Tracklist:
- Prologue (02:52)
- The Party (06:41)
- Charades (05:50)
- Ripples In The Pool (01:50)
- The Blue World (04:26)
- Giving the Kii (01:49)
- Walkie Talkie (02:08)
- Cereal Boxes (02:33)
- Officer Jimbo (03:31)
- The Healing (04:04)
- The Great Eation (04:42)
- End Titles (01:44)
- The Times They Are A-Changin (06:00)
Por A Whisper in The Noise
- Every Grain of Sand (04:16)
Por Amanda Ghost
- It Ain't Me Baby (03:46)
Por Silvertide
- Maggie's Farm (03:36)
Por Silvertide
|
Un cine comprometido
No me gustaría empezar mi crítica de La joven del agua sin destacar un elemento argumental que no ha sido evidenciado en las críticas de la película que he visto en prensa especializada o páginas de Internet, y que se hace muy presente en las últimas creaciones de su director de origen indio, M. Night Shyamalan.
Este elemento es la crítica despiadada que, a modo de inteligente metáfora, el autor hace de la forma de vida actual de una sociedad ciertamente desgastada.
Así, en El sexto sentido, por medio de la metáfora del niño que veía muertos, el director evidenciaba la creciente soledad en la que se haya sumido el ser humano, y eso que en algunos lugares -los más capitalizados- las personas se hacinan en megalíticas ciudades.
En su tercera película, El protegido -para el que escribe, su obra maestra-, el autor enmascaraba, bajo la metáfora de una historia real de un superhéroe, la dificultad con que la sociedad acepta a las personas que son diferentes, creando con ello héroes -el personaje de Bruce Willis- o monstruos -el personaje de Samuel L. Jackson-.
Señales evidenció más claramente el mensaje real de la historia, camuflada bajo la metáfora de una invasión extraterrestre: la perdida de la fe en el hombre de hoy, y eso conlleva evidentemente la perdida de unos valores necesarios en todo ser humano.
El bosque ha sido su obra más evidente en cuanto a intenciones, y la metáfora se encuentra sumamente difuminada, pues aunque se vendiera como una película sobre seres extraños, a mitad de la misma el autor evidencia que síi, que son seres extraños y monstruosos: los propios humanos.
En La joven del agua, la metáfora esta tan bien realizada que, de nuevo, olvidamos el verdadero mensaje deShyamalan, que no es otro más que el que difundió en El bosque: La sociedad actual apesta.
Este mensaje, que cada vez se hace más patente en la filmografía del director, es tan personal que viene a justificarse por la firme intención de este de no trasladarse a Hollywood y hacer todas sus películas en Filadelfia, una ciudad que le da la tranquilidad que necesita y, sobre todo, la libertad que nunca tendría en la vorágine de un Hollywood con la brújula estropeada.
A pesar de ser un cuento de hadas, La joven del agua impregna dosificádamente señales de una nefasta realidad: Ese personaje que no deja de estar sentado en el salón de su casa viendo la tele (una tele que independientemente de donde se halle, no deja de emitir noticias sobre la guerra), con la puerta abierta y manteniendo una actitud de desconfianza plena sobre una sociedad para él desquiciada que mata por dinero. Esa comunidad de vecinos que vive en apartamentos minúsculos y paredes de papel y a pesar del ya de por sí exagerado aislamiento personal, buscan paredes aun más gruesas para seguir disfrutando de su ego interior (ver el crítico de cine).
Un médico reducido a la nada por un pasado lamentable donde perdió a sus seres queridos, precisamente por ese vandalismo que al vecino al que nos referíamos anteriormente no deja vivir tranquilamente. O esas pequeñas pinceladas donde un niño se queja abiertamente a su padre de la poca atención que le presta (y a continuación este le manda ir a su cuarto, demostrando cuan acertado está el joven), o donde un grupo de fumetas autonombrados liberales se comportan de forma antisocial pasándose las reglas de la comunidad por el arco del triunfo, sin olvidar una mujer asiática con claros síntomas de antisociabilidad.
De todas formas, Shyamalan, a diferencia de otros directores mucho más pretenciosos y culturetas, establece esta crítica social de tapadillo (aunque no de forma sutil) potenciando su cuento de hadas, produciendo así una mezcla, para muchos espectadores extraña (no solo espectadores, sino también aquellos productores de Disney que no entendieron su guión), para otros fascinante, como ejemplo claro de las reacciones que producen toda su filmografía (sin términos medios).
Su película más criticada
La principal crítica que La joven del agua está teniendo es la de presentar la historia con un sentido claramente manipulador, un guión improvisado y forzado, y una historia demasiado personal para ser vendible.
Ante lo primero, decir eso de una película de Shyamalan y sentirse sorprendido es poco menos que pecar de inocente, pues quien sea conocedor de su filmografía encontrará otras obras mucho más manipuladoras y engañosas que la propia La joven del agua, siguiendo como único propósito el de dar ese siempre esperado giro argumental (que mire usted por donde, en La joven del agua no aparece por ningún lado, y ni falta que hace). Shyamalan manipula evidentemente al espectador, pero..... ¿qué director actual no lo intenta? De hecho, una de las máximas de todo cineasta es intentar atrapar al espectador y llevarlo a su propio terreno. Si Shyamalan lo consigue y por ello es manipulador, supongo que, con tal de conseguir su propósito, poco importara el nombre o adjetivo que se le dé a tal acción.
