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Lost Souls

Índice de contenidos

Lost Souls

  1. Introducción
  2. El Diablo
  3. El Anticristo
  4. El Infierno
  5. Satanismo
  6. Misas Negras
  7. Aquelarre y brujería
  8. Exorcismo
  9. Iconografía satánica
  10. La Iglesia de Satán
  11. El Diablo y el rock
  12. El Diablo en el cómic
  13. El Diablo en el cine: precedentes
    1. La Semilla del Diablo
    2. El exorcista
    3. La Profecía
    4. El Corazón del Ángel
    5. Pactar con el Diablo
    6. Otros títulos de interés
  14. Poseídos (Lost Souls)
    1. La película
    2. La música

1) Introducción

El Diablo ha sido y aún hoy sigue siendo un motivo recurrente en el cine, muy especialmente dentro del género de terror. En sus múltiples manifestaciones corpóreas, siguiendo la tradición bíblica, Satanás ha encarnado la antítesis de todo lo que es sagrado, benigno y puro, erigiéndose como sumo pontífice de la corrupción, la maldad y el pecado, apelando a nuestro lado oscuro, irracional, indómito y animal, aquel que permanece agazapado en las sombras más insondables de nuestra alma, ese lado que se muestra reacio a acatar normas, a reprimir sus instintos. El Diablo seduce al hombre porque sabe mejor que nadie de qué pie cojea, y mediante el engaño de la tentación arrastra al débil de voluntad a un mundo de tinieblas que en realidad no es otra cosa que una representación alegórica de nuestros miedos y deseos más profundos, más recónditos. El Diablo le ofrece al hombre la posibilidad de ir más allá de un mundo de imposiciones y leyes en el que le ha tocado vivir, más allá de los dictámenes de la ética y la religión, y lo seduce con sueños de poder y libertad, de satisfacción inmediata de todos sus deseos y placeres. La religión del Diablo es el hedonismo más absoluto. Sin responsabilidades, sin remordimientos. Sin embargo, la aceptación de este hedonismo acarrea la condenación absoluta del alma, o, dicho de otro modo, el sacrificio de la felicidad eterna prometida por la religión en otra vida por una felicidad efímera basada en la consumación de los placeres mundanos. Si en la Edad Media se consideraba la vida como un "valle de lágrimas" en el que no había cabida para la felicidad (al menos para la inmensa mayoría), sino para el sacrificio y la abstinencia, compensado dicho sacrificio con la promesa de una vida mejor al lado de Dios, el Diablo prometía una vida gozosa inmediata basada en el placer de la carne en vez del espíritu. Si la religión abogaba por la excelencia del alma sobre la carne y como principal vehículo para la redención y la felicidad, el Diablo defendía por el contrario la importancia del cuerpo y los sentidos para la consumación del placer en esta vida terrenal. Y el precio que han de pagar quienes pactan con Satanás es justo aquello que relegan a un segundo plano, su alma.

2) El Diablo

"Que no es nuestra lucha contra la sangre y la carne, sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus malos de los aires" (Efesios 6,12)

Muchos nombres han sido utilizados, tanto en el cine como en la literatura, para referirse al Diablo, aunque es importante tener en cuenta que no todos esos nombres aluden a la misma entidad. Dicho de otra manera, existe además de Satanás un número de demonios y criaturas infernales bastante extenso, como lo demuestra la demonología, una disciplina que se encarga de estudiar las cualidades y naturaleza de los demonios, y que no debe confundirse con el término "satanismo". La palabra "demonio" procede del griego "daimon", término que hace referencia a una deidad, tanto benéfica como maléfica. De esta palabra, que en un principio identificaba al conjunto de seres sobrenaturales que inspiraban a las personas, derivó el término "demonio", que aludía a aquellos ángeles que renegaron de Dios y fueron expulsados del paraíso y arrojados a las llamas del infierno. También se utiliza el término "diablo", palabra de origen griego que significa "acusador" o "calumniador", para identificar a Satanás y por extensión a todos aquéllos que permanecen desterrados en el infierno. A continuación expondremos someramente algunos de los nombres más comúnmente asociados, en ocasiones de manera errónea, al Diablo:

  • Asmodeo: Llamado también Arimos. Según el Talmud, está encargado en el infierno de enseñar astronomía y matemáticas como lugarteniente de Lucifer. Para otros es el demonio específico de la lujuria. En la religión hebrea es el dios de los demonios y esposo de Lilith.
  • Beelzebub (Belcebú): Belcebú es el príncipe de los demonios para los cristianos, y aunque Jesús lo identifica con Satanás, en realidad dicho nombre se corresponde con una deidad fenicia, Baal, dios del sol en la religión babilónica. Belcebú es conocido como "el amo de la inmundicia" y también "amo del infierno", y ya desde la Edad Media estaba situado justo por debajo de Satanás en la jerarquía infernal. Su nombre, de origen filisteo, significa "El Señor de las Moscas", debido al número de tales insectos que se agrupan alrededor de cualquier imagen suya, bañada en sangre de sacrificios.
  • Belfegor: Demonio de los descubrimientos y los inventos, el cual seduce a los seres humanos induciéndoles a realizar invenciones geniales y llenándolos de riquezas.
  • Belial: Nombre que significa "maldad" y también "maldito" en hebreo y que se usa a menudo en la Biblia como sinónimo de Satán, la personificación del mal. Milton, no obstante, distingue a Satán de Belial, considerando a éste último como el demonio de la impureza. Según otras fuentes, Belial es uno de los demonios más venerables de Satán, al cargo de 80 legiones infernales, y representado como dos ángeles sentados en un carro de fuego.
  • Leviatán: Gigantesco monstruo marino bíblico. Según algunas leyendas posee siete cabezas. La demonología incluye bajo esta denominación a cualquier tipo de demonio acuático.
  • Lucifer: El primer ángel creado por Dios, el más bello y perfecto de todos, ostentando el grado de "querubín/arcángel". Llamado Luzbel antes del caer del cielo, su nombre significa "portador de luz" (del latín "lucis" - "luz" - y "ferre" - "llevar, portar"), puesto que era el ángel encargado de llevar la luz. Cuando Dios creó el Universo físico en su totalidad, puso a Lucifer al mando de la Tierra. Sin embargo, Lucifer pretendía ser el "Señor" soberano del mundo, seduciéndole la idea de dominar a otros, la cual contaminó su percepción de la realidad y arruinó su alma, provocando su rebelión contra Dios. En su deseo por invadir el Cielo, Lucifer fue convenciendo paulatinamente a aquellos ángeles que estaban bajo su dominio en la Tierra, tomándose miles de años para sembrar la semilla de la discordia y la envidia en todos aquellos seres santos que le acompañaban. Lucifer llevó sus huestes hacia el Cielo, enfrentándose al Arcángel Miguel, mas la colosal batalla fue breve, y el ángel rebelde recibió de Dios el nombre de Satán el Diablo, siendo precipitado a los Infierno junto a los restantes rebeldes, que se convirtieron en demonios. Su pena fue la descalificación jerárquica, la pérdida de cualquier otra oportunidad de redención, la perversión de su mente y un cataclismo de proporciones mundiales que destruiría todo lo creado sobre la faz de la Tierra. De este modo Lucifer pasó a erigirse como emperador del infierno, tratando en todo momento de tentar a los hijos de Dios para apoderarse de sus almas, privándoles a éstos como "hijos agraciados de Dios" lo que le fue negado a él y a sus huestes en venganza.
  • Mammon: Demonio de la Avaricia que aparece en el Paraíso Perdido de Milton.
  • Mefistófeles: Diablo inferior asociado a la perdición del doctor Fausto en la obra homónima de Goethe.
  • Satanás: nombre latino de origen hebreo que usado para referirse al "enemigo", y que pasó a fundirse con el de Lucifer para aludir a una misma realidad, el emperador de los infiernos y señor absoluto de todos sus moradores.
Retratado de formas muy diversas a lo largo de la Historia, el Diablo es un camaleón que ora opta por adoptar una imagen demoníaca, horripilante, ora opta por acentuar su condición de ángel caído para seducir a sus víctimas. El Diablo es un ser astuto, persistente, mentiroso, seductor, celoso y trabajador infatigable, la encarnación más perfecta de todas las debilidades del hombre: la lujuria, la gula, la ira, la envidia... Sin embargo el Diablo sabe cómo utilizarlos y aprovecharse de estos sentimientos para engatusar y atraer a su causa más víctimas mortales. Según la teología católica, al diablo todavía le queda un gran papel que desempeñar, el mismo que en su día jugó en la gran batalla de los ángeles y que ahora intentará reproducir arrastrando a la rebelión al mayor número posible de hombres, batalla que culminará el día del Juicio Final.

3) El Anticristo

"Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos" (II Tesalonicenses 2:8-10)

Tan recurrente ha sido en el cine y la literatura la figura del Diablo como la del Anticristo, el falso Mesías, que negará a Dios y seducirá al hombre con engaños y mentiras. En realidad, la palabra "anticristo", procedente del griego, puede tener varias acepciones: en primer lugar, aquél que está "en contra de Cristo", oponiéndose por ende a la palabra de Dios; en segundo lugar, aquél que vendrá "en lugar de Cristo", tomando su lugar como falso Mesías. La Biblia utiliza también a menudo este término para aludir, por extensión, a todos aquellos cristianos falsos que se habían separado de los "verdaderos creyentes". No habiendo experimentado una conversión genuina al Evangelio, estos anticristos predican un evangelio distinto y falso, siendo apóstoles de Satanás, falsos profetas que están por tanto en contra de la palabra de Dios y esperan la llegada de aquél que ha de guiarles y liderarles, el gran Anticristo. La Biblia advierte del advenimiento de una rebelión, una apostasía, una separación de la fe. Aprovechando la incredulidad y la duda existentes, se revelará este "gran Anticristo", el cual engañará a las naciones para establecer un imperio a las órdenes de Satán, creando una religión sin Redentor, una "Iglesia" sin Cristo y un culto sin la Palabra de Dios:

According to the Bible, Satan will, before the Second Coming, use all possible means to once more overthrow God's order of independent nations by incorporating them into a new world order of international political, religious, economic, social, and linguistic unity. The man that he has chosen to head the new world order is called the Antichrist, the beast, and the man of sin in the Bible. The world empire that he will establish will be a revival and replica of the Babylonian Empire of Nimrod and Nebuchadnezzar. For that reason, the end-time world empire is, quite aptly, called Babylon in Revelation 17 and 18.
Like Nimrod of old, the Antichrist will deify himself. Through cunning and deceptive diplomacy he will persuade other nations to join the new world order of global unity. It will initially, therefore, be a common, negotiated agreement.
(Malan, Johan S. "The Kingdom of Satan")

Aunque únicamente se encuentran referencias a la palabra "anticristo" en las epístolas de San Juan, se han encontrado paralelismos más o menos equívocos en los libros del Apocalipsis, así como en las Epístolas de San Pablo, en los Evangelios y en el Libro de Daniel. El Anticristo ha sido identificado en el Apocalipsis como una bestia escarlata con diez cuernos y siete cabezas (13:1), y también como una bestia con dos cuernos de cordero y verbo sibilino, como el de una serpiente (13:11). Sin embargo, parece existir unanimidad en los círculos eclesiásticos en que el Anticristo no será un demonio, ni tampoco el Diablo encarnado, sino una persona individual, un enemigo de Cristo, de ahí que se le identifique también con una cruz, aunque en este caso invertida, utilizada como símbolo de blasfemia y rechazo a Jesucristo y toda la Cristiandad.

4) El Infierno

"Abandonad toda esperanza, ¡oh, vosotros que entráis!" (Dante, La Divina Comedia)

La Biblia lo describe como "lloro" (Mateo 8:12), "horno ardiendo" (Mateo 13:41-42), "lamento" (Mateo 13:42), "crujir de dientes" (Mateo 13:50), "tinieblas" (Mateo 25:30), "llamas" (Lucas 16:24), "fuego consumidor" (Isa 33:14) y "tormento eterno" (Lucas 16:23). Un lugar de fuego y azufre en donde millones de almas gimen y sufren ardiendo en un fuego abrasador y eterno, un lugar situado, según la Biblia, en el mismo corazón de la Tierra (Mateo, 12:40).

Muchos nombres se han utilizado a lo largo de la historia, tanto en la religión como en la mitología, para aludir a ese plano de sufrimiento eterno al que son expulsados los impíos de corazón tras su muerte. Una vez más, existen sutiles diferencias que impiden usar indistintamente dichos términos. El Judaísmo, por ejemplo, habla de un lugar llamado "Sheol", que refiere a una "existencia entre tinieblas reservada para todos indiscriminadamente", lo cual podría interpretarse como una metáfora poética de la muerte, sin hacer distinción entre paraíso e infierno. La mitología griega, por otro lado, concebía la existencia de una morada para los muertos denominada "Hades" (palabra que significa en griego "invisible"), y regida por una divinidad homónima. Sin embargo, Hades no debe confundirse con el infierno cristiano, ya que esta morada en realidad comprendía dos secciones, el Tártaro y los Campos Elíseos. Mientras que los Campos Elíseos estaban reservados para las almas heroicas y benditas, el Tártaro se corresponde con aquella región de Hades al que iban a parar las almas de los impíos y malvados. En ese sentido, sí podría establecerse una analogía entre el Cielo cristiano y los Campos Elíseos por un lado, y el Infierno y el Tártaro por otro, con las más que obvias diferencias en cuanto a la representación conceptual de dicho Inframundo. También suele utilizarse el término "Averno" como sinónimo de infierno, aunque en realidad el término hace referencia a un lago cercano a Cumas, una ciudad de la costa italiana de Campania, el cual ocupa el cráter de un volcán extinguido. Debido a las emanaciones sulfurosas del lago, en la antigüedad se creía que era una de las entradas de los infiernos. Según la mitología, Eneas utilizó dicha ruta para descender al Inframundo, guiado por la Sibila, y hablar así con su padre Anquises. Finalmente, en el Nuevo Testamento se encuentran referencias a un lugar denominado "Gehenna", nombre que proviene del valle de Ge-Hinnom, cercano a Jerusalén, y que era usado en la antigüedad como un gran vertedero, cubierto de basura y putrefacción, que los hebreos se encargaban de quemar periódicamente. Se dice que era tal la cantidad de desechos que eran necesarias varias semanas, incluso meses, para que el fuego pudiera consumirlo todo. Es decir, se trataba de una muy poco higiénica y repugnante montaña de excrementos. Según las enseñanzas de los primeros Cristianos, los condenados arderían en el valle al igual que la basura, de ahí el uso del término "Gehenna" para referir al infierno, aunque, en un sentido estricto, son lugares muy distintos, por mucho que puedan tener en común en un sentido figurado.

La palabra "infierno" proviene del latín "infernus", que significa "inferior", "debajo de". El Universo estaba concebido desde muy antiguo como una "esfera" dividida en tres planos físicos, que representaban la morada de los dioses (cielo), los hombres (tierra) y los demonios (Infierno). El Infierno es una región inhóspita y ardiente de oscuridad eterna, con desiertos insondables y profundísimas cuevas. Los habitantes del plano intermedio, la Tierra, están por tanto entre dos puntos opuestos, el reino celestial, etéreo, donde reside Dios y las almas bendecidas con su presencia, y el reino de oscuridad y tormento donde residen los demonios y aquellas almas que están apartadas para siempre del contacto con la divinidad. Como creador del universo y padre celestial, la morada de Dios está en el plano superior; como renegado de Dios y representante de todo aquello que nos separa del placer espiritual, en pos de un placer sensorial inmediato, el Diablo, su eterno enemigo, debe morar obligatoriamente en el plano inferior con todo lo que esto conlleva. El hombre debe elegir entre ascender al paraíso o descender a su eterna condena. Hay quienes afirman que el Infierno surgió como consecuencia natural e inmediata del pecado, otros dicen que fue creado por Dios desde antes que el mundo físico existiera.

A la hora de describir el suplicio sufrido en el infierno es necesario distinguir entre, por un lado, un "suplicio de privación" (poena damni), lo cual alude al apartamiento voluntario de Dios del que muere en pecado mortal sin haberse arrepentido, viéndose privado de la visión beatífica de Dios; y por otro, un "suplicio para los sentidos" (poena sensus), consistente en los tormentos físicos sufridos por los sentidos en un lugar de fuego abrasador donde reinan los alaridos y el crujir de dientes. Hace referencia al dolor en su concepción más física y sensorial. Las penas del Infierno, designadas con palabras latinas, son las siguientes: pez hirviendo (pix), nieve helada (nix), noche oscura (nox), repugnantes gusanos (vermis), fuego ardiente (flagra), pesadas cadenas (vincula), supuración repugnante (pus), innoble vergüenza (pudor) y horror sin fin (horror).

No obstante, más allá de la clásica concepción del infierno como un lugar de llamas eternas, habitado por demonios y almas en condena, y regentado por un diablo con cuernos, un largo rabo rematado en forma de diamante y portador de un tridente (una imagen popular muy estereotipada del Diablo que es rechazada por los teólogos cristianos, los cuales explican que no tiene base bíblica y que más bien puede tratarse de una corrupción del dios Pan), la Iglesia mantiene que el infierno debe entenderse, en su acepción más primordial, como una abstracción, o más bien un estado del alma, el "estado de autoexclusión definitiva de la comunión con Dios y con los bienaventurados", según dicta el Catecismo de la Iglesia Católica. Por lo tanto, es un término que refiere únicamente a un sufrimiento anímico, entendiendo este término en su concepción más primordial, es decir, "del alma". Es el estado de agonía de quienes mueren y se ven privados de la presencia de Dios por los siglos de los siglos, independientemente de la imagen macabra y amedrentadora utilizada durante el transcurso de la historia y de la que se hace referencia constantemente en la Biblia.

5) Satanismo

"El hombre, al examinar su corazón, se descubre también inclinado al mal e inmerso en muchos males que no pueden proceder de su Creador, que es bueno. Negándose con frecuencia a reconocer a Dios como su principio, rompió además el orden debido con respecto a su fin último y, al mismo tiempo, toda su ordenación en relación consigo mismo, con todos los otros hombres y con todas las cosas creadas. De ahí que el hombre esté dividido en su interior. Por esto, toda vida humana, singular o colectiva, aparece como una lucha, ciertamente dramática, entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas" (Concilio Vaticano II, Gaudium et spes, n. 13)

Podríamos definir este término como el culto aislado (adoración, veneración, invocación) a Satán por parte de diversos grupos de personas más o menos estructurados y organizados, a la espera de la obtención de bienestar, riqueza y poder.

Es importante considerar que la concepción que estos grupos tienen de Satanás no se corresponde con la imagen estereotipada del demonio de tridente, cuernos y rabo:

Las creencias satánicas pueden variar de uno a otro grupo. Por ejemplo, hay quien ve en Satanás un ser más o menos simbólico, expresión al mismo tiempo, de la transgresión y del racionalismo; y en los ritos, una especie de psicodrama brutal que tiene por finalidad liberar al fiel de los condicionamientos religiosos, morales y culturales que provienen de su ambiente. Algunos satanistas que se reconocen en esta descripción afirman que "el Satanismo es una religión de la carne. Para el satanista la felicidad se debe encontrar aquí y ahora. No existe el cielo para ir después de la muerte y tampoco el infierno de fuego como castigo para el pecador". En cambio, hay quien ve en Satanás un ser real, príncipe de las tinieblas, al cual es posible dirigirse mediante rituales mágicos para obtener favores de diverso género. Y también quien ve en Satanás, particularmente en Lucifer, una figura positiva que se opone a la acción del Dios de la tradición judeo-cristiana, considerada negativa. (Ferrari, G. "Satanismo")

A la hora de invocar al Diablo los satanistas recurren a una serie de palabras y gestos rituales orientados a provocar un cambio en los acontecimientos o situaciones que no puede obtenerse a través de medios o instrumentos comunes. Dichas palabras y gestos conforman una liturgia invertida cuya finalidad es parodiar, mofarse incluso, el rito cristiano católico u ortodoxo, alterando oraciones y credos para alabar a Satán en vez de a Dios. Es habitual la práctica, en este tipo de ceremonias satánicas, de ritos de marcado carácter sexual, amén de la utilización de sangre y vísceras de animales en ocasiones sacrificados in situ.

