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Mountains Of The Moon

Mountains Of The Moon


Título en español : Las Montañas de la Luna
Compositor : Small, Michael
Año : 1990
Distribuidora : Polygram Records
Duración: 45:52

Muy bueno
Tracklist:
  1. Main Title
  2. Journey
  3. Sandy Camp
  4. The Market
  5. Escape To England
  6. Isabelle
  7. Return to Africa
  8. Mabruki And The Lion Shoot
  9. The Long Walk
  10. Burton Sings (The Lone Rock)
  11. Desert Trek
  12. It's The Lake
  13. Poison water
  14. Dark Caravan
  15. Ambush
  16. Ngola's Court
  17. Speke And The Great Lake
  18. Farewell To Mabruki
  19. Journey Home
  20. The Wedding (Isabelle's Theme)
  21. The Decision
  22. Burton's Theme
  23. Journey Finale

El deceso de Michael Small y los obituarios correspondientes por parte de la prensa no especializada cargaron pocas tintas en la contribución de este mal conocido compositor a los anales cinematográficos. Su música para películas de renombre en los años 70 y 80, como Klute, Marathon Man, The Postman Always Rings Twice o The China Syndrome, tal vez haya relegado a un segundo plano las partituras para cintas como la que nos ocupa: Mountains Of The Moon, una realización de Bob Rafelson inspirada en las hazañas del capitán Burton y el teniente Speke, abriéndose paso en el corazón de África, entrado ya el siglo XIX, para dar con las fuentes del Nilo y colmar de orgullo a la Royal Geographic Society de un vanidoso Imperio Británico.

Si Pollack quería rodar en los mismos escenarios naturales de esta película Out Of Africa, fue en aquella ocasión para dramatizar una historia de amor basada en hechos reales. Lo que Rafelson se propuso en Mountains Of The Moon fue algo muy distinto: documentar uno de los descubrimientos más controvertidos de la historia geográfica. Tanto Julio César como Napoleón habían ambicionado dar con las fuentes del principal río de África sin conseguirlo jamás