Tracklist:
- Introduction (1:56)
- Landing on Elba (3:33)
- Marseille (4:23)
- Betrayed (3:52)
- Chateau D'If (4:26)
- Abbe Feria (2:24)
- Edmond's Education (0:58)
- Training Montage (1:54)
- Escape from the Island (7:24)
- Finding the Treasure (2:52)
- An Invitation to the Ball (2:12)
- Involving Albert (2:47)
- After the Party (3:06)
- Retribution (5:29)
- End Titles (5:47)
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Volver a tiempos pasados donde el cine era totalmente diferente al esperpento y al recargado estilo visual de la actualidad, se muestra como una tarea a veces demasiado autocomplaciente y otras veces como la única salida para saborear una buena película, por ejemplo, de aventuras.
Lejos quedaron los tiempos en que Scaramouche, espada en mano, hacía valer su coraje en pos de defender algún entuerto o sencillamente una injusticia. También lejanos se muestran los tiempos más contemporáneos en los que Indiana Jones corría delante de una piedra monstruosa desafiando toda muestra de razón.
O incluso un Robin Hood con cara de Kevin Costner, defendiendo los intereses de unas personas oprimidas por las ansias y la ambición de un tirano.
Y es irónico que el propio director de esta última historia, el genial Kevin Reynolds, sea el encargado de llevar a la gran pantalla una nueva muestra de las hazañas del Conde de Montecristo. En este caso, La venganza. Y si somos analistas y meticulosos, no es sino en esta aventura, donde la palabra venganza cobra más sentido si cabe. (aunque en la edición original americana sólo se ha denominado “El Conde de Montecristo”)
Sencillamente, La venganza del Conde de Montecristo es una película que sin ser una obra maestra del entretenimiento, sí que rescata ese sabor de aventuras que se había olvidado hace largo tiempo, haciéndonos vibrar en la butaca con cada giro argumental, o con cada desarrollo en la interpretación de un genial Jim Caviziel.
Reynolds se deja de artificios aparatosos, de imposibles coreografías a la japonesa (ver The Musketeer), o de abastacerse de efectos especiales anacrónicos (ver La Isla de las Cabezas Cortadas), para dejar todo en la mano de una genial interpretación de todos sus actores, de una magnífica puesta en escena, de unos planos adecuados en cada momento, de una iluminación natural, de cualquier despojo de filtro o técnica infográfica para variar la textura del negativo... Sencillamente cine, en estado puro. Un gran cine de aventuras.
Edward Shearmur, un talento que ya no es tan inesperado, y que cada obra que le ocupa lo eleva más al podium de figura a tener muy en cuenta, ha recogido los sonidos pretéritos de compositores tan afines a Reynolds como Michael Kamen o James Newton Howard.
Tal vez Kamen sea su principal influencia, y se aleje bastante de un estilo Howard donde los coros y la magnitud casi de deidad de la orquesta dominan el espectro total de sonido. (Klaus Badelt sí que ha tomado este camino en La Máquina del Tiempo). Incluso también se aleja del sonido Arnold para las escenas de acción.
Si bien Shearmur sigue más los parámetros de Kamen, cierto es que su composición es ante todo original y debida a un camino con sabor propio.
Para La Venganza del Conde de Montecristo, Shearmur crea un tema principal bello, donde dominan los matices nostálgicos y dramáticos, no por nada en especial, salvo los años que permanece el personaje preso en ese castillo oscuro y tenebroso donde la muerte solitaria parece ser la única solución antes de que la razón se busque parajes más elevados para perderse.
En “Marseille”, Shearmur utiliza un leitmotiv delicado a base de arpa, para describir el amor que nuestro protagonista siente a las orillas del mar y que perderá abruptamente por una traición manifiesta de su mejor amigo.
La parte en la que nuestro futuro conde desarrolla sus habilidades ocultas gracias a un incomparable Richard Harris es donde el compositor más bebe de las influencias de Kamen, con el que ya trabajó en “Let him have it”.
“An invitacion to the Ball” es, tal vez, la escena más pasada de rosca, la más fantasma de la película, y misteriosamente no tiene nada que ver con las capacidades físicas o mentales de nuestro héroe. Sencillamente es el despliegue de capacidades económicas recién adquiridas por Montecristo (ya sí, conocido como tal), con un despliegue de fuegos de artificios y un globo que un circo organiza del todo influenciado por el “Circo del Sol” francés de nuestra actualidad. De todas formas este tema es el más rico en matices y en sonoridades grandilocuentes, y también muy disfrutable.
El mejor tema sin duda es, “End Titles”, donde ya ha ocurrido el genial desenlace, y donde Shearmur se explaya a gusto con ese estupendo “theme”.
En definitiva, tenemos un gran trabajo de un compositor que deberemos seguir muy de cerca, y sobre todo sabiendo su impresionante nuevo proyecto, “Reign of Fire”, una historia de Apocalipsis terrenal a manos de un ejército de Dragones. Prueba de fuego definitiva para Shearmur.
Lo Mejor: El sabor original de Shearmur que olvida influencias muy marcadas de anteriores compositores, pero sin perder ese sabor de “sonido aventuras”.
Lo Peor: Algún tema que otro de acción con mayor fuerza de la que plantea Shearmur.
El Momento: End titles.
DDBSpawn
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