"Los visitantes no nacieron ayer" fue una película francesa con una gran acogida internacional, por su mezcla entre comedia y aventuras, todo ello removido por la coctelera de los efectos especiales autóctonos. Los americanos en ese afán de no originalidad, atraparon las ideas de esa producción francesa y la plasmaron en Just Visiting, con los mismos actores protagonistas, pero con un compositor que está "que se sale" en el estricto sentido de la palabra.
John Powell es uno de esos empollones de clase, que destacan por méritos propios, y por su notable talento. Mediaventures ha creado alumnos que beben, no ya de la metodología del maestro Zimmer, sino más bien de las técnicas del mismo, apreciándose una considerable diferencia entre ellos, para el que desea oír sin ningún tipo de cortapisas.
Powell ha creado partituras de un nivel altísimo. En Chicken Run se metía a critica y aficionados en el bolsillo. En Evolution tanto de lo mismo, aunque a una escala más reducida, ya que las imágenes no eran tan "productivas" como la Gran Evasión de las gallinas. Y en Shrek, esa partitura, tristemente olvidada por una edición discográfica (por ahora), demostraba que estaba muy lejos de considerarse del montón.
En Just Visiting, Powell crea su habitual fanfarria para los protagonistas, con ese toque a lo Chicken Run, pero también con ciertos aires a "The Man in the Iron Mask", tal vez por la temática de la película y por el compositor adicional, Nick Glennie-Smith.
Pero lo que más llama la atención de la partitura de Just Visiting, es la variedad sonora con que Powell parece intentar agradecernos la audición de su obra.
La partitura se abre con "Thibault goes to England", con un sonido Powell en estado puro, mezclado con coros sintetizados, que se fusionan a un sonido medieval de gracil belleza. Al final del tema, aparecen los coros de "Crinsom Tide", pero en un menor momento. También deja escucharse algo de Gladiator, pero en menor medida, sobre todo en cuanto a la contundencia del tema en su recta final.
Un tema bellísimo, apoyado en la guitarra acústica, es Rosaline & Thibault, mezcla celta y medieval, próximo a lo que hiciese en Shrek, pero sin esa espectacular vitalidad que encierra todo proyecto animado.
Llama la atención el uso de la flauta en "Ode de Toilet", un título que, a mí personalmente me llama mucho la atención, tendremos que ver la peli.
Tub for Two es la prueba inequívoca de que Powell se escapa de un estilo definido en esta partitura, buscando sonidos diferentes, y por supuesto, inclasificables. Y este corte es eso... inclasificable. Con unos silbidos por ahí, que corresponderán seguramente a un momento cómico del film.
En "Searching for the Wizard", la fanfarria, el tema principal hace acto de aparición de nuevo, con una caja de ritmos en un primer momento. Lo que llama poderosamente la atención, es la poca duración de los cortes en este tramo central.
Glennie-Smith hace acto de aparición con un tema muy "Spy Kids", en "Another Visitor". En este momento el balance se decanta sin demasiadas sorpresas a favor de Powell en contra de Glennie-Smith.
Otro tema colosal, también de Powell, "On the Bridge", es tal vez el mejor corte del disco. Apoyado por una caja de ritmos y una melodía no escuchada anteriormente a lo largo de la partitura.
En "Wizard puts himself together", Glennie-Smith utiliza toda la fuerza de los coros, para dar un aire más mágico a la historia, dando paso a un desconocido Geoff Zanelli, para que cree un tema muy Elfman sin demasiadas repercusiones, y sin salirse demasiado del conjunto musical, algo que por lo menos se agradece.
"The Big Chase" es el momento más "Chicken Run" de toda la partitura, con el descontrolado tema principal.
Y para terminar, una canción, de esas que queda tan bien con el resto del score, debida a Powell y Greenaway, con la típica caja de ritmos, con una guitarrilla por ahí, y bueno, con la voz femenina de Kidson Kai, que la conocen en su casa a la hora de comer. Por cierto, en lo de que queda tan bien, por si no os habíais dado cuenta... quería ser sarcástico.
En definitiva, una partitura muy fácil de escuchar, como casi todas las de Powell, y que sinceramente, no aporta nada nuevo al estilo de este compositor, cosa que suele pasar con la gente de Mediaventures. Eso, para mi, no es malo, sencillamente porque disfruto con su estilo, pero si para otros no es así... bueno, gracias a Dios hay demasiadas bandas sonoras en el panorama cinematográfico para no tener que escuchar de forma obligada esta partitura.
Lo Mejor: La fuerza e intensidad que desprende el trabajo de Powell, como siempre, con unos resultados que, una vez más, suelen sobrepasar a los de las imágenes.
Lo Peor: Glennie-Smith, que parece no ser demasiado original, y se queda en una simple descripción de las imágenes, y la pesada utilización de esos coros que parecen no separarse de él.
El Momento: On the Bridge.
DDBSpawn
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