Tracklist:
- Sayuri's Theme (1:31)
- The Journey to the Hanamachi (4:06)
- Going to School (2:42)
- Brush on Silk (2:31)
- Chiyo's Prayer (3:36)
- Becoming a Geisha (4:52)
- Finding Satsu (3:44)
- The Chairman's Waltz (2:39)
- The Rooftops of the Hanamachi (3:49)
- The Garden Meeting (2:44)
- Dr. Crab's Prize (2:18)
- Destiny's Path (3:20)
- A New Name... A New Life (3:33)
- The Fire Scene and the Coming of War (6:48)
- As the Water... (2:01)
- Confluence (3:42)
- A Dream Discarded (2:00)
- Sayuri's Theme and End Credits (5:06)
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LA NOVELA
LA VERDADERA HISTORIA DE MINEKO IWASAKI
Arthur Golden, escritor estadounidense nacido en Chattanooga, en el estado de Tennessee, en el año 1956. Licenciado en Arte por la Universidad de Harvard, donde se especializó en arte japonés. Realizó un master en 1980 sobre la historia de Japón en la Universidad de Columbia, y seducido por el misterio de la cultura oriental vivió durante años en Pekín y Tokyo, aprendiendo a hablar en el dialecto mandarín y en japonés. En 1991, mientras ejercía como profesor en la Universidad de Tokyo, conoció en una cena a un hombre que decía ser hijo ilegítimo de una geisha y un importante empresario japonés. Esta historia le llevó a interesarse por el mundo de las geishas, sus artes y sus rituales. En su afán de investigación, Golden contactó con multitud de geishas que fueron dándole detalles sobre como era la vida en una okiya (o casa de geishas) . En esa investigación, fue cuando topó con Mineko Iwasaki, la verdadera fuente de inspiración de la novela de Golden.
Nacida en el año 1949 bajo el nombre de Masako Tanaka, Mineko Iwasaki llegó a una okiya con tan sólo cuatro años. Fascinada por el mundo rodeado de belleza que envolvía a las geishas, y obligada por la deuda moral contraída por su hermana Yaeko, huída de la okiya sin terminar de pagar su deuda, contraída por la formación que se le daba para llegar a geisha. Se inició a muy corta edad, y en los años 60 y 70 llegó a convertirse en la más famosa geisha de Kioto, hasta que con tan sólo 30 años decidió retirarse, movida por su sentimiento de falta de libertad, implícito de las geishas. Durante los 15 años que ejerció la profesión, aunque destapó en varias ocasiones el velo que se cernía sobre esta. Fue entonces, cuando el escritor norteamericano se cruzó en su vida, abriéndole ella muchas de las puertas que encerraban los secretos más ocultos de este mundo. Iwasaki pidió explicitamente a Golden que no revelara su nombre en ninguno de sus trabajos o publicaciones, petición que el novelista Arthur Golden no respeto. Este fue el fallo del escritor, además de alterar el contenido de la historia por propia voluntad, lo que causó que Iwasaki le demandara y por otro lado decidiera escribir su propia novela: "La Vida de una Geisha: La Verdadera Historia". Según Iwasaki, Golden no supo transmitir en su novela la verdadera esencia de la geisha, según sus palabras: "El mundo de las geishas está apartado del resto de la sociedad por razones culturales y económicas. No todo el mundo puede ser cliente. Para ser geisha se necesitan aptitudes, perseverancia y una formación muy estricta; para ser cliente, dinero y educación. Esa vida apartada ha generado desconocimiento y ha convertido la profesión de las geishas en algo oscuro". La fácil confusión de creer que una geisha es una prostituta, es uno de los muchos puntos que defiende Iwasaki, ya que cuando en 1873 el gobierno japonés prohibió la prostitución, muchas de ellas se "redenominaron" como geishas, manchando el verdadero nombre de estas, mujeres que vivían en unos niveles económicos más que suficientes, por lo que el recurrir a la prostitución era algo ridículo y sin sentido para ellas.
ANÁLISIS DE UNA NOVELA
Queda claro pues, que una geisha no es una prostituta, ya que el fin o la tarea de ñestas es situarse en la débil frontera entre las reinas y las criadas, las diosas o las esclavas, y sobre todo, complacer a sus clientes proporcionándoles entretenimiento, interesantes diálogos, elocuentes comentarios... Para ello se visten y se maquillan hasta enmascararse completamente, sirviendo el sake o abriendo las puertas con unas movimientos delicados y perfectamente ensayados durante años, de lenta y dócil cadencia. Saben tocar instrumentos, cantar, y todo lo que realizan o hacen lo ejercen con una completa perfección artística que da una belleza y gracia a todo ello, que roza la perfección más exquisita. No existe en ellas, en absoluto, la prestación de favores sexuales, y este es uno de los puntos de controversia entre la verdadera historia y la novela de Golden: la referencia a la subasta del mizuage (o la virginidad de la geisha). El mizuage que la novela relata se refiere a las oiran (cortesanas), y a la venta de su virginidad, mientras que el verdadero rito del mizuage de una geisha, que sucede cuando aun son maiko (aprendices de geisha), sólo consiste en una pequeña ceremonia en la que la futura geisha (en ese momento maiko) cambia el peinado y la vestimenta hacia el de geiko (una geisha). Simplemente eso. Una de las polémicas vertidas sobre la novela de Golden radicaba en que narraba a las geishas, como prostitutas de lujo, a pesar que ellas mismas defienden no serlo en la propia novela.