En cuanto a la segunda crítica, la de un guión improvisado y forzado, no estoy para nada deacuerdo. El guión me parece excelente, uno de los mejores del director, un cúmulo de situaciones cómicas que funcionan, con otras dramáticas que también funcionan, unidas a su vez a un conjunto de ideas ingeniosas, bajo el trasfondo de un cuento de hadas adictivo que te deja con ganas de saber más sobre ese fantástico mundo de Narfs, Scrats, guardianes y sanadores. Si con la crítica de guión improvisado se refiere a la última parte del film, con esas idas y venidas de guardianes, sanadores y intérpretes, uno entiende y asimila esos giros de guión como una búsqueda de sorpresas y, sobre todo, como una intención de aproximarse a una cierta realidad. ¿Alguien daría de primeras con las personas que busca, en un mundo ciertamente aislado como el que nos describe el director?
Y finalmente, en cuanto a que es una historia demasiado personal para ser vendible, sinceramente ahí si pueden tener razón, pero se trata de argumentos de productores que, sinceramente, a un aficionado o espectador no deberían interesar. De hecho, ¿cuántas magníficas decisiones de productores han motivado la no-producción de proyectos interesantes? Menos mal que a día de hoy aun se sigue haciendo cine personal, independientemente del dinero que se saque por él. ¿Hasta cuándo?
Un cuento mágico
Que a Shyamalan le gustan los cuentos fantásticos, sobre todo esos cuentos que utiliza para dormir a sus hijos (las llamadas Bedtime Stories), eso no hay quien se lo niegue, pues todas sus producciones tienen ese espíritu de cuento (¿alguien dijo The Twilight Zone?), algunas con una presencia más formal, y otras sin ningún tapujo para reconocerlo. Dentro de estas últimas encontramos sin duda a El bosque y La joven del agua.
De hecho para el que escribe, El bosque es la versión tramposa (y perdónenme aquellos a quienes esta película les parezca poco artificiosa) de La joven del agua. Para mí son dos cuentos mágicos que se dan la mano: Una muchacha singular (interpretada en las dos películas por la misma actriz, Bryce Dallas Howard), una comunidad de habitantes bastante reducida que parece aislada del mundo (The Cove es el nombre de la comunidad de La joven del agua, una "ensenada" o "cala", el último reducto de tierra antes de topar con el agua), estas comunidades son atacadas por seres desconocidos (los Scrats de La joven del agua son sumamente parecidos a los monstruos que atacaban a los aldeanos de El bosque), y ambas son, como he dicho antes, una crítica descarada a la forma de vida actual de la sociedad.
Las grandes diferencias entre ambas se encuentran en la forma en la que El bosque desvirtúa un planteamiento inicial, original y arriesgado, para conseguir una producción efectiva y comercial basada en el golpe de efecto, haciéndonos ver que todo lo que contemplábamos era una soberana mentira. Así, La joven del agua es mucho más fiel a sus principios argumentales, y más coherente con ellos, principalmente porque es una obra excesivamente personal para dejarse llevar por recursos comerciales del golpe de efecto. Evidentemente, en La joven del agua no hay ningún giro argumental, ni sorpresa que rompa con el espíritu de la historia contada desde el principio.
Por lo tanto La joven del agua es más cuento que El bosque porque no tiene miedo a reconocer que sus malos son en verdad malos de cuento, seres extraños, terroríficos y endemoniados que atacan, a pesar de que su mera existencia pueda desvirtuar el tono de realismo o crítica social que a veces el director busca.
La gran decepción que me supuso ver El bosque es engañarme y reconocerme que esos enemigos eran simplemente humanos, independientemente de la carga metafórica que eso conlleva (que no hay ser más malvado que el ser humano) como un mecanismo de cobardía por no apostar realmente por confeccionar un cuento de cama, con sus hadas (la chica ciega) sus héroes (otra vez la chica invidente) y con sus malos de cuento de verdad, esos que tienen magia, que no se guían por ningún motivo humano salvo por la maldad en su estado primigenio y que temes porque no pertenecen a una realidad conocida.
Gracias a esa apuesta personal del director, La joven del agua es un cuento mágico con todas sus consecuencias. Un cuento con una mitología interna fascinante: Las Narfs y su necesidad de estar en contacto con el agua o de ser purificadas con el lodo de su mundo. Los Scrats, esos seres malvados mezcla de lobo y hiena que solo viven para matar a la joven Narf para que no cumpla su misión de rescatar al hombre de su autodestrucción. Los Tartutik, tres monos forrados de hojas, cuyo poder de arbitraje es temido por los Scrats, pero que tardan en aparecer por aquello de dar más tensión y suspense a la historia. Y por supuesto el águila, el Gran Eatlon, un ave gigantesca (sacada directamente de El señor de los anillos) que sirve para elevar a las alturas a la joven Narf en claro sentido de victoria y trascendencia a un mundo superior.
Y es que, como decía una de las personas de la historia (la joven estudiante asiática): “Es hora de demostrar que algunos cuentos son reales”.
El antihéroe perfecto
La joven del agua es la muestra definitiva del impresionante talento de Paul Giamatti, el perfecto secundario, que todavía no ha sido reconocido con un Oscar de Hollywood (aunque poco le falta). Su magníficas interpretaciones en American Splendor, Sideways (Entre Copas), o Cinderella Man (por la que obtuvo bastantes premios y una nominación al Oscar), hacen que olvidemos que su nombre apareció en películas tan conocidas como Salvar al soldado Ryan, Donnie Brasco, La boda de mi mejor amigo, El show de Truman, Man on the Moon o El planeta de los simios, de Tim Burton.
