House & House II: The Second Story

Título en español: House, una casa alucinante/House II, aún más alucinante
Compositor: Manfredini, Harry
Año: 1987
Distribuidora: Varèse Sarabande
Duración: 51:14

House

Corrían los años ochenta cuando, pobre de mí, me aventuré a ver esa película recién alquilada en el videoclub de la esquina, protagonizada por todo un ídolo de una generación, William Katt, que se había hecho famoso por una serie a reivindicar desde ya, The Greatest American Hero.

Y pobre de mí, porque pase una hora y media aterrorizado por una historia que, según pensaba, sería más superheroica que terrorífica. Qué equivocado estaba. Y es que House, a pesar de su evidente sentido cómico, era toda una bomba de relojería de terror para un joven impresionable como era yo por entonces.

Aún recuerdo como me asustó ese momento en que William Katt recoge del suelo un cartucho de escopeta que se le ha caído de una mesa, para subir y encontrarse con un engendro zombi que antes parecía ser su mujer.

House era de esas películas que uno va comentando con los amigos, por entonces jóvenes demasiado temerosos a historias sobrenaturales, provocando más de un terror o pesadilla irracional en algún niño que exageraba en su cabeza lo que realmente sucedía en la película.

House se convirtió así en una película de culto entre una generación, que posibilitó una continuación totalmente equivocada, y que engañaba al espíritu original de la primera parte, aunque no por ello dejase de ser ciertamente divertida.

Para aquellos que no lo sepan, el director de House fue Steve Miner, un todoterreno de este género que debutó con la estupenda Friday the 13th Part 2, y que posteriormente se fue especializando también en la comedia con Soul Man (la historia de un estudiante - C. Thomas Howell - que se hace pasar por negro para conseguir una beca universitaria) o en series tan míticas como The Wonder Years, y que finalmente se ha ido reciclando de nuevo con el género de terror más comercial (y más insulso) con Lake Placid o Halloween H20. Para el que escribe, aquí Steve Miner hizo su obra más conseguida, que no es que sea un ejemplo de cine mítico y referencial, pero tampoco es necesario, mientras uno se divierta y descubra un producto bastante digno.

Miner contó con Harry Manfredini de nuevo, después de los buenos resultados que había obtenido con el director en las dos secuelas de Viernes 13 que dirigió (la segunda como ya hemos comentado, y la tercera). Después de esto Manfredini ya no volvió a colaborar con Miner, el cual fue disfrutando de otros músicos como Jerry Goldsmith (en la nefasta Warlock) o John Ottman (en la anodina Lake Placid).

Para House, Manfredini creó una de sus mejores partituras hasta la fecha. Tal vez no tan recordadas como sus Viernes 13, pero mucho más consistente y variada.

Los "Opening Titles" nos van presentando la casa protagonista de la historia. Este corte conecta en el CD con "Transparauntie", presentándonos el tema principal a base de cuerdas y teclados. Un niño se introduce en la casa, acompañado de una situación de tensión creciente creada por la obstinación del teclado, que termina con el descubrimiento de un suceso terrorífico.

"The Abduction" es un corte que sigue el mismo mecanismo, pero esta vez apoyado por el violín. El hijo de Roger (William Katt) es absorbido literalmente por la piscina de su casa, un hecho que marcará notablemente a nuestra protagonista, como no podía ser de otra manera.

"Hey, Rog!" es un reducido corte que describe la actitud heroica de Roger preparándose ante lo que pueda salir de la puerta de esa vacía habitación, un ser grotesco que ya le sorprendió anteriormente.

La película es una acumulación de situaciones absurdas y grotescas, que se ven plenamente representadas en "Ding-Bat Attack", cuando los utensilios de jardinería toman vida y atacan a Roger como si fuesen murciélagos ansiosos de sangre. Harry se apoya enteramente en el sintetizador, creando una composición basada en recurso de cuerdas que Herrmann utilizó en la escena de la ducha de Psicosis.

El festín de locura al que asiste Roger se ve engordado por "2nd Hand", la mano que a modo de Evil Dead 2, tiene vida propia y ataca al niño de su vecina. Nunca en una película el agujero de un water fue tan grande para que una mano poseída fuera tragada por el.

Harry amplia el espectro sonoro con "Viet Memories/The Chimney", con algunas incorporaciones de nuevos efectos con el sintetizador que en este último tramo se encuentra omnipresente. Roger rememora lo acontecido en Vietnam con su compañero "Big Ben"(Richard Moll), que aunque él no lo sospeche, esta detrás de todo lo que sucede en la casa. "Big Ben Chase" es la prolongación perfecta del anterior corte, siguiendo los mismos recursos estilísticos, utilizando como base una percusion electrónica que se asocia directamente a este maléfico personaje.

"Cujo, The Rancoon" nos devuelve a Roger y su amigo Harold (George Wendt), que a modo de ejército se organizan para atrapar de nuevo al ser grotesco que se encuentra detrás de la puerta de una de las habitaciones de la casa. Harry retoma los sonidos militares y a la vez cómicos de "Hey Rog!". El resto del corte, justo con la aparición de este ser, incorpora un nuevo efecto de sintetizador (tan habitual, por poner un ejemplo en "The Burbs" de Jerry Goldsmith).