Repasando sus fuentes de inspiración y documentación, la novela de Arthur Golden fue obtenida de un cúmulo de experiencias e historias, procedentes de las entrevistas con Iwasaki o con, por ejemplo, Liza Dalby, la única mujer norteamericana que ha conseguido convertirse en geisha, quien también aportó muchos detalles a Golden sobre la vida en las okiyas. De esta última, es la novela "Geisha", en la que, de una manera rigurosa y atractiva, cuenta muchos detalles sobre la vida de las mismas, como que el pago del danna a la geisha (su amante o protector) no le da derecho de favor sexual, sino es la geisha quien se lo concede a este por voluntad propia. Dalby habla muy claramente sobre todos los entresijos de la vida de estas, explicando las relaciones con los actores de kabuki (teatro clásico japonés), los caprichos de los clientes, o la gran competencia entre las propias geishas por ver quién de ellas se llevaba el favor de la dueña de la okiya.
Sin embargo, nos damos cuenta que, a pesar de la gran cantidad de fuentes que tenía en su mano Arthur Golden cuando empezó a escribir su novela, al final la historia de Iwasaki se convirtió en la columna vertebral de la historia de Sayuri, decorado con los detalles de Dalby (consultora sobre el mundo de las geishas para el film) sobre la vida de las geishas, y aportando determinadas experiencias personales que Iwasaki pidió explícitamente que no aparicieran en la novela, porque se asociaría inmediatamente su nombre, y que sin embargo, fueron incluidas incluso reseñando el nombre de Iwasaki. Esto, por lógica, es una ofensa hacia el compromiso que una geisha obtiene de su cliente, de no hacer públicos los detalles que les incumben a ambos, por lo que Iwasaki presentó una demanda contra Golden por perjurio, que finalmente acabó hace poco con un acuerdo económico entre ambos, fuera de los tribunales. De hecho, es muy curioso cómo en la novela, cuando Sayuri cumple 30 años, su historia se va convirtiendo en un cuento de hadas y empieza a perder relación con lo que hasta ese momento hemos leído, derivado del retiro a esa edad de Iwasaki, y por lo tanto, comenzando ahí la parte ficticia de la historia.
Finalizando este pequeño análisis literario, comentar con respecto a la novela en sí, la gran cantidad de opiniones vertidas al respecto, ya no sólo comentarios, sino más bien rumores y supuestas afirmaciones de la más variada índole, entre las cuales figura, por ejemplo, la asociación del presidente de la novela, figura real de la vida de Iwasaki, pudiera ser Akio Morita, fundador de Sony y, parece ser y esto está documentado, amante de Mineko Iwasaki. También hay confusiones con respecto a que realmente la subasta del mizuage de la novela, se refiera al de la hermana de Iwasaki, que sí fue oiran (cortesana) forzada por las circunstancias, así como muchos otros detalles que he preferido no nombrar por no tener una base sólida y pertenecer más bien al mundo tan poco objetivo de las opiniones o comentarios sin un fundamento sólido.
Lo que es algo que no tiene lugar a dudas, es la calidad literaria de la novela, con toda su dureza, y con un hilo de acontecimientos de un lirismo, detalle y descripción (aunque según los eruditos el autor confunda algunas cosas y de por hechos cosas que no lo son, por fallos de documentación al respecto) que, para el que suscribe, le hicieron disfrutar de una de las mejores novelas que han pasado por su manos.