Para el que escribe, a pesar de la impresionante actuación del actor en American Splendor o en Cinderella Man, es en la cinta de Shyamalan donde realiza su interpretación más ambiciosa, todo a causa de la obligación que el director le impone de moverse por un amplio espectro interpretativo, tanto la comedia como el drama.
Y fuera de la caracterización de un personaje real, como fue el de American Splendor, con un referente claro tanto visual como documental, la realización de un personaje imaginario que sea real y que se muestre real -y que no sea el Paul Giamatti real-, es tal vez una de las cosas más complicadas para un actor.
Las situaciones humorísticas de Lady in the Water, que son muchas y colocan a esta producción como la más cómica del director con diferencia, se sustentan y tienen plena efectividad por la interpretación de Giamatti. No se de quién fue la idea de la tartamudez del personaje, si del director o del propio actor para dotar de mayor complejidad a su personaje, pero está claro es que esta decisión es totalmente beneficiosa para la película, dotando al "héroe" de un evidente matiz de debilidad que lo convierte instantáneamente en un mundano antihéroe. Así, el cuento mágico de Shyamalan despoja al héroe de cuento de su capa, armadura y espada, y le viste con un evidente problema al hablar, con un trauma demoledor en su pasado que lo lleva a tener miedo e inseguridad, y, sobre todo, con situaciones ridículas que parecen hacerle incapaz de salvar el día. No más lejos de la realidad. Y es que, como bien decía la misma estudiante asiática: “Es moraleja de cuento: A nadie le dicen nunca quién es”. Giamatti es el héroe, aunque no lo sepa.
James Newton Howard: El mejor compositor sobre la faz de la tierra
Para muchos el título de este apartado podrá ser excesivo o tal vez injusto por lo que conlleva de excluyente. No dejemos de perder el hilo de este estudio y comprobar que está realizado por una persona con sus gustos e impresiones personales. Desde mi punto de vista, James Newton Howard es el mejor compositor del momento, y lleva muchos años siéndolo.
Desde que Jerry Goldsmith desapareciera tristemente del panorama de la música de cine, James Newton Howard ha sido el compositor que mejor ha sabido recoger el testigo. No podemos olvidar a un compositor que es considerado Dios, como John Williams, que es un intocable que, de nuevo desde mi punto de vista, hace actualmente maravillas (ver Memorias de una Geisha o Munich), pero que no esta ni de lejos en su mejor momento. James Newton Howard ha encontrado lo que muchos compositores pasan toda su vida buscando: un director de verdadero talento que saque lo mejor de él. Shyamalan le ha servido a James Newton Howard en bandeja de plata películas que suponen a su vez sus mejores trabajos (sin contar maravillas como Dinosaurio, Viven, Gran Cañón, El fugitivo, Wyatt Earp, The Postman, Peter Pan, King Kong o, sobre todo, Waterworld). Música de cine efectiva y determinante para El sexto sentido, variada y creadora de un espíritu específico para el cine de Shyamalan como es El protegido, puesta al día de un estilo tan antiguo aunque más vigente ahora que nunca como es el del maestro Bernard Herrmann en Señales, su obra maestra El bosque y su confirmación de genio creador en La joven del agua.
La música de La joven del agua reúne todos los elementos que, como ya he dicho, el compositor creó específicamente en El protegido, y que conforma la mitología musical de Shyamalan: Atmósferas opresivas, temas principales de una armonía magistral, cascada de cuerdas (que también reflejo en Señales), y momentos finales, donde la película tiene su brutal desenlace, que parece imitar la maestría de dioses de la música de cine, con una fusión magistral entre imagen y música (ver John Williams en ese impresionante final musical de E.T.).
Y es que la pobre edición discográfica (apenas 42 minutos de la música del compositor) solo justifica en parte el talento de un creador como James Newton Howard, que al igual que el maestro Jerry Goldsmith demuestra su inabarcable talento con las imágenes.
Análisis pista a pista
Una banda sonora siempre debe de ser analizada con las imágenes. En el caso de la música de James Newton Howard la obligatoriedad alcanza un grado más. Es por ello que el análisis de pista a pista recogerá también todos aquellos momentos musicales no recogidos en la edición discográfica.
1.- " Presentación" (contenido en el disco en su totalidad con el titulo "Prologue", corte 1) (2:52)
Los títulos de la Warner van acompañados de una sobrenatural aportación coral. Después, el tema principal de La joven del agua hace acto de aparición (escuchar) conforme el narrador nos presenta esta singular fábula: “Hubo un tiempo en que el hombre y las criaturas del agua estaban unidos. Ellas nos inspiraban, nos hablaban del futuro, el hombre escuchaba y todo se hacia realidad. Pero el hombre no sabe escuchar muy bien.....” Más que unos títulos de crédito el compositor se ajusta a la simplista pero eficaz presentación, con un punto de inflexión a base de un piano que ya es marca de fábrica de James Newton Howard, y que da lugar a un nuevo leitmotiv, bastante presente a lo largo de toda la partitura, que quedaremos en denominar el tema de La Magia (escuchar), la magia que se halla en el interior de todo tipo de cuento, y que está muy presente a lo largo de toda la narración de Shyamalan.
