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K19, The Widowmaker

K19, The Widowmaker


Compositor : Badelt, Klaus
Año : 2002
Distribuidora : Hollywood Records

Bueno
Tracklist:
  1. Suite for Orchestra and Chorus in G Minor: Fear - Largo (04:01)
  2. Suite for Orchestra and Chorus in G Minor: Fate - Adagio (02:41)
  3. Suite for Orchestra and Chorus in G Minor: War - Allegro (03:37)
  4. Suite for Orchestra and Chorus in G Minor: Soul - Misterioso (05:28)
  5. Home (04:01)
  6. Heroes (08:32)
  7. Journey (13:09)
  8. Capt. Alexei Vostrikov (02:04)
  9. Missile Launch - The Rescue (10:00)
  10. Reactor - Selections from "Voices of Night" (08:13)
    Victory at Orleans / Interrogation / Abjuration / Relapse / Karitas / The Final Walk
  11. Reunion (07:15)

Crítica 1:

Comienzo este comentario con una petición o sugerencia, la de realizar un estudio comparativo, o simplemente descriptivo, de bandas sonoras sobre películas de submarinos. Nos podemos encontrar con un buen número de títulos. Así, a bote pronto, se me ocurren varios. Empezando por "Das Boot", de Klaus Doldinger, para la película de Wolfgang Petersen, las imprescindibles "The Hunt for the Red October" y "Crimson Tide", de Poledouris y Zimmer, respectivamente, "U-571", de Richard Marvin, y la más reciente, esta "K 19, The Widowmaker", de Klaus Badelt. Estoy seguro que algo bonito se podría sacar de todo esto. Ahí queda.

Volviendo al comentario, nos encontramos con el último trabajo de Klaus Badelt, un recién salido, como quien dice, de la Academia Op... esto... Mediaventures. Con varias colaboraciones con su protector Zimmer y varios trabajos propios ya en el candelero, se nos presenta ahora con un score para "otra" (en referencia al inicio de este comentario) película de submarinos. Y de submarinos rusos, para más inri.

Tras su excelente trabajo para "The Time Machine", cualquiera esperaría que Badelt rizara el rizo y se marcara un pedazo de score para "K 19". Pues sí, y no. Hay que reconocer que la banda sonora es buena, bastante buena. No he tenido ocasión de ver la película, así que no puedo decir cómo queda la música acompañando a las imágenes, pero lo que sí diré es que me resulta agradable de escuchar, y no sólo una o dos veces, sino unas cuantas más. El compositor nos deleita con un tema principal dramático, que se introduce en la segunda pista del CD, "Suite for Orchestra and Chorus in G Minor: Fate -- Adagio", y que se irá desarrollando a lo largo de toda la banda sonora.

En su contra, no hay más que esperar a la tercera pista, "Suite for Orchestra and Chorus in G Minor: War -- Allegro". Vaya, ¿a qué me suena a mí esto? Pero si es el tema de batalla de "Gladiator", en la que Badelt ya participara. Por no hablar de las referencias en segunda instancia al tema de Marte de "The Planets", de Holst. En fin, no debería ni haber sacado el tema para no entrar en polémica, pero es que no es sólo esta parte la que recordará a "Gladiator".

Ya puestos a sacarle punta, ¿por qué no recordar el estupendo tema coral con el que se abre "The Hunt for the Red October"? Badelt intenta alcanzar las mismas cotas de intensidad musical en "Journey", pista 7. En mi opinión, no llega a la altura de Poledouris. No digo que no lo haga algún día, tal vez no muy lejano, pero sí me parece que en esta ocasión le ha salido un poco el tiro por la culata.

Pero dejemos ya la parte de las referencias a anteriores trabajos, no vaya a pensar la gente que se trata de una crítica negativa. Porque no lo es, al menos no del todo. Es sólo que, a pesar de ser un buen trabajo el de Badelt, no llega a la altura de su anterior score para "The Time Machine", con el que las espectativas hacia el compositor habían subido mucho, y las comparaciones ofenden. Esperaba un poco más de él. Y tendré que seguir esperando un poco más, aunque estoy seguro de que no será por mucho tiempo.

Lo Mejor: Es buena música para escuchar, después de todo.

Lo Peor: Las reminiscencias a trabajos anteriores, tanto del mismo compositor como de temática similar.