EL FILM
ADAPTACIÓN CINEMATOGRÁFICA
Fue el propio John Williams la persona que presentó a Steven Spielberg la novela de Golden, recogiéndola este último en sus manos e inmediatamente supo que tarde o temprano la llevaría al mundo del cine. De hecho, durante mucho tiempo fue él mismo la persona vinculada a la dirección de este proyecto, aunque otras tareas como "Inteligencia Artificial" o "Minority Report" le fueron obligando a posponerlo. Desde el año 1997 en que adquiriera los derechos, hasta ahora, ha llovido bastante pero lo que sí estuvo claro desde un principio fue el interés del Maestro John Williams en musicar esta historia que lo había conmovido, en lo que sería, dentro de trabajos fílmicos, su primera gran aproximación al mundo de la música oriental. Fue, sin embargo, en el año 2002, cuando la productora Lucy Fisher, tras ver "Chicago", realizó una llamada a Spielberg anunciando que acababa de descubrir a la persona idónea para llevar la novela a una gran adaptación fílmica, a la persona ideal para dirigir esa historia: Rob Marshall. Según las palabras de Fisher: "las geishas son entrenadas como bailarinas, como coreógrafo que también entiende la disciplina de la danza, Rob podía comprender mejor la vida de estas mujeres". Spielberg, que se involucró en el proyecto desde entonces como productor ejecutivo, estuvo de acuerdo ante esta elección y pasaron a buscar el guión que supiera plasmar la novela, aligerando su dureza, pero sabiendo transmitir todo lo que daba de sí la épica y romántica historia.
Centrada en cuatro roles perfectamente marcados, el guión define y lleva perfectamente la trama a partir de ellos: por un lado, el personaje de Sayuri, la joven protagonista, Mameha, su tutora, Hatsumomo, su oponente y geisha de la okiya donde vive Sayuri, y después el rol del Presidente (en inglés, Chairman). Finalmente ha sido la guionista Robin Swicord la única acreditada y encargada del guión final, tras pasar este por las manos de guionistas como Ron Bass, Akiva Goldsman o Doug Wright. Swicord, conocida no sólo por su trabajo en Hollywood sino por sus obras de teatro para Broadway (en teatro no musical), ya había trabajado para Hollywood en el guión de "Matilda", el film dirigido por Danny DeVito sobre la novela de Roald Dahl, o en el film "Practical Magic" ("Practicamente Magia"). Sin duda, el trabajo de la guionista ha sido bastante acertado, eliminando las partes que menos aportaban a la historia dentro de la novela, dando importancia a la infancia de Sayuri, cuando aun es Chiyo, y suavizando un poco la trama, pero sin perder la dureza de los hechos, reflejando perfectamente el sufrimiento y a la vez, la satisfacción, de ser una geisha, obligadas a llevar una vida carente de libertad personal pero llena de belleza.
Tras este primer paso, comenzó la búsqueda del casting, cuyo resultado provocó polémica hasta la saciedad, ya que cuando se hizo pública la elección de Ziyi Zhang para el papel principal, Japón entró en cólera por la elección de una actriz china para el papel de una nipona. Para las autoridades japonesas, elegir a una actriz china para un papel japonés, dirigidos por un director occidental, era una ofensa a su memoria e historia. Para las autoridades chinas, elegir a una actriz china para hacer un papel japonés era una deshonra para la nación y la actriz, así como contar una historia que carecía de interés para los chinos, donde allí "sus geishas" sí son prostitutas y donde consideran que la definición de geisha japonesa, no es más que producto de un manto de hipocresía. En este caso, hace acto de presencia la eternidad rivalidad histórica entre ambos países. En realidad, tanto uno como otro exageran y llevan al ridículo sus opiniones (desde la humilde opinión del que suscribe), ya que al final lo que obtenemos es un film que narra una historia cercana y romántica. La historia y sus personajes es lo importante, a pesar de no ser "muy correcta" con la realidad. Curiosamente, el film ha sido prohibido en China y no se exhibirá en ninguna sala cinematográfica (sólo conseguible a través del tan prolífico mercado pirata en este país), además que en Japón ha visto alterado su nombre, estrenando con el nombre de "Sayuri" para evitar cualquier asociación en el nombre al término geisha. Siendo fieles y justos, aunque para un occidental una china y una japonesa no tenga notables diferencias físicas, para los asiáticos es más que clara esta diferencia, por lo que es como si eligieran a un alemán rubio de ojos azules para hacer de Camarón de la Isla (por poner un ejemplo radical) en vez de a alguien de tez oscura y etnia gitana. Entiendo que los productores deberían haber tenido un poco más de tacto a este respecto, y desde luego, no quita lo absurdo de los comportamientos de ambos países a este respecto.
Resumiendo, el cast quedó completamente realizado con actores orientales, quedó finalmente con el papel protagonista de una excelente Ziyi Zhang, a quien todos recordamos por su trabajo en "Crounching Tiger, Hidden Dragon" ("Tigre & Dragón"). A esta se le unieron en el cast Gong Li, conocida por su aparición en "2046" (y también china), con Ken Watanabe (tan conocido por sus apariciones en "Batman Begins" y "El Último Samurai" y esta vez, sí japonés) y con otra actriz conocida del público, la increíble Michelle Yeoh (otra polémica por ser originaria de Malasia, y no de Japón). Finalmente, comenzó el rodaje del film, no demasiado largo, y localizado en la ciudad de Kyoto en Japón, donde se desarrolla la historia, y unos cuantos estudios en el propio Hollywood, incluido por ejemplo, el Jardín de Té del Parque Golden Gate en San Francisco. Mientras los productores depositaron una total confianza en el buen hacer del director, Marshall daba a toda la historia un toque de romanticismo onírico, unido a la dureza de la propia historia, que envuelve de principio a fin, haciendo que el espectador se identifique con los anhelos de la protagonista.