La presentación termina con un crescendo y con su final descendente hasta presentar a Cleveland. 2.- “Soledad” (contenido en el disco parcialmente con el titulo “Ripples in the Pool”, corte 4) (3:54)
Cleveland es un hombre solitario que vive en un pequeña cabañita al lado de la piscina de la comunidad de pisos en la que trabaja. Su soledad esta reflejada con una importante y delicada aportación de viento (escuchar). Un breve apunte de un bellísimo piano da paso a una atmósfera siniestra en el momento en que aparece el primer indicio de que alguien o algo esta bañándose en la piscina. James Newton Howard acomete estos momentos con sus personales golpes de efecto que tan buenos resultados le dieron en El sexto sentido. La música nos va adelantando el carácter bondadoso de aquella cosa que está dentro de la piscina con un sonido mucho más melódico y delicado. Cleveland pierde el conocimiento por un desafortunado accidente, y el tema se cierra con una tonalidad más misteriosa.
3.- “Tengo miedo” (no aparece en la edición discográfica) (:52)
El tema de Cleveland es utilizado aquí, con su delicado piano, para demostrar una de las cualidades más importantes de este personaje: su compasión. El tema apenas dura unos segundos. La joven del agua se presenta. Su nombre es Story, y esta totalmente aturdida.... o eso es lo que percibe Cleveland.
4.- “Los Scrats” (no aparece en la edición discográfica) (1:00)
Un motivo musical que James Newton Howard destina a estos temibles seres, con igual tonalidad sobrenatural pero evidentemente má tenebrosa que el conjunto de la composición, y que tristemente no incluyeron en la edición discográfica. La composición alcanza cuotas realmente violentas cuando los Scrats hacen acto de aparición demostrando que son criaturas realmente temibles.
5.- “¿Cómo era de grande?” (contenido en el disco en su totalidad con el titulo "Officer Jimbo", corte 9) (3:31)
Fragmentado en varios estados emocionales, el tema empieza con la investigación que el Oficial Jimbo hace sobre lo ocurrido la noche de antes, con un acompañamiento musical de cierto suspense, pero sin dejar de lado un aire melódico tan bien adaptado al sentimiento de cuento que quiere trasladar el director. En la mitad del corte las voces femeninas acompañan un breve interludio con Story buscando agua en la morada de Cleveland, dirigiéndose así a la ducha. Finalmente, el corte vuelve al estado musical con el que empezó, cuando Cleveland busca a la vecina asiática para que su madre le saque de dudas sobre qué es lo que realmente está pasando en el vecindario, gracias a su experiencia con historias para dormir. (convirtiéndose así esta arisca señora en un alter ego del director).
6.- “Es un escritor” (no aparece en la edición discográfica) (1:44)
Comienza cuando aparece en el argumento el concepto del recipiente. La música es muy descriptiva hasta que Cleveland vuelve a su hogar y encuentra a Story desnuda después de haber estado en la ducha. Un breve apunte melódico de enorme delicadeza interpretado por la flauta, describe la inocente belleza de Story (solo percibida por Cleveland, ya el espectador solo puede ver su pierna).
7.- “Recopilando objetos” (no aparece en la edición discográfica) (0:44)
Story recopila objetos raros (para ella) de la casa de Cleveland. En ese descubrimiento de la vida terrenal, sus pasos le dirigen a un diario, un diario que esconde más de un dramático secreto de la vida de Cleveland.
La música de James Newton Howard desarrolla el tema principal asignado a Story, con un apunte final de cierto cariz intrincado que, obviamente, se asigna al sentimiento de incertidumbre que experimenta el personaje de Story al contemplar el diario.
8.- “Conectando con el recipiente” (no aparece en la edición discográfica) (2:09)
El señor Vick Ran (interpretado por el propio director) hace acto de presencia en casa de Cleveland. Es un autor que vive una evidente fase de carencia de ideas para terminar su texto, un libro que por su título parece un estudio de cocina pero que en realidad consiste en un libro político de alto carácter crítico. Cleveland sospecha que él es el recipiente, y por ello lo invita a su casa donde Story está esperándole. Nada más dirigir su mirada a Story, Vick experimenta una insólita sensación, como si una chispa prendiese en su interior y repudiase diligentemente esa sensación de anquilosamiento creativo que lo había mantenido taciturno. James Newton Howard comienza su aportación a esta escena con un sentir de ebullición musical a base de piano, al que se añaden las cuerdas, describiendo así la sensación paulatina que experimenta Vick en su interior. Cleveland se da cuenta de que ha estado en lo cierto, que Vick es el recipiente, y ese sentimiento de relativa victoria por haber acertado es acompañado por el tema de Story en una interpretación apasionada del mismo. Cuando Vick sale de la escena, Cleveland rompe a llorar, pues Story le ha hablado de su diario y de esas terribles palabras que se encuentran en su interior. La perdida de su mujer y sus hijos a manos de unos salvajes que le quitaron toda ilusión por vivir, o por dedicarse a su verdadera profesión, la medicina.
James Newton Howard retoma los sonidos sutiles y delicados para tratar la profunda desesperanza de Cleveland, una interpretación que se anticipa a uno de los mejores momentos de la película que tendrá lugar al final, y que precisamente retoma esta temática argumental.
9.- “Segundo Ataque” (no aparece en la edición discográfica) (0:51)
Uno de los temas más violentos de la partitura tiene lugar cuando Story decide abandonar la tierra, esperando que la gran águila Eatlon la recoja. Nada sale como ella pensaba y es ferozmente atacada por un Scrat. En ese momento de incertidumbre, Cleveland va a salvarla, momento en el cual el director nos dispensa otro de esos momentos de salto de butaca por la fusión de perfecto plano, sonido enloquecido, y un no mostrar más de lo debido. La música de James Newton Howard es seca, ruda y menos desbocada que la propia escena, buscando un cierto equilibro para no caer en el exceso gratuito. Aun así, la escena, musicalmente hablando, no elimina ese sentimiento implacable ya reseñado.