Bac Hylon

Crítica 2:

ExcelenteAlgo así como "el enviudador". Una sigla y unos números forman un título excesivamente frío o austero que, visto impreso en la carátula del CD, no hace en absoluto justicia al diamante en bruto que alberga el interior de la caja. Porque, no nos engañemos: K-19 es una joya que, si bien no llega a las cotas de "obra maestra" del género musical cinematográfico, al menos recibe por mi parte la calificación de "muy recomendable".

Una BSO debe tener, para mí, las siguientes cualidades:

Variedad temática, sintonía imagen-música, fuerza y capacidad de la melodía y de la interpretación para despertar emociones -y no indiferencia-, desarrollo no demasiado incidental -esto atañe más bien a la cualidad de la BSO para ser escuchada fuera de la película, lo cual no es indicativo de su mayor o menor cualidad- y durabilidad en el tiempo -música que uno no se canse fácilmente de escuchar-. Estas características no dejan de ser una opinión personal, y no son el distintivo de toda buena BSO, pero no andan muy lejos de lo que todos buscamos en una buena partitura cinematográfica; al fin y al cabo, el precio de estos discos no invita a elegir al azar, sino a apostar sobre seguro, pues de nada sirve gastar 3000 pelas -en el mejor de los casos, tratándose de novedades- y arrinconar el CD al cabo de una semana.

Pues bien, el caso es que K-19 posee todas esas cualidades: variedad temática, aunque ésta no sea excesiva; cuatro temas exprimidos al máximo y que, en ocasiones, saben a poco. En cuanto a la capacidad de la música para adaptarse a las imágenes, he de decir que es absoluta. Al leer esto, uno puede pensar en Williams, cuya música se ajusta milimétricamente a la acción de la pantalla. No es el caso de K-19; no veremos sincronizaciones del tipo "puñetazo-golpe de trompeta". A decir verdad, esta BSO no puede tener un desarrollo más independiente de lo que ocurre en pantalla y, sin embargo, se adapta totalmente a ella. Ocurre que la identidad entre música e imágenes viene definida en el plano de la evocación, de la sugerencia, de la inspiración; Badelt ha escrito una partitura cuya audición evoca una serie de ideas o sentimientos que resultan confirmados y reforzados por las imágenes y la historia. Por tanto, la fusión entre imagen y música resulta impecable.

En cuanto al tipo de música, Badelt ha optado por una banda sonora totalmente orquestal, prescindiendo de todo elemento artificial-electrónico, hecho que, junto a un desarrollo tremendamente clásico -suite de 4 movimientos y variaciones sobre los mismos- otorga a este trabajo un estilo marcadamente tradicional.

Me reafirmo en el desarrollo no incidental del mismo; tal es así, que Valery Gergiev y la orquesta Kirov grabaron buena parte de la música en ausencia total de imágenes, lo cual da una idea bastante aproximada del tipo de desarrollo de este score: se podría dar un concierto de K-19 sin modificar un ápice su estructura y orquestación.

Para esta partitura, Klaus Badelt no se ha fijado -al menos conscientemente- en la música culta ni popular o tradicional rusa. Su composición se ha basado en la visión, interpretación y perspectiva occidental de la melodía y armonía rusas. Una mera interpretación subjetiva que, si bien al ciudadano "de a pie" americano y europeo podrá parecerle una acertada y auténtica visión de los entresijos compositivos de la ex-URSS, lo más probable es que un ruso instruido en la música tradicional de su país, identifique en K-19 más bien pocos elementos propios de su folklore musical, aparte de una especie de popurrí de temas concretos o famosos; en este sentido, las escasas secciones corales del CD recuerdan a temas populares como Across the Valleys and the Mountains. Tampoco podemos pretender escuchar auténtica música made in RUSSIA; no en vano, se trata de un compositor alemán poniendo música a una producción norteamericana acerca de una historia rusa; si ya la historia no puede estar más distorsionada por el prisma yankee, no podemos esperar que la BSO sea la excepción; nadie lo pretende.

En cuanto a la interpretación de la orquesta y coro Kirov: Badelt se sorprendió enormemente al comprobar cómo la música que resonaba en las paredes del teatro Mariinski de San Petersburgo (histórico lugar donde tuvo lugar la grabación del score) podía ser tan distinta a la visión que él había concebido en su mente.