ANÁLISIS DE UNA PELÍCULA
"Memorias de una Geisha", ¿cómo podría analizar el film? Desde luego el primer punto más importante es su lirismo de principio a fin. Sin duda se dice que las geishas son obras de arte en movimiento, de finos, delicados y calculados movimientos. La película sigue esa doctrina, en un genial trabajo realizado por su director, consiguiendo que esta igualmente sea esa obra de arte en movimiento, que nos va llevando por la infancia de Chiyo, desde la venta de sus padres a la okiya, su crecimiento, su enfrentamiento continuo con Hatsumomo y el odio que esta le alcanza (al borde de lo visceral) convertirse en aprendiza de la geisha más importante y de más influencia de todo Kyoto: Mameha; y así toda la historia. En un narrativa afín en algunos aspectos a la grandiosa "El Último Samurai", la dirección, interpretación, montaje, fotografía y cada uno de los detalles del film son cuidados con una precisión de detalles, como el aspecto de las propias geishas, que no hace más que conseguir rendirse a la evidencia de la gran factura de esta adaptación, que aunque peca como casi cualquier adaptación fílmica de una novela, de "la maldición de la tijera", desde el punto de vista del que suscribe, dichos cortes no estropean la historia sino que dan un punto de vista muy interesante y acertado de toda la historia. No hay que olvidar que cuando vemos una novela adaptada al cine, hemos de saber que vamos a ver un punto de vista obtenido de varias fuentes, orquestadas por un director y un guionista, y que en el 99.9% de las veces, no va a coincidir con la visión que nosotros tuvimos en la lectura. Partiendo de esa base, nos puede gustar más o menos las decisiones y licencias tomadas por los creadores del film, y en conjunto, obtener una evaluación válida o incorrecta del resultado que se visualiza en pantalla. Para mi: genial.
Y desde luego, alguien que tiene que ver y mucho con ese lirismo y fuerza, es el compositor John Williams, en lo que ha sido uno de sus proyectos más personales de los últimos años, y que está recibiendo una campaña de promoción sin precedentes en Estados Unidos, que le ha valido el Globo de Oro a la Mejor Música Original, y que le permitió rozar la preciada estatuilla dorada, aunque injustamente esta fuera concedida a otro trabajo que en opinión del que suscribe, no estaba ni más minimamente a la altura.
Lo curioso es comprobar como, según qué opinión, la película da mucha importancia a la infancia de Sayuri (en ese momento Chiyo), y esta es la que define la personalidad del personaje, con pequeños toques sobre la unión con su hermana, que en el flim quedan difuminados y que casi no aportan nada en la historia, más que darle un fin lógico dentro de la trama al paradero de su hermana, además de permitir nuevamente el regocijo en la crueldad de Hatsumomo.
Pero aparte del aspecto musical, que analizaremos más adelante, podemos comentar que este film es de esos que tienen que llegar al espectador, a tocar su fibra sensible y a sumergirlo en la historia, pues sino verá una serie de estúpidos despropositos sin sentido, importándole mínimamente lo que le pase a esa niña o jovencita, y sólo verá la historia de una cortesana convertida en heroína por una película. Punto aparte del sentimiento de unión o rechazo del que ve el film, está su innegable factura con una dirección artística, fotografía y vestuario, que bordan el concepto que se hace común a todo el film: una obra de arte. Este concepto se asocia también al siguiente punto de esta reseña: su música.
