Hellbound: Hellraiser II

Compositor : Young, Christopher
Año : 1989
Distribuidora : Crescendo

Si hay un compositor que se haya prodigado en esto de la música de cine de terror, ése ha sido Christopher Young. Ha dicho muchas cosas al respecto, de muy diferentes maneras. A mí la que más me ha llamado la atención es ésta, la música para el engendro originado por Clive Barker, el maestro del terror sangriento y visceral. Pero no su primera parte, sino su secuela. ¿Diferencias? Pues básicamente, el mismo tema principal pero con la utilización de unos coros impresionantes, algo que no aparecía en la magnifica primera entrega. Su Main title es antológico.

La explicación a este cambio de metodología es bien clara; si en la primera parte la acción transcurría en la tierra, en esta segunda parte, lo verdaderamente importante es el infierno, y Pinhead, nuestro magnifico engendro infernal, una de las mejores creaciones terroríficas en cuanto a diseño y maquillaje.

Para aquellos que no hayan leído nada de este escritor aficionado a hacer sus pinitos en el mundo del cine, recomendaría "Libros de Sangre" y "Cabal". El primero es un compendio de relatos cortos que hace un recorrido por el universo desgarrador y terrorífico de Barker, y el segundo es la original historia de lo que sería "Razas de Noche" (BSO compuesta magistralmente por Danny Elfman, muy en la línea de la que nos ocupa). Lo que más llama la atención de Barker como escritor, es que aun tratado temas escabrosos (con mucha referencia al sexo más primario) utiliza una prosa muy cuidada, muy embellecida, algo que chocaría en un primer momento, y que supuestamente podría debilitar el aspecto narrativo, pero aunque no llega a las cotas de un narrador nato como Stephen King, no es ni mucho menos su punto flojo. (Tal vez su repetición de idea, sea lo más negativo).

Hellraiser no fue oriundo de un libro o relato de Barker, sino de un guión original para cine, que llevaría el mismo autor a la pantalla grande. Cinematográficamente se le podría achacar a Barker una falta de tablas, pero sobre todo de talento cinematográfico y de agudeza visual. Si bien es bueno reconocer que en la escena del nacimiento del engendro en su primera parte, lo pasé realmente mal, y el paso del tiempo no ha hecho mella en la labor de maquillaje, que es de un realismo impecable. Otros momentos son de juzgado de guardia y de una chapucería propia de un director sin muchas ganas en plasmar dignamente su obra. Menos mal que Barker dejó las labores de dirección para dar paso a Tony Randel en esta segunda parte, la mejor de la saga, que después se dirigió a caminos de absoluto ridículo, más propios de películas alimenticias sin un mínimo de interés por perpetuar la serie.

Aquí Young crea una de sus partituras más brillantes haciendo gala de un uso impresionante de los coros, alejado totalmente del planteamiento actual de homenajear-plagiar al Carmina Burana de Off. Aquí Young sentó las bases que posteriormente utilizaría Elfman en sus Razas de Noche, con un mayor interés por los temas de acción resueltos de manera magistral, con la consiguiente importancia de la sección de percusión pero sin aislarla del conjunto de la orquesta, para así no perder un necesario aire melódico, que llega a un momento culminante en el Track 3, donde Young retoma el tema principal creado para Hellraiser, pero con una sencillez desmedida, así como por una elegancia contenida.

El poder de la sección de cuerdas, en determinados pasajes es abrumadora, sin llegar a recordar al Elfman vertiginoso, y sí al clásico Frank Waxman y su Bride of Frankenstein, una obra maestra absoluta. Si Waxman carecía de un volumen coral tan importante en Hellraiser II, y de todas formas creaba un paraje terrorífico incomparable, imaginaos lo que Young puede llegar a hacer con unos coros tan bien aprovechados como los escuchados en el CD. Young también da oportunidad a los momentos más tensos, con una bajada de sonidos orquestales casi al cero, para llamar la atención con la subida de una orquesta que se muestra grandiosa en todo momento.

Y paradójicamente, cuando todo tiene ese sabor tan clásico... el CD nos sorprende con una atracción de feria, propia de Thomas Newman para Lost Boys, o de Williams para "The Fury". Es el Track 6, que con ese sonido tan "festivalero" unido a los sintetizadores y a la orquesta, ganando peso cada vez más estos conforme avanza el corte, crean una sensación insana que Goldsmith intentó para su The Haunting, y que tan buenos resultados le dio. Sin duda alguna el corte 6 es el más atípico de cuantos he escuchado en una película de terror, por la magnifica interconexión de sonidos totalmente enemistados.

El disco también nos trae otra partitura de Young para el cine, Highpoint, los siete últimos cortes del CD, que son una verdadera gozada, con un tema principal que recuerda las partituras de LoDuca más aventureras, con cierto sabor a serie B.

Lo Mejor: La majestuosidad del trabajo de Young, la cuidada edición con Highpoint como (espectacular) añadido y la labor de la Graunke Symphony Orchestra dirigida por Alan Wilson.

Lo Peor: Que tan poca difusión haya tenido esta partitura, más cuando ha sido el punto de referencia de muchas obras posteriores que sí han sido reconocidas.

El Momento: Main title.

DDBSpawn