Fue la propia orquesta quien, enterada del proyecto, "pidió" ser la encargada de registrarlo musicalmente. Esto podía suponer un problema, dado que nunca antes había grabado música de un compositor que llevara menos de 100 años muerto; por lo tanto, nunca antes habían grabado una banda sonora. Pues bien, el resultado ha sido absolutamente satisfactorio, impecable, delicioso. Una interpretación difícilmente mejorable, para una grabación con una calidad de audio muy buena que, sin embargo, dista de ser perfecta: en numerosas ocasiones han quedado registrados chasquidos y zumbidos varios producidos por los propios instrumentos, resultado de la "fogosidad" de algunos músicos a la hora de interpretar la partitura (poco depurado en este aspecto) y de la inutilidad del ingeniero de sonido correspondiente. Esto sólo es perceptible prestando mucha atención, con lo cual no supone realmente un problema. Por otro lado, hay algunos momentos en los que se aprecia distorsión en el sonido: concretamente en la pista 7, segunda intervención del coro masculino -sin letra-. Estos pequeños detalles, en principio sin importancia, dejan al descubierto pequeños problemas técnicos derivados, sin duda, de un presupuesto limitado, en contra de lo que sucede con el destinado a efectos visuales: ciertamente elevado, a juzgar por el acabado del apartado visual. Gracias a esa política de "recortar en lo prescindible", asistimos al auge de multitud de músicos y orquestas de Europa del Este -realizan un trabajo soberbio por poco dinero- y de las BSOs sintéticas porque, no nos engañemos, buena parte de las BSOs realizadas con sintetizador responden no sólo a cuestiones estéticas, de necesidad de la propia película, o a fines comerciales, sino a la urgencia de no exceder el presupuesto fijado (contratar a una gran orquesta y grabar en un buen estudio y con un buen equipo es, en ocasiones, excesivamente caro. Además, las ediciones en CD suelen ser bastante tacañas, ya que los honorarios de los músicos son proporcionales a los minutos de música editados).

Sea como fuere, Klaus Badelt ha logrado una BSO muy bien acabada, convincente, efectiva, tremendamente poderosa y conmovedora -su principal baza-, que no será valorada en toda su magnitud, entre otras cosas, por ir al "rebufo" de The Time Machine y por su corte tal vez excesivamente simplista. En resumen, una BSO bastante buena que, tal vez, haya valorado un pelín "al alza", a pesar de mis intentos por hacer una reseña lo más objetiva e imparcial posible.
Mención especial al Adagio Sostenuto de la Sonata Claro de Luna, de L. V. Beethoven, acompañando la escena de la conversación de los dos marineros:

-¿Qué escribes?
-Es una carta para mi novia: por si muero.
-Por si muero...