LA MÚSICA
HISTORIA DE UN PROYECTO MUSICAL
Analizando el trabajo del Maestro en este score, y la historia del mismo, hacía tiempo que John Williams no tenía tanto interés por hacerse con la composición de un score. Es bien sabido el interés del Maestro por sus trabajos para concierto, algunos de ellos basados en historias o leyendas, y cuando en el año 1997, Yo Yo Ma recibió por correo un paquete de su amigo John Williams, que contenía la novela de Arthur Golden, fue el primero de los pasos que acabó en la composición del score para su adaptación cinematográfica. Yo Yo Ma contaba como recordaba perfectamente el gran interés de Williams por crear una "imagen musical" de la novela, mucho antes de saber si la novela se llevaría a la gran pantalla. Fue por esas fechas, cuando John Williams (como hemos comentado antes) habló con su amigo Steven Spielberg sobre la novela, y al leerla este último le cautivó y se hizo con los derechos cinematográficos. Unos años después, se comenzó la preproducción (cuando Spielberg figuraba aun como director del proyecto), y John Williams enseguida contactó con Yo Yo Ma para que colaborara en el score. Como ya hemos comentado, el proyecto sufrió varios retrasos debido a la agenda de Spielberg, y al final este se desvinculó de su dirección, pasando esta a las manos de Rob Marshall. Cuenta el propio director, que al retirarse Spielberg del proyecto, de "cierta manera" el puesto de músico del film quedó vacante, y como se sorprendió al recibir a John Williams en una visita, con su jersey de cuello vuelto negro, pidiéndole hacer la música para el film. Marshall, que define a Williams como el más perfecto caballero que ha conocido, no pudo más que aceptar el ofrecimiento de una persona que, a día de hoy, es una de las leyendas vivas de la historia de la música y del cine. Igualmente Rob Marshall recuerda como una anécdota, cuando tras aceptar el ofrecimiento de John Williams para la composición del film, este vino a verlo un día y le comentó que sería una buena idea que Yo Yo Ma se incorporara al proyecto, y que igualmente Itzhak Perlman podría tocar el violín solista en contraposición al cello de Ma. Marshall se quedó de piedra al oir que esos dos grandes nombre de la música iban a tocar en la música para su película, e intentando no desmayarse, dijo simplemente: "Me parece muy bien. Adelante.".
Es curioso el interés del Maestro por este proyecto, y hay una frase de él mismo, en una entrevista en referencia a este proyecto, define el por qué del interés de este por poner música a "Memorias de una Geisha": “Cuando uno se da cuenta de que aún hay sitio para la belleza en el mundo en el que vivimos, hay que celebrarlo, y creo que es fácil darse cuenta de la belleza que esconde el maravilloso libro de Arthur Golden. El libro cuenta una historia de amor única. He compuesto música para muchas batallas y para piezas históricas, pero he tenido muy pocas oportunidades de hacer una historia de amor. Y menos una tan bella y diferente como ésta".
Ávido de estudiar y aprender todo lo concerniente a un estilo musical que no había explorado en su larga carrera musical (en lo que a sonidos étnicos orientales procedentes de Japón se refiere), el Maestro dedicó todo el verano de 2005 a adentrarse en los sonidos y ambientes de la música japonesa. Según sus propias palabras, el reto de componer "Memorias de una Geisha" ha sido: "Incorporar la gramática de la música japonesa con lo que entendemos como armonía musical occidental y su idiomática de melodías". Un método por el cual, uniendo ambos estilos, conseguía un tercero que podría conseguir ese sonido característico donde el film asentarse y sentirse cómodo. Para ello, Williams ha tenido que aprender las posibilidades armónicas de una multitud de instrumentos que desconocía, y aprender a componer para ellos, como el koto de 13 cuerdas, la flauta shakuhachi, la flauta de bambú, el shamisen, las tambores taiko y una gran cantidad de instrumentos de viento y percusión que ha incorporado a esta orquestación, sin igual en su carrera. Todo este esfuerzo obtuvo su resultado en 90 minutos de música grabados en el Ucla's Royce Hall, de los cuales 60 han ido a parar a la edición discográfica de este trabajo, de manos de la misma Sony Music. Toda esta música, incluye, evidentemente, las aportaciones del violinista Itzhak Perlman, cuyo sonido representa al personaje del Presidente (The Chairman) interpretado por Ken Watanabe, y del violonchelista Yo Yo Ma, cuyo sonido representa el personaje de Sayuri, interpretado por Ziyi Zhang. El propio Yo Yo Ma, ha dicho sobre la banda sonora de la película: "Es uno de esos trabajos de intachable factura por parte del Maestro, en el que a pesar del estilo oriental, se conserva el estilo inconfundible de John Williams, perfectamente ajustado al material. Él es un maestro del material, y eso también se basa en un conocimiento profundo del mundo del jazz y del teatro musical estadounidense". El director Rob Marshall fue el primero en acoger la idea de representar con la idea del sonido del cello, la soledad de Sayuri, ya que al ser un instrumento solista transmite esa sensación aunque esté arropado por la orquesta. Según el mismo director, desde cierto punto de vista, realmente Yo Yo Ma interpreta a Sayuri e Itzhak Perlman al Presidente.
ANÁLISIS DEL CD
Analizando el trabajo del Maestro, lo primero que apreciamos es el mimo y el buen gusto que destila en cada una de las notas de la composición, rozando lo exquisito en muchas ocasiones, y demostrando ampliamente como este ha sido para él un proyecto muy especial hecho con todo el corazón. Igualmente, la aportación de las interpretaciones de cello y violín por parte de Yo Yo Ma e Itzhak Perlman, igualmente son una genial vía para llegar, de manera directa, a ese velo de sensibilidad que todos tenemos, más, aquellos que se dejan imbuir dentro de la música para que los transporte hacia ese mundo de ensueño al que vamos cada vez que sentimos la música.
