fundamentan en que su personaje apenas tiene que hablar, sino emitir gruñidos y gritos. También era la tarjeta de presentación de Andie MacDowell (aunque acabara doblada por una Glenn Close no acreditada) y los dos jóvenes estaban bien arropados por sólidos actores británicos como Ralph Richardson (la película está dedicada a él, ya que falleció en octubre de 1983, obteniendo una candidatura al oscar como secundario a título póstumo), James Fox, Ian Holm y Nigel Davenport.

También hay que valorar la labor del director Hugh Hudson, la fotografía a cargo de John Alcott, el guión de Robert Towne (quien irónicamente no quedó muy satisfecho, firmando con el nombre de su perro P.H. Vazak) y Michael Austin que supone la más fiel adaptación de la novela original y los efectos de maquillaje para los monos de Rick Baker. De hecho estos dos últimos apartados recibieron las restantes candidaturas a los oscars de las tres que obtuvo la película, aunque finalmente no ganó ninguno. Al menos el equipo de maquilladores sí obtuvo un premio BAFTA de la Academia Británica, pero el perro de Robert Towne se quedó sin estatuilla. También participó en efectos visuales Albert Whitlock, ayudando con sus pinturas a mejorar planos como los de los hermosos paisajes o el del barco naufragado.

Aparte de los citados aspectos positivos, la película además transmite bien el noble mensaje sobre los conflictos entre el mundo salvaje y la cultura civilizada, y aunque se la acusa de ser demasiado larga y de tener un final algo deslucido, resulta entretenida y contiene una partitura de primer orden.

…y la mejor película de John Scott

Con el compositor ocurre algo parecido a lo de Christopher Lambert; si echamos un vistazo a su filmografía comprobaremos que durante más de cuarenta años ha compuesto música que en general podemos considerar de una calidad superior a la de sus correspondientes películas. Es considerado uno de los grandes de la música británica, nadie pone en duda su maestría, ha creado melodías irresistibles e innumerables secuencias interesantes para documentales y ficción,… pero Greystoke, con sus tres nominaciones a los oscars, es la película más “prestigiosa” de su carrera, algo que muchos lamentamos porque en producciones de mayor envergadura hubiera obtenido un reconocimiento mucho mayor al que hoy tiene para el gran público.

Obertura¿Y cómo consiguió el músico este encargo? Recordemos que la película anterior del director había sido el gran éxito Carros de fuego, ganadora de cuatro oscars incluidos Mejor Película y Mejor Banda Sonora para Vangelis. Parece ser que inicialmente se contaba de nuevo con el griego, que fue durante seis meses el compositor seleccionado, pero por algún motivo acabó desvinculándose y ahí intervino Scott, quien ya había trabajado con Hugh Hudson en el documental Birds and Planes de 1965.

Esta espléndida partitura nos hace pensar que fue un acertado giro de la fortuna que se cambiara de compositor, posiblemente para dotar a la historia de un sonido más clasicista, menos electrónico y más fiel a la época. Quizás Vangelis hubiera tenido más suerte en los oscars (Scott ni siquiera consiguió una nominación), pero pocos dudan de que el británico fue la mejor elección para la producción.

El gran tema de la familia

Foto GreystokeSeguramente el mayor acierto de la banda sonora lleva por título “The Family”, y es una de las melodías más hermosas surgidas de su autor y del cine en general. Su serena presencia nos recuerda otros temas sublimes de los ochenta, escuchados gracias a Ennio Morricone en La misión o John Barry en Memorias de África, y en este caso aparece por primera vez en el castillo escocés, cuando el conde Greystoke ve partir a su hijo y a su nuera en un viaje del que no volverán. Se escuchará de nuevo en la jungla, en las secuencias que muestran la feliz vida del niño creciendo con los monos, pero sobre todo en el desenlace, cuando el protagonista decide volver a la selva y se reencuentra con los que considera ya única familia, los simios, despidiéndose de su amigo D’Arnot y de su prometida Jane (Andie MacDowell). De ahí que los últimos cortes del disco, “Return to the Jungle” y “End Credits”, dejen un agradable sabor de boca.