Análisis tema a tema

  • Tema 1: Fear-Largo: El tema comienza con unas etéreas notas de balalaika. Tras ellas, la orquesta hace aparición de una forma pausada, hasta que comienza a desarrollarse el primero de los cuatro temas principales que componen esta BSO. La melodía poco invita a la calma; adornada por unos contundentes acordes, deja clara la idea: confrontación, inquietud, desequilibrio, amenaza; en una palabra, miedo.
  • Tema 2: Fate-Adagio: Con ritmo de 3/4, el tema comienza con bajo contínuo, apoyado al comienzo de cada compás por un golpe de percusión. Los violines, a su vez, siguen la misma línea que el bajo, unas octavas por encima. El viento madera comienza a esbozar la melodía reiteradamente, apoyado posteriormente por el resto de la orquesta. Asistimos a uno de los momentos más deliciosos de la partitura de Badelt. El tema se repite, esta vez narrado por los cellos. Conforme avanzan los compases, la tensión aumenta, liberándose poco después tras la irrupción del viento metal, adquiriendo el cáriz relajado del comienzo.
  • Tema 3: War-Allegro: El primer y ruidoso acorde, comienzo de este tema, hace que ciertas imágenes vengan a la memoria: las legiones Félix del general Máximo arrasando los bosques de Germania. No nos engañemos: o Zimmer echó una "manita" al bueno de Badelt con este tema, o queda claramente demostrada cuál fue la aportación de Badelt en Gladiator. No es un mal tema de acción; es más, esta vez la percusión es "real", no sintética. Mucho viento metal, muchos timbales, muchas campanas tubulares y, sobre todo, ese ritmo válseo hacen que uno se sienta francamente molesto al escuchar esta pieza: totalmente injustificada, esta burda y prescindible copia del "vals del gladiador", que hace que la bombilla del plagio se encienda. Esto es algo que suele ocurrir con algunas BSOs de Mediaventures: recurren a formas ya usadas en otros scores "de la casa". El propio Badelt afirma que existe el intercambio de material sonoro entre los componentes de la empresa encabezada por su compatriota Hans Zimmer. Lo califica como una "aportación de ideas" entre los "solidarios" miembros de la "hermandad" Mediaventures, ante la posible falta de inspiración de un compositor en un nuevo proyecto (ver entrevista a Badelt en www.soundtrack.net).
  • Tema 4: Soul-Misterioso: El 4º y último movimiento de esta suite para coro y orquesta en Sol Menor propone, quizá, uno de los temas más emotivos y heróicos escritos para una película en los últimos años (de nuevo, en mi opinión). Es aquí donde mejor se puede comprobar el empeño que Valery Gergiev, el coro y la orquesta Kirov pusieron a la hora de interpretar la partitura de Badelt. Un tema majestuoso que comienza de modo lento y suave (como la mayoría de los temas del CD). El corte aúna melancolía, emotividad y heroicidad, acentuados por unos acordes potentes, redondos y contundentes, y un discreto coro en segundo plano. Tras un clímax impactante el tema finaliza suavemente, remarcado por las voces masculinas (uso que Zimmer y Glennie-Smith hicieran en La Roca, entre otras) a modo de "voces de ultratumba".
  • Tema 5: Home: De nuevo el tema "Soul", pero alejado del tempo pesante y "misterioso", y esta vez en 3/4, lo que le confiere un desarrollo mucho más liviano y "esperanzador". Un precioso vals lleno de colorido, roto por la intrusión del metal, que da paso a una breve transición, tras la cual Badelt usa de nuevo la balalaika, introduciendo además, por primera vez, el acordeón. Ambos instrumentos, típicamente rusos, comienzan a interpretar el tema con el que se abría esta BSO: "Fear". Tras esta interpretación, dicho tema se repite nuevamente, pero esta vez con una fuerza y un pesimismo desgarradores e inquietantes a partes iguales. El desenlace, con su suave comienzo y su progresivo aumento de volumen -violines en contínuo, contrabajos en pizzicato, metales surgiendo paulatinamente y tambores con marcado ritmo marcial- finaliza súbitamente al alcanzar su punto de máxima tensión, tras el cual, un largo acorde "for strings", secundado por timbales (tal vez tambor) va apianando hasta acabar el corte.
  • Tema 6: Heroes: El comienzo (suave línea de bajos y violas en octava superior) no permite adivinar lo que sucederá instantes después: la melodía es cortada bruscamente en su segunda nota, a la que siguen tres acordes en un tono severo, radical y dramático, efecto aderezado por el trémolo de los violines y la incorporación del viento metal. Tras este brusco cambio, el registro vuelve a ser el habitual: tema "Soul" largo y piano, que se funde con el acordeón, intrumento que revisa de nuevo el tema "Fear", con un pianísimo trémolo de cuerdas en segunda instancia. El tema desemboca, de nuevo, en "Soul", con un desarrollo idéntico al del tema 4, en términos generales. Interpretación más emotiva, si cabe, del mismo, mas con una importante novedad: interpretación del tema "Fear" por parte del coro a 4 voces y a capella. Es en los últimos compases de la misma cuando regresa la orquesta para remarcar el final del tema y del corte.