Nada más empezar a oir el disco, se nos presenta el tema principal "Sayuri's Theme", con la presencia de Yo Yo Ma, en una versión más íntima del tema, que acompaña a los créditos iniciales del film. Ya en este primer tema podemos oir la flauta shakuhachi (esa gran conocida del Maestro James Horner) y de la que Williams no ha hecho mucho uso en su carrera. La misma flauta nos transporta al segundo tema donde se nos presenta una de las variantes de la banda sonora: la incidentalidad basada en ambientes, con un presencia muy arraigada en percusiones de madera (percusiones taiko y derivados) así como flautas y todo tipo de instrumentos étnicos, que nos transportan, sin una melodía definida (o en lo que podría considerarse como varios intentos de arranque del tema de Sayuri). Sólo al final se nos define el leit-motive principal, en lo que es la ambientación de las primeras escenas, representando la confusión de Chiyo cuando es transportada contra su voluntad hacia la okiya, después de haber sido vendida por sus padres, al sentir estos la impotencia de poder criar y dar lo mejor a sus hijas. Esta pieza nos trasmite esa tristeza y dramatismo que tiene la escena, acrecetando el sentimiento que ya de por sí transmite el film en esta dura parte del mismo, y "advirtiéndonos" que la historia que vamos a presenciar no va a ser un camino de rosas, sino que veremos una historia de sufrimiento.
Tras esto, en el tema "Going to School" tenemos uno de esos remansos de paz, con un tema mucho más melódico, más evocador, que acompaña a la aun Chiyo y a su amiga Calabaza, hacia la escuela y conociendo el Hanamachi (pequeñas barriadas donde se agrupan varias okiyas, donde se prepara a geishas, que pueden comprender una o varias calles) de Gion Kobu, uno de los más famosos, y donde Mineko Iwasaki (el personaje sobre el que se basa Sayuri) vivió en los años 60 y 70. Este tema es uno de los más brillantes del disco, con una melodía tal vez un poco repetitiva, pero con un marcado ritmo de danza, presente en el film en muchos de sus estadios, ya que en muchas ocasiones las mismas interpretaciones o situaciones parecen evocar algún tipo de coreografía de delicadeza sublime, la misma que las geishas emplean en sus danzas tradicionales. Una de esas pistas que tiene el disco que no parecen hechas por el Maestro, lo cual, según él mismo en una entrevista, es un halago para unos tiempos donde la creatividad de la composición musical es asuente en muchos casos, o bloqueada por ideas preconcebidas de aquellos que realmente sólo entienden de industria y no de arte.
"Brush on Silk" mezcla curiosamente varios conceptos oídos hasta ahora, el de la danza con el de la incidentalidad, construyendo una pieza basada en ritmos, alejada de la melodía, y construida sobre una base completa de instrumentos étnicos nipones, con un ritmo frenético, que acompaña el movimiento en la okiya y el sufrimiento de Sayuri (aun Chiyo) por encajar en un entorno que le disgusta y que sólo le permite pensar en su hermana. "Chiyo's Prayer" vuelve a mezclar conceptos, llevando a una especie de mezcla evocadora, con ayuda del cello de Yo Yo Ma, de lo que sería la petición y desesperación de Chiyo, en una construcción incidental con tintes melódicos, que acompaña la decisión que cambiará su vida: la de convertirse en geisha.
Llegados a este punto, resulta curioso comprobar como en la infancia de Chiyo, mientras vemos el film, podemos descubrir que hemos oído la gran mayoría del material temático incluido en el disco, ya que aunque el disco representa un orden no cronólogico con el film, podemos ver como la presentación de casi todos los grandes temas, se hace en esta primera parte del film. Esto tiene su explicación en que dichos temas son los que van representando la forja de la personalidad de Chiyo que la lleva a convertirse en Sayuri y afrontar su vida de frente y sin temores, por lo que cuando Chiyo ya es Sayuri (en la piel de Ziyi Zhang) se nos ha desarrollado todo el contenido temático musical, dando paso a variaciones, en su gran mayoría, que van definiendo a los personajes poco a poco, pero que nos dan matices sobre la base que ya se nos ha construido anteriormente.