El apoyo de Elgar

Sir Edward William Elgar (1857 – 1934) es uno de los compositores británicos más famosos de la historia. Obtuvo el reconocimiento gracias a obras como el oratorio “The Dream of Gerontius”, las “Enigma Variations”, su “Sinfonía nº 1” o sus cinco Marchas de “Pompa y Circunstancia”; éstas últimas fueron parcialmente utilizadas en la coronación del Eduardo VII (1901) con un texto que aludía a “tierra de gloria y esperanza”, lo que unido a su grandiosidad sinfónica hizo que quedaran como expresión musical de esa etapa eduardiana y por añadidura de la Inglaterra más aristocrática y esplendorosa.

Foto GreystokeEs esa afortunada y altiva aristocracia la que representa el Conde Gresytoke, por lo que se tomó la decisión de incluir algunas piezas de Elgar en las secuencias que identifican su linaje. La pista “Greystoke” del disco está extraída de su “Sinfonía nº 1”, y la escuchamos durante los créditos iniciales, cuando Lord Greystoke y su hijo recorren la enorme finca con sus caballos y vemos por primera vez el impresionante castillo escocés. El mismo tema reaparece discretamente a mitad de la película, cuando en la jungla D’Arnot insiste al joven Clayton de que tiene a su auténtica familia esperándole, idea que el muchacho se resiste a aceptar. Poco después escuchamos la versión más notoria, cuando el castillo y toda su servidumbre reciben por fin al heredero y su ilusionado abuelo lo acoge con un sentido abrazo que gracias a la música resulta ser uno de los momentos más emotivos de la cinta. Volveremos a oir el mismo tema como un acertado lamento durante el funeral del anciano y el regreso de D’Arnot para intentar consolar al nuevo conde.

Foto GreystokeLa aportación de Sir Elgar incluye su “Chanson de matin”, la pieza que brevemente arropa al protagonista en su feliz jugueteo con la hermosa Jane por los jardines de la finca (”Gardens of Greystoke”), pero sobre todo la Marcha nº 1 de “Pompa y Circunstancia” que de forma espectacular se oye en la visita de los protagonistas al Museo de Historia Natural y que desencadenará la última desgracia para nuestro héroe. Es uno de los temas más conocidos de Elgar y aquí se luce tremendamente porque acompaña a la alta sociedad británica en la inauguración de la “Galería Greystoke” del Museo. No está incluído en el disco.

Los temas más “salvajes”

Aunque la facilidad con la que John Scott crea grandes melodías es una de sus cualidades más apreciadas, el propio compositor ha expresado sus preferencias por la faceta más experimental de la música, valorando aquellas secuencias que le permiten explotar con más originalidad los recursos de la orquesta. En ocasiones esa posibilidad le viene dada por las escenas de violencia como las que presenta Greystoke, principalmente en la primera mitad de la película con toda esa vida salvaje en la jungla y sus diferentes conflictos.

El corte “Catastrophe” corresponde a la intrusión del simio en la cabaña donde se han instalado la pareja de náufragos; la mujer ya ha fallecido víctima de la malaria, pero su marido acabará zarandeado y golpeado hasta la muerte bajo la explosiva presencia de toda la orquesta. Aunque después habrá varios pasajes que ilustran muy bien la rivalidad y luchas entre los simios, el tema más brutal es “Pygmy Attack”, con una contundente percusión para el breve pero devastador ataque de los pigmeos a la expedición británica.

La danza de la muerte

Foto GreystokeA veces la violencia musical más expresiva no es la que más impone. Otro de los temas más interesantes de esta partitura lo encontramos en “Dance of Death”, fatal augurio que acompaña al protagonista cuando libera de un laboratorio a su “padre” simio y ambos deambulan por las calles de Londres hasta llegar a un parque. Scott envuelve sus andares en una siniestra danza macabra mientras los dos huyen de la policía y se suben a un árbol, pero el tema se corta abruptamente con el sonido de un disparo que revienta el pecho del simio y lo hace caer al suelo. Uno de los mejores fragmentos música-imagen.

Otros temas a destacar

Ya hemos explicado los momentos musicales más importantes, pero quedan algunos cortes del disco que comentaremos para que el oyente pueda disfrutar situándolos en su correcto contexto.

D’Arnot’s Vision” tiene un aire acertadamente fantasmagórico, pues hay que situarlo con el capitán belga malherido, oculto en el tronco de un árbol para que no le encuentren los pigmeos; al final acaba siendo encontrado por el rey de los monos, que en una imponente aparición sorprende al herido con un plano subjetivo a contraluz, pero también al espectador ya que le vemos como Christopher Lambert por primera vez.

