Tracklist:
- The Big Apple Juice (01:54)
- Cirque Du Parté Crasher (01:45)
- Manhattan Tow-Truck (02:46)
- Ghetto A La Hollyweird (01:30)
- He Head / She Dead (01:29)
- Big Girls Don't Cry (02:23)
by Bob Gaudio and Bob Crewe,performed by Frankie Valli and The Four Seasons
- Where Have You Gone, L.Ron? (03:06)
- Transit Authority (02:12)
- Gas Attack (02:08)
- Killer Lang (01:48)
- Smoking Gun II (03:29)
- Top Of The World (04:32)
- The Good, The Badge And The Ugly (01:55)
- Run Around Sue (02:43)by Ernest Maresca and Dion DiMucci,performed by Dion DiMucci
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 Habitual colaborador de John Badham a quien, a fecha de hoy, ha acompañado en un total de 9 ocasiones, Arthur B. Rubinstein abordó éste su quinto trabajo con el director sabedor de la gran importancia que para el film acabaría teniendo el elemento cómico.
Protagonizada por Michael J. Fox en el papel de Nick Lang, una rutilante estrella de acción del firmamento hollywoodiense, y con James Woods dando vida a un duro policía neoyorkino tras las huellas de un peligroso asesino en serie (el Aguafiestas/Stephen Lang), Colegas a la Fuerza es el más puro ejemplo de un intento deliberado por parte de su realizador, por hacer de ésta su particular parodia de aquel género que tanto contribuyó a popularizar allá por los años 80.
Apenas iniciada la narración, John Moss (Woods) es apartado del caso del “Aguafiestas” en represalia, ¡cómo no!, por los incontables daños ocasionados al municipio tras una espectacular persecución por la calles de Manhattan. Su nueva misión: servir de modelo a Lang, un actor de la Escuela del Método, preocupado por conseguir un retrato más fiel de un policía curtido en la gran urbe.
 Tomando partido de la dinámica generada por unos caracteres tan dispares, Rubinstein compone su personal mosaico musical en torno a tres vértices diferenciados: Lang, Moss y el “Aguafiestas”; tres líneas sonoras independientes, cuya fusión última toma forma a medida que la narración conduce inexorablemente a una interacción creciente entre dichos personajes.
Bajo estos parámetros, el caos e irrealidad que pueblan una mente criminal son testigos de un extraño juego de melodías de corte circense en cuyos patrones reiterativos, prolongadas cadencias y distorsionados sonidos encontramos el más claro referente de lo que, sin duda, es un peligroso desequilibrio emocional. Consecuentemente, He Dead/She Dead y, particularmente, Cirque du Parté Crasher se perfilan como exponentes máximos de una orquestación aparentemente arbitraria, de sonoridades sintetizadas y anárquicas, a las que los metales y la percusión apenas sirven de contrapeso puramente ocasional.
 Por el contrario, la febril imaginación e inmensa extravagancia de Lang son, a su vez, una excusa perfecta para, gracias a ellos, esbozar un retrato musicalmente animado en el que, con decisión, Rubinstein se decanta por las melodías ligeras y los ritmos pegadizos. O incluso, por composiciones jazzisticas inevitablemente ligadas al espíritu imperecedero del Film Noir. Éste es el contexto en que se sitúan brillantemente los solos de saxo de Where Have You Gone, L. Ron? y los acompañamientos rítmicos de Ghetto a la Hollyweird; muestras ambos del importante trabajo de orquestación que se encierra tras esta banda sonora.
El jazz es también el estilo elegido para dar acomodo, finalmente, a la energía y a ese espíritu inquebrantable de Moss, optándose en este caso por el uso intensivo de frenéticos diálogos a tres bandas entre trompetas, saxo y percusión. The Big Apple Juice, secuencia con la que se abre la película, o Manhattan Tow-Truck son claros casos del uso efectivo de los anteriores recursos.
De los restantes cortes destaca, por su fama entre los aficionados, Smoking Gun II, curiosa combinación de elementos diegéticos y extradiegéticos al servicio de la narración visual, cuya integración efectiva bien podría constituir el mejor ejemplo de las habilidades compositivas de Rubinstein. Esta secuencia, parcialmente ambientada en el interior de un cine, se aprovecha de la banda sonora que acompaña a la película en ese momento proyectada (de la que Lang es protagonista) para introducir, en consecuencia, una espectacular fanfarria de tintes heroicos que, a su vez, sirve de apoyo a la situación que se vive en esos momentos dentro de la sala.
Lo mejor: Constatar que este, para muchos de nosotros, aún desconocido compositor bien merecería tener un espacio propio en nuestras colecciones.
Lo peor: La ausencia de cortes más orientados a los personajes que a la acción.
El momento: Where Have You Gone, L. Ron?
TravellingSG
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