Aterrizamos en este momento, en una de las piezas maestras del disco: "Becoming a Geisha", pieza cumbre que acompaña una escena llena de preciosismo, en que cuál número musical con una exquisita coreografía, se nos muestra en un no menos acertado montaje de panorámicas (como si la cámara fuera un danzarín más) la formación de Sayuri como geisha por parte de Mameha. Esta pieza, en una posterior variación, es utilizada para el final de los "End Credits", donde pierde la parte central que constituye un intermezzo musical constituido en exclusiva por percusiones taiko, que igualmente acompañan las imágenes de gran lirismo, unido a la dureza del entrenamiento de una geisha, escenas para las cuales la propia Liza Dalby, una de las autoras comentadas anteriormente, y única americana en haber conseguido ser una geisha, sirvió de consultora especializada en enseñar a las actrices a hacer toda la escena mucho más real. Puntualización obvia: Yo Yo Ma es el gran protagonista de esta pieza, aparte que este corte podría ser la combinación única y perfecta del estilo más puro del Williams melódico, y de la construcción musical oriental, en resumen, ese tercer sonido mezcla de los dos anteriores, que el Maestro perseguía conseguir y ha conseguido. Tras este momento mágico y magistral, con puntos claves como ese en que la percusión taiko desaparece poco a poco mientras entra la sección de cuerda con el tema de Sayuri y ese momento final, donde llegamos a otro momento incidental lleno, en un principio de sonidos melódicos para pasar luego a otros, propios de una orquestación oriental. "Finding Satsu" comienza con unas notas sueltas interpretadas por Yo Yo Ma, que acompaña la angustia de Chiyo por encontrar a su hermana Satsu, que ha sido llevada a una okiya diferente, donde muy probablemente se convierta en oiran (prostituta).
Y llegados a este punto, se presenta otra de las joyas del disco "The Chairman's Waltz" (El Vals del Presidente), tema soportado por el prodigioso arco e interpretación sublime del gran Itzhak Perlman, que impregna de un toque melodramático toda la interpretación, reflejando el amor que no puede nunca convertirse en algo real, dada la situación de Sayuri como geisha y de él como alguien de la alta sociedad, teniendo que conformarse con algo menos. Este tema se nos presenta cuando el Presidente conoce a Chiyo aun siendo niña, mientras cruza el puente que comunica su Hanamachi con los bares de geishas y la invita a un cucurucho helado. El Presidente queda prendado del coraje y la decisión de esa pequeña niña de ojos azules como el cielo, y de ahí parte el resto de la trama y acontecimientos de la vida de Sayuri. En el transcurso del film, se repite en varias ocasiones, siempre reflejando la situación de Sayuri y el Presidente, en su amor imposible, y hablándonos sobre el personaje en sí, el Presidente, que musicalmente, como ya hemos dicho, representa el violín de Perlman. Sin ir más lejos es en el tema "The Garden Meeting", que da música a uno de los últimos momentos del film donde se resuelve la trama principal, el máximo exponente de estas variaciones. Un tema donde al comienzo es Perlman el protagonista, seguida la orquesta, para después reflejar la unión de ambos personajes cuando el violinista es quien interpreta el tema de Sayuri, situando al Presidente junto a ella de una manera completamente pragmática y de forma solista.
Los temas "The Rooftops of Hanamachi", que acompañan el intento de huída de Chiyo por los tejados de la barriada de okiyas (el hanamachi) y el tema "Dr. Crab's Prize", durísima escena donde el Doctor Cangrejo toma el mizuage de Sayuri, al ser el mejor postor por encima del mejor amigo del Presidente, Nobu (Nobu San, si añadimos el gentilicio de respeto japonés que acompaña a las personas del género masculino), son piezas mayoritariamente incidentales, que en el primer caso reflejan la angustia de Chiyo por salir de la situación en que se encuentra, sin que la descubran, pero pudiendo encontrar a su hermana. El segundo refleja el dolor de la geisha por tener que realizar ese acto de entrega de su virginidad al mejor postor (recordemos que históricamente esto es un fallo de la novela pues el mizuage es la ceremonia donde la aprendiza se convierte en geisha, con un cambio de indumentaria y peinado). "Destiny's Path" también es un tema más incidental, que acompaña al comienzo de la guerra y como Sayuri se ve forzada a dejar la ciudad y abandonar su profesión.
"A New Name... A New Life" acompaña a Sayuri, en variaciones de su tema, partes más incidentales y toques más melancólicos, con la difícil y triste decisión de tener que tomar otro nombre diferente que oculte su personalidad como Sayuri, y trabajar en la montaña durante años, oculta del difícil mundo de la guerra. Gracias al shakuhachi y al arpa, se nos transmite esa curiosa mezcla de dolor y dulzura, que refleja la paz de espíritu de Sayuri por haber conseguido esconderse del mal, y su dolor de corazón por verse forzada a alejarse de la vida de geisha y de su amor verdadero.
