Tracklist:
- Out of Bullets (01:08)
- Shootout (03:41)
- Leaving the appartment (02:08)
- Dead hackers (01:31)
- Traffic Jam (04:13)
- It's a Fire sale (02:57)
- The Break-In (02:28)
- Farrell to D.C. (04:36)
- Copter Chase (04:41)
- Blackout (02:03)
- Illegal Broadcast (03:48)
- Hurry up! (01:23)
- The Power plant (02:01)
- Landing (02:28)
- Cold Cuts (02:00)
- Yippee Ki Yay (04:43)
- Break a Neck (02:47)
- Farrell is in (04:22)
- The F-35 (04:13)
- Aftermath (03:12)
- Live free or Die Hard (02:56)
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McClane, el superhéroe
Uno no sabe si John McClane podría rivalizar con superheroes tales como Spiderman. Y no hablo de taquilla, que de eso no cabe duda viendo la buena marcha comercial de todas sus partes. Hablo en sentido figurado. Hablo de esas luchas infantiles que nos los dias de tierna infancia. ¿Quien será más fuerte Spiderman o Hulk?
En este caso, la cuarta parte de las aventuras de John McClane, parecía claro que Spiderman tendría un difícil contendiente en este policía de New York. Y es que la escenita del caza y el camión tiene miga.
Pero no nos dejemos llevar por escenas aisladas (aunque la escena del coche y el helicóptero también sea un tanto excesiva), pues este John McClane sería más un contendiente perfecto para The Punisher, que para nuestro vecino y amigo Peter Parker.
El resto de la película bebe de la tensión y cierto realismo de la película original (aunque ese salto al vacío con una manguera, en plena cúspide del edificio Nakatone, también se las traía), nada de la efectividad y el golpe de efecto de la fallida tercera parte (aunque entretenida, todo hay que decirlo).
De todas formas aunque es nuestro McClane de toda la vida, sus aventuras en esta cuarta parte no tienen esa sabor tan inconfundible que presentaba en sus antecedentes. Tal vez sea el cambio de director - aunque en la segunda parte también lo hubo, y Renny Harlin a pesar de no ser santo de mi devoción, continuó perfectamente bien ese sabor propio del personaje- o que han pasado tantos años desde su última aventura.
El caso es que esta cuarta parte sabe a diferente. Una gran película de acción, pero alejada de ese sabor único que tenían las aventuras primerizas de nuestro héroe. Y creo saber dónde está uno de los elementos básicos para que esa sensación aparezca: Michael Kamen.
Una ausencia presente
A pesar de la corrección que el director Len Wiseman impregna a toda su película, mostrándose como una elección magnífica por parte de Bruce Willis, incluso intentando mantener una coherencia visual con respecto a anteriores entregas, el producto final cojea de cierta ambientación propia de las aventuras de McClane.
Esa descoloración viene producida por una serie de puntos importantes:
1.- El disfraz McClane: Todo héroe tiene su disfraz. Spiderman su traje azul y rojo (o negro y blanco), Batman su capucha, y Hulk sus pantalones granate destrozados (aunque no en zonas impúdicas). McClane tiene su camiseta de tirantes llena de mierda. Aquélla que cambia de color en cada plano, o que aumenta y disminuye de suciedad según le venga en gana al regidor. ¡¡Por favor, no me cambiéis eso!! No es lo mismo con una camiseta oscura que absorbe una mugre que no se nota, no se mueve, no traspasa. McClane debe tener una camiseta de tirantes blanca, aunque se le vean las carnes caídas.
2.- El lenguaje: Aunque hay tacos a porrillo, y se mantiene la mala leche de las conversaciones telefónicas, el Yipi-Ka-Yei, Hijoputa tiene que ondear el viento sonoro de forma clara y evocadora. Nada de "yiki ka yei... hijorrdfdfaue uta" - muy rápido. Claro e intenso.
3.- La música: Michael Kamen no está entre nosotros y el primer desfavorecido de esa situación es John McClane. Sus aventuras siempre iban acompañadas de versiones kamenianas de composiciones clásicas, ya fuese la 9ª sinfonía de Beethoven, pasando por el himno de Finladia (por deseo expreso de Renny Harlin) y terminando en la 1ª Sinfonía de Brahms. Eso sin contar la magnífica mezcolanza que el compositor confeccionó en la primera parte mezclando esa 9ª sinfonía con algún que otro villancico navideño, tal que "Let it snow!".