  • Tema 7: Journey: De nuevo, comienzo tranquilo, con línea de bajos punteada. El tema recuerda a "Fate". En realidad es un tema aparte, en la línea de "Fate" y "Soul". Es la irrupción de la balalaika la que da paso a "Fear", esta vez acompañado de dicho instrumento de cuerda. A su final, un golpe de percusión y campana tubular son replicados por la trompa, que comienza a sugerir el tema "Soul", que es interpretado casi en su totalidad, y de un modo lento y pesante (andante - adagio). En contraposición, la sección masculina vuelve a la carga, haciendo del mismo tema un himno propio de la "armada roja", lleno de vigor y decisión. Sencillamente magistral el modo en que Badelt plasma su visión de los antiguos temas militares soviéticos. En este pasaje se yuxtaponen la calma y la tempestad, pues de nuevo la orquesta toma las riendas de la melodía, volviendo al sosiego anterior y fundiendo el mismo tema con "Fate". Inesperadamente resurge el tema 4 de un modo muy grandilocuente y victorioso; pero de nuevo el recogimiento se adueña de la orquesta, que poco a poco prepara el momento más apoteósico del corte: el coro masculino insiste, una vez más, en tomar "Soul" como himno, aunque en esta ocasión se ha dejado la letra por el camino. Tras unos momentos de suspense, el ritmo cambia a 3/4, balalaikas de fondo, asceiso de la orquesta, calma y, de nuevo, "Soul" hasta el final.
  • Tema 8: Capt. Alexi Vostrikov: El carácter del personaje interpretado por Harrison Ford queda perfectamente definido en el primer minuto de música de este corte. En el film este fragmento se corresponde con la secuencia en la que Liam Neeson asoma por la escotilla del K-19 (mientras la cámara se aleja, percibiéndose el estado en el que se encuentra su construcción), aunque bien refleja el talante frío, severo, intransigente y de abnegación a la patria de Vostrikov. De ello se encarga la tempestad melódica desatada por el viento metal, la cuerda grave, las campanas tubulares y demás percusión. La melodía en esta sección tiene ese carácter "ruso" del resto de la obra, pero más acusado. Prueba de ello es el fragmento (0:34 - 0:44) aproximadamente. Si uno escucha esos 10 segundos, enseguida comprende que se trata de "algo ruso", sin ser tan explícito como las secciones corales del tema anterior. Aunque no lo parezca, se trata del tema "Soul", tras el cual se desarrolla brevemente el tema de acción, con el que concluye el corte.
  • Tema 9: Missile Launch - The Rescue: Tras un calmado comienzo, resurge el tema de acción para recordarnos lo que sucede: el capitán Vostrikov y su tripulación se disponen a lanzar el "misil de prueba", que confirmaría a Rusia como serio enemigo de EE.UU. con avanzado poder militar. En vista del éxito, una nueva versión de "Soul" devuelve el optimismo y la serenidad. La tripulación (lo que queda de ella) es al fin rescatada de ese mortal cúmulo de maligna radiación en que se ha convertido el K-19. Cuerda punteada y acordeón recuerdan el primer tema del CD. La orquesta, una vez más, repite el tema "Fear" y "Fate". Nuevamente las trompetas hacen eco del "miedo", al igual que un solitario cello, con el que expira el tema.
  • Tema 10: Reactor. Selection from "Voices of Ligth", "Victory at Orleans", "Interrogations", "Abjuration", "Relapse", "Karitas", "The Final Walk": Las campanas nos aproximan a la tragedia. De nada han servido las reparaciones en el reactor; el agua comienza a escapar de nuevo del circuito de refrigeración, y la temperatura aumenta sin cesar. El dueto femenino a capella -y posteriormente con orquesta- recuerdan al espectador que el tiempo se agota. La agonía y la calma tras la tragedia se funden en este pasaje de Richard Einhorn. Tras el marcado pizzicato y las campanas, llega el turno del pulso entre los dos violines. Tras el mismo, una sección que recuerda bastante al "Adagio para Cuerdas" de Samuel Barber. Tras él, un bajo contínuo y un trémolo son la base que acompaña a la soprano en su amarga e insistente melodía hasta el final.
  • Tema 11: Reunion - Final Credits: Voces blancas comienzan a interpretar "Fear". Viento madera, harpa y violines comienzan a formar, de manera muy delicada y progresiva, el tema "Soul". Llega un momento en que la tensión es máxima, tras la cual regresa el suave tono del comienzo. También lo hace "Fear", que esta vez se mezcla de manera sorprendente con "Soul". La línea melódica descendiente del viento metal indica que se trata de la versión final, que sonoriza los créditos de K-19. De nuevo melodía descendente del metal, esta vez mucho más dura, que acaba en los templados y reiterados acordes den final de la obra.

Lo Mejor: El desarrollo, la gran fuerza y la particular visión del folklore ruso por parte de Badelt (con la introducción de elementos como la balalaika y el acordeón), los coros rusos (sin llegar al nivel de Poledouris) y su registro tan melódico. Puedo decir que en el estreno de Badelt la botella sí se ha roto, y va por el buen camino.

Lo Peor: La falta de variedad en algunos momentos, el tema de acción calcado a Gladiator y algún pequeño fallo en la grabación.

Gonzalo Blanco

 
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