La atracción que pueda ejercer este tipo de culto en el ser humano viene, principalmente, de la promesa de la consecución de los deseos, ambiciones y placeres personales. El satanismo ejerce de este modo como un liberador de la moral, de las convenciones sociales y códigos represivos. El satanismo busca y promueve la exaltación absoluta de yo, rebelándose contra el Dios cristiano y los Evangelios. Los textos satanistas buscan por el contrario la divinización del hombre, tentándolo con promesas de poder y gloria. Un famoso satanista llamado Aleister Crowley (1875-1947) llegó a declarar lo siguiente:

No existe ninguna ley excepto "haz lo que quieras". ¡Sé fuerte, hombre! Desea y goza todo lo de los sentidos y del éxtasis: no temas que ningún Dios te reniegue por esto. Cada hombre, cada mujer, es una estrella si encuentra la verdadera propia voluntad, de otro modo es un esclavo; y los esclavos deberán servir. Excluye la misericordia: condenados aquellos que tienen compasión! Mata y tortura: ¡no perdones a nadie!

Anton Szandor La Vey, fundador de La Iglesia de Satán, rechaza las religiones de naturaleza espiritual como un "invento del hombre", una especie de proyección al infinito de sus deseos frustrados, de todo aquello que el hombre querría hacer pero que no puede consumar por el cúmulo de imposiciones morales que rigen sus actos y cohíben su existencia. Por ese motivo el satanista hace del hedonismo "aquí y ahora" su principal dogma de fe, buscando en todo momento la inmediata y completa gratificación de su ego, "sin renunciar a ninguna satisfacción y sin cultivar ese inútil amor por cada hombre que el satanista considera imposible y absurdo". Según afirma Giuseppe Ferrari, secretario nacional del "Grupo de investigación e información sobre las sectas" y director editorial de las revista "Religioni e Sette nel mondo", el problema que conlleva la aceptación del código ideológico y de conducta satanista consiste en que esto implica una "completa inversión de los valores: lo que objetivamente es equivocado, malo y moralmente desordenado, se asume como modelo justo y liberador para proponerlo a los demás". Teorías satanistas como las de Crowley promueven la libertad personal a costa de la de los demás. La exaltación del yo implica el despecho a los demás. La búsqueda irresponsable de la satisfacción de los deseos terrenales, según Ferrari, conlleva una "fuerte carga emocional y de evasión hacia lo irracional, que en algunos aspectos está encubierta por una paradójica apariencia pseudo-racional que se busca como justificación".

Es necesario distinguir entre tres tipos de sectas: por un lado, las "sectas Luciferinas", que piensan que Lucifer ha sido tratado de manera injusta por el Cristianismo, al ser un símbolo del conocimiento y la sabiduría. Estas sectas buscan el poder, el dinero, influencias y el control del mundo. Sus adeptos suelen pertenecer a un nivel económico alto, lo cual le da al grupo un poder especial, y son altamente elitistas. Para un integrante de esta secta Lucifer representaría la verdadera luz, realizando en el más estricto secreto sus actividades, de entre las que destacan las misas rojas como principal muestra de adoración; por otro lado, las "sectas Satanistas", formadas por individuos de nivel intelectual medio alto, versadas en su mayoría en todo tipo de ciencias esotéricas relacionadas con la astrología y/o la magia. Un satanista no se considera integrante de ninguna secta, sino más bien de una religión que ha sido incomprendida y perseguida por los cristianos. Como tal religión, presenta una estratificación jerarquizada según el nivel de "dignidad" y/o compromiso de sus miembros. La famosa "Church of Satan" de Anton Szandor LaVey sería un ejemplo de secta satanista; finalmente, es necesario mencionar a los "Adoradores de Seth" o "Amigos de Lucifer", relacionadas con toda clase de secuestros, abusos sexuales, inducción a suicidios, e incluso homicidios, siendo por tanto las más peligrosas. Secuestro de cadáveres, beber sangre, exposición sexual, necrofagia o necrofilia... Son sólo algunas de las muestras de "fidelidad y dignidad" exhibidas por sus miembros.

La frontera entre uno u otro tipo de secta no siempre es diáfana, ya que no es extraño encontrar grupos que combinan elementos de cualquiera de los tres tipos de sectas anteriormente mencionadas. Los grupos y movimientos satánicos son por tanto muy diversos. En ocasiones, pero no siempre, están relacionados entre sí. Existen grupos que son desconocidos incluso para otras sectas satánicas. Algunas de dichas sectas tienen una existencia efímera, otras dejan de actuar periódicamente para resurgir al cabo de un tiempo de manera intermitente, otras permanecen y actúan desde las sombras, ocultándose al mundo exterior, mientras que otras no ocultan sus inclinaciones ideológicas y actúan de manera pública. En ocasiones una misma secta puede escindirse ramificándose en varias sectas más.

El país con mayor concentración de grupos satánicos es EE.UU. Entre los grupos conocidos y en activo actualmente en los Estados Unidos, Inglaterra, Italia y/o España podemos destacar los siguientes: Church of Satan, Temple of Seth, Order of the Black Ram, Werewolf Order, Worldivide Church of Satanic Liberation, Church of War, Ordo Templi Satanis, Order of the Nine Angles, Dark Lily, Ordo Sinistra Vivendi, Bambini di Satana, Chiesa di Satana di Filippo Scerba, Chiesa Luciferiana di Efrem del Gatto, Impero Satánico della Luce deglo Inferí, Hijas del Halo de Belcebú, Hijos de Lucifer, Secta del Toro-Vaca, Mujeres de Satán, Orden Iluminati, Ordo Templi Orientalis, Hijos de Adonais, Amigos de Lucifer, Barón Rojo, Caballeros del Anticristo, Grupo Astaroth, Hijas de las Tinieblas, Hijas de Isis, Hijos de Egón, Macho Cabrío, Mano Negra, Tercer Ojo, El Toro...

De entre las muy diversas maneras de entrar en contacto con el mundo del satanismo, Giuseppe Ferrari destaca las siguientes:

La frecuentación de ambientes esotéricos, mágicos y ocultistas hasta llegar a habituarse a las ideas y prácticas de los mismos, y al deseo de ir más allá para experimentar nuevas vías de conocimiento; la participación en reuniones espiritistas para la evocación de seres particulares, en las cuales no es difícil que se llegue a la invocación de espíritus demoníacos y donde se puede encontrar a quien participa también en ritos satánicos; el recurso a los magos para afrontar problemas de diverso género que, como muchas veces se prolongan en el tiempo, se trata de solucionar hasta con el recurso a la llamada magia negra, la cual casi inevitablemente introduce en el mundo de los ritos satánicos llevados a cabo por individuos o grupos más o menos organizados; la atracción idolátrica que se manifiesta con respecto a ciertos cantantes y grupos de música rock, a los cuales se permite -mediante el mensaje de sus canciones- blasfemar e invitar al suicidio, al homicidio, a la violencia, a la perversión sexual, al uso de droga, a la necrofilia y a la implicación en el satanismo.

6) Misas Negras

"Ahora bien, las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones, envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios" (Gal.5:19-21).

Como ya se apuntó anteriormente, las misas negras podrían considerarse como liturgias invertidas, constituidas por alteraciones y modificaciones de oraciones, credos y gestos rituales utilizadas para alabar a Dios con el doble fin de ensalzar a Satán y repudiar y ridiculizar a su "adversario". De este modo se pretende provocar cambios en situaciones o acontecimientos que no pueden conseguirse por medios naturales, y conseguir así ventajas materiales de muy diversa índole, aún con perjuicio para otras personas. Dichos ritos tienen lugar a medianoche, amparándose en el mundo de tinieblas que constituye, principalmente, una suerte de opción estética, y en lugares secretos dentro o fuera de la ciudad, teniendo especial predilección por los cementerios y las iglesias desconsagradas. Cuanto mayor sea la ofensa a los fundamentos morales y éticos de la religión, mayor deleite encuentran, de ahí que en ocasiones en algunos de estos grupos se lleguen a perpetrar también actos de escarnio, profanación de cadáveres, agresiones y vejaciones incluso a menores y también homicidios rituales. Giuseppe Ferrari describe del siguiente modo la celebración de una misa negra:

El rito es oficiado por un celebrante, un diácono y un subdiácono; como instrumentos se usan algunos cirios un pentáculo invertido, un cáliz lleno de vino o de licor, una campanilla, una espada, un aspersorio o falo, y un crucifijo invertido; también se usa una Hostia auténticamente consagrada. El altar de la misa negra es una mujer desnuda y los participantes llevan vestidos negros con capucha. El rito imita, más o menos, el de la misa católica con las oraciones recitadas en latín, inglés y francés. Naturalmente, en lugar de invocar el nombre de Dios se invoca el de Satanás; se invocan nombres de diversos demonios; se recita el Padre nuestro en sentido contrario y negativo (padre nuestro que estás en el infierno); se lanzan invectivas contra Jesucristo, y la Hostia es profanada de varias maneras (utilizándola en prácticas sexuales, pisoteándola repetidamente con odio).

Además de la lectura de textos religiosos al revés, también es frecuente en estos ritos la consagración y dedicación de sangre animal, preferentemente gatos o gallinas negras, pan hecho con excrementos de cabra, y también el uso de orina del mismo animal, en lugar de agua bendita, a modo de bendición tanto en el cuerpo de los asistentes como en el altar. Las mujeres durante la ceremonia suelen tener el dorso al descubierto, excepto las recién integradas, las cuales estarán completamente desnudas, o como mucho cubiertas con una capa que será retirada en el momento de la ceremonia de iniciación. La ceremonia suele terminar en una gran orgía, que representa el triunfo de la carne y los placeres terrenales frente a los del espíritu.

La misa negra es el rito principal de todo grupo satanista, siendo descrita y establecida por La Vey en sus obras "The Satanic Bible" y "The Satanic Rituals" según el modelo de las más antiguas misas negras europeas e inspirado por los escritos de, entre otros, el poeta francés Charles Baudelaire (1821-1867), autor de "Las Flores del Mal", y el escritor Charles Georges Huysmans (1848-1907). No obstante, los diversos grupos satánicos existentes introducirán cuantas modificaciones y cambios consideren oportunos con el fin de adecuar dicho rito a su exclusiva y peculiar idiosincrasia. Se puede acceder a una guía ceremonial escrita por el mismo La Vey en el siguiente enlace:

http://www.angelfire.com/az3/synagogasatanae/blackmass_lavey.htm

7) Aquelarre y Brujería

Ya desde la Edad Media se consideraba a los brujos y brujas como siervos de Satán y enemigos acérrimos de Dios. Dominaban la magia negra, y tenían por tanto la facultad de convocar a los muertos, predecir el futuro, echar el mal de ojo a sus enemigos, e incluso alterar el libre albedrío de las personas mediante conjuros que anulaban su voluntad y les inducía a cumplir sus designios. Para ingresar en el cónclave de brujos, era necesario renegar de Jesucristo y que el Diablo marcara con sus garras (estigma) al novicio, preferentemente en su lado izquierdo.

Según el demonólogo Jean Bodin (1530-1596), los brujos son culpables de quince crímenes: reniegan de Dios; blasfeman de Dios; adoran al Diablo; entregan sus hijos al Diablo; sacrifican los niños al Diablo antes de que sean bautizados; consagran los niños a Satanás desde el vientre de su madre; prometen al Diablo atraer a su servicio a todos los que puedan; juran en nombre del Diablo y hacen de ello un honor; no respetan ninguna ley y cometen incestos; matan a las personas, las cuecen y se las comen; se alimentan de carne humana, y aún de la de los ahorcados; hacen morir a las gentes por medio del veneno y de los sortilegios; hacen morir al ganado; hacen secar los frutos y causan la esterilidad; y se hacen en todo esclavos del Diablo.

Antiguamente se creía que la séptima hija nacida mujer era bruja, ya que esta condición se transmitía y perpetuaba de generación en generación. Las brujas utilizan los poderes conferidos por su amo para amedrentar y tentar a los hombres, utilizando sortilegios y filtros, perjudicando con el mal de ojo, y causando impotencia. Además, tienen una actividad sexual desmesurada, como confiesa la bruja Sor Madeleine Démadoix: "los domingos se corrompen con la cópula con demonios, los jueves se ensucian practicando la sodomía, los sábados se prostituyen con el abominable bestialismo y los demás días siguen el curso normal de la naturaleza".

Según una antigua tradición las brujas deben sus poderes superiores a un signo indeleble que constituye una muestra de fidelidad hacia el demonio y que las marca como adoradoras de Satanás. Dicha marca puede ser natural, de nacimiento, o artificial, impresa en la piel por el mismo Diablo con sus dientes o garras, de ahí que el signo artificial sea considerado como superior al que aparece de nacimiento. En cualquier caso, ambas marcas son insensibles al dolor y no sangran si son pinchadas. También se decía que las brujas poseían una tetilla secundaria, bajo la axila izquierda, con la que amamantaban a sus familias, criaturas como sapos o gatos.

La bruja de hoy, como la de ayer, tiene dos grandes campos de actividades: por un lado, la fabricación de maleficios, pócimas y ungüentos; por otro, la realización de complejos sacrificios rituales (que solían ser de animales o niños no bautizados), necesarios para la obtención de poderes sobrenaturales con los que perpetrar sus acciones, y la asistencia a Aquelarres y a misas negras.

El término "aquelarre" está compuesto por dos lexemas de origen vasco, "aquer", que significa "cabrón" y "larre", que significa "prado", con lo cual podría traducirse literalmente como "Prado del Macho Cabrío". Este término hace referencia a las asambleas o reuniones de brujos y brujas con el fin de venerar a Satán (sabbat), exponer sus fechorías, recibir nuevas instrucciones del diablo y, finalmente, entregarse a toda clase de excesos lujuriosos. Según descripciones escritas en los siglos XIV y XVII, el mismo Satán esperaba a los asistentes al Aquelarre sentado sobre un altar negro bajo la figura de cabrón, otras veces transformado en un lebrel, o en un toro de largos cuernos, o incluso un carnero blanco que al término de la ceremonia se desvanecía entre llamas dejando una ceniza de la que los brujos obtendrían filtros o polvos para sortilegios. A la derecha del Diablo se sentaba, en un trono de plata, la Reina del Sabbat, la bruja más bella, y Directora Oculta de la ceremonia. Una vez realizado el examen de los signos distintivos de los concurrentes, se homenajeaba al diablo entonando el canto oficial en el que se renegaba de Dios, de los santos y de la Virgen. Los nuevos adeptos firmaban entonces el Libro Negro de la Muerte, recibiendo los estigmas diabólicos. Entonces tenía lugar la Misa Negra, en la cual la sacerdotisa consagraba hostias negras sobre el cuerpo desnudo de una mujer, destinada al altar para la ocasión, y rodeada de cruces invertidas, candelabros y adornos negros. En lugar de la Eucaristía se desarrollaba un suntuoso banquete que presagiaba la frenética danza final; cada uno se sentaba de acuerdo a un orden jerárquico, se maldecía el alimento (en honor a Satán) y se pasaba al banquete. Después llegaba el turno de la danza, en un ritmo apremiante y trastornado... Al final, todo terminaba en el éxtasis orgiástico.

Los Aquelarres se realizaban de manera periódica, en ocasiones diariamente, otras veces dejando lapsos regulares de tiempo entre cada dos ceremonias de extensión variable. Las fechas especiales para la celebración, no obstante, eran el 2 de febrero; el 21 de marzo, con la llegada del Equinoccio de Primavera; el 4 de abril, la Noche de Walpurgis, fecha sacra relativa al nacimiento de la Primavera y el culto a la fecundidad, en la cual la Magia Blanca no puede contraponerse a la Magia Negra; el 1 de agosto; el 31 de octubre, la Víspera de Todos los Santos, comúnmente conocida como "Halloween" (palabra derivada de "All Hallow's Eve"). Esta fiesta tiene sus orígenes paganos en una festividad de los antiguos pueblos celtas que poblaron las Islas Británicas, Escandinavia y el oeste de Europa durante los siglos VII o VI antes de Cristo. Estos pueblos celebraban su día de año nuevo el 1 de Noviembre, fecha que marcaba el final de la "temporada del sol" (verano) y el inicio de la "temporada de la ocuridad, el frío y el decaimiento" (invierno), los dos períodos en los que dividían el año. La noche del 31 de Octubre estaba por tanto asociada a la muerte del ser humano, y era también conocida como "Samhain" en honor a una deidad druídica de la muerte. Los celtas creían que los muertos y demás espíritus malignos, alentados por dicho dios, regresaban del más allá y vagaban por la tierra para visitar sus moradas terrenales y a sus familiares en la noche de Samhain. Los sacerdotes celtas, llamados druidas, encendían grandes hogueras para rechazar a los espíritus que vagaban por la tierra durante estas horas de oscuridad. Con la esperanza de que los dejaran en paz, los celtas se disfrazaban de formas horribles y salían incluso a pasear con los espíritus para aparecer como uno de los muertos. Posteriormente, con la llegada del cristianismo, el 31 de Octubre dejó de ser considerado el fin de año, y la Iglesia Católica Romana proclamó el 1 de Noviembre como Día de Todos los Santos, un tiempo para honrar a santos y mártires pese a sus orígenes paganos asociados a la muerte y los espíritus; el 21 de diciembre, la noche más larga del año. Algunos de los lugares de celebración de Aquelarres más importantes son los siguientes: Monte de Venus (Sicilia), Blocksberg (Harz), Tonale (Alpes Orientales), Melibäus (Brunswich), Berroscobero (Navarra), Gardeny (Lérida), Coira (Galicia), Vaspaku (Hungría)...

Desde el siglo XIII hasta el XVIII se desarrolló una implacable persecución contra las brujas, quemándose vivas en España, Francia, Italia y Alemania unas 300.000 personas acusadas, las cuales eran torturadas, juzgadas y ejecutadas por la Inquisición. El poder y la popularidad del Santo Oficio o Tribunal de la Inquisición comenzó en 1484, cuando el Papa Inocencio VIII expidió la bula Summis Desiderantes Affectibus, la cual arrojaba toda la ira de la Iglesia contra la brujería, y cesó finalmente a fines del siglo XVIII, cuando fue quemada la última bruja en 1782.

8) Exorcismo

"(...) Emitían gritos que no eran humanos, vomitaban objetos y animales que nunca habían tragado, demostraban una fuerza que ni diez personas lograban contener. Volaban por la habitación. Aumentaban de repente hasta ocho veces de peso. Rugían como energúmenos cuando se les acercaba algún símbolo sagrado." (Balducci)

Una de las acciones más horripilantes que Satanás puede llegar a perpetrar contra el hombre consiste en la posesión de su cuerpo mortal , poniéndolo a su servicio sin que la víctima pueda resistirse, llegando en ocasiones a la vejación y el maltrato del mismo. Generalmente este tipo de posesión diabólica se produce con el consentimiento de la víctima, la cual participa deliberadamente en ceremonias satánicas con el único fin de ofrecerse al demonio como instrumento para la consecución de sus designios. Otras veces, sin embargo, el Diablo elegirá a víctimas inocentes y "puras" a las que mancillar con su posesión. Dicha posesión se manifiesta progresivamente de tres formas: infestación, es decir, el demonio actúa sobre la materia circundante y produce fenómenos telequinéticos de toda índoles: obsesión, que atormenta a la víctima sin hacerle perder su cononimiento de manera evidente; y posesión, que invade el cuerpo de la persona tratándola como propiedad suya.