"Viet Rescue" lleva la historia a niveles totalmente absurdos. Roger se encuentra en su propio recuerdo, en la guerra de Vietnam, buscando a su hijo para rescatarlo. La música es aquí más melódica, apareciendo el leitmotiv del niño.

La partitura para House se cierra con el corte "Close Shave", impregnado de esos efectos de sintetizador que Harry aporta para la ocasión y que ya escuchamos en "Cujo, The Racoon".

House II: The Second Story

House II: The Second Story es una historia totalmente diferente a la primera parte. Aunque mantiene ciertas credenciales absurdas, no llega al nivel de paranoia que destila la primera parte dirigida por Miner. De hecho ese magnífico balance que había en la película de Katt, ente comedia y terror, se ve tambaleado por un mayor poder de la comedia, e incluso de la aventura, reduciendo casi a la nada la importancia del género de terror en la trama.

Si uno espera encontrarse cierta continuidad con respecto a la primera historia, que se vaya olvidando (y eso que el director, Ethan Wiley es también el guionista de la primera parte). Ningún personaje repite, ni siquiera la casa. Ahora la casa es otra y en ella, eso sí, ocurren sucesos inexplicables (como algunas partes de la trama que no tienen ni pies ni cabeza). Jesse (Arye Gross) es un joven que decide mudarse, y no tiene mejor que hacer que elegir una casa donde habita el fantasma de un vaquero, que tiene una relación de parentesco (mira tú qué casualidad) con el protagonista. El caso es que allí aparecen pterodactilos, calaveras de cristal con poderes místicos en su interior y duelos con vaqueros zombies.

Es cierto que la película no se puede tomar en serio en ningún momento y que está años luz de ser tan divertida y estupenda como su precedente. Pero está claro que no podemos negarle cierto encanto y que entretiene sin demasiado esfuerzo. Menos da una piedra.

Harry Manfredini cambia de "Main Title"(evidentemente porque para esta historia no sirve el utilizado antes), pero mantiene ese efecto sonoro tan característico de la franquicia cinematográfica. Los "Opening Titles" presentan así una mayor intención del compositor por el lado melódico de la historia, con la incorporación del violín sureño (el fiddle) como elemento localizador de la trama.

"An Alternate Universe" nos presenta otro de los nuevos elementos incorporados por Manfredini en el universo de House, ese sonido western tan deudor de Elmer Bernstein, que conecta con el personaje de Gramps, el fantasma vaquero.

"Awast ye Aztecs" es otro gran tema con importante aportación de la orquesta y de ese sonido western.

Harry no deja de jugar con los efectos sonoros que tan buenos resultados le dieron en la primera parte. Eso se nota en "There´s a Jungle in There!", un divertido y descriptivo corte.

"Lookin´ for the Varmit" nos entrega una estupenda percusión, aunque el corte no deje de ser excesivamente descriptivo. Muy ochentera la percusión de "Arnold the Barbarian" recordándonos al V de Dennis McCarthy.

"Ptera, Ptera, Ptera" aporta nuevos efectos sonoros que convierte el tema en un leitmotiv bastante juguetón del pterodactilo que amenaza a los protagonistas.

Estupendo es el corte "I Love You, Gramps", un tema típico de un western crepuscular a base de la guitarra acústica y violín, bastante melódico.

Otro gran tema es "Finale Grande", que acumula todos los elementos que Harry ha ido presentando a lo largo de la partitura, haciendo hincapié más en la tonalidad fantástica que ha permanecido en un segundo plano, a lo largo de todo el CD. Aquí Harry presenta un nuevo leitmotiv melódico que termina con un final de fiesta de sonidos country a base de violín y bajo, y que se ve prolongado por los "End Titles", un tema country festivo, bastante divertido y comercial -que evidentemente para nada pega con el espíritu de House, por lo menos con el de la primera película-, ideal para bailes de salón.

A diferencia de la película, House II es una estupenda banda sonora. Para muchos será superior a su predecesora por la mayor importancia que el compositor da al elemento orquestal que al sintetizador (que es la pieza angular de la primera partitura). De todas formas, House II necesita de un tema principal tan estupendo como el que contiene la primera parte, aparte de quedarse en tierra de nadie y no tener una coherencia musical como la que posee su predecesora (esos bailes country de salón, no pegan mucho, la verdad), algo que influye en una valoración final.

Menos mal que las dos partituras están formando parte de un estupendo CD (eso sí, descatalogadísimo), y no tendremos que elegir entre las dos.

En definitiva, es uno de los mejores trabajos de Harry Manfredini, único para acercarse a la reivindicable obra de uno de los compositores mas entregados al género de terror y, de paso, menos reconocido.

Lo mejor: La variedad del conjunto y el estupendo uso de los efectos sonoros.

Lo peor: Echará para atrás a aquellos que no amen demasiado el sonido de sintetizador de la época de los ochenta.

El momento: En House, el "Opening Titles" que describe el tema principal. Y en House II, el melódico "I Love You, Gramps".

DDBSpawn (David Doncel Barthe)