Foto GreystokeEl corte “Tarzan, Lord of the Apes” corresponde visualmente a uno de los instantes más famosos, y que además sirve de imagen principal para el poster. Tras matar en el río al simio que durante toda su vida ha resultado su principal oponente (de ahí el arranque violento del tema), Tarzán sale del agua y es rodeado/aclamado por los demás simios, en el gesto que simbólicamente le corona como Rey de los Monos.

Tarzan Leaves the Jungle” también muestra una violencia musical, pero curiosamente solamente es para ilustrar el conflicto interno de Tarzán, que se agita y salta atormentado por el conocimiento de que tiene otra familia natural que no es la que él se pensaba. Finalmente acepta la idea y se marcha con D’Arnot.

Foto GreystokeLa pista “Edge of the World” es para una de las secuencias añadidas en la versión que puede verse en el DVD. Tarzán y D’Arnot inician el camino a Escocia, y su primer contacto con el hombre es un poblado perdido muy poco hospitalario, hasta el punto de que son atacados por un grupo de violentos y acaba provocándose el incendio de una taberna. De ahí el desarrollo tenso del tema hasta desembocar en otro arranque de furia orquestal.

Half of Me is Wild” es otro de los temas que aportan dramatismo, cuando cercano ya el desenlace, John Clayton/Tarzán da vueltas frenéticamente con un carruaje alrededor del patio del castillo, gritando desesperadamente términos como “familia” y “padre” hasta que toma la determinación de volver a la selva.

Por último en “The Dancing Lesson” está la polka que se oye por medio de un gramófono, y que sirve para que John y Jane se diviertan bailando. Es original de Charles D’Albert (1809-1886), y no es la única pieza diegética de la película puesto que hay una secuencia de baile con varias melodías tradicionales, pero ésta es la única que se ha incluido en el disco. Ninguna de ellas están acreditadas en los títulos finales, claro que ni siquiera lo está la música de Elgar.

Y para terminar, un comienzo de lujo

Aunque no hubo candidatura al oscar, seremos positivos. La edición en DVD ha proporcionado a Scott un privilegio que muy pocos han logrado: la inclusión al comienzo de la película, antes de los créditos, de una “Overture” que permite disfrutar de la música. En este caso dura un minuto y cuarenta segundos sobre la imagen fija de la jungla, pero es homenaje suficiente para que el espectador reflexione unos instantes sobre la calidad musical de la película. Esta Obertura no existía en el montaje original, y se ha incorporado al DVD al igual que alguna que otra secuencia, alargando el metraje en unos seis minutos sobre la versión estrenada en cines. La Obertura es breve, pero resume excepcionalmente los valores positivos de la historia; con un sinfonismo deliciosamente elegante, expresa tanto la belleza de los paisajes de la selva como la armonía de la naturaleza, sin olvidar el sentimiento de familia que el protagonista desea preservar constantemente.

La edición de La-La Land recoge los 15 cortes que se editaron en su época como LP, pero incorpora dos bonus tracks y uno de ellos es precisamente esa preciosa “Overture”. Añadamos además que la carátula incluye detalladas notas sobre la película y cada uno de los temas a cargo de Jeff Bond.

Conclusión muy favorable

Poster GreystokeGreystoke es una de sus obras más redondas de John Scott y también una de sus preferidas junto con Antony and Cleopatra y The Final Countdown. La prueba es que suele programar su suite de nueve minutos en los conciertos cinematográficos que ocasionalmente dirige y está incluida en el CD que lleva por título “John Scott Conducts His Own Favorite Film Scores”. Para la mayoría de aficionados a la música de cine, recordar esa espectacular imagen de la jungla con su volcán y su espesa vegetación conlleva recordar su majestuosa música.

Lo mejor: El tema “The Family”, simbolizando con elegancia y majestuosidad la belleza de la jungla, la armonía de la naturaleza y la importancia de la familia. Una de las grandes melodías del cine de los ochenta.

Lo peor: “The Dancing Lesson”, una polka adaptada por Scott y que se escucha en un gramófono, claro contraste con el resto de la banda sonora y prescindible.

El momento: La dramática y brillante secuencia musical de “Dance of Death”; el protagonista a punto de ver morir tiroteado a su “padre” simio en un parque de Londres, el suceso definitivo que le hará volver a la jungla.

Heriberto Navarro

 
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