Y sin duda llegamos a uno de los temas más duros y de las partes más duras del film. "The Fire Scene and the Coming of War" donde la paz y la vida de las geishas, con su competitividad entre ellas, se ensombrece y desaparece con la guerra y su crudeza, mientras la okiya y todo el hanamachi es pasto de las llamas. El uso dramático de la sección de cuerdas, muy característico de Williams, se mezcla con el uso de las percusiones taiko en su variante más grave y dramática, presentado arpeggios disonantes en algunos momentos, que nos situan en lo amargo de la situación. En ocasiones, un lamento de una cantante japonesa intensifica el dramatismo, hasta que una variación del tema de Sayuri nos situa en el personaje y su desesperación por ver perderse todo, en una construcción musical que puede que sea la única que nos evoca a otros trabajos del Maestro, en este caso a "Inteligencia Artificial".
Las geishas, según dice el film y la novela, son como el agua, con su majestuosidad y belleza, y con su fuerza y temperamento. Así se define el siguiente tema "As the water...", tema casi solista, minimalista y de gran intensidad dramática en que el violín de Perlman y el cello de Yo Yo Ma se unen para construir un tema que refleja los crudos momentos del film. "Confluence" es un tema que despierta en la esperanza proveniente del dramatismo, gracias a los vientos que nos transportan y nos traen el tema de Sayuri, bajo sección de cuerdas en tono grave, y donde Yo Yo Ma entra para acompañar el encuentro del Presidente y Sayuri, en un tema muy Williams en su final pero que va cargando de esperanza y melodía, en un final épico con sabor agridulce.
La penúltima parada en nuestro viaje, sin embargo, es más amarga, ya que representa a través del cello de Yo Yo Ma, la tristeza de Sayuri por no poder cumplir su sueño de ser la mujer del Presidente y tener que conformarse con un plato de peor sabor, en un tema conformado por y para Yo Yo Ma y la expresividad de su cello, creado para expresar esa falta de libertad que tienen las geishas, la gran contrapartida de todo lo bueno que tienen.
Tras esto, la última parada es en "Sayuri's Theme and End Credits" que acompaña a los créditos finales y que empieza como una variación del tema de Sayuri, con un tempo más presto y en una construcción completamente épica, que después encadena en el último minuto con una variación del genial "Becoming a Geisha", con su mismo final. De hecho, antes de esto, tenemos la ocasión de oir el tema de Sayuri de manos del violinista Itzhak Perlman que cede luego de nuevo a Yo Yo Ma, mientras la orquesta viste por encima a ambos. Después subida hacia el infinito de la mano de Sayuri y la orquesta al completo, para cerrar con un golpe maestro la, para mi y para la mayoría de los votantes de los premios GoldSpirits, así como al jurado de la prensa internacional que entrega los Globos de Oro, Mejor Banda Sonora de 2005.
CONCLUSIONES FINALES
En el mismo momento en que supe que John Williams había pedido hacer la música para esta adaptación literaria, no tuve ninguna duda que nos íbamos a encontrar ante una auténtica obra maestra de dimensiones más allá del tiempo, uno de esos discos que será eternamente recordado como uno de los trabajos más delicados y de mejor factura del Maestro. Que "Memoirs of a Geisha" se haya convertido en un ejemplo de construcción musical única, en que intérpretes de la talla de Itzhak Perlman y Yo Yo Ma se han visto involucrados, y que haya sido motivo del Globo de Oro para su autor, es algo que se intuía incluso antes de haberlo oído. Todavía queda el amargo sabor del Oscar, concedido a Gustavo Santaolalla por un mediocre trabajo en comparación con el resto de nominaciones, por culpa de una, curiosamente, injusta nominación por otro gran trabajo como "Munich" que ha hecho que los votos a Williams se repartan favoreciendo a los demás.
Sin duda, palabras o expresiones como: buen gusto, delicadeza o belleza, definen este trabajo, por el cual ha recibido numerosos premios, de prensa especializada, que lo distinguen como el mejor trabajo del año 2005, tan sólo pequeñísimamente ensombrecido (curiosamente) por ese otro gran trabajo llamado "Munich", editados ambos en un margen de tiempo mínimo, el uno del otro.
Si alguien duda aún que John Williams no puede ser llamado por muchos DIOS, aquí tiene otro ejemplo más que lo demuestra.
Lo mejor: Ese sonido que impregna toda la música del film, con el que Williams llena todo el score, en un trabajo completamente nuevo y que ha ofrecido muchísimo que nunca le habíamos oído. Se nota el amor puesto en cada nota y como ha sido un proyecto más que personal para él.
Lo peor: Tal vez, y sólo tal vez, la dureza de escucha aislada de algunas partes incidentales.
Los momentos: "Becoming a Geisha" y "The Chairman's Waltz".
Julio César Fernández Muñoz (NeotheOne)
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