10.- “Los Tartutik” (no aparece en la edición discográfica) (0:54)
Aunque el tema comienza con un sonido de cierta ternura a base del viento, se va tornado sombrío en el momento que aparece el concepto de Tartutik en escena. Cleveland va de nuevo a sacarle información a su vecina asiática. Esta le comenta por teléfono, haciendo de intérprete, que los Tartutik son unos seres despiadados asignados a otorgar orden cuando los Scrats incumplen las órdenes. Nadie ha visto a los Tartutik y ha vivido para contarlo.
El corte, aunque no está contenido en el disco, conecta directamente con un segmento que sí está en él, al cual nos referimos a continuación.
11.- “El reinado de las Narfs” (contenido en el disco en su totalidad con el titulo "The Blue World", corte 5) (4:25)
Este tema demuestra la increíble habilidad del compositor a la hora de, no solo adaptarse a las imágenes, sino de dotar a su composición de una construcción musical exquisita, que evidencia un trabajo minucioso antes de acometer la creación musical propiamente dicha.
Cleveland, una vez ha escuchado la historia de los Tartutik, viaja al reino subterráneo de las Narfs para recoger un barro especial llamado Kii que las cura si son heridas por los Scrats, que impregnan de un veneno mortífero a sus víctimas si llegan a arañarlas.
Cuando Cleveland se va introduciendo en el interior de la antesala de lo que es el reino de las Narfs -que nunca vemos directamente- el oboe da paso a ciertos sonidos generados por sintetizador, creando una atmósfera que podría dar lugar a una sensación de artificialidad (escuchar) (precisamente por la instrumentación utilizada), pero nada más lejos de la realidad. El compositor sabe qué sonidos asignar a cada momento de la película y estos se ajustan perfectamente a las imágenes subacuáticas.
Una vez que Cleveland es capaz de abrir la puerta que da paso al reino de las Narfs, el compositor acompaña la escena con un crescendo de cuerdas de tono elevado que nos recuerda a esas reiteraciones tan típicas en su filmografía y que encuentran su exponente máximo en Señales.
12.- “La reina Narf” (no aparece en la edición discográfica) (1:26)
Justo después de que Cleveland salga de la piscina, después de haberse sumergido en el reino submarino de las Narfs, la música continúa acompañando la conversación entre la estudiante asiática y Cleveland. Ella sigue contándole el cuento de las Narfs, descubriendo en su narración el papel de la Reina Narf. Cleveland supone, según el desarrollo de los acontecimientos, que Story es esa reina, aunque ella no sea consciente de su extraordinaria condición. James Newton Howard, para este escueto momento, busca ante todo dotar a su composición de un carácter secundario, subyugado aun más si cabe a las imágenes.
13.- “Eres alguien muy importante” (contenido en el disco en su totalidad con el titulo "Giving the Kii", corte 6) (1:49)
Cleveland en un plano que solo le recoge a él, estando Story presente solamente por su voz en off, le entrega el Kii, el barro especial que podrá curar sus heridas causadas por el Scrat. Surge entonces la conversación entre los dos personajes, con una Story confundida y un Cleveland comprensivo que le hace partícipe de sus sospechas. Story es alguien muy especial que hace posible que el Scrat se salte cualquier ley legendaria para acabar con su vida, sin miedo a enfrentarse a los Tartutiks. El compositor aporta al comienzo del tema el motivo de Story, con un ritmo pausado e íntimo. Un poco más allá de la mitad del corte, el ambiente sonoro se vuelve siniestro y oscuro, con sonidos reminiscentes a The Village. Este cambio en el matiz de la composición es producto de una escena de transición, donde comprobamos que el Scrat está escondido en el césped esperando su momento para atacar a la Narf.
14.- “Será la semilla del cambio” (no aparece en la edición discográfica) (3:28)
Este es uno de los cortes más extensos no contenidos en el disco, pues recoge varias escenas diferentes, y aplica, a pesar de la disparidad del tono de estas, el mismo estilo en la composición. Y es algo que choca, como veremos a continuación, pues, si bien la primera escena es ciertamente fiel al espíritu de toda la película, la segunda es bastante cómica (casi podría rozar lo ridículo), pero el compositor, en vez de buscar lo más fácil, enfatizar ese aire cómico, lo que hace es mantener el mismo matiz serio y mágico del conjunto. Y queda realmente bien, pues consigue que la escena sea menos ridícula y salida de tono.
La primera escena a la que me refiero tiene que ver con la confesión que Vick hace a Story, sobre el cambio que se ha producido en su interior, un cambio que ha avivado su creatividad y que ha despertado en el mismo momento que la contempló. El piano sutil, melódico y reiterativo da lugar al motivo de la Magia, coincidiendo con la predicción de un futuro muy cierto, el de Vick, un porvenir que supondrá la semilla del cambio gracias a las revolucionarias palabras que hay contenidas en su libro. Esta intensa escena dsa lugar a un pasaje de transición, con los vecinos dándose un chapuzón en la piscina, para conectar directamente con la segunda escena de matiz totalmente contrario.
Cleveland de halla en la casa de las vecinas asiáticas, en busca de más respuestas a la historia de las Narf. Para eso sigue el consejo de Young, y actúa como un niño (bebiendo leche, manchándose el bigote con esta, recostándose en el sofá, etc.) Una escena tan ridícula mantiene un todo de credibilidad gracias a la comentada mano de James Newton Howard, que no cae en la tentación de una composición fácil y obvia, sirviendo de contrapunto serio a una situación extravagante.