En estos casos, la Iglesia contempla el exorcismo como un "acto de culto divino", con categoría de Sacramental. Se trata de un "mandato imperativo, mediante la invocación del nombre de Dios, hecho por un ministro legítimo para ahuyentar al demonio de alguna persona, animal o cosa" (Montfort).

Los exorcismos, que son invocaciones del poder divino contra el Maligno, pueden ser privados, realizados en secreto e individualmente por cualquier fiel, sea o no sacerdote, y públicos, realizados por el ministro legítimo bajo la autoridad oficial de la Iglesia y de acuerdo con los ritos previstos, tal y como prescriben los cánones eclesiásticos. El exorcismo público puede ser a su vez simple o solemne. El exorcismo público simple es aquél que va unido a otro rito, como por ejemplo el Bautismo, mientras que el solemne es aquel que está previsto para casos de posesión u obsesión diabólica, y requiere por tanto una licencia expresa y peculiar del Obispo local, un ministro presbítero y que el oficiante se distinga por su "piedad, ciencia, prudencia e integridad de vida". Esto quiere decir que a la hora de realizar un exorcismo es necesario que el sacerdote encargado del mismo sea piadoso y fiel, y también que esté especialmente calificado por sus conocimientos teológicos y su prudencia ante conflictos de tamaña índole.

Uno de los aspectos más peliagudos del exorcismo es que la mayor parte de las veces no es fácil dilucidar si realmente se trata de una posesión demoníaca o bien es el producto de alguna enfermedad o alucinación, o bien una mera autosugestión. Balduci, por ejemplo, señala que de todos los casos denunciados únicamente una ínfima parte podría considerarse una verdadera posesión infernal, de ahí que el mismo Ritual Romano, que data de hace casi 400 años, ordenaba en su norma tercera no creer fácilmente que alguien haya sido poseído por el Diablo a menos que hubieran signos evidentes, como por ejemplo "hablar una lengua desconocida por medio de muchas palabras, o entender al que lo habla, descubrir cosas distantes y ocultas, exhibir una fuerza superior a la situación natural de su edad o de su condición; y otras cosas de esta especie".

Jesucristo está considerado el primero en celebrar exorcismos, dando órdenes precisas al demonio para que desalojara los cuerpos posesos de su época. Desde entonces, la ceremonia permanece inalterable en sus principios fundamentales. El exorcista debe dirigirse al demonio que "habita" en la víctima, y ordenarle en el nombre de Dios que abandone el cuerpo. En el caso de que el "ocupante" se muestre reacio a acatar la voluntad del sacerdote, y los efectos de la posesión empeoran, en ese caso entran en juego el empleo de símbolos sagrados como medida de "coacción" y la propia personalidad del exorcista, el cual, como ya se ha comentado anteriormente, debe ser muy fuerte de espíritu y propenso a la espiritualidad. La fórmula de exorcismo más habitual utilizada por la Iglesia Católica Romana se remonta a 1614, y está contenida en el Rituale Romanum:

Exorciso te, immundissime spiritus, omnis incursio adversarii, omne phantasma, omnis legio, in nomine Domini nostri Jesu Christi. Eradicare et effugare ab hoc plasmata Dei. Ipse tibi imperat, qui te de supernis coelorum in inferiora terrae demermergi praecipit.

Una traducción aproximada sería la siguiente: "Yo te exorcizo, espíritu inmundo, toda incursión del adversario, todo espectro, toda legión, en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo. Despréndete y huye de esta criatura de Dios. Te lo ordena aquel que te hizo precipitar desde lo alto de los cielos a las profundidades de la tierra."

Entre las reglas a seguir por el exorcista tal y como aparecen reflejadas en el Rituale Romanum destacamos las siguientes:

  • Colocar un crucifijo ante la vista del poseso o en sus propias manos.
  • Ponerle reliquias y medallas, pero no acercarle demasiado la Santa Hostia, pues puede maltratarla.
  • No dialogar nunca con el demonio y ordenarle que se limite a contestar las preguntas que se le dirijan. No creerle si simula ser un ángel o un difunto.
  • No dar crédito a lo que vea u oiga que hace o dice el poseso.
  • Preguntar a la víctima el nombre y número de entes malignos que lo poseen.
  • Preguntar en qué época y por qué o cómo se produjo la posesión, así como el día y la hora en que abandonará al poseso.
  • Exorcizar con autoridad enérgica, insistiendo en aquellas palabras que más hacen sufrir al poseso.
  • Hacer la señal de la cruz en las zonas del cuerpo donde el poseso acuse alteración.
  • Rociar con agua bendita el cuerpo del poseso.
  • Repetir las frases y palabras que más atormenten al demonio.
  • Deben estar presentes los familiares para que vean cómo reacciona el poseso y lo sujeten firmemente.
  • Deben rezar durante la ceremonia y ser rociados por el exorcista con agua bendita.
  • No hay que dar pábulo a las trampas y engaños que usan los demonios para hacer creer que han abandonado al poseso. Hay que recurrir siempre a la meditación, ya que, como dijo Jesús (Mateo 17.20), existe una especie de demonios que no puede ser expulsada si no es por medio de la oración y el ayuno.
Aunque muchos teólogos modernos niegan la existencia del Diablo y por tanto no conciben la posibilidad de que pueda darse un verdadero caso de posesión diabólica que no sea el producto de la sugestión, la histeria o bien el engaño y la manipulación, existe una Asociación Internacional de Exorcistas fundada por el Padre Gabriel Amorth, Exorcista de la Diócesis de Roma. Por otro lado, también es conocida la labor de Monseñor Corrado Balducci, máxima autoridad en Demonología y Ufología de la Iglesia Católica, y conocido vulgarmente como "el exorcista del Vaticano", habiendo dado conferencias en las que mostraba su convencimiento acerca de la existencia del Diablo, al que Balducci describe como "un ser real, concreto, autónomo y que tiene espiritualidad". Según este exorcista, la posesión diabólica es únicamente corporal, nunca espiritual, valiéndose el Diablo del cuerpo como un mero instrumento, sin que el poseído sea responsable o consciente de sus actos. Igualmente controvertido es el arzobispo Tarcisio Bertone, uno de los altos jerarcas de la Iglesia y creador del "Escuadrón Antisatán" con el fin de enfrentarse a todos los casos de posesiones demoníacas denunciados. Al igual que Balducci, Bertone defiende la existencia de unos signos palpables de la presencia del Diablo en nuestro mundo.

9) Iconografía Satánica

En este apartado se expondrán algunas de las imágenes y símbolos iconográficos más representativos del Diablo y las sectas satánicas.

  • El Número de la Bestia (666):

    "Rev. 13:16. And he causeth all, both small and great, rich and poor, free and bond, to receive a mark in their right hand, or in their foreheads:
    Rev. 13:17. And that no man might buy or sell, save he that had the mark, or the name of the beast, or the number of his name.
    Rev. 13:18. Here is wisdom. Let him that hath understanding count the number of the beast: for it is the number of a man; and his number is Six hundred three-score and six."

    En el Libro profético del Apocalipsis (también llamado Libro de la Revelación) se utiliza el número "666" para aludir e identificar a la Bestia. Este libro es uno de los más controvertidos, simbólicos y crípticos del Nuevo Testamento, siendo objeto de numerosas y diversas interpretaciones. Algunas fuentes lo atribuyen al apóstol San Juan, aunque no existe unanimidad al respecto.

    Según estudios sobre escatología Cristiana que analizan aquellas creencias referidas al fin del destino reservado por Dios para el Hombre y la Iglesia, esta marca numérica anunciará la llegada del Anticristo, el cual, por medio de dicha marca, ejercerá su poder sobre la tierra. Interpretaciones literales afirman que esta cifra numérica se manifestará impresa en la piel (el término original griego para "marca", "charagma", hace referencia a algo que está impreso en la piel, y que por tanto es visible a la vista y cuya función depende de su visibilidad), si bien otras teorías conspiratorias tejen toda una red de rebuscadas y en ocasiones disparatadas interpretaciones acerca de cómo se manifestará por medio de los últimos avances tecnológicos, como se verá más adelante. Si se tiene en consideración que el Libro del Apocalipsis no fue escrito, probablemente, con vistas a una interpretación literal, sino simbólica, en ese caso la llamada "Marca de la Bestia" no sería necesariamente una señal visible grabada obligatoriamente en la mano derecha o la frente de una persona. Esta ambigüedad ha propiciado y auspiciado una sarta de interpretaciones a cada cual más rebuscada acerca de señales que indicarían la llegada del Anticristo al mundo. De este modo, son abundantes aquellas interpretaciones según las cuales esta marca no sería otra cosa más que una especie de código basado en la identificación de valores numéricos y letras de nombres, lo cual ha provocado un, en ocasiones, morboso interés ante la perspectiva de poder identificar al mismo Anticristo. Esta identificación está ligada a la gematria, una antigua expresión del misticismo judío basada en ocultar nombres sustituyéndolos por cifras de un valor numérico idéntico a las letras que componen dichos nombres. Esto implica que a cada letra del alfabeto hebreo le correspondía un valor numérico específico. Por poner un ejemplo, si se escribía el nombre "Nerón Cesar" con letras hebreas, el número resultante era "666": נרון ("NRWN QSR", ya que en la lengua Hebrea no se escriben las vocales. N=50, R=200, W=6 N=50, Q=100, S=60, R=200, lo cual suma "seiscientos sesenta y seis").

    Existen teorías según las cuales el "666" no representa al Anticristo, sino a la humanidad en general, dadas las connotaciones del número "6" en oposición al "7". El seis sería por tanto un número imperfecto en oposición al que le sigue inmediatamente, el número perfecto, el número de días que necesitó Dios para crear el mundo. El motivo por el que se repite el número "6" tres veces podría ser una alusión al número de la Santísima Trinidad. Si el "6" es el número imperfecto, el "666" representa la imperfección en un grado extremo. Si "777" representa a Dios, "666" representaría igualmente al "hombre imperfecto" en general. Es importante tener en cuenta, llegados a este punto, que el texto griego original no hace alusión a "tres seises", es decir, a "6+6+6", sino más bien al "seiscientos sesenta y seis" ("six hundred three-score and six" en la traducción de la Biblia al Inglés). Este punto es importante a la hora de invalidar muchas de las absurdas interpretaciones y asociaciones establecidas ad hoc con fines catastrofistas para advertir de la llegada del Anticristo y de las que hacíamos referencia anteriormente. Una de dichas asociaciones tiene que ver con las siglas del "World Wide Web" utilizadas en las direcciones URL de Internet, "www". La letra que más se asemeja en el alfabeto Hebreo a la "uve doble" es la "wau" (también denominada "vav"), que resulta ser la sexta letra de dicho alfabeto. De este modo, "www" podría interpretarse como "666". Esta teoría queda invalidada si tenemos en cuenta que, como se comentará más adelante, la marca de la Bestia no es la repetición de una misma unidad numérica tres veces, sino más bien "600 + 60 + 6", es decir, "seiscientos sesenta y seis". De este modo, si efectuamos la suma numérica de los tres "6" presentes en "www", el resultado no sería "600 + 60 + 6", sino más bien "6 + 6+ 6", es decir, "18".

    El "666" ha acabado convirtiéndose, en cualquier caso, en un número maldito, generando toda una histeria a su alrededor basada en la superstición más recalcitrante, y que ha llevado a extremos tan absurdos como los que a continuación se exponen: 1) Cuando Intel introdujo el Pentium III de 666 MHz en 1999, prefirieron presentarlo al mercado como el Pentium III 667, con la excusa de que, puesto la velocidad real y exacta era de 666.666 MHz, pues 667 ofrecía una aproximación más exacta; 2) La Autopista 666 de los Estados Unidos tuvo que cambiar su numeración debido a la controversia generada por su referencia a la Bestia bíblica. Dicha autopista fue "rebautizada" en como "U.S. Highway 191" en Arizona y "U.S. Highway 491" al norte de la Interestatal 40 en Nuevo Méjico, Colorado y Utah, que son los cuatro estados que atravesaba la autopista.

  • El Pentagrama Invertido:

    Si el pentagrama es un signo de protección contra el mal y de armonía, cuando se invierten sus aristas se invierte igualmente su significado y se convierte en un emblema de Satán y del caos. En un pentagrama invertido, la arista superior del espíritu apunta hacia abajo, mientras que las dos aristas inferiores de la materia y los elementos (fuego, aire, agua y tierra) apuntan hacia arriba. El significado de este signo en el satanismo, por tanto, es el triunfo de la materia sobre el espíritu, el triunfo de la carne sobre el alma, representando por lo tanto aquellas fuerzas que están opuestas a la voluntad de Dios. El pentagrama invertido, ilustrado en ocasiones con la cabeza de un macho cabrío y la palabra Leviatán escrita en hebreo, representa la Iglesia de Satán de La Vey.

  • Baphomet:

    Ya se ha comentado que el pentagrama que sirve de emblema a la Iglesia de Satán incluye la cabeza de un macho cabrío, el cual recibe el nombre de "Baphomet" o también "macho cabrío de Mendes". Baphomet es el nombre de una misteriosa deidad a la que rendían culto los Caballeros Templarios, una Orden medieval de monjes cruzados que fueron acusados de herejía, brujería y otros crímenes, y que fue fundada por el noble Hughes de Payens en 1118. Originalmente se trataba de una orden que tenía como finalidad proteger a los peregrinos cristianos que viajaban a Jerusalén. Exentos de pagar impuestos, los Templarios amasaron pronto una gran riqueza y propiedades hacia el siglo XIII. Cuando se convirtieron en una posible amenaza política para la Iglesia y el rey Phillip de Francia, estos ordenaron que todos los templarios del país fueran arrestados y torturados, exigiendo de ellos confesiones por supuestos crímenes y herejías tales como el escupir a la cruz o negar a Cristo y adorar a un ídolo grotesco llamado Baphomet. Algunos historiadores han sugerido la posibilidad de que dicho nombre sea una corrupción del griego, del nombre del profeta Mohammed o de la palabra árabe "Bufihimat", que significa "padre de sabiduría". Otros como el líder de la organización Masónica Templi Orientis, Kenneth Grant, afirman que Baphomet significa realmente "Bapho-Mitras", es decir, "hijo de Mitras", siendo éste último el dios toro adorado durante el imperio romano en tiempos de Cristo. En cualquier caso, Baphomet es el dios de la brujería, fuente de la Magia Negra y creador del Mal. Es también el macho cabrío satánico requerido por las brujas en el Sabbath.

    Fue el ocultista del siglo XIX Eliphas Lévi quien vinculó a Baphomet con el dios egipcio con cabeza de carnero Ammon de Mendes, una ciudad del antiguo Egipto donde se practicaba el culto a Ba'al, el dios de la fertilidad. A Lévi, que incorporó al pentagrama invertido la cabeza de Baphomet, le debemos la representación visual más reciente de dicho símbolo, utilizando diversas descripciones a la hora de darle apariencia: cabeza de cabra, cuerpo humano con pezuñas y alas:

    The goat on the frontispiece carries the sign of the pentagram on the forehead, with one point at the top, a symbol of light, his two hands forming the sign of hermeticism, the one pointing up to the white moon of the Quabbalic Chesed, the other pointing down to the black one of Geburah. This sign expresses the perfect harmony of mercy with justice. His one arm is female, the other male like the ones of the androgyn of Khunrath, the attributes of which we had to unite with those of our goat because he is one and the same symbol. The flame of intelligence shining between his horns is the magic light of the universal balance, the image of the soul elevated above matter, as the flame, whilst being tied to matter, shines above it. The ugly beast's head expresses the horror of the sinner, whose materially acting, solely responsible part has to bear the punishment exclusively; because the soul is insensitive according to its nature and can only suffer when it materializes. The rod standing instead of genetials symbolizes eternal life, the body covered with scales the water, the semi-circle above it the atmosphere, the feathers following above the volatile. Humanity is represented by the two breasts and the androgyne arms of this sphinx of the occult sciences.

    Para Lévi se trataba de una figura relevante que requería de estudio para poder comprender su significado: la imagen de Baphomet condensaba la naturaleza dualista de la vida, así como también los aspectos masculinos y femeninos de la creación. La imagen del dios combina cualidades de ambos sexos: un brazo masculino y otro femenino; senos de mujer y un objeto fálico en su regazo, una mano apuntando hacia arriba y la otra hacia abajo, una mano puntando una luna creciente y otra una luna menguante negra, en lo que podría ser una representación de la dualidad del bien y el mal. El mismo nombre, escrito del revés, da la siguiente abreviación latina "Tem Ohp Ab", que, según Elipha, podría hacer referencia al "Templi omnium hominum pacis abbas" o "Padre del Templo de la Paz de todos los Hombres", en referencia al Templo del Rey Salomón, cuya finalidad era traer paz al mundo.

  • Hexagramas:

    El Hexagrama o la "Estrella de David" es una poderosa herramienta para invocar a Satán. Si se examina detenidamente descubrimos que no sólo tiene seis puntas, sino que forma seis triángulos equiláteros y en su interior se forman seis hexágonos, lo cual revela el número maldito, "666". El hexagrama es también un símbolo pagano que representa la unión sexual y la reproducción. El triángulo que apunta hacia abajo representa el órgano sexual femenino, la vagina, mientras que el que apunta hacia arriba representa el masculino, el falo. Juntos en este dibujo, representan el coito sexual, la unión física entre lo masculino y lo femenino, una unión de las fueras activas y pasivas de la naturaleza. Por ese motivo, el hexagrama formaba parte de los ritos sexuales satánicos originales.

  • El Ojo que Todo lo Ve:

    Se cree que hace referencia al ojo de Lucifer, y se utiliza en la adivinación, maldiciones y males de ojo principalmente. Es un símbolo los Illuminati, una elitista secta satánica formada por miembros de gran poder.

  • Cruz Invertida:

    Simboliza la burla y el rechazo a Jesús, representando al mismo Anticristo. Paradójicamente, en sus orígenes la cruz invertida estaba exenta de estas connotaciones satánicas. Cuando San Pedro fue ejecutado, se decidió que sería crucificado. El santo consideró que no merecía serlo del mismo modo que su señor y Dios, por lo que se utilizó una cruz invertida, de ahí que este símbolo sea también conocido como "Cruz de San Pedro". En este sentido, en sus orígenes el hecho de llevar como símbolo una cruz invertida era una muestra de humildad a los ojos de Dios.

10) La Iglesia de Satán

Resulta hasta cierto punto inevitable realizar al menos un acercamiento a La Iglesia de Satán fundada por Anton Szandor La Vey (1930-1997) el cual, pese a todo, nunca tuvo la intención de fundar una nueva religión asentada en la adoración a Satán como dios. Por el contrario Satán es un símbolo de la libertad personal, del individualismo, según explican los integrantes de esta peculiar "iglesia".

La Vey nació en Chicago en 1930, aunque posteriormente se mudó a California con sus padres. De su abuela centroeuropea, el posteriormente nombrado "Papa Negro" ("Black Pope"), aprendió las supersticiones que aún imperaban en aquella parte del mundo, estimulando su apetito por lo oscuro, lo macabro, especialmente la literatura y el cine de terror y las revistas "pulp".

La Vey mostró además habilidades musicales desde muy pronto, sintiéndose especialmente atraído por los teclados debido a su versatilidad. Este talento musical le permitiría ganarse la vida durante muchos años, tocando en días de carnaval y trabajando como organista en bares y clubs nocturnos.