Centrándonos en Kamen, su trabajo pasó sin pena ni gloria en su momento. Ni una decente edición discográfica tuvo su primera parte. Luego llegó la segunda, nada comparada con su precedente, y sí pudo disfrutar de la misma. Vivir para ver.
Y de la tercera ni hablar. Como siempre la típica y tópica canción pachanguera -una versión de Joe Cocker del "Summer in the City" de The Loovin´Spoonful- ninguneaba en la edición discográfica, un trabajo más que meritorio del compositor.
Finalmente Varese Sarabande en su sello Varese Club, se dignó a sacar íntegramente la partitura de Die Hard, incluido villancico. Edición a dia de hoy totalmente agotada, demostró que su afinidad con las imágenes y el personaje era total. Esa concepción musical del personaje de McClane, tan socarrona (como la propia interpretación de Bruce Willis) era parte del alma de este policía de New York.
¿Cómo tomarse en serio un personaje como el que nos presentó John McTiernan, un simple policía que en su película parecía un verdadero Rambo callejero? De ahí que el "Singin´ in the Rain" se mostrase como el mejor leitmotiv para el personaje... cantando bajo la lluvia.... de balas.
Y no sólo eso. No olvidemos que cada villano tenía asignado un tema clásico.
Cuando Kamen nos deja, el personaje se queda huérfano musicalmente hablando.
La eterna promesa
Beltrami ha sido el compositor más prometedor que uno llegue a recordar. Alumno aventajado -según muchos- del gran Jerry Goldsmith, para el que escribe ha sido siempre eso, una eterna promesa nunca perfeccionada.
A día de hoy no puedo reprimir mis impresiones. Beltrami basa demasiado sus composiciones en líneas idénticas de composición. Temas desprovistos de aquella melodía o notas retentivas que tanto gustan a aficionados clásicos como el que escribe.
¿Es por ello un mal compositor de música de cine? Sin duda no es el mejor. Si hay compositores que son capaces de ser tremendamente efectivos en pantalla y aportar temas reconocibles que luego el aficionado pueda llegar a distinguir, ¿por qué Beltrami no puede hacerlo?
Y es que Beltrami puede hacerlo. Lo demostró en "I, Robot", o en "Hellboy". Uno no entiende entonces si esto es producto de una falta de motivación según que proyecto, un exceso de éstos, o que en verdad Beltrami tiene este estilo y que lo convierte en más melódico, con temas reconocibles, solo y cuando el director se lo solicita.
El caso es que en la presente "Live Free or Die Hard", Beltrami no aporta ningún elemento atractivo, que le confiera un sabor propio o que le haga estar a la altura de Kamen.
Y es una lastima porque la película se presta a ello. Y no solo eso, a diferencia de Kamen, ha tenido una edición discográfica más que digna que utilizar como escaparate, algo que el compositor inglés no tuvo en la primera y tercera parte (hasta la llegada del Varese Club en el primer caso).
"Live Free or Die Hard" suena a varias composiciones anteriores de Beltrami, en especial "Underworld: Evolution" que tampoco fue un dechado de virtudes.
Es en los temas de acción donde el compositor sale más airoso, destacando por encima de todos el corte "Copter Chase" con ciertos obstinatos que nos hacen recordar a su maestro (aunque la escena más espectacular de la cinta corresponda al corte "The F-35").
Fuera de eso, y aunque la composición destila profesionalidad y eficacia con las imágenes por todos lados, McClane y su némesis, Timothy Olyphant (el futuro Hitman), no nos presentan ningún leitmotiv destacable, ni aunque Beltrami llevase a cabo esa función de versionador de temas conocidos como hizo Kamen en su momento.
Esto deriva en la comentada falta de coherencia musical con respecto a anteriores entregas y ese sentimiento de que este no es nuestro McClane.
Algo que gracias al magnífico trabajo de Willis no se hace tan presente como podría haber ocurrido.
Una correcta partitura de acción, funcional con las imágenes, pero totalmente equivocada con el espíritu del personaje.
Lo mejor: La eficacia con las imágenes y algunos temas de acción.
Lo peor: Esa eficacia no es suficiente para una película que es ya la cuarta parte de las aventuras de un personaje tan conocido como John McClane. Se pide algo más del compositor. Sobre todo no olvidar las raíces musicales del mismo, cosa que Beltrami ha hecho, lamentablemente.
El momento: "Copter Chase".
DDBSpawn (David Doncel)
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