15.- “Señales” (contenido en el disco en su totalidad con el titulo "Charades", corte 3) (5:50)
Y no denominamos así al corte por un mero capricho. Este segmento es el más próximo y deudor de lo compuesto por el músico para la película del mismo director protagonizada por Mel Gibson. Vick, su hermana, Cleveland y Story crean un juego de señas para que esta última no tenga que mentir y contar más de lo que le ha sido permitido. Así, Cleveland podrá designar a las personas que forman el gremio de entre todos los vecinos de la comunidad. El gremio tendrá como finalidad proteger a Story, y que ella pueda volver a su mundo mágico.
El reiterativo sonido de cuerdas que tan presente se hizo en Señales cobra aquí un nuevo significado, el de plantear una plataforma armónica que va ganado en intensidad conforme Cleveland va desvelando -o cree desvelar, como después se comprobará-, los secretos del cuento en el que se halla inmerso (escuchar).
El corte de nuevo pone de manifiesto una de las facultades más incuestionables del compositor, y que pocas veces se reconoce en otros colegas de profesión. Esta no es otra que la capacidad del músico de crear piezas medidas, perfectas en cuanto a su singular acoplamiento con las imágenes, capaces de comenzar de la nada hasta conferir un todo sin fisuras. Este corte es solo un breve ejemplo de esta facultad, que alcanza su perfección en el mejor segmento musical de la película, “El gran Eatlon”. Pero no adelantemos acontecimientos.
16.- “Crucigrama” (no aparece en la edición discográfica) (3:22)
Otro corte extenso no contenido en la edición discográfica. A diferencia de “Será la semilla del cambio”, este corte es más descriptivo que otra cosa. Comienza cuando el gremio se reúne junto a Story en el cuarto de baño de Vick. Allí intentan buscar más señales que les indiquen cómo defenderse de los violentos Scrats. Para ello cuentan con el intérprete, el señor Dury (encarnado por el siempre convincente Jeffrey Wright), personaje enganchado a los crucigramas que cree descubrir con cierta inseguridad a través de uno de ellos, cómo defender a Story de los Scrats el día que tenga que volver a su mundo. Las percusión rítmica acompaña las aseveraciones de Dury, unas elucubraciones que van interconectándose hasta dar una aparente solución a sus enigmas. El compositor va añadiendo a la percusión rítmica el baile obsesivo de cuerdas del corte anterior, conectando con ese motivo asignado a las señales. La escena termina y da paso a otra, aunque la música de James Newton Howard sigue adelante con un cambio de matiz, más intimista, sustentada en el piano, asignado a una conversación entre Story y Cleveland que es un preámbulo a la escena de los Walkies.
17.- “Walkie Talkie” (contenido en el disco en su totalidad con el titulo "Walkie Talkie", corte 7) (2:08)
Momento total de tensión creciente. Aquí tanto Cleveland como Story descubren que estaban equivocados, Cleveland no es el guardián. Mientras ambos se comunican por unos Walkies, Cleveland intenta desafiar a un Scrat con resultados que podrían ser fatales si no llega a aparecer en el señor Farber, el petulante crítico de cine. La partitura comienza con los metales y con el oboe creando un sonido obstinado que se ve reforzado por las cuerdas. La amenaza creciente del Scrat y su posterior ataque se acompaña de un final golpe de percusión que deja mudo el espectro sonoro.
18.- “No puedo protegerte” (no aparece en la edición discográfica) (0:40)
Brevísimo corte apoyado por los coros femeninos. Cleveland, apesadumbrado, reconoce a Story que no puede ayudarle, el no es el guardián.
19.- “¿Me va a pasar algo?" (no aparece en la edición discográfica) (3:27)
Este es uno de los temas que más me fastidia no encontrar en la edición discográfica. Es un tema excelente con una exquisita interpretación a piano del tema de la Magia, y tiene lugar en otro momento significativo de la historia, cuando Vick descubre que sus sospechas son ciertas. Su libro tendrá fama mundial gracias a la semilla de su muerte, de su asesinato.
De todas formas, la música no empieza con esta escena, sino cuando Cleveland va a la casa del señor Leeds para invitarlo a la fiesta que han organizado. El señor Leeds, un ser antisocial precisamente por el dolor que le corroe la perdida de sus seres queridos, se siente identificado con el pasado de Cleveland. Este último se sorprende de que el señor Leeds sepa sobre él.
20.- “¿Quieres saber tu futuro?" (no aparece en la edición discográfica) (1:40)
Una escena de transición con un apunte musical bastante cautivador que podría considerarse un extensión del corte anterior, pues utiliza los mismos elementos: piano y el tema de la Magia. De todas formas, me encanta como James Newton Howard juguetea con el piano como si eludiera interpretar el tema de la Magia en su totalidad, cosa que hace al final del breve corte.
21.- “La fiesta” (contenido en el disco en su totalidad con el titulo "The Party", corte 2) (6:41)
La fiesta comienza, y el gremio ejecuta el plan previsto. El corte empieza con una aportación del viento sugiriendo inseguridad. Después la percusión rítmica asignada al tema de las señales vuelve a entrar en escena. Nos damos cuenta de que el compositor lo ha asignado definitivamente al gremio. Al igual que en el corte de "Crucigrama", la percusión va ganando en intensidad por un acompañamiento de cuerdas, asignándose a la evidente amenaza de dejar sola a Story ante el posible brutal ataque del Scrat. Y así sucede, Story es atacada.