Si había algo que tenía muy claro desde el principio era que no quería llevar la vida del resto de las personas, lo cual le llevó a adoptar una forma de vida solitaria. Tuvo un romance como una por aquel entonces no muy conocida Marilyn Monroe, y posteriormente se mudó a San Francisco, donde trabajó durante un tiempo como fotógrafo para el Departamento de Policía. Cuando estalló la Guerra de Corea, se matriculó en el San Francisco City College como criminalista para evitar el llamamiento a filas. Se casó con Carole Lansing, con quien tuvo una hija, Karla Maritza, en 1952.

Durante los años 50 La Vey trabajó como "investigador psíquico". De esta experiencia aprendió hasta qué punto la gente está inclinada a buscar una explicación sobrenatural sobre fenómenos que poseen una causa más prosaica. Sus explicaciones racionales, a menudo, llegaban incluso a decepcionar a los que requerían de sus servicios, de modo que La Vey solía inventar frecuentemente causas más exóticas para hacer que se sintieran mejor, lo cual le dio una idea del modo en el que funcionaba la religión en la vida de las personas.

En 1956 compró una casa Victoriana en la calle California, distrito Richmond de San Francisco, que tenía reputación de haber sido un burdel y un bar clandestino. La Vey lo pintó de negro, y más tarde se convirtió en la sede de la Iglesia de Satán. Ocho años más tarde se divorció para convivir con Diane Hegarty, a quien conoció en 1959. Aunque no llegaron a casarse, Hegarty le dio su segunda hija, Zeena Galatea, en 1964, y vivieron juntos durante muchos años, aunque tendrían una polémica separación con demandas judiciales de por medio por parte de Hegarty. La compañera final de La Vey fue Blanche Barton, con la cual tuvo a su único hijo, Satán Xerxes Carnacki La Vey el 1 de noviembre de 1993. Barton le sucedió al mando de la Iglesia después de que él muriera el 29 de octubre de 1997. Tras su muerte, la casa se mantuvo abandonada hasta que fue demolida el 17 de octubre de 2001. También en el 2001 Peter H. Gilmore, un miembro veterano del Consejo de los Nueve, tomó el relevo al mando de la Iglesia de Satán, la cual ha sobrevivido de esta manera a su fundador.

Antón La Vey fue una celebridad local cuyas fiestas atraían a gente tan diversa y notable de la vida social de San Francisco como Carin de Plessin, el antropólogo Michael Harner, Chester A. Arthur III, Forrest J. Ackerman, Dr. Cecil E. Nixon, Kenneth Anger y también el escritor Fritz Leiber. De esta nutrida concurrencia La Vey destiló un "Círculo Mágico" de asociados con un interés afín en lo bizarro, en el lado oculto de lo que mueve el mundo. La Vey fue poco a poco presentando charlas y conferencias los viernes por la noche en las que resumía los frutos de su investigación en las ciencias esotéricas. Estas charlas destilaban una filosofía única basada en sus experiencias personales y su investigación en lo oculto. Fue un miembro de su Círculo Mágico quien le sugirió la posibilidad de fundar una nueva religión a partir de dichas experiencias e investigaciones, lo cual La Vey aceptó, decidiendo fundar la Iglesia de Satán como el mejor medio de comunicar sus ideas. De este modo, en 1966, durante el Sabbath tradicional celebrado en la víspera de Mayo, La Vey fundó la Iglesia de Satán, renumerando el 1966 como el Año Uno o Anno Satanas, el primer año de la Era de Satán. La Vey comenzó a trabajar en la difusión de su filosofía mediante un álbum titulado The Satanic Mass (Murgenstrumm, 1968), en cuya portada aparecía la cabeza de Baphomet dentro de un pentagrama y éste a su vez contenido en un círculo con la palabra "Leviatán" en caracteres hebreos. Esta imagen acabó convirtiéndose en el símbolo ubicuo del Satanismo. Este álbum contenía parte del rito de bautismo escrito para la pequeña Zeena cuando sólo tenía tres años, y que tuvo lugar el 23 de Mayo de 1967. En la otra cara del LP, La Vey leía personalmente extractos de una aún sin publicar Biblia Satánica, con música de Beethoven, Wagner y Sousa. Sus charlas semanales prosiguieron de manera regular, a la vez que establecía unos "Talleres de Brujas" en los que instruir a las mujeres en el arte de conseguir el objeto de sus deseos por medio del glamour, su femineidad y el descubrimiento y explotación de los fetiches del hombre.

A finales de 1969, La Vey ya había tomado las monografías que había escrito para explicar la filosofía y prácticas rituales de su Iglesia, fusionándolas con las ideas filosóficas de Ayn Rand, Nietzsche, Mencken y London. Escribió prefacios para estos ensayos y ritos con extractos revisados de la obra Might is Right de Ragnar Redbeard y los completó con versiones "satanizadas" de la obra Enochian Keys de John Dee. De este modo creó La Biblia Satánica, la cual ha permanecido desde entonces como la principal fuente para el movimiento satánico contemporáneo.

A La Biblia Satánica le siguió, en 1971, The Complete Witch¸ la cual fue re-editada en 1989 como The Satanic Witch. Se trata de un manual que enseña "magia menor", formas y maneras de leer la mente y manipular a la gente para la consecución, por medio de sus actos, de las metas personales. Como complemento a La Biblia Satánica se publicó también en 1972 The Satanic Rituals, con rituales seleccionados de una tradición satánica identificada por el propio La Vey en varias culturas del mundo. Su canon de escritos está completado con dos colecciones de ensayos, que van de lo humorístico a lo sórdido, y que llevan por título The Devil's Notebook (1992) y Satan Speaks (1998).

Desde su fundación la Iglesia de Satán de La Vey ha atraído a un grupo heterogéneo de personas entre las que se incluían celebridades como Jayne Mansfield y Sammy Davis Jr., estrellas de rock como King Diamond y Marilyn Manson, y personalidades como Robert Fuest, el ufólogo y científico computacional Jacques Vallee o Aime Michel. La Iglesia de La Vey dio pie a innumerables artículos de revistas y debates radiofónicos, dejando también su huella en novelas como Rosemary's Baby de Ira Levin, que fue adaptada a la gran pantalla por Roman Polanski y en la que el mismo La Vey llegó a interpretar el papel del Diablo...

No podemos terminar este sucinto acercamiento a la Iglesia de Satán sin exponer al menos parte de la base ideológica sobre la que se asienta esta muy sui generis "religión". En primer lugar, las Nueve Declaraciones Satánicas establecidas en 1969 por el propio La Vey, que son las siguientes:

  1. ¡Satán representa la complacencia, en lugar de la abstinencia!
  2. ¡Satán representa la existencia vitalista, en lugar de los sueños espirituales!
  3. ¡Satán representa la sabiduría perfecta, en lugar del hipócrita autoengaño!
  4. ¡Satán representa amabilidad hacia quienes la merecen, en lugar del amor malgastado en los ingratos!
  5. ¡Satán representa la venganza, en lugar de ofrecer la otra mejilla!
  6. ¡Satán representa responsabilidad con el responsable, en lugar de la preocupación por los vampiros psíquicos!
  7. ¡Satán representa al hombre como otro animal, algunas veces mejor, otras veces peor que aquellos que caminan en cuatro patas, y el cual, a causa de su "divino desarrollo espiritual e intelectual" se ha convertido en el animal más vicioso de todos!
  8. ¡Satán representa todos los llamados "pecados", si estos conducen a la gratificación física, mental o emocional!
  9. ¡Satán ha sido el mejor amigo que ha tenido siempre la Iglesia, ya que lo ha mantenido "en el negocio" todos estos años!

Las Once Reglas Satánicas de la Tierra fueron expuestas en 1967 de la siguiente manera:

  1. No des tu opinión o consejo a menos que te sea pedido.
  2. No cuentes tus problemas a otros a menos que estés seguro de que quieran oírlos.
  3. Cuando estés en el hábitat de otra persona, muestra respeto o mejor no vayas allá.
  4. Si un invitado en tu hogar de enfada, trátalo cruelmente y sin piedad.
  5. No hagas avances sexuales a menos que te sea dada una señal de apareamiento.
  6. No tomes lo que no te pertenezca a menos que sea una carga para la otra persona y esté clamando por ser liberada de la misma.
  7. Reconoce el poder de la magia si la has utilizado con éxito para obtener tus deseos. Si niegas el poder de la magia después de haberla utilizado con éxito, perderás todo lo que has conseguido.
  8. No te quejes sobre algo que no tenga que ver contigo.
  9. No hieras a niños pequeños.
  10. No mates animales no-humanos a menos que seas atacado, o para alimentarte.
  11. Cuando camines en territorio abierto, no molestes a nadie. Si alguien te molesta, pídele que se detenga. Si no lo hace, destrúyelo.

Y terminamos con los Nueve Pecados Satánicos expuestos por La Vey en 1987:

  1. Estupidez - El número uno de los Pecados Satánicos. El Pecado Cardinal del Satanismo. Es una lástima que la estupidez no duela. La ignorancia es una cosa, pero nuestra sociedad prospera cada vez más en la estupidez. Depende de las personas que están de acuerdo con cualquier cosa que se les dice. Los medios de comunicación promueven una estupidez cultivada como una postura que no sólo es aceptable sino loable. Los Satanistas deben aprender a ver a través de esos trucos y no pueden permitirse el ser estúpidos.
  2. Pretenciosidad - Las actitudes vacías pueden ser muy irritantes y no se aplican a las reglas cardinales de Magia Menor. Se encuentra al mismo nivel de la estupidez, ya que ambos mantienen el dinero en circulación estos días. Se hace que todo el mundo se sienta gran cosa, tanto si realmente lo son como si no.
  3. Solipsismo - Puede ser muy peligroso para los Satanistas. Es proyectar tus reacciones, respuestas, y sensibilidades en alguien que probablemente esté bien lejos de sentirlas como tú. Es caer en el error de esperar que las personas te den la misma consideración, cortesía, y respeto que el que tú les das. No lo harán. En lugar de ello, los Satanistas deben esforzarse en aplicar el proverbio "Trata a los demás como te traten a ti." Funciona para la mayoría de nosotros y requiere una vigilancia constante para no caer en la cómoda ilusión de que todos son como tú. Como se ha dicho, ciertas utopías serían ideales en una nación de filósofos, pero desgraciadamente (o quizás afortunadamente, desde un punto de vista maquiavélico) estamos bien lejos de tal cosa.
  4. Autoengaño - Está en las Nueve Declaraciones Satánicas pero merece ser repetido aquí. Otro pecado cardinal. No debemos rendir tributo a cualquiera de las vacas sagradas que se nos presentan, incluso aquellos roles que se espera que interpretemos. La única vez que el autoengaño tendría cabida sería cuando es divertido, y siendo consciente de ello. ¡Pero, entonces, deja de ser autoengaño!
  5. Conformismo gregario - Desde un punto de vista Satánico resulta más que obvio. Está bien acoplarse a los deseos de una persona, si al final te trae algún beneficio. Pero sólo los necios siguen al rebaño, permitiendo que una entidad impersonal les diga lo que tienen que hacer. La clave es escoger a un amo sabiamente en lugar de ser esclavizado por los antojos de muchos.
  6. Falta de perspectiva - De nuevo, éste puede causar un mal rato a un Satanista. Nunca debes perder de vista quién y qué eres, y la amenaza que puedes ser, por tu misma existencia. Estamos haciendo historia ahora mismo, todos los días. Ten siempre presente el marco histórico y social en el que vives. Ésa es una clave importante para la Magia Menor y Mayor. Mira los parámetros y encaja las cosas de tal manera que las piezas encajen en el orden que desees que queden. De esta manera no estarás oscilando entre el constreñimiento del rebaño. Sé consciente de que estás trabajando en otro nivel completamente diferente al del resto del mundo.
  7. Olvido de las ortodoxias del pasado - Ten en cuenta que ésta es una de las claves para lavarle el cerebro a la gente para que acepten algo como "nuevo" y "diferente", cuando en realidad es algo que había sido aceptado ampliamente pero es presentado en un nuevo empaque. Se espera que nos asombremos y hablemos del genio del "creador" y nos olvidemos del original. Esto es lo que hace a una sociedad desechable.
  8. Orgullo contraproducente - La segunda palabra es importante. El orgullo está bien hasta que llega a un punto en el que comienza a afectarnos. La regla del Satanismo es: si funciona para ti, grandioso! Cuando deja de hacerlo, cuando te has arrinconado y la única manera de salir es decir, "lo siento, cometí un error, desearía que pudiéramos arreglarlo de alguna forma", entonces hazlo.
  9. Falta de sentido de estética - Ésta es la aplicación física del Factor de Equilibrio. El sentido de la estética es importante en la Magia Menor y debe ser cultivado. Es obvio que casi nadie puede hacer mucho dinero basándose en los parámetros clásicos de forma y belleza, ya que no son fomentados por la sociedad de consumo, pero cierto sentido de la belleza y la proporción es una herramienta Satánica esencial y debe ser aplicada para hacer un uso efectivo de la magia. No es lo que se supone que le gusta a uno, es lo que le guste a uno. La estética es una cosa muy personal, que refleja algo de la naturaleza de uno mismo, pero también existen cosas y estructuras que son universalmente consideradas como agradables y placenteras y que no deben negarse.
Toda la información presentada en este apartado ha sido tomada del siguiente enlace:
http://www.churchofsatan.com/home.html

11) El Diablo y el Rock

"El heavy metal no es sólo un estilo de música. Es un movimiento cultural perfectamente establecido hoy en día: como fenómeno musical ha creado un estilo con características propias a partir de un endurecimiento y radicalización del rock, y ha dado lugar a numerosos artistas y virtuosos de la música; como fenómeno social, el heavy metal nació ligado a las clases sociales menos favorecidas, como un movimiento de protesta en el que los jóvenes encontraron una vía de escape a la sociedad conservadora y a los valores imperantes en su época; como creador de una estética, ha sido responsable de una de las más reaccionarias del mundo moderno, de ruptura con la sociedad, con sus valores y con todo lo que éstos representaban. Su visión del mundo guarda un claro paralelismo con los valores del Romanticismo, en un claro guiño hacia su estética, materializada en el gusto por lo oscuro, lo oculto, y por el mundo gótico. Es, por lo tanto, uno de los movimientos más influyentes e importantes de los últimos tiempos." (Galicia Poblet, F. "La Componente Social en la Escenografía del Heavy Metal: Escenografía del Directo" )

Si analizamos con detenimiento el fenómeno sociocultural del heavy metal, es fácil comprender hasta qué punto algunas bandas han podido encontrar en el satanismo una opción estética e incluso a veces ideológica con la que mostrar su rechazo al sistema y epatar al público por medio de letras transgresoras sobre temas tabú y una escenografía en sus directos en las que predominan, por un lado, una sexualidad morbosa y enfermiza y, por otro, la violencia descarnada (llegando incluso, en ocasiones, a la automutilación real de alguno de los miembros de la banda) como rechazo a las normas y valores de carácter ético y religioso sobre los que se rige la sociedad. El satanismo, al igual que el heavy metal, apela al lado instintivo, primario del ser humano, promoviendo la desinhibición descontrolada como catarsis y, en definitiva, la exaltación del yo y la culminación de una visión hedonista y en ocasiones destructiva de la existencia. Por supuesto, la mayor parte de las veces todo esto no es sino una pantomima elaborada con fines de marketing...

Según Galicia Poblet, un caso mítico de banda heavy con marcada influencia del satanismo es Black Sabbath, los cuales "aún estando muy distantes del satanismo explotaron al máximo esta vertiente, y así, sobre su escenario, no faltan elementos decorativos que aluden a una estética "diabólica"." Otros grupos que se decantan por esta actitud, y que se sirven de puestas en escena bastante oscuras, con predominio del negro y, en ocasiones, la cara maquillada de blanco, son Cradle of Filth y Dimmu Borgir. La estética heavy no se sirve únicamente de la imaginería estrictamente satánica, siendo también común encontrar en los directos referencias a otras criaturas de la noche como los vampiros, dementes y psicópatas además de animales como la cabra o símbolos ocultistas tales como la Cruz Invertida y el Pentagrama invertido. Uno de los artistas que han hecho de esta actitud la base de sus actuaciones en directo es Ozzy Osbourne. El grupo Iron Maiden es el responsable de uno de los álbumes míticos con alusiones a elementos satánicos, titulado "The Number of the Beast" (1982). Dicho álbum está considerado unánimemente como uno de los más influyentes del género.

Por supuesto, explica Poblet, no faltan aquellas bandas que se declaran abiertamente adoradores de Satán, como Glenn Benton, líder de Deicide, el cual lleva en la frente una cruz invertida grabada con un hierro al rojo, o el ya mencionado anteriormente King Diamond. Es por esta actitud "blasfema" que muchos de estos grupos han sido vetados en determinados países, sobre todo en aquéllos en donde el sentimiento religioso está bastante arraigado, como es el caso de Sudamérica.

No podríamos terminar esta sección sin hacer una referencia a uno de los temas más célebres de esta estética "simpatizante" de Satán, muy acertadamente titulado "Sympathy for the Devil" (1968), de los Rolling Stones, y cuyo contenido reproducimos a continuación:

Please allow me to introduce myself
I'm a man of wealth and taste
I've been around for a long, long year
Stole many a man's soul and faith
And I was 'round when jesus christ
Had his moment of doubt and pain
Made damn sure that Pilate
Washed his hands and sealed his fate
Pleased to meet you
Hope you guess my name
But what's puzzling you
Is the nature of my game
I stuck around St. Petersburg
When I saw it was a time for a change
Killed the czar and his ministers
Anastasia screamed in vain
I rode a tank
Held a general's rank
When the blitzkrieg raged
And the bodies stank
Pleased to meet you
Hope you guess my name, oh yeah
Ah, what's puzzling you
Is the nature of my game, oh yeah
I watched with glee
While your kings and queens
Fought for ten decades
For the gods they made
I shouted out,
Who killed the Kennedys?
When after all
It was you and me
Let me please introduce myself
I'm a man of wealth and taste
And I laid traps for troubadours
Who get killed before they reached bombay
Pleased to meet you
Hope you guessed my name, oh yeah
But what's puzzling you
Is the nature of my game, oh yeah, get down, baby
Pleased to meet you
Hope you guessed my name, oh yeah
But what's confusing you
Is just the nature of my game
Just as every cop is a criminal
And all the sinners saints
As heads is tails
Just call me lucifer
'cause I'm in need of some restraint
So if you meet me
Have some courtesy
Have some sympathy, and some taste
Use all your well-learned politesse
Or I'll lay your soul to waste, um yeah
Pleased to meet you
Hope you guessed my name, um yeah
But what's puzzling you
Is the nature of my game, um mean it, get down
Woo, who
Oh yeah, get on down
Oh yeah
Oh yeah!
Tell me baby, what's my name
Tell me honey, can ya guess my name
Tell me baby, what's my name
I tell you one time, you're to blame
Ooo, who
Ooo, who
Ooo, who
Ooo, who, who
Ooo, who, who
Ooo, who, who
Ooo, who, who
Oh, yeah
What's my name
Tell me, baby, what's my name
Tell me, sweetie, what's my name
Ooo, who, who
Ooo, who, who
Ooo, who, who
Ooo, who, who
Ooo, who, who
Ooo, who, who
Ooo, who, who
Oh, yeah

12) El Diablo en el Cómic

No sólo en la música o el cine ha dejado su impronta el Diablo, sino también en los cómics. Quizás el personaje más afín a la caracterización estereotipada de Satán es Mefisto, de la Marvel Comics. Se trata de un demonio extradimensional, un ser inmortal y cuasi-omnipotente basa su existencia en la recolección de almas humanas a las que posteriormente tortura en el mundo de los muertos que gobierna. Pese a las más que obvias concomitancias entre ambos, su reino no es el mismo infierno de la religión cristiana: "Mefisto llama así a su dominio para explorar el miedo humano a la existencia de un ser llamado Satán, por ese motivo su apariencia entronca con la concepción tradicional del diablo." (Enciclopedia del Universo Marvel) Por este motivo acepta ser llamado con los nombres dados por la imaginería popular al diablo, ya sea Mefisto o Satán, aunque no sea el Satán bíblico. Entre sus poderes inherentes a él la Enciclopedia del Universo Marvel destaca las siguientes: puede utilizar la energía mágica para aumentar su fuerza física, levitar, teletransportarse, proyectar energía mística en forma de rayos de fuerza, invisibilidad, manipulación de la materia, proyectar imágenes, cambiar de tamaño su propio cuerpo o el de otros objetos, crear aberturas dimensionales, alterar su aspecto físico... Dichos poderes parecen estar ligados a su reino extradimensional, de manera que cuanto más tiempo permanece alejado de él, más parecen disminuir. No obstante, existen dos habilidades que se le resisten: subyugar la voluntad de un ser humano a la suya si no es con el consentimiento de dicho ser, y leer la mente de los seres sentientes.

Otro ser de igual poder que Mefisto es Satannish, uno de los demonios más peligrosos, con grandes poderes místicos que le permiten abrir portales, lanzar rayos místicos, crear barreras místicas... Su apariencia se caracteriza por tener unos rasgos inhumanos: dos cabezas, una coronada por dos pares de cuernos, y la otra surge de su vientre; además cuenta solamente con cuatro dedos en sus manos y garras tanto en las manos manos como en los pies. Al igual que Mefisto, Satannish también tiene un reino propio, el cual obedece enteramente su voluntad. En un principio, según la Enciclopedia del Universo Marvel, Satannish no era más que parte de una gran masa de energía mística maligna, la cual se dividió en un número indeterminado de entidades independientes, las cuales adquirieron apariencia física y personalidades propias, y cuyas energías se vieron reforzadas por las de sus seguidores. Tanto Satannish como Mefisto constituyen entidades de dicha masa de energía. Satannish habita en una dimensión propia adyacente a la Tierra. A cambio de almas, este demonio promete a sus seguidores poderes sobrehumanos, constituyéndose de ese modo el culto conocido como los Hijos de Satannish.

La huella del Diablo en los comics de la Marvel no termina ahí, ya que en su galería de personajes podemos encontrar al mismo Satán, exgobernante de una región del infierno y cuyo nombre real es Maduk Kurios. Se trata de una entidad mística de gran poder, aunque se desconoce si realmente se trata del Satán bíblico. Según la Enciclopedia Marvel, "es probable que tanto él como otras entidades demoníacas mayores como Mefisto o Satannish sean distintas facetas del mismo demonio, de ahí que en la Biblia se le llame también Legión". Su apariencia física no presenta ninguna sorpresa: piel roja, dotado de cuernos, alas de murciélago y cola puntiaguda. Su otra apariencia usual, explica la Enciclopedia, es "como un demonio llameante y cornudo de gran tamaño cuyos rasgos se confunden con el del fuego infernal que lo rodea." Por mucho que pretendan sembrar la duda de si realmente se trata del Satán bíblico, de dónde tomaron inspiración a la hora de caracterizar al personaje es algo que no plantea demasiadas dudas. Su poder es inmenso pero no ilimitado, siendo capaz de cambiar de apariencia, teletransportación a nivel interdimensional, omnipresencia, capacidad de lanzar rayos llameantes de naturaleza mística, posesión demoníaca, dotación o privación de poderes a otros seres... Su poder aumenta gracias a la adoración de más y más seres, así como también la permanencia de almas en su reino. Su "talón de aquiles" parece ser un material conocido como "Netheranium", que es capaz de frenarlo, así como también el conocimiento de su verdadera naturaleza y su verdadero nombre.

De la unión de Satán y la mortal Victoria Wingate nació Satana, una bruja súcubo formada por almas humanas y restos de la energía psíquica de humanos con la que debía alimentarse para sobrevivir en la Tierra. Para tomar las almas solía besar a sus víctimas, causándoles un estado similar a la muerte. Satana contiene en su interior el espíritu de un demonio de inmenso poder llamado Basilisko, al cual puede liberar para que cumpla con su voluntad y después volver a reternerlo en su interior. Además de levitar y lanzar conjuros o hechos, Satana puede proyectar rayos de fuego infernal compuestos de energía mística y controlar las mentes de los seres humanos.

Dentro del universo DC, sin duda uno de los villanos con apariencia infernal más destacable es Trigón, un dios demonio que dedica su existencia a conquistar y sojuzgar dimensiones, destruyendo aquellos que se le oponen. Cuando Trigón centró sus ansias imperialistas en el planeta Tierra su hija Raven creó Los Nuevos Titanes, una formación de jóvenes héroes liderados por Robin, con el fin de plantar cara a esta amenaza que se cernía sobre su mundo. El poder infernal de éste, no obstante, fue demasiado grande incluso para un grupo de superhéroes, y al final Raven tuvo que ceder a los designios de su padre y volver con él con el fin de que éste dejara la Tierra y no matara a sus amigos. Sin embargo, todo aquello no fue sino una treta de Trigón para volver a tener a su hija a su lado. Los jóvenes Titanes tuvieron que pedir ayuda a la madre de Raven y anterior esposa de Trigón, Arella, para rescatar a su hija. Ésta les contaría entonces la historia concerniente a su "matrimonio" con Trigón y el nacimiento de Raven: cómo, encontrándose en un estado de decaimiento físico y anímico, fue convencida por una secta para ofrecerse como esposa de su demoníaco dios; cómo, tras la ceremonia, se le presentó dicho dios, Trigón, bajo la forma de un joven de apariencia beatífica y belleza luminosa, seduciendo y ofreciendo esperanza y amor a Arella; cómo concibió a su hija, Raven, y descubrió la verdadera naturaleza de su marido; cómo éste la despreció y la utilizó como quiso para sus malignos fines; cómo encontró solaz y reposo en una orden pacífica llamada Azareth perteneciente a otra dimensión, en donde pudo encontrar la paz espiritual tanto tiempo ansiada y educar a su hija en las doctrinas pacifistas y espirituales de la orden, que podrían contrarestar y mantener a raya el lado maligno que residía en ella... Arella accedió a abandonar su templo y acompañar a los Titanes a la dimensión de Trigón con el fin de salvar a su hija, aunque tuviera que pagar un precio muy alto para frenar los mezquinos fines del demonio...

Trigón es uno de los villanos más interesantes de DC, beneficiándose sobremanera de un guión estupendo a cargo de Marv Wolfman y unos excelentes dibujos de George Pérez. Todo cuanto rodea a este personaje denota una inspiración más que evidente en Satán. El ceremonial, cual misa negra, celebrado con el fin de darle una concubina, el uso del engaño para seducir a su víctima para poder así tener un vástago... Incluso su misma apariencia, su color de piel, cuernos... Recuerdan vagamente la imagen grabada en el inconsciente colectivo de Satanás. No obstante, el guionista supo ir más allá de estas referencias y otorgar al personaje de una personalidad muy propia.

12) El Diablo en el Cine: Precedentes

A lo largo del presente apartado se hará un breve repaso por los títulos más representativos del cine de terror con temática satánica. Como es lógico, el número de películas vinculadas a este subgénero es tan amplio que podría dar pie a un estudio propio, lo cual no es el objetivo del presente trabajo. Por ese motivo, se han seguido unos criterios de selección según la relevancia y la calidad de los títulos elegidos. En principio, la temática del Satanismo es bastante general, ya que abarca tanto películas sobre Satán como títulos relacionados con el Anticristo, sectas satánicas, brujas o demonios. En este sentido, en aras de una mayor concisión, se ha optado por dar prioridad a aquellas películas que están más directamente relacionadas con el tema central de este estudio, es decir, el Diablo. Por ese motivo, no todas las películas sobre brujería o sectas aparecerán incluidas en el siguiente monográfico.

Mi valoración:
La Película:
Excelente
La Música:
Bueno

- 13.1) La Semilla del Diablo

La primera gran película sobre el Diablo fue, muy probablemente, esa maravilla inspirada en una obra literaria de Ira Levin y adaptada al cine por Roman Polanski en 1968. Nos estamos refiriendo, lógicamente, a La Semilla del Diablo. La película ilustra el descenso a la locura de Rosemary, interpretada por una frágil Mia Farrow, que verá desmoronarse su vida cuando descubre que las cosas en su nuevo apartamento neoyorkino no son lo que parecen, y que incluso aquellas personas que forman parte de su vida más íntima pueden formar parte de un siniestro complot satánico cuya meta es la concepción de un vástago del mismísmo Satanás. La película hace hincapié en el terror psicológico, mientras el espectador contempla, desde los ojos de Rosemary, el drástico cambio que acontece en su vida desde que decide mudarse de piso con su marido. El terror en esta película no nace de un demonio de aspecto grotesco, sino de personas reales. Esa invasión de la cotidianidad por parte del mal, representado en una aparentemente pacífica comunidad de vecinos, constituye el gran acierto de la película. La secta satánica está formada por individuos aparentemente normales, que ejercen sus labores con normalidad, individuos que responden a un retrato realista de la sociedad en la que vivimos. El terror, el mal, no surge de una entidad demoníaca, sino de las mismas entrañas de la sociedad, en lo que parece ser una maquiavélica trama de la cual Rosemary forma parte, sin ser consciente. La progresiva intuición de la verdad, el conflicto entre lo que dicta la cordura y los sentidos, la sensación de aislamiento social, la paranoia vinculada a la imposibilidad de confiar en nadie... Son las bases sobre las que se asienta una película acertadamente sobria, extremadamente inteligente, narrada con un pulso encomiable, e interpretada estupendamente por Mia Farrow y John Cassavetes. La película se toma su tiempo en presentar a los personajes, y si bien no abusa en ningún momento del terror más visceral y gráfico, termina resultando extremadamente sobrecogedora, especialmente en la escena del aquelarre y en su lúcido e impactante tramo final, en el que el espectador asiste al impactante declive emocional de su protagonista, cuando descubre la verdadera naturaleza de su vástago... En una de esas escenas antológicas del cine de terror que permanecerán indelebles en la memoria del aficionado.

El rodaje de la película, no obstante, no estuvo exento de cierta polémica. Muchos de los miembros involucrados en el mismo se verían tristemente afectados por la oscura sombra que generó la película desde su misma gestación. Por ejemplo, se dice que la relación entre Polanski y Cassavetes estuvo lejos de ser amigable. Por un lado, el actor no parecía estar muy a gusto en aquel ambiente satánico, y el director no estaba muy a gusto con su trabajo como actor. Pero lo más triste estaba aún por ocurrir. Meses después del rotundo éxito de su película, el 8 de agosto de 1969, el fanático Charles Manson ordenó la ejecución de todas las personas que se encontrasen en el 10050 de Cielo Drive (Los Ángeles), hogar de Polanski y su esposa Sharon Tate, embarazada de ocho meses. Cuatro seguidores de Manson, Susan Atkins, Charles Tex Watson, Linda Kasabian y Patricia Krenwinkel se dirigieron al domicilio del director y asesinaron a sangre fría a Tate y a amigos del director que estaban pasando allí el día. Las especulaciones llegaron a insinuar que el responsable de aquel horrible crimen fue el mismo Diablo, el cual utilizó a Manson como hilo conductor para castigar a Polanski por haber desvelado en su película que el culto a Satán existía realmente en nuestro planeta. De hecho, Polanski llevaba un tiempo recibiendo anónimos en la Paramount durante el rodaje de la película, con frases intimidatorias como "Vas a pagarlo muy caro...", escritas por diversas sectas satánicas que actuaban por aquel entonces en California, y que presagiaban el cruento crimen perpetrado por la secta de Manson. Al día siguiente del homicidio, fue la criada Winny Chapman quien descubriría los cuerpos, asesinados brutalmente a base de cuchilladas, de Tate, el matrimonio Jay y Gibby Folger y Wojtek Frykowski.

Y si estos macabros sucesos no hubieran sido suficientes para empañar el legado de la película, John Lennon fue asesinado, unos años más tardes, a las puertas del mismo edificio donde fue rodado el film.

Uno de los aspectos más representativos de La Semilla del Diablo es, sin duda, su banda sonora, compuesta por un habitual de Polanski por aquel entonces, el polaco Krzysztof Komeda. En ella Komeda vuelve a sorprender con su epatante utilización de las voces humanas logrando un efecto realmente aterrador en las escenas de aquelarre. Realmente es imposible imaginar una música que se adapte tan bien a este tipo de escena, basada en repetitivas y macabras letanías que invocan al mismísimo Satanás. En contraste con este tipo de música, Komeda consigue crear un precioso leit-motif para Rosemary, basado también en el uso de la voz, en este caso de mujer. El tema condensa perfectamente la esencia de la película. Tomando la forma de una nana, en clara referencia a la maternidad de Rosemary y también, por qué no, al carácter inocente del personaje. Al mismo tiempo es un tema que evoca melancolía, tristeza, la misma tristeza que siente el espectador a medida que va presenciado la progresiva demencia de la protagonista. Es un tema que, en definitiva, vaticina el triste destino reservado a la protagonista. Finalmente, es un tema que evoca también, de una manera muy sutil, la siniestra naturaleza del hijo de Rosemary. En resumidas cuentas, una joya de tema que refleja perfectamente la historia de la película. El resto del score está constituido por variantes de dicho tema, música incidental y temas de terror apoyados en un muy efectivo uso de los cánticos. En definitiva, una recomendable banda sonora que se adapta como un guante a la historia a la que acompaña.

Aquellos que deseen un análisis más completo del trabajo de Komeda para esta película pueden consultar la reseña específica de nuestro compañero Rubén Sánchez en el siguiente enlace:

http://www.bsospirit.com/comentarios/rosemarybaby.php
Mi valoración:
La Película:
Excelente
La Música:
Bueno

- 13.2) El Exorcista

Si La Semilla del Diablo es un título representativo del cine con temática satánica, El Exorcista (1973) está elevada a la categoría de película de culto, siendo una obra seminal de obligado visionado y referente ineludible en el género. Considerada por muchos la mejor película de terror de la historia, la película de William Friedkin es una auténtica maravilla del séptimo arte que no pierde ni un ápice de su capacidad para generar terror en el espectador aún hoy día, treinta años después de su estreno.

La historia es bien conocida por todos, independientemente de sus preferencias cinematográficas. Una niña, interpretada por Linda Blair, es utilizada como receptáculo de un demonio que proporcionará al Padre Karras la oportunidad de probar su fe, aún a costa de su propia vida.

Para empezar, El Exorcista es una película cuyo éxito se debe al hecho de apelar a un miedo arraigado en el inconsciente colectivo de nuestra civilización, un miedo primigenio y tan antiguo como el hombre mismo, un miedo relacionado con la condenación de nuestra alma. Mientras que en películas como Viernes 13 el terror nace del instinto de supervivencia del ser humano, y del miedo al dolor físico, en El Exorcista nos encontramos una historia que apela a nuestra integridad espiritual. Todo esto se ve reforzado por el hecho de que la víctima es nada más y nada menos que una pequeña e inocente niña. Si una niña, modelo de pureza y castidad, puede ser poseída por un demonio, en ese caso todos podemos ser víctimas de tal maldición. El precio que pagamos es demasiado alto, los tormentos presagiados imposibles de describir. No sólo el cuerpo físico se resiente de la posesión. También el alma sufre ante la imposibilidad de retomar el control de su habitáculo. El espectador asiste horrorizado a la progresiva corrupción física de Regan, a medida que el demonio va mostrándose a los que pugnan por curarla. La película es un ejemplo de lo que debería ser el cine de terror: transgresión. La historia está sabiamente narrada, dosificando sus impactantes golpes de efecto, hasta la demoledora secuencia final del exorcismo sobre la que gira la historia. Realmente la película entera es una preparación para esa sencilla escena, escena que condensa la verdadera confrontación de la película, una confrontación que está lejos de ser física. Ya que es el alma de Regan lo que está en juego, la batalla final adquiere tintes apocalípticos. Y es que no es sólo el alma de Regan la que está en juego, sino también la del mismo padre encargado, finalmente, de exorcizarla, un sacerdote con una crisis de fe que lo vuelve peligrosamente vulnerable a las astucias sibilinas de la Bestia. Al final de una agotadora, extenuante confrontación con el demonio, el padre Karras pierde su vida, pero al mismo tiempo salva su alma.

El Exorcista es un cúmulo de factores que se aglutinan en una perfecta conjunción para gestar una de las celebraciones de horror más impactantes y estremecedoras de la historia del cine. La fotografía, los efectos de sonido, la muy acertada selección musical contenida en la película, las interpretaciones principales, el tempo narrativo, la atmósfera gestada alrededor de una aparentemente normal e idílica casa, el ahondamiento en los temores, inquietudes y deseos de los protagonistas principales, los muy logrados golpes de efecto, la impactante caracterización de una Regan poseída, y sobre todo su capacidad para ir más de allá de lo que cualquier película "mainstream" había ofrecido hasta aquel momento... Avalan una película arriesgada, transgresora e innovadora que marcaría un antes y un después en la historia del cine y del terror, y que enfrenta al ser humano a sus miedos más ontológicos.

La película está basada en la obra literaria de William Peter Blatty, el cual a su vez se inspiró en un caso real de posesión que tuvo lugar en 1949 en Mount Rainier, un barrio residencial de Washington. Todo empezó cuando Blatty, que por aquel entonces estudiaba en la Universidad de Georgetown, leyó un relato del caso de posesión en el número 20 del Washington Post, quedando completamente fascinado por la historia. La víctima de la posesión no era realmente una niña, sino un adolescente de 14 años que sufrió, durante dos meses, una serie e alteraciones que precisaron de un exorcismo urgente. Todos los acontecimientos relacionados con este caso fueron anotados en un diario que, años más tarde, caería en las manos del mismo Blatty, el cual se dedicaría exclusiva y obsesivamente a la redacción de su novela, que fue publicada en 1972, y en cuya portada ya aparecía la imagen que ha hecho mundialmente famosa la película y la historia, con la silueta del exorcista llegando a la casa de la niña. Con el fin de respetar el deseo de los familiares del muchacho, Blatty cambió el sexo del protagonista, que sería interpretada con bastante acierto por Linda Blair en el film de Friedkin. Afortunadamente fue el mismo Blatty quien se encargó adaptar la obra literaria al cine, gracias a lo cual la película acabó siendo una adaptación muy buena de la novela.

Las anécdotas en torno al rodaje, el estreno y el efecto mundial de esta película son demasiado numerosas como para que puedan constar todas aquí. Algunas no hacen sino reforzar esa sombra de "film maldito" proyectada sobre la película. Por poner algunos ejemplos, se dice que fue un rodaje bastante cruel para todos, muy especialmente para Blair, la cual se comportaba de una manera inusualmente adulta en alguien de su edad. De hecho, su interpretación fue reconocida con una candidatura al Óscar como mejor actriz. Hay que aclarar, no obstante, que no todas las escenas estaban interpretadas por Blair. Por ejemplo, las escenas de insultos y la impactante escena de la masturbación fueron interpretadas por una tal Eileen Dietz, mientras que el vozarrón femenino de la niña poseída por prestado por la también actriz Mercedes McCambridge, quien demandaría a la Warner Bros por no acreditar adecuadamente su labor en los títulos del film. McCambridge era además una católica practicante que acudía cada día después del rodaje a una iglesia a confesarse, pidiendo incluso consejo a su profesor acerca de si realmente debía seguir con el papel. Pese a todo, Blair, a la que no se le dejó ver la película en su estreno por no ser mayor de edad, sufrió secuelas tras la película, caería posteriormente en el alcohol y las drogas, pasándolo muy mal y estando traumatizada durante un tiempo. Friedkin concibió un rodaje maquiavélico en el que el fin justificaba los medios. Así, en la famosa habitación de la niña poseída, la temperatura era en verdad de bajo cero, de ahí el continuo vaho saliendo de la boca de los artistas. Además se cuenta que Friedkin abofeteó a un actor en la cara antes de rodar una toma, e incluso les puso arneses a Linda Blair y Ellen Burstyn para poder darles fuertes tirones cuando fuera necesario en alguna escena. Friedkin se encargaba, en definitiva, de alterar los nervios a los actores, realizando por sorpresa disparos al aire, a lo cual hemos de sumar la muy conflictiva relación entre el director y Blatty. También se cuenta que una misteriosa maldición empezó a causar desgracias durante el rodaje y después del estreno. A lo largo de la producción y rodaje hubo muchas desgracias "casuales": fallecieron personas allegadas a los actores, hubo accidentes extraños como aquél en el que uno de los sets de filmación se quemó inexplicablemente, retrasando la filmación unas seis semanas... El clima que se respiraba era de nerviosismo y miedo, por lo que Friedkin tuvo que llamar a un reverendo llamado O'Malley para que le diera su bendición a todos los participantes de la película cada día antes de empezar el rodaje.

La película se estrenó un 26 de diciembre de 1973, auspiciando una campaña publicitaria basada en el tabú religioso y en el terror real al estar basada la trama en una historia real. Para valorar hasta qué punto llegó el impacto sociocultural de esta película, decir que el número de supuestos casos de posesión demoníaca se vio incrementado considerablemente a partir del estreno de la película. Además, hubo personas que en el cine sufrieron ataques de nervios, incluso una mujer llegó a abortar su embarazo. Por este motivo, los dueños de los cines apostaron ambulancias en las puertas y enfermeros con camillas listos para atender a los primeros desmayados durante la proyección, lo cual no hizo sino darle publicidad y contribuir a darle el estatus que tiene hoy día de film de culto, al igual que sus mismos detractores, los cuales le hicieron sin quererlo publicidad. El reverendo Bill Graham, por ejemplo, escribió: "Por primera vez en una película mainstream, las audiencias presenciaron la desecración gráfica de todo lo que era considerado sano e íntegro sobre el desdibujado Sueño Americano: el hogar, la familia, la iglesia y, más chocantemente, la niñez." Graham no dudó en acusar al filme de "satánico", afirmando la existencia de un verdadero demonio en la misma bobina de la cinta.

Con respecto a la efectiva banda sonora de la película, decir que Lalo Schifrin fue el encargado, en un principio, de ponerle música a la película de Friedkin. El director, no obstante, no quedó para nada satisfecho con el trabajo de Schifrin, entre otros motivos porque, según parecía, su música cobraba demasiado protagonismo en la película. Según palabras del director, el trabajo del compositor era una "jodida música de marimba mexicana", de ahí que acabara rechazándola. Aunque existe el rumor de que el compositor reaprovechó su trabajo para otra película de terror, The Amityville Horror, Schifrin ha negado tajantemente la veracidad de tales afirmaciones, asegurando que son dos composiciones bien distintas. Por su parte, Friedkin se decantó por utilizar una selección ecléctica de músicos que pudieran encajar más acertadamente en su proyecto cinematográfico. Dicha selección aparece recogida en un CD editado por Warner Bros. Records, estando constituida, principalmente, por música atonal contemporánea de diversos artistas, entre los cuales cabe destacar a Krzysztof Penderecki. Su impresionante Polymorphia es aún, al día de hoy, y en opinión del que esto escribe, uno de los temas más horripilantes y terroríficos de la historia de la música, sustentado en un demoledor y disonante uso de las cuerdas. Realmente aterrador, hasta el punto de que el mismo Kubrick volvería a utilizarlo para su no menos célebre película The Shining.

Sin embargo, cuando se habla de la banda sonora de El Exorcista hay un tema que viene a la mente del cinéfilo de manera instantánea: la obertura de esa obra maestra de la música contemporánea que es el Tubular Bells de Mike Oldfield. Este tema, de una obsesiva y efectiva sencillez, y del que se pensó en un principio que no quedaría bien en la película, no sólo demostró que se adecuaba a la perfección a la película, contribuyendo a atribuirle a la historia esa atmósfera inquietante de la que tan bien se nutre la película durante casi todo su metraje, sino que además marcó un punto de inflexión a la hora de afrontar la composición de posteriores bandas sonoras para películas de terror. Son innumerables los compositores que tomaron esta pieza como referencia e inspiración a la hora de gestar sus respectivas obras musicales con las que acompañar las pesadillas cinematográficas. De entre las bandas sonoras con temas más o menos claramente inspirados en el Tubular Bells de Oldfield podríamos destacar las siguientes: Rojo Oscuro (Profondo Rosso) y Suspiria, ambas de Goblin, Halloween de John Carpenter, Phantasma de Fred Myrow y Malcolm Seagrave o The Beyond de Fabio Frizzi, por dar unos pocos ejemplos.

Finalmente, destacar igualmente la pieza que cierra el álbum, Fantasia for Strings de Hans Werner Henze, y que puede escucharse en los créditos finales de la película. Si hay un tema que pueda asociarse de manera irrevocable a la película de Friedkin además de la obertura del Tubular Bells, ésta sería sin dudarlo la pieza de Henze.

Mi valoración:
La Película:
Bueno
La Música:
Excelente
El impacto de The Exorcist fue tal que propició el rodaje de dos secuelas, la primera de las cuales fue dirigida por John Boorman en 1977, en la cual repiten Max Von Sydow en el papel del Padre Merrin y Linda Blair como Regan MacNeil. En esta ocasión la historia se centra en las investigaciones del padre Lamont, interpretado por Richard Burton, al cual se le encarga investigar la causa de la muerte del jesuita Merrin en el exorcismo a Regan años atrás. La niña, ya adolescente, está experimentando nuevamente ciertas perturbaciones relacionadas con la posesión demoníaca. Lamont descubre que el demonio asirio que tomara el cuerpo de la niña en la primera película, llamado Pazuzu, está pugnando por manisfestarse de nuevo utilizando el cuerpo de Regan, en un astuto plan elaborado en el mismo infierno. Lamont marcha a África en busca de otro poseído por el mismo demonio, llamado Kokumo, que fue exorcizado igualmente por el Padre Merrin años atrás en el pasado. Kokumo le revelará a Lamont que el espíritu de Pazuzu anida en las plagas de langostas que recorren el mundo. Lamont deberá ir a la vieja casa de Regan en Georgetown para enfrentarse al demonio, el cual ha tomado ya control de Regan. La película fue un fracaso de crítica absoluto en el momento de su estreno, resintiéndose de la ausencia de Friedkin en la dirección y Blatty en el guión. Además, Linda Blair no quiso repetir su horrible maquillaje de "poseída", por lo que tuvo que ser sustituida por un doble en esas escenas, lo cual resulta demasiado evidente. Por otro lado la película se vio afectada por una serie de alteraciones y mutilaciones en el metraje, con lo que al final el final exhibido en la edición para la televisión fue muy diferente al original. Hasta tal punto fue vilipendiada la película que el propio Boorman parece mostrarse incómodo cuando habla de esta película, llegando incluso a afirmar que el haberla rodado fue una de las peores decisiones profesionales tomadas en su vida.

No obstante, y como suele ocurrir cuando una película es denostada de una manera tan unánime y vehemente por la crítica, en realidad El Exorcista II: El Hereje no es una película tan mala como muchos nos la han querido vender. Uno de sus mayores aciertos fue la elección del Maestro italiano, Ennio Morricone, como compositor de la banda sonora. El resultado es una obra igualmente impactante y epatante, pero mucho más compacta y coherente en su conjunto. El Exorcista II: El Hereje fue uno de los primeros trabajos del genio italiano para una producción de Hollywood. El gran reto que presentaba a priori componer la música para esta secuela estaba en el impacto que la pieza de Oldfield tenía aún en la memoria del aficionado. Morricone, que ya tenía experiencia en este género al haber compuesto la música de la película L'Anticristo (1974), tenía que ser capaz de superar este obstáculo y conseguir que el espectador no echase en falta la música de la película de Friedkin, lo cual, quizás, es hasta cierto punto imposible, no tanto por la calidad de la música como por su perfecta adecuación a la trama del film. No obstante, el trabajo de Morricone supera las expectativas más optimistas, consiguiendo uno de sus mejores trabajos. Para empezar, se permite el lujo de componer uno de los temas más hermosos de toda su amplia discografía, el tema de Regan, basada en una sencilla y conmovedora melodía tarareada por una voz de mujer, muy en la línea del Morricone más lírico y romántico. Por si esto no fuera suficiente, consigue sacar provecho, y de qué modo, de los elementos étnicos presentes en la historia de la película de Boorman, tal y como puede apreciarse en temas como el de Pazuzu, basado en cánticos y ritmos tribales. Encontramos incluso temas que beben de la tradición de la música rock psicodélica ("Magic and Ecstasy"). Y si todo esto no fuera suficiente, encontramos en esta banda sonora uno de los temas de terror más horripilantes de cuantos han sido compuestos ex profeso para una película. Este corte, titulado "Night Flight", es una de las celebraciones de horror más efectivas e impactantes del género. Morricone utiliza alaridos, frenéticas carcajadas, chillidos y disonancias vocales inimaginables para ilustrar musicalmente la posesión, formando una pavorosa y disonante ópera shamánica que sugiere algún tipo de extraño ritual de alguna civilización ya olvidada, secundada por ritmos obsesivos con tambores africanos. En definitiva, se trata de una experiencia sonora única e irrepetible, de esas experimentaciones sonoras que sólo Morricone ha sido capaz de concebir. Una obra transgresora, agresiva, y realmente horripilante que debería constar en cualquier antología del terror que se precie. En resumidas cuentas, el trabajo de Morricone para la película de Boorman ofrece una experiencia musical única, caracterizada por la variedad formal y estilística, y en la cual también tienen cabida los momentos más íntimos que no decepcionarán a ningún aficionado a la música de Ennio Morricone.

Mi valoración:
La Película:
Bueno
La Música:
Malo
La segunda secuela fue dirigida por el mismo William Peter Blatty en 1990, basada en su obra "Legión". Con un elenco actoral completamente distinto al de las dos primeras películas, la historia arranca justo después de los terribles sucesos narrados en la primera película, que se cobraron la vida de los dos sacerdotes que practicaron el exorcismo a Regan. El teniente Kinderman, interpretado por el excelente George C. Scott, está atormentado por una serie de extraños crímenes de índole religiosa cuyo modus operandi recrea a la perfección el de un asesino en serie llamado Géminis que fue detenido y ejecutado en el pasado. Se trata de una correcta secuela rodada con oficio por Blatty, aunque el resultado no consigue estar tampoco a la altura de la original, resintiéndose esta película, además, de una anodina banda sonora de un tal Barry De Vorzon que hace que el espectador recuerde con añoranza la música de la primera película y, sobre todo, el trabajo de Morricone para la segunda. En cualquier caso, se trata de una decente secuela que sigue la estela de los thrillers sobrenaturales tan en boga en los años 90.
Mi valoración:
La Profecía
La Película:
Muy Bueno
La Música:
Excelente
La Profecía II
La Película:
Bueno
La Música:
Bueno
La Profecía III
La Película:
Regular
La Música:
Excelente

- 13.3) La Profecía

Otra de las grandes películas de culto inspirada en el Diablo y marcada con el estigma de "film maldito", fue La Profecía ("The Omen"), dirigida por Richard Donner en 1976 e interpretada por Gregory Peck, Lee Remick y Harvey Stephens en el papel del inquietante Damien. Robert Thorn, un diplomático americano destinado en Roma, pierde a su hijo el mismo día del parto de su esposa. Temeroso de que a ella le afecte psicológicamente, decide adoptar a un huérfano recién nacido sin que ella conozca la verdad. Los detalles del nacimiento del chico son un secreto, pero cuando Damien va creciendo, empieza a dar muestras de que no es un chico corriente. Cuando la niñera se suicida en extrañas circunstancias y comienzan a suceder hechos inexplicables en torno a la familia, Robert inicia una investigación que le llevará a un descubrimiento aterrador: su hijo es la encarnación misma del Anticristo. Donner dirige con agilidad y sentido del ritmo esta estupenda película que está justamente considerada un clásico del cine de terror, gracias a las estupendas interpretaciones de los actores principales, la progresiva irrupción de lo sobrenatural en su vertiente más demoníaca en la cotidianidad de la vida de los Thorn, los calculados y efectistas golpes de efecto, entre los que cabe destacar la muerte por decapitación de Keith Jennings, una de las escenas más impactantes de la película, y sobre todo gracias a la maravillosa partitura del gran Jerry Goldsmith. La película acusa influencias de La Semilla del Diablo, especialmente en el gradual desmoronamiento anímico de la madre, aunque sabe sacar partido de un estupendo guión de David Seltzer que ha servido igualmente de referente en buena parte del cine con temática satánica producido en décadas posteriores.

Al igual que ocurriera con las películas de Friedkin y Polanski, el rodaje de La Profecía no estuvo tampoco exento de un desgraciado cúmulo de siniestros acontecimientos que contribuyeron a engrandecer la sombra de "film maldito" que pesa sobre la película de Donner. El avión de Seltzer fue alcanzado por un rayo, el hotel de en el que se alojaba el director fue bombardeado por IRA, y el avión que Gregory Peck iba a tomar para viajar a Israel, y cuyo vuelo finalmente canceló, se estrelló en un desgraciado accidente en el que no hubo supervivientes...

La banda sonora compuesta por Jerry Goldsmith es muy responsable del éxito de La Profecía como película de terror. Concebida como una misa negra, Goldsmith crea uno de los temas antológicos del género, el "Ave Satani", una satánica letanía que constituye una espectacular invocación al Diablo a base de coros, orquesta y órgano:

(susurros)

Sanguis bibimus
Corpus edimus

(entra el piano)

Sanguis bibimus
Corpus edimus

(entra la orquesta y las voces suenan en toda su magnificencia)

Sanguis bibimus
Corpus edimus
Rolle corpus Satani
Ave

(Predominio de las cuerdas)

Sanguis bibimus
Corpus edimus
Rolle corpus Satani
Ave

(Órgano)

Ave ave versus Cristus
Ave ave versus Cristus
Ave ave versus Cristus
Ave Satani

(Conclusión. La orquesta y los coros se fusionan en un espectacular climax)

Sanguis bibimus
Corpus edimus
Rolle corpus Satani
Satani
Satani
Satani
Satani

(susurros)

Ave
Ave
Satani

El texto podría traducirse como "sangre bebemos / carne comemos / elevad el cuerpo de Satán / saludad al Anticristo / Saludad a Satán". La música de Goldsmith incluye un bonito e idílico tema de amor que contrasta con los momentos corales, desatados y apocalípticos, de una genialidad incuestionable, que pueden escucharse en estupendos cortes como "The Killer Storm" o "The Dog's Attack". Goldsmith no parece tener fronteras a la hora de experimentar con las voces humanas para conseguir un efecto frenético y exultantemente diabólico. En su conjunto, se trata de una obra imprescindible que le mereció al Maestro su único Óscar de la Academia.

Una película del éxito de La Profecía no podía por menos que propiciar secuelas, de las que destacamos las dos primeras, que constituyen un tríptico sobre la infancia, adolescencia y madurez de Damien, el Anticristo. Las tres películas forman un bloque compacto que gira en torno al crecimiento de un personaje central, Damien, y que está cohesionado por la labor de Goldsmith como compositor de la música de las tres películas. Aunque a nivel cinematográfico las secuelas no den mucho de sí, incurriendo en los ya tópicos efectismos del cine slasher, musicalmente las secuelas no tienen nada que envidiar a la original. Goldsmith brilla con luz propia especialmente en la espectacular banda sonora para la tercera y última entrega de la trilogía, The Final Conflict, de una contundencia coral apabullante, como puede apreciarse en temas como "The Second Coming" o "The Blooding".

A la espera de la elaboración de un estudio que haga justicia en extensión a la labor del Maestro para la trilogía, os remitimos a la estupenda guía de nuestro compañero Sergio Benítez en la que podréis encontrar más información acerca de la música compuesta por Goldsmith para acompañar al Anticristo en su diabólica misión en la Tierra:

http://www.bsospirit.com/reflexiones/guiagoldsmith2.php
http://www.bsospirit.com/reflexiones/guiagoldsmith.php
Mi valoración:
La Película:
Excelente
La Música:
Muy Bueno

- 13.4) El Corazón del Ángel

El interés por el Diablo en el cine no menguó en la década de los 80. John Carpenter dirigió en 1987 "Prince of Darkness", una maravilla de película que ofrece una nueva vuelta de tuerca al tema del Anticristo. En esta película el Anticristo aparece representado en su forma más esencial, no corpórea, como el Mal con mayúsculas, y un grupo de jóvenes deberán impedir que cobre forma y pueda liberar a su padre Satanás. La película cuenta con los defectos y las virtudes del cine de Carpenter, y aún así es una de las películas más vibrantes y emocionantes del genial cineasta, en buena parte gracias a su magnífica banda sonora. Aquéllos que deseen saber más sobre esta película y la banda sonora encontrarán una reseña más elaborada en el siguiente enlace:

http://www.bsospirit.com/reflexiones/carpenter.php

En ese mismo año, el director Alan Parker dirigió el thriller sobrenatural "Angel Heart", estrenado en nuestro país como "El Corazón del Ángel", interpretado en los papeles estelares por unos estupendos Robert De Niro, Mickey Rourke y Lisa Bonet.

Rourke interpreta a Harry Angel, un detective privado de Nueva Orleáns que es contratado por un misterioso cliente que responde al revelador nombre de Louis Cyphre, interpretado por el gran Robert De Niro, para que encuentre, vivo o muerto, a un famoso cantante llamado Johnny Favorite, al cual Cyphre ayudó en sus comienzos, y que desapareció sin dejar rastro tras las II Guerra Mundial, sin saldar su deuda con el enigmático personaje. Al parecer Johnny regresó de la guerra con amnesia y severamente afectado por heridas sufridas, sometiéndose a una operación de cirugía antes de desaparecer. Lo que parecía ser una investigación rutinaria se complica y adquiere un cariz siniestro cuado las personas implicadas en la investigación van siendo asesinadas de una manera brutal por un desconocido atacante, la investigación por los ambientes urbanos de Nueva Orleáns lleva al detective de los locales de jazz a un mundo de santería y magia negra en el que nada es lo que parece, y las pistas apuntan a que la implicación del detective en estos extraños acontecimientos es más directa de lo que él mismo podría suponer en un principio.

"Angel Heart" es una obra maestra del cine negro y de terror, una película fascinante basada en la novela homónima de William Hjortsberg y que cuenta con un guión redondo con sorpresa final incluida, de esas sorpresas que obligan al espectador a reconsiderar todo lo que ha estado viendo hasta el momento, una muy cuidada ambientación, unas interpretaciones excelentes, destacando por méritos propios Robert De Niro como un taimado, enigmático, de voz melodiosa y susurrante y largas uñas Lucifer, y una magnífica banda sonora del gran Trevor Jones. La historia bebe a partes iguales del género negro, del terror y el thriller sobrenatural. La película consigue mantener el suspense desde sus comienzos, desafiando al espectador a resolver un aparentemente indescifrable enigma hasta su inesperado giro argumental final. Alan Parker consigue crear una atmósfera onírica, casi de ensueño, que acompaña al espectador durante casi toda la investigación de Angel. La fotografía, la ambientación, las calles de Nueva Orleáns con sus costumbres, locales, tradiciones... Parker nos invita a adentrarnos en el siempre fascinante mundo del vudú y la santería, haciéndonos co-partícipes de la investigación realizada por el protagonista, con el que compartimos su estupor y horror ante los acontecimientos mostrados. La película ofrece además una serie de visiones reveladoras que refuerzan el componente sobrenatural de la historia, una historia que exige la atención total del espectador. Visualmente, la película cuenta con escenas de una genialidad inconmesurable. La fotografía sabe sacar provecho de los sórdidos ambientes por los que se mueve Angel, unos ambientes de decandencia que reflejan perfectamente la propia decadencia espiritual del detective. En ese sentido, los escenarios por los que se mueve actúan como una proyección de su propio ser. La irrupción de lo sobrenatural en aquel mundo de frágil cordura en el que nada es lo que parece resulta epatante gracias al contraste cromático entre el gris y beige del mundo de Angel y el rojo brillante de la sangre. Especialmente demoledora es la escena, cortada en algunos países, de sexo de Angel y la hija de diecisiete años de Johnny, Epiphany, interpretada por Lisa Bonet, no tanto por la manera de rodar la escena, realmente impactante, sino por las implicaciones que aquel acto conlleva, y de las que espectador acaba siendo consciente cuando se revela la sorpresa final. Igualmente destacable es la escena final de la película, en la que vemos a Angel bajando en un oscuro ascensor que sirve de muy urbana y efectiva metáfora de lo que no deja de ser un descenso literal a los infiernos del detective.

La ambiental banda sonora de Trevor Jones acompaña a la perfección la investigación de Angel, adaptándose de manera encomiable a las exigencias de la historia y los decorados en los que transcurre la acción. En ese sentido, es inevitable que el saxo sea el instrumento solista en una película ambientada en Nueva Orleáns, ciudad del jazz por antonomasia. La música contribuye a darle a la película ese toque de cine negro que la hace tan especial, gracias al talento de Courtney Pine al saxofón. El score incluye también sonidos y efectos electrónicos que ayudan a tejer una oscura, opresiva y ominosa atmósfera que refuerza la oscuridad que impregna la historia, no sólo externamente, sino también en el interior de los personajes. El trabajo de Jones es por tanto más atmosférico que melódico, de hecho pocos apuntes melódicos pueden encontrarse en esta obra, lo cual no repercute negativamente a la hora de valorar una música que responde perfectamente a las exigencias de la historia. El Corazón del Ángel es una historia de búsqueda de redención, pero esa redención, ese bien preciado, no llega nunca. Pactar con el diablo tiene un precio, y ese precio es la condenación eterna del alma. Y por mucho que intentemos ocultarnos o darle esquiva, el Diablo siempre acabará encontrándonos, porque, qué duda cabe, siempre será el más astuto.

Mi valoración:
La Película:
Muy Bueno
La Música:
Bueno

- 13.5) Pactar con el Diablo

La película de Taylor Hackford constituye una de las aportaciones a la temática satánica del cine de los 90, gracias especialmente a la gloriosa interpretación del genial Al Pacino como el mismo Lucifer, siguiendo los pasos de su compañero Robert De Niro. Esta película, no obstante, es muy distinta a El Corazón del Ángel.

Keanu Reeves interpreta a un brillante, joven y ambicioso abogado llamado Kevin Lomax, el cual no ha perdido nunca un caso, y que vive felizmente con su joven y hermosa esposa, Mary Ann, interpretada por la guapísima Charlize Theron. Desde el principio se nos describe a Lomas como un individuo sin muchos escrúpulos y obsesionado más bien en mantener su éxito profesional a base de esfuerzo y trabajo, sin considerar demasiado las repercusiones. Un buen día recibe la visita de un abogado de Nueva York que le explica que la poderosa firma de abogados a la que representa, liderada por un tal John Milton (en un obvio guiño al autor de la obra "El Paraíso Perdido"), estaría interesada en contar con sus servicios, lo cual supondría el empujón definitivo que necesita Lomax para ampliar sus metas y aspirar a algo más. De la tranquilidad de su hogar el abogado y su esposa marchan a la bulliciosa "ciudad del vicio y del pecado", Nueva York, en donde la firma de Milton le han asignado un nuevo, espacioso y luminoso hogar. Al principio todo parece irle de maravilla al matrimonio Lomax. John Milton, interpretado por Al Pacino, es un hombre de mundo brillante y carismático que apadrinará al muchacho y le ayudará a subir gradualmente en el mundo de la abogacía, proporcionándole poder, dinero y más gloria. Sin embargo, y sin darse cuenta de ello, esto irá acarreando una serie de diabólicas consecuencias, ya que el interés de Milton por Lomax obedece a unos objetivos ya establecidos de antemano y que supondrían la condenación eterna de Lomax y de todos los que le rodean. Y lo que en un principio parecía ser un paraíso terrenal acabará por convertirse en un descenso a los infiernos. Cegado por su éxito, Kevin no escucha a su mujer, la cual va sumergiéndose gradualmente en los abismos más insondables de la locura y la desesperación, víctima de terroríficas alucinaciones y pesadillas. Mary es consciente de lo que está pasando pero no consigue comunicarse con su marido, ya que el precio que han tenido que pagar por el éxito y la gloria es precisamente ése, la incomunicación, el aislamiento, la desconfianza. No será hasta que Mary Ann sacrifica su vida que Kevin empezará a darse cuenta de la realidad, lo cual dará paso a una confrontación final con Milton en el que están en juego su alma y el destino de la humanidad.

Pactar con el Diablo es una muy interesante aproximación al género en el que volvemos a encontrar algunas de las constantes de este tipo de cine: el derrumbe, nuevamente, de la joven pareja de Kevin Lomax, que será la única en ver la realidad, asediada por horribles alucinaciones en las que el Diablo y sus seguidores se manifiestan tal y como realmente son. Es, nuevamente, la intrusión de lo sobrenatural dentro del mundo idílico de los protagonistas que ya puede encontrarse en anteriores películas del género. La película se toma su tiempo para presentar a los personajes y describir la adaptación de la joven pareja en su nueva vida, dosificando sabiamente sus bazas. Keanu Reeves realiza una de las mejores interpretaciones de su carrera, y Charlize Theron está igualmente estupenda en su papel, aunque ambos no pueden evitar quedar excluidos a un discreto segundo plano en el momento en el que Al Pacino hace acto de presencia. Este camaleónico actor desprende un magnetismo que lo convierte en el actor ideal para interpretar a Satanás. Como antes se apuntó, el suyo es un Diablo muy distinto al ofrecido por Robert De Niro justo diez años atrás. El Diablo de Pacino es un divertido y seductor parlanchín, un amante del baile y las mujeres, dotado de una verborrea ante la que es imposible encontrar una defensa. Milton sabe mejor que nadie cómo atraer a la gente a su lado, cómo ganarse a las personas, sabe mejor que nadie qué darle a cada uno. El suyo es un Diablo que resulta simpático, y que incluso llega a resultar convincente en cualquiera de sus largos monólogos, entre los cuales no podemos por menos que destacar el siguiente extracto, que debería constar como una de las disquisiciones dialécticas más brillantes de los últimos años:


Kevin Lomax: What do you want from me?
John Milton: I want you to be yourself. Y'know, boy, guilt is like a bag of fucking bricks. All you gotta do is set it down... Who are you carrying all those bricks for anyway? God? Is that it? God? Well, I'll tell ya, lemme give you a little inside information about God. God likes to watch. He's a prankster. Think about it. He gives man instincts! He gives this extraordinary gift and then--what does he do? I swear--for his own amusement--his own private cosmic gag reel--he sets the rules in opposition. It's the goof of all time! Look. But don't touch! Touch. But don't taste! Taste. Don't swallow! [laughs] And while you're jumping from one foot to the next, he's laughing his sick fucking ass off!! He's a tight ass, he's a sadist, he's an absentee landlord!! Worship that never!
Kevin: Better to reign in Hell than serve in Heaven, is that it?
Milton: Why not? I'm here on the ground with my nose in it since the whole thing began! [screaming] I've nurtured every sensation Man has been inspired to have! I cared about what he wanted and I never judged him. Why? Because I never rejected him. In spite of all his imperfections, I'm a fan of man!! [Calms] I'm a humanist. Maybe the last humanist. Who, in their right mind, Kevin, could possibly deny the 20th century was entirely mine? All of it, Kevin, all of it! Mine! I'm peaking here! It's my time now. It's our time.

En realidad los elementos propiamente de terror se toman su tiempo en aparecer, aunque cuando lo hacen consiguen realmente soliviantar al espectador, especialmente en lo relativo a las torturas psicológicas y vejaciones físicas que, se insinúa, sufrió Mary Ann y que la llevaron a la locura y al posterior suicidio. En ese sentido, Pactar con el Diablo es una película que consigue estremecernos y hacer que el público sienta lástima por el personaje interpretado por Charlize Theron. La estupenda confrontación final entre Milton y Lomax, no obstante, se mantiene exclusivamente en el terreno de la dialéctica. Tanto por su estupendo guión, como por los estupendos diálogos, el magistral diseño de producción (especialmente en el impresionante mural viviente que puede verse al final de la película en el despacho de Milton), las soberbias interpretaciones de los actores principales y la correcta banda sonora de James Newton Howard convierten esta película en un referente ineludible del cine de terror con referencias al Diablo.

Con respecto al score, pues basta decir que se trata de un trabajo realizado con corrección por James Newton Howard, y que por tanto se limita a cumplir de manera eficiente con los requisitos de la historia. En cualquier caso, algunos temas son especialmente brillantes, tales como Geddes/Weaver, I Rest My Case y, sobre todo, el espectacular Lovemaking, seguramente el mejor corte de todo el compacto, y que se escucha en el momento en el que Kevin y Mary Ann hacen el amor en su recién estrenado piso. El tema comienza con sonidos de viento y cuerda, transmitiendo una sensación de magia, felicidad, como de estar viviendo en una nube. Su vida ha cambiado drásticamente, y gracias a Milton tienen una nueva y mejor casa en Nueva York. La música parece acentuar el ensueño en el que están viviendo los amantes. En ese momento, más adelante, entran unos siniestros coros, que parecen advertir de las verdaderas intenciones de Milton, como si estuvieran anunciando que aquella nueva vida que se extendía ante ellos forma parte de un complot maligno que se cobrará la vida de la misma Mary Ann. El oyente es consciente de que aquel cambio de vida no va a deparar tanta felicidad como puede parecerles a los protagonistas en ese momento, y que algo siniestro se esconde en el bufete de Milton. El tema se cierra con un súbito crescendo que parece reforzar la idea de que el precio que la pareja tendrá que pagar será demasiado alto...

El principal problema de este score es la ausencia de un buen tema principal que dé coherencia al conjunto. No obstante, es un trabajo interesante de uno de los mejores compositores actuales que ha dado el cine, lo cual ya es de por sí mucho...

- 13.6) Otros Títulos de Interés

Durante los dos últimos años del siglo XX proliferaron en las pantallas de cine un buen número de títulos con temática satánica, entre los que destacamos los siguientes:

Mi valoración:
La Película:
Bueno
La Música:
Muy Bueno

- La Novena Puerta (1999)

Película dirigida por Roman Polanski, basada en un relato de Arturo Pérez Reverte e interpretada por Johnny Depp en el papel de Dean Corso, una especie de investigador que se dedica a buscar libros antiguos para los coleccionistas más selectos y exigentes de todo el mundo, y que recibe de un tal Boris Balkan (interpretado por Frank Langella) el encargo de localizar los dos últimos ejemplares de Las Nueve Puertas de Reino de las Sombras, un libro legendario y maldito del siglo XVII y del que se afirma fue escrito por el Diablo en persona, así como también verificar su autenticidad. La investigación desatará toda una ola de violencia y asesinatos entre todos aquellos que, de una forma u otra, están relacionados con los libros. La Novena Puerta es un film menor en la filmografía de Polanski, y también en la tradición del género de terror, mas no obstante no está exento de interés. Basado en la obra "El Club Dumas" de Reverte, Polanski centra su película en el componente sobrenatural de tinte satánico, consiguiendo una entretenida obra que se deja ver con interés.

Especialmente destacable es su banda sonora, compuesta por Wojciech Kilar, el compositor de la mítica Drácula de Coppola, cuyas influencias están muy presentes en este trabajo. El corte que abre el disco, titulado "Vocalise", es una maravilla ante la que es imposible no verse conmovido. Rezuma una delicadeza y un lirimo exquisitos. Una auténtica joya de la música de cine, apoyada en la hermosa voz de la soprano Sumi Jo. El segundo corte, "Opening Credits", que sí acusa la influencia de "Dracula", especialmente de ese soberbio tema que es "The Brides", es, como no podía ser de otra manera, un tema maravilloso que se adapta a la perfección a los excelentes títulos de crédito de la película. Es un tema amenazador, intrigante, y que rezuma una diabólica elegancia. Igualmente destacable es el corte número quince, "Corso and the Girl", con un crescendo coral que recuerda de nuevo a "Dracula", en esta ocasión al tema "Drácula - The Beginning". En ese sentido, y para los que realmente puedan considerarlo como un defecto, lo único que podría achacarse a esta obra es su demasiado obvia similitud a la música del film de Coppola. En mi caso personal, en tanto que considero que el Drácula de Kilar es una de las mejores bandas sonoras de la historia, pues esta similitud no llega a incomodarme del todo.

Mi valoración:
La Película:
Bueno
La Música:
Regular

- El Fin de los Días (1999)

Película dirigida por Peter Hyams e interpretada por Arnold Schwarzenegger y el siempre estupendo Gabriel Byrne en el papel de un elegante, irónico, imponente y maligno Satán. En 1979 nace en un hospital de Manhattan Christine, una niña con una marca que la identifica como la elegida para concebir al mismísimo Anticristo. Veinte años después, Jericó Cane (Schwarzenegger), un expolicía amargado por la muerte de su mujer en un desgraciado accidente, deberá impedir que el Diablo (Byrne) consuma sus malignos propósitos hacia Christine. El Fin de los Días es un producto de acción al servicio de la otrora estrella del cine de acción Arnold Schwarzenegger, el cual debe ya resignarse a ceder su puesto a otras nuevas estrellas. La película funciona como entretenimiento, en especial gracias a la estupenda caracterización que realiza Byrne como el Diablo, no exenta de ese sentido del humor cáustico y cínico del que ya haya hecho alarde el actor en otras películas. Sin embargo, como película de terror no aporta nada y está rodada con más énfasis en ofrecer una carcasa atractiva al espectador que en aportar una historia sólida y bien construida. Una pena.

Respecto al soporífero score de John Debney, pues decir que se trata de uno de esos trabajos que cuentan con unos títulos de crédito aceptables aunque, no obstante, bastante convencionales, basados en un rutinario empleo de coros y una voz infantil que parece recitar alguna salmodia al dios de los Infiernos. El tema no está mal, pero realmente es lo único medianamente interesante de un score anodino, aburrido y de lo más mediocre.

Mi valoración:
La Música:
Bueno

- La Bendición (2000)

Película dirigida por Chuck Russell e interpretada por Kim Basinger, Jimmy Smits y Christina Ricci. Maggie O'Connor (Basinger) trabaja como enfermera en un gran hospital de Nueva York. Los presagios y los conceptos del bien y el mal no tienen lugar en su universo organizado y práctico. Una noche, su hermana pequeña Jenna le deja a su hija, un bebé autista, llamada Cody, que se convertirá en la hija que Maggie siempre había deseado. Seis años más tarde, Jenna vuelve a aparecer dispuesta a recuperar a su hija, la cual ha desarrollado unos poderes extraordinarios cuyo control ansían los miembros de una siniestra secta a la que, involuntariamente, ha pasado a formar parte Jenna. A pesar de la vigilancia sobre la niña, ésta es secuestrada por el nuevo marido de Jenna, el satánico Eric Stark, por lo que Maggie deberá acudir al agente del FBI John Travis, experto en homicidios rituales y crímenes satánicos, para recuperar a su sobrina.

La música corre a cargo de Christopher Young, que compone un trabajo monumental que se resiente de una distribución en cinco cortes de larga duración que, quizás, no contribuye a disfrutar realmente de la música.

Lost Souls

Lost Souls


Compositor : Kaczmarek, Jan A.P.
Año : 2000
Distribuidora : Varése Sarabande

La música en el CD:
Excelente
La música en la película:
Bueno
Tracklist:
  1. Lost Souls - 2:53
  2. Father Lareaux Arrives - 2:14
  3. Exorcismus - 7:50
  4. Maya's Lullaby - 2:46
  5. Who Is Peter Kelson? - 2:03
  6. Bedford Church Choir - 0:56
  7. Walking into the Unknown - 2:16
  8. Violent Variation on Maya's Theme - 3:33
  9. Breaking the Code - 0:50
  10. Maya Meets Peter - 1:41
  11. Birdson's Eyes Open - 1:55
  12. Peter Is Lonely and Afraid - 1:56
  13. Driving to Confront Maya - 0:58
  14. "You Are That Man, Peter" - 1:40
  15. What's Behind the Pictures? - 1:42
  16. XES - Is there Hope? - 3:05
  17. Haunted House of Father John - 6:00
  18. The Pentacle - 3:58
  19. The Bridge - 1:15
  20. Father Lareaux Possessed - 2:04
  21. The Last Exorcism - 3:54
  22. Satan's Church - 2:31
  23. Last Ride - 2:31
  24. Maya - 3:15
  25. Lost Souls - End Credits - 3:10
  26. Postscriptum - 3:00

14) Poseídos

- 14.1) La Película

BuenoAuspiciado por el reestreno en la pantalla grande de El Exorcista en un nuevo montaje que incluía escenas no vistas hasta el momento, y aprovechando el tirón del cine de terror con elementos satánicos durante los últimos años, se imponía una nueva incursión cinematográfica en el siempre inquietante género del Diablo, el Anticristo y las posesiones infernales. En realidad no fue sólo una incursión, si tenemos en cuenta que La Bendición fue estrenada también durante el mismo año. En cualquier caso, Poseídos, dirigida por el polaco Janusz Kaminski, volvía a poner de moda el tema de los exorcismos, que no había sido tratado con la misma intensidad terrorífica desde la obra maestra de Friedkin.

La película comienza con una cita del Deuteronomio (libro 17) en la que se hace referencia a la figura del Anticristo, sobre la cual gira el argumento de la película:

A man born of incest
Will become Satan.
And the world as we know it,
Will be no more.

Nada más terminar los créditos de inicio, mecidos por la cuasi beatífica música de Kaczmarek, solemne, calmada y expansiva, la historia comienza presentando a uno de los personajes principales de la misma, Maya, interpretada por Winona Ryder. Como se revela más adelante, Maya fue huérfana, perdiendo a sus padres siendo niña, y volviéndose una criminal, hasta que fue reformada, graduándose en Estudios Superiores e impartiendo clases en la escuela del Seminario en el que reside. Su conexión con el Seminario y los sacerdotes allí residentes, especialmente el padre Lareaux, tuvo comienzo años atrás, cuando Maya fue poseída por un demonio y Lareaux tuvo que estar durante seis días entregado a un exorcismo para librarla del mal que anidaba en su interior. Desde entonces ella, Lareaux y otro sacerdote llamado John Townsend han estado obsesionados buscando indicios que puedan arrojar algo de luz acerca de la inminente llegada del Anticristo a la tierra. Maya tiene en ocasiones extrañas visiones en las que presencia acontecimientos reveladores y premonitorios.

Nada más comenzar la película, asistimos al primer exorcismo, oficiado por el padre Lareaux y con el apoyo de Maya y el padre John. Los tres se dirigen a un psiquiátrico a oficiar un rito de exorcismo a un paciente llamado Henry Birdson, profesor que asesinó brutalmente a su familia y que creen está poseído. A consecuencia del exorcismo, el padre Lareaux acaba en un estado de shock que lo obligan a permanecer en cama bajo tratamiento. Por su parte, Birdson sufriría una aparente apoplejía que lo mantendría en cama bajo los cuidados del personal del psiquiátrico. Antes de que ocurriera esto, no obstante, Birdson tuvo tiempo de advertir, durante el exorcismo, que Satán poseería el cuerpo de un hombre, cuyo nombre escribió utilizando un código numérico que Maya consiguió descifrar, y que aludía a Peter Kelson, personaje central de la historia, interpretado por Ben Chaplin.

Al igual que Maya, Peter perdió también a sus padres en un horrible crimen, siendo criado por su tío, un sacerdote llamado James, convirtiéndose en un famoso escritor de éxito autor de un estudio sobre asesinos en serie. A diferencia de Maya, que cree tanto en Dios como en el Diablo, y que está convencida de que Satán tomará forma humana, Peter por el contrario no cree en el Mal con mayúsculas, considerándolo una proyección mental de los individuos. Peter tampoco tiene fe, aunque, al igual que Maya, en ocasiones tiene sueños reveladores, el último de los cuales incluía un libro con las letras "XES" grabadas en la portada.

Maya escucha a Peter en una entrevista televisiva hablando sobre su concepto del Mal y el Hombre, y va a verlo a su despacho con la intención de demostrarle la existencia del Mal. Maya le hace entrega de la cinta grabada con el exorcismo a Henry Birdson. En una de las escenas más escalofriantes de la película, vemos a Peter tratando sin éxito de escuchar una cinta que parece no tener nada grabado... Si no fuera porque su vecina sí puede escuchar, en toda su demoníaca cacofonía, dicha grabación, afectándola hasta el extremo de inducirla al suicidio.

Mientras, el padre John Townsend, compañero de exorcismos de Maya y el padre Lareaux, toma la resolución de asesinar a Peter Kelson antes de que se culmine la transformación y su cuerpo acoja al mismo Anticristo. Sin embargo, no consigue consumar sus planes debido a la intromisión de algunos de los asistentes a la cena a la que estaba invitado Kelson. Peter se entera por medio de la policía de la relación entre la persona que intentó matarlo y Maya, y, enojado, va a verla con el fin de recibir alguna explicación sobre los extraños acontecimientos de los últimos días. Maya le explica que va a convertirse en el Anticristo, y ambos tienen una violenta discusión.

El mundo de Peter Kelson empieza a desmoronarse poco a poco. Un vidente le explica que la palabra "XES" que aparece de manera tan recurrente en sus sueños no es una combinación de tres letras, sino una cifra constituida por números griegos, y cuyo equivalente es "666", y le advierte igualmente que el momento de su transformación está cerca. En otra escalofriante escena, Kelson entra en una iglesia a pedir consuelo y ayuda a Cristo, y mientras mantiene su mirada fija en el crucifijo, el Cristo se desprende de los clavos que atravesaban sus manos y queda colgando bocabajo frente a él, en una clara alusión a la cruz invertida que identifica al Anticristo. Fruto de la desesperación, Peter regresa a Maya, la cual había estado investigando sobre el pasado de Kelson, descubriendo que todo estaba pensando desde que él nació: Peter fue fruto de un incesto y no tuvo un bautizo cristiano, con el objeto de prepararlo para la transformación final en el Hijo del Diablo. En casa del padre John descubren por medio de claves que la presencia demoníaca aparecerá en el 33 aniversario del nacimiento de la persona escogida, la cual se convertirá desde ese mismo momento en un ser perverso que traerá el reino de Satanás a la tierra. Peter Kelson, de 32 años, le revela a Maya que cumple la edad indicada a las 4:55 horas del día siguiente, con lo que Maya intentará encontrar algún medio para evitar a toda costa que dicha conversión pueda consumarse.

A diferencia del padre John, Maya cree que todavía existe una esperanza mientras siga siendo humano. Por ese motivo, deciden ir a buscar al padre Lareaux, el cual parece estar recuperado del shock producido tras el exorcismo a Henry Birdson, si bien en realidad es él ahora la víctima de la posesión demoníaca. Cuando Maya va a pedirle consejo y ayuda y Lareaux les responde que ya no hay necesidad de preocuparse, que no tienen que preocuparse porque ya han triunfado ella empieza a sospechar la verdad, y para ponerlo en evidencia le coloca una imagen sagrada en su piel, haciendo que el sacerdote reaccione con rabia y dolor, blasfemando, y no dejando duda acerca de su condición de poseído. El padre Thomas oficia el exorcismo, consiguiendo expulsar al demonio, pero a costa de la vida del propio padre Lareaux, el cual, antes de morir, les conmina a hablar con el tío de Peter.

Cuando Maya y Kelson irrumpen en la iglesia donde oficia misa el padre James son testigos de la verdadera identidad de los allegados a Kelson, y comienzan a entender hasta qué punto Peter ha sido manipulado desde su misma infancia por sus familiares e incluso su novia: todos ellos forman parte de la Iglesia de Satán, una secta satánica que ha criado a Peter preparándolo para el momento en el que su cuerpo acogerá al hijo de Satán. Su tío se revela como el asesino de sus padres, y amenaza con asesinar a Maya con el propósito de alentar a Peter a acabar con su vida y cometer así un pecado capital que marque de este modo su ruptura total con Dios. Kelson mata a su tío, escapando acto seguido con Maya en un coche.

La hora en la que se efectuará la transformación está cerca, por lo que deciden detener el vehículo y permanecer en su interior, resguardados de la noche tormentosa, a la espera de la hora en la que supuestamente Pete Kelson deja de existir para acoger al mismísimo hijo de Satanás. Peter le pide a Maya que lo mate, pero ella no es capaz porque él aún es mortal. Cuando llega la hora señalada, lejos de mostrar algún cambio en su conducta, Peter parece reaccionar con normalidad, e intenta hacerle ver a Maya que no ha ocurrido nada, que todo sigue igual que siempre, que toda aquella conspiración satánica no era más que una absurda farsa. Cuando Maya está empezando a creer en sus palabras, entonces puede ver cómo el reloj en el que queda reflejada la hora cambia la súbitamente su numeración de 4:55 a 6:66, en una señal lo suficientemente reveladora como para que Maya comprenda que la transformación se ha consumado y que la persona que se encuentra a su lado no es ya Peter Kelson, sino algo mucho más diabólico, un hambriento lobo oculto tras una piel de cordero. Haciendo acopio de valor, Maya dispara a Peter, acabando de este modo con su vida y salvando a sí a la humanidad de la llegada del Anticristo.

Como puede apreciarse, la historia de Poseídos está lejos de ser original, tomando elementos argumentales de La Semilla del Diablo, La Profecía y El Exorcista. El polaco Janusz Kaminski se estrena como director en una historia que no cuenta nada nuevo pero que está narrada y dirigida con dignidad y oficio, destacando especialmente su impactante estilo visual. Poseídos es una película pesimista en la que priman los colores apagados y fríos, que denotan distanciamiento, soledad, incomunicación. Los personajes principales son criaturas alienadas, distanciadas del resto del mundo. Tanto Maya como Kelson son peones que responden a los designios de una fuerza superior que les trasciende. Maya está llamada a ayudar a aquellas personas que, como ella, son víctimas de alguna posesión maligna, y también a encontrar el receptáculo que habrá de acoger al hijo del mismo Diablo. Por otro lado, Kelson forma parte de un diabólico entramado sin ser siquiera consciente de ello. Al final, Maya cumplirá con su deber matando al que ha de acoger al Anticristo, pero es una victoria amarga, para nada satisfactoria. El precio que han de pagar los seres allegados a Maya es demasiado alto. Tanto Leroux como Townsend, como Kelson, como sus mismos padres... Todos ellos encuentran un aciago final a sus vidas. En este sentido, Poseídos es una película bastante pesimista, en la que no brilla ningún atisbo de esperanza. Maya conservaba la ilusión de poder frenar la satánica maquinación, de poder revertir el proceso, de poder salvar el alma de Kelson, mas todo es en vano, y al final el Diablo vence. Aunque Maya consiguió destruir su habitáculo, Satán tiene toda la eternidad por delante para seguir intentándolo.

La película se beneficia sobremanera, como antes se apuntó, de su epatante estilo visual, especialmente en las escenas de exorcismos, descritas con un realismo ciertamente turbador. Estas escenas acentúan la sensación de desconcierto, de horror en su estado más puro, gracias a una impresionante fotografía y a unos efectos de sonido realmente aterradores. No obstante, el espectador no es capaz de asimilar debidamente todo este aluvión de estímulos visuales y auditivos con los que la película bombardea los sentidos en las dos breves pero impactantes escenas de exorcismo que se pueden encontrar en la película. La escena del último exorcismo, especialmente, es demasiado corta, narrada a un ritmo acelerado que perjudica en mi opinión el impacto de las imágenes en la retina del espectador, el cual apenas si tiene tiempo de procesar correctamente lo que está viendo.

El terror de Poseídos apunta a un plano más sutil y etéreo, espiritual si cabe, que a un plano físico, visceral, físico. Y aunque consiga turbar al espectador en sus contadas escenas de terror, no consigue resultar tan estremecedora y enfermiza como la película de William Friedkin. El principal problema, como ya se ha comentado anteriormente, está en la falta de sorpresas de un guión en el que todo es demasiado previsible como para que consiga sacar realmente partido de las posibilidades argumentales del guión. Por otro lado, Ben Chaplin no termina por resultar del todo convincente en su papel de Peter Kelson, como si no llegara a verse en ese papel. Su interpretación carece de la intensidad esperable en una persona que, en un período de tiempo relativamente exiguo, descubre que todo aquello en lo que siempre había creído no es sino una pantomima, y que aquellos en quienes siempre había confiado guardaban un oscuro secreto que iba a afectar su vida para siempre. La interpretación de Chaplin no termina por resultar todo lo creíble que considero necesario en una película de estas características.

En cualquier caso, Kaminski le da su impronta personal, especialmente en el campo de lo visual, a una película personal y de impecable factura, que podría haber dado más de sí de haber contado con un guión más elaborado y original y, quizás, una mayor predisposición a traspasar las fronteras de lo convencional e ir más allá de lo esperable en una película de estas características.

- 14.2) La Música

Otro de los elementos que da ese toque de distinción tan especial a la película es la extraordinaria banda sonora compuesta por el también polaco Jan A.P. Kaczmarek. Sin embargo, éste es uno de esos casos en los que considero pertinente distinguir entre la música compuesta para la película y la música que realmente se escucha en la película. Si bien en ocasiones establecer dicha distinción es ciertamente innecesario y redundante, en el caso de Poseídos es realmente imprescindible, debido a las importantes diferencias entre ambos casos y que condicionan la percepción y valoración de la música. Para empezar, es necesario tener en cuenta que no toda la música que aparece recogida en el CD puede escucharse en la película. Por desgracia, mucha música ha quedado fuera, o reducida a escuetos esbozos que no permiten apreciar en toda su belleza el desarrollo original tal y como aparece recogido en el CD. Y lo más lamentable e incomprensible es que toda esa música que ha quedado fuera constituye un bloque musical de inestimable interés, con lo que la película, para el que haya escuchado con antelación la banda sonora y espere encontrar y reconocer los temas de la misma dentro del film, se resiente de una selección que, en realidad, no hace del todo justicia al trabajo de Kaczmarek.

La música de Poseídos es rica en matices y sonoridades. El corte que abre el disco, "Lost Souls", es un sencillo pero bonito tema que evoca misterio y melancolía, imbuido en un aura sacra, y que sirve de perfecta introducción a una historia centrada en la salvación y redención del alma. Este tema servirá de "leit-motif", apareciendo recurrentemente a lo largo del "score", en diferentes variaciones, como hilo conductor de la historia. Destaca especialmente la versión escuchada en el corte número catorce, "You are the Man, Peter", que se corresponde con el momento de la historia en el que Maya le revela a Peter el maligno destino reservado para él, y en el que la música cobra por tanto una mayor intensidad dramática y emocional que subraya el contenido de la revelación. Otro tema de interés es el tercer corte, titulado "Exorcismus", el cual se corresponde con los preparativos y la celebración del exorcismo a Henry Birdson. El tema va cobrando progresivamente mayor intensidad dramática a medida que el exorcismo va llegando a su fin y la confrontación entre el sacerdote y el demonio se vuelve más y más encarnizada. Esporádicos redobles de tambores y cánticos beatíficos vienen a reforzar el carácter épico de la pieza. Los cantos se intensifican y cobran un mayor dramatismo a medida que va acercándose a su recta final, dando paso a una hermosa conclusión basada en un cíclico y obsesivo motivo recurrente para cuerdas. Una de las joyas del album es el tema de Maya, que aparece recogido en el cuarto corte, "Maya's Lullaby", una maravillosa versión para piano que no está incluida, incomprensiblemente, en la película. El tema es una auténtica maravilla que refleja a la perfección el carácter melancólico, triste y solitario del personaje. La melodía fluye con naturalidad transmitiendo una inmensa sensación de quietud, de paz, la misma paz que encontró Maya al reencontrarse consigo misma y ser salvada por el padre Lareaux del demonio que una vez tomó su cuerpo. Este tema vuelve a aparecer en el octavo corte, "Violent Variation on Maya's Theme", el cual, tal y como sugiere su propio título, ofrece una variación en un tempo más acelerado y rítmico del precioso tema de la protagonista femenina de la película. Nuevamente, se trata de otro tema que no aparece en ningún momento en la película. Es una lástima, porque personalmente considero que se trata del mejor, con diferencia, momento temático del score, y que contribuye mucho a la hora de conferirle a la historia esa atmósfera tan sugerente y especial que conserva de principio a fin, a la vez que sirve de un perfecto acompañamiento al personaje interpretado por Winona Ryder, captando a la perfección su forma de ser y su papel en la historia. Por desgracia, el tema no vuelve a aparecer en el álbum, con lo que se echa en falta, quizás, una mayor presencia y también un mayor desarrollo del mismo. En el corte número doce, "Peter is Lonely and Afraid", encontramos un nuevo motivo temático que ilustra la sensación de desasosiego y desesperanza que embarga a Peter Kelson cuando comienza a ser consciente de que su mundo está comenzando a tambalearse. El tema está sustentado en una bonita combinación de piano y cello que exterioriza a la perfección la angustia existencial que embarga al personaje a esa altura de la historia. El corte dieciocho, titulado "The Pentacle", es un emocionante corte de intriga que acompaña al momento en el que Peter Kelson descubre el pentáculo en el techo del piso inferior al suyo. El siguiente tema, titulado "The Bridge", ofrece un momento de calma beatífica con coros celestiales que preceden al escalofriante desenlace musical del presente CD. Y es que la selección musical ofrecida en el compacto se reserva para el final los momentos más decididamente espectaculares del score, en especial el díptico formado por "The Last Exorcism" y "Satan's Church". El corte veintiuno, "The Last Exorcism", es sin duda uno de los más espeluznantes del score, un tema que avanza ominosamente sobre un ritmo constante y obsesivo creando una textura sonora sombría y demoníaca. El efectivo empleo que hace Kaczmarek del coro en este tema ilustra a la perfección el carácter mítico de la confrontación a la que estamos asistiendo. Unas voces comienzan a recitar una letanía sagrada exigiendo al demonio que abandone el cuerpo del sacerdote, secundadas por una masa coral que va cobrando una mayor intensidad paulatinamente, hasta el espectacular crescendo final que delata el triunfo del Bien sobre el Mal.

Incomprensiblemente, la película no hace uso de este magnífico corte en su integridad, ofreciendo únicamente un breve extracto del mismo. La edición en DVD de la película contiene una versión extendida de este exorcismo en el que podemos apreciar más claramente la extraordinaria labor de Kaczmarek, aunque, curiosamente, el tema que aparece en esta versión alternativa no está siquiera contenida en el álbum, lo cual es una desgracia, puesto que se trata de uno de los momentos de mayor belleza coral de toda la obra. La secta satánica liderada por el padre James, tío de Peter Kelson, cuenta también con una representación musical en el sexto corte, "Bedford Church Choir", un sombrío tema coral que parece recitar un mantra a alguna divinidad infernal. El tema gozará de un desarrollo espectacular en el corte veintidós del álbum, titulado "Satan's Church", que se corresponde con el momento en el que Peter y Maya entran en la iglesia donde se encuentran congregados todos los integrantes del culto a Satán. Campanas, un fondo coral opresivo y unas voces guturales rezando alabanzas a Satán en una macabra, majestuosa, y al mismo tiempo contenida salmodia en celebración a Lucifer. Se trata, sin lugar a dudas, del momento más espectacular de todo el score. El siguiente corte, "The Last Ride", se corresponde con la escena final de la película, en la que Maya debe cumplir con su destino y dar fin al hijo del Diablo que se ha encarnado en el cuerpo de Peter Kelson. Los últimos cortes funcionan a modo de epílogo en el álbum, retomando el tema escuchado en los créditos de inicio ("Lost Souls") en hermosas, calmadas y celestiales variaciones a piano que representan el triunfo de la luz sobre las tinieblas y el restablecimiento del orden en nuestra frágil y conflictiva realidad.

En resumidas cuentas, Kaczmarek ha creado una obra compleja y elaborada, en cuya ejecución han intervenido un número considerable de músicos. El compositor parece no haber escatimado en medios, ya que el elenco artístico acreditado en la contraportada del CD es sencillamente apabullante: la London Lyndhurst Orchestra dirigida por James Shearman; la Sinfonia Varsovia dirigida por Tadeusz Karolak; la Warsaw Chamber Opera Choir dirigida por Roman Rewakowicz; Leszek Mozdzer al piano, la soprano Marta Boberska, Dominic Kelly al oboe, Andrzej Klocek al violonchelo, los contratenores Affabre Concinui, Robert Hylla y Leszek Marciniak, el tenor Przemyslaw Czekala, el barítono Piotr Lewandowski, y la labor de Jerzy Suchocki a cargo de los instrumentos Midi y samplers... Todos ellos avalan una composición soberbiamente interpretada.

Si acaso la única pega que podría se le podría echar a la edición en CD del score es su, quizás, excesiva duración, la cual favorece la inclusión de música incidental que o bien no añade nada que no haya aparecido ya o simplemente alarga innecesariamente la audición con música incidental sin demasiado interés. Mientras que los primeros cortes del compacto presentan los distintos motivos temáticos del score, y los últimos presentan los momentos más espectaculares del mismo, así como la resolución final de la composición, su parte intermedia resulta en su conjunto ligeramente irregular, con momentos de gran interés alternándose con otros de carácter más descriptivo. Quizás la reducción de la cantidad de música ofrecida podría haber dado algo más de homogeneidad cualitativa al conjunto de los temas. Pese a todo, la selección de música contenida en el cd hace sin lugar a dudas justicia a la labor de Kaczmarek, aunque en la película gran parte de la extraordinaria música a la que anteriormente hacíamos referencia haya quedado injustamente excluida.

Lo mejor: El conjunto, por su riqueza y diversidad; "Maya's Lullaby", "The Last Exorcism" y "Satan's Church".

Lo peor: Algunos momentos más descriptivos sin mucho interés fuera de la película. Su quizás excesiva duración; el uso de la música de Kaczmarek en la película.

El momento: En lo que respecta a momento de integración música e imágenes, sin lugar a dudas la escena que acompaña al tema "Satan's Church".

Luis Fernando Rodríguez Romero

 
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