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Malena

Malena


Compositor : Morricone, Ennio
Año : 2000
Distribuidora : Virgin Records

Bueno
Tracklist:
  1. Inchini Ipocriti E Disperazione (02:04)
  2. Malena (02:37)
  3. Passeggiata In Paese (03:17)
  4. Visioni (02:36)
  5. Nella Casa... (02:16)
  6. Malena (End Titles) (04:25)
  7. Linciaggio (02:46)
  8. Orgia (01:13)
  9. Il Ritorno (01:47)
  10. Bisbigli Della Gente (02:42)
  11. Ma L'Amore No (01:52)
  12. Casino-Bolero (02:10)
  13. Altro Casino (02:16)
  14. Visioni (Fantasie D'Amore) (02:15)
  15. Cinema D'Altri Tempi (03:39)
  16. Ipocrisie (02:00)
  17. Pensieri Di Sesso (02:29)
  18. Momenti Difficili (04:19)

Malena es el último trabajo de Morricone en el cine de Tornatore hasta la fecha, aunque todo parece indicar que proseguirán su relación creativa en el futuro. La música en Malena, como en todo el cine de Tornatore, aunque siga jugando un papel crucial, ofrece menos recursos de lo que venía siendo habitual, y la composición de los temas musicales no llegan a ser tan redondos como otras veces. Esto no supuso ningún inconveniente para que desde el estreno de la película en Estados Unidos, se iniciase una auténtico despliegue para que Morricone recibiese el Oscar que tantas veces se le había resistido, una especie de ajuste de cuentas con uno de los músicos más populares y renombrados del momento. A pesar de los defectos de la película, el score de Morricone interioriza en la historia y aporta mucha información que las imágenes son incapaces de señalar.

En la banda sonora, Malena maneja, como todas las películas de Tornatore, música incidental compuesta para la ocasión que acompañará de manera omnipresente a las imágenes del filme. El planteamiento del score varía sustancialmente a diferencia de Cinema Paradiso y La leyenda del pianista... En ambos trabajos Morricone confeccionó temas centrales a base de reconocibles melodías, musicadas con grandes orquestaciones, siguiendo los esquemas sinfónicos tan generalizados en la música de cine. En Malena se aleja claramente de estos parámetros. Consciente de que en la película las murmuraciones y chismorreos están muy presentes, Morricone compone un score que apoya irónicamente el intercambio de rumores y comentarios mordaces que circulan entre la gente de pueblo sobre Malena, sobre todo mientras camina. La música de Morricone se convierte así en una especie de comentario sarcástico, confiriendo a estos personajes un matiz de rusticidad, trivialidad y chabacanería, acentuando además su vulgar histrionismo. Con este objetivo utiliza una instrumentación típicamente italiana, en la línea de otro de sus scores para Tornatore, Están todos bien, con claras alusiones a las orquestas de pueblo, a las que de alguna forma parodia, empleando una vez más sus sonidos arrítmicos y atonales. Más descripción musical. En la gran mayoría de estas escenas, el espectador percibe unas sonoridades atípicas que le otorgan un matiz irónico, dando verdadero significado a la escena, un determinado tono que en sí misma la escena no acierta a comunicar, a pesar de los intentos de Tornatore por exagerarla mediante el histrionismo. La música llega a convertirse en el procedimiento expresivo más importante, muy por encima del significado que pretenden transmitir las propias imágenes.

Obviamente, el score de Morricone también profundiza en la idealización y el amor platónico que siente Renato desde que contempla a Malena por primera vez. Para recrear los sentimientos de Renato, Morricone si que se acerca mucho más a sus composiciones más célebres, aunque la melodía es menos espectacular y grandilocuente, de instrumentación más sobria y austera. Utilizando sencillas notas a cuerda, Morricone transmite un romanticismo sereno, impregnado de melancolía, que tiene mucho que ver con la imposibilidad de Renato de poder consumar un amor inalcanzable. La música presenta la psicología del personaje, ya que la primera vez que aparece este leitmotiv es cuando Renato hace novillos para ir a casa de Malena. Las imágenes, aunque están aportando información, carecen de las sugerencias que la música ofrece. En futuros encuentros entre este tema y la correspondiente escena habrá mayor equilibrio, como aquélla en donde Renato decide contemplar cómo Malena abandona de incógnito Castelcuto y coge un tren con destino a Messina. La música estará aquí intensificando el sentido de la escena, redundando en lo que la imagen pretende transmitir.

El personaje de Malena, a su vez, también tiene un motivo musical identificable. Es un tema sereno, igual de sobrio e intimista que el anterior, pero de menos frecuencia y desarrollo, que se inicia con unos pequeñas notas a guitarra que realzan sus movimientos al caminar, pero que irán desplazándose a un segundo plano con la entrada de la cuerda, como si Morricone marcase el paso del exterior al interior del personaje. Aparece insertado en mitad del tema musical que se emplea para ironizar los cotilleos y comentarios de los ciudadanos de Castelcuto sobre Malena, produciéndose un intenso contraste entre dos motivos musicales de tan diferente instrumentación. En él se nos sugiere la condición interna de un personaje frente a su apariencia externa, como si se escarbase en su interior para reflejarnos su vulnerabilidad como ser humano, como si su imponente físico fuese en ocasiones también una carga, un impedimento que la ha condenado a la soledad e incomprensión. La música actúa aquí intensificando nuevamente el sentido de la escena, pues las veces en donde se exhibe hay equilibrio entre imagen y música. Una de las apariciones más importantes de esta escena es cuando Renato está sentado junto a sus compañeros viendo "desfilar" a Malena. Los primeros planos de Malena, que dotan de humanidad al personaje, se oponen a otros planos más seductores, encaminados a recoger detalles de su cuerpo mientras camina, y los primeros planos de las miradas lascivas de los muchachos. La música, por lo tanto, incide en algo que la imagen se esfuerza en retratar. También es muy significativa la escena en donde Malena vuelve aparecer por la plaza del pueblo cogida del brazo de su marido, donde la escena es de por sí suficientemente expresiva. La escena se abre describiendo los saludos entre todos los que pasean y están sentados, siguiéndole una serie de planos con rostros incrédulos y asombrados. El leitmotiv de Malena comienza a sonar con intensidad al mismo tiempo, y a continuación, vemos definitivamente a Malena y su marido.

Estos tres leitmotivs irán apareciendo a lo largo de la película, sufriendo pequeñas variaciones, diferentes arreglos, o bien empleando sólo extractos de los mismos para puntualizar situaciones momentáneas. El score se completa, no obstante, con otros cortes musicales de menos trascendencia y calado, pero indudablemente siguen conservando su función auxiliar a la escena correspondiente.

En la escena del linchamiento, la brutal escena transcurre sin música, ya que permanecen en primer plano los sonidos de los golpes, patadas y puñetazos. La escena llega a su punto álgido cuando una de las mujeres que intervienen levanta el brazo con las tijeras en la mano, señal de que le propinará lo que será la culminación de la humillación: cortarle violentamente el pelo. Este plano detalle de la mano con las tijeras se realza con un acompañamiento musical de percusión. La ausencia de música hasta ahora y su inesperada irrupción llama la atención sobre la importancia dramática de ese movimiento, remarcando el colofón de la degradación. Otras escenas, como cuando Renato escribe las cartas a Malena, o cuando ésta se corta el pelo para asumir una nueva cambio de carácter, son acompañadas con sonidos musicales de sintetizador, teniendo casi una función de relleno que de verdadero peso dramático.

Es obligado resaltar también la canción Ma L'amore no, de D'Anzi/ Galdieri, inscrita en la diégesis de la película, que ya existía evidentemente antes del filme, y que es utilizada varias veces durante la primera mitad de la película. Aparecen, por supuesto, muchas más canciones durante la acción, pero su importancia es escasa, sirven exclusivamente para ambientar espacios y lugares. Esta canción, que la compra Renato después de haber visto a Malena bailándola, aparecerá como música incidental en uno de los sueños de Renato en donde aparece Malena en su habitación. Es una canción que acaba asociándose mucho al personaje de Malena, y que Renato utilizará para poner punto y final a su obsesión cuando tire el disco que la contiene.

La música de Malena no resulta tan atractiva de escuchar ni tan pegadiza como en Cinema Paradiso y La leyenda del pianista... pero es indiscutible que cumple objetivos esenciales en el interior del filme, y que se convierte en el recurso más sobresaliente de un filme mediocre y falto de consistencia.

José Antonio Planes

 
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