La música se calma y se apacigua después, cuando la acción se centra en un Cleveland que presagia lo peor. Se da cuenta de la desaparición de Story, por lo que corre despavorido con el único fin de salvarla. Es cuando la música es completada por una percusión sorda que cumple el mismo efecto que en el corte “Walkie Talkie”. De nuevo, la música se apacigua con una tonalidad menos sombría. Cleveland ha rescatado a Story, pero está mortalmente herida. Solo podrán traerla de vuelta con la ayuda de la curandera. A partir de ahí la partitura es sumamente descriptiva, variando según la situación, en este caso la revelación de que ni la curandera, ni el intérprete, ni el gremio estaban representados por las personas correctas. 22.- “Pero si no eres un perro” (no aparece en la edición discográfica) (1:30)
La música sigue siendo tan descriptiva como en el corte anterior. De hecho, podría haber sido incluida en la edición discográfica pues tiene lugar un segundo después de “The Party”. A pesar de ser tan funcional como en la anterior pista, la tonalidad cambia ostensiblemente oscureciéndose. Y eso, a pesar de estar ante una de las escenas más inclasificablemente cómicas de toda la película. Y es que el director le tenia muchas ganas a aquel personaje que representa esa clase profesional que no despierta demasiadas simpatía entre los creativos: el crítico.
23.- “El verdadero intérprete” (contenido en el disco en su totalidad con el titulo "Cereal Boxes", corte 8) (2:33)
A continuación, Cleveland y el supuesto gremio buscan desesperadamente a sus auténticas contrapartidas, empezando por las propuestas del verdadero intérprete, el hijo del señor Dury que, a través de unas cajas de cereales, va descifrando el enigma que se encuentra oculto sobre las verdaderas identidades del gremio. El compositor vuelve a utilizar el leitmotiv de las señales, pues, como vemos, las pesquisas vuelven a retomarse pero esta vez planteando un camino correcto (escuchar).
A partir de este segmento musical, James Newton Howard vuelve a demostrar su verdadera pericia y su maestría para confeccionar un traje musical inmejorable para las imágenes. En el último tramo de la historia el compositor basa su composición en un juego de fusión de letimotivs. más allá de la mitad de corte, el leitmotiv de las señales se entremezcla con el leitmotiv de la Magia, creando un entorno musical que representa sin cortapisas el espíritu del cuento, teniendo su perfección en el “El Gran Eatlon”, pero de nuevo, no nos precipitemos.
24.- “El verdadero gremio” (no aparece en la edición discográfica) (0:56)
Un breve corte que confirma de nuevo las intenciones del compositor a la hora de ir fusionando los leitmotivs hasta el final de la función. Aunque el compositor solo utiliza el tema de Cleveland de forma completa en dos momentos concretos de la película (sin contar lo créditos finales), cuando fusiona este tema con cualquier otro (principalmente con el leitmotiv de la Magia), el músico lo reduce a la mínima expresión, básicamente a su instrumentación, asignando el piano al personaje de Cleveland. En este conciso corte, el leitmotiv de la Magia se ve arropado por el piano, con un tempo similar al tema de Cleveland, pues es quien dirige de nuevo al recién formado gremio.
25.- “El curandero” (contenido en el disco en su totalidad con el titulo "The Healing", corte 10) (4:04)
Es uno de los mejores cortes del disco, y por extensión, su unión con las imágenes es perfecta. Y es que uno ya presiente que lo que se viene encima, el clímax, va a estar a la altura de lo mejor de la filmografía del director. En esta escena, una de las mejores de la película, Cleveland estalla. Toda la rabia, tristeza, dolor y confusión revierten en un momento donde Cleveland actúa más humanamente que nunca, recordando a aquellos seres queridos que fueron y son su vida, y que ya no están. Esa angustia se palpa en el plano fijo que Shyamalan presenta al publico, con un Giamatti desatado, emocionando a aquel espectador que a estas alturas del relato se ha visto asombrosamente involucrado, entrando sutil y paulatinamente en él.
James Newton Howard mantiene su planteamiento de puesta en escena final, con la fusión de dos leitmotivs, pero, a diferencia del corte anterior, la estructura es distinta. Uno de los motivos comienza en solitario (el tema de Cleveland reducido al piano), aparece el otro (el tema de Story), se entremezclan, y ambos desaparecen para dar paso al de la Magia, que estalla en toda su intensidad en el mismo momento en que el poder de curación de Cleveland hace efecto en las piernas heridas de Story, sanándola milagrosamente (escuchar). Aquí uno comprueba varios aspectos que se harán más evidentes que nunca en el siguiente corte. James Newton Howard domina a la perfección sus temas armónicamente, por lo que no le es difícil jugar con ellos para crear estructuras nuevas.
Y estos temas son excelentes y fieles al "sonido Shyamalan" que el compositor ha creado para toda la filmografía del director. Sin cortes, este tema continua en el siguiente, el mejor del disco, “The Great Eatlon”, con un puente musical entre ambos de manifiesta carga tenebrosa, y es que el Scrat hace acto de presencia.
26.- “El Gran Eatlon” (contenido en el disco en su totalidad con el titulo "The Great Eatlon", corte 11) (4:42)
Llegamos al final, y con él, el mejor momento de la película y de la banda sonora de James Newton Howard. Os remito de nuevo a la idea que os expuse al comienzo del estudio: E.T. de John Williams. Son palabras mayores, sí. Pero también lo es este corte de James Newton Howard.
Quiero que recordéis ese mítico “Adventure on Earth” y la perfecta fusión de la música con las imágenes (aunque este ejemplo se salte las convecciones de composición de música de cine de un plumazo por ser la música anterior a las imágenes, y el montaje realizado en torno a la música y no al revés como suele ser habitual).
El compositor tiene aquí su momento “Adventure on Earth” que ya consiguió anteriormente en la magnífica Señales con su “Hand of Fate, Pt. 2”. Con una tonalidad cuasi religiosa en algunos momentos del tema, partimos de un planteamientos siniestros que se asignan a los intentos del Scrat por romper la puerta del edificio que le tiene retenido. Esa puerta es lo único que le separa del gremio, y por ende, de Story. La percusión seca representa el éxito del Scrat por abrirse paso y salir del edificio. El revoloteo de las cuerdas va creando el ambiente que representa los pasos del Scrat hacia su presa, culminando en un crescendo de cuerdas de tonos terroríficos (más propios de historias clásicas de terror -como Frankenstein- que cuentos de almohada), que marca el principio del apoteosis, y que se asigna a las imágenes en el mismo momento en que Cleveland repara en la presencia del Scrat a través de los ojos de Story (escuchar).
Con ese crescendo en plena actividad, Cleveland se da la vuelta y afronta la amenaza que representa este diabólico ser con un inofensivo palo que encuentra en un suelo anegado de agua, por culpa de una lluvia de proporciones bíblicas. Ese tono bíblico se ve fortalecido por la aparición de unos coros sobrenaturales que hacen acto de presencia cuando descubrimos al verdadero guardián, Reggie, un personaje que hasta entonces solo había poblado las sospechas de los espectadores. Este asombroso y espectacular tono en la composición de James Newton Howard se ve fortalecido por el añadido del leitmotiv de Story, personaje que canaliza a través de ella toda lo sobrenatural de la secuencia (escuchar). La aparición del Gran Eatlon, el águila que devolverá a Story a su mundo, viene subrayada musicalmente por los metales, un tema que volverá a aparecer a final de la maravillosa secuencia y que es ahogada por un juego frenético de cuerdas y metales con la llegada de los Tartutik, que dan buena cuenta del Scrat.
A continuación, una vez más, los metales aislados representa la bajada del Gran Eatlon, y la imposibilidad del Scrat de conseguir sus fines. Y es en este preciso momento cuando el compositor nos deja a todos con la boca abierta, hechizados por el dominio de su propia composición, pues no satisfecho con lo que ha mostrado durante todo este corte, realiza una última floritura, intercalar musicalmente los dos mejores temas de la partitura, el de Story y el de la Magia (escuchar). Así plantea una especie de baile de los dos temas con un acompañamiento de los coros que engrandecen la despedida entre Story y Cleveland, donde las palabras sobran, y la música responde por ellas.
Y es que la frase de Cleveland: “Gracias por salvarme la vida” aunque de gran intensidad en este clímax, evidencia su más que factible omisión, sin ningún resultado negativo para el resultado final de la escena, gracias precisamente a la labor del compositor. La excepcional escena termina con un plano magistral. No hace falta mostrar al Eatlon. No queremos un falso efecto especial que nos saque de la escena. Para ello, Shyamalan pone la cámara dentro de la piscina, en un contrapicado desenfocado por los relieves del agua, que describe todas las tonalidades de los personajes pero no así su definición. La escena continua con el Gran Eatlon portando a Story, acompañado de su tema, esta vez interpretado por unos coros angelicales aislados de cualquier instrumento (escuchar).
La música de James Newton Howard continúa sin cortes hasta los títulos del final.
27.- “Títulos finales” (contenido en el disco en su totalidad con el titulo "End Titles", corte 12) (1:43)
Para los títulos de crédito James Newton Howard nos regala a los oídos la interpretación integra del tema de Cleveland, un excepcional leitmotiv, ya si, desligado de su reducción a piano, con una carga melódica gran intensidad (escuchar). Una adiós impecable a una partitura excelente.
Recapitulando
Las comparaciones son ciertamente odiosas en según que casos, pero la que os voy a hacer no creo que sea para nada insidiosa, más bien todo lo contrario.
Veo muy similar la relación profesional que mantienen Shyamalan y James Newton Howard con la que mantenían Alfred Hitchcock y Bernard Herrmann. Y supongo que será algo pretendido por el especial cariño que el director de origen indio tiene por el suspense, el thriller y esos planos y movimientos de cámara que describen, sin lugar a dudas, una maestría inaudita para su edad.
James Newton Howard, junto a Danny Elfman, son los compositores actuales que mejor han sabido recoger el testigo que dejo el maestro Herrmann. Su sacrificado uso de la música de cine, siempre al servicio de las imágenes. Su complejo trabajo de composición buscando crear un todo sólido e impactante, dando a veces la impresión de una excesiva simplicidad. Elementos comunes a todos ellos que James Newton Howard sabe utilizar mejor que nadie.
Lo mejor: La simplicidad con la que confiere el compositor a su música, cuando en verdad es una partitura compleja y rica en matices.
Lo peor: Las canciones, de las que he preferido no hablar en el estudio, pues a causa de su participación en el CD, hemos tenido que sufrir el menor minutaje de la partitura de James Newton Howard.
El momento: Sin lugar a dudas, "The Great Eatlon".
Duración Total de Música no Editada: 26:07
Duración Total de Música Editada: 42:06
Duración Total de la Partitura: 68:13
DDBSpawn (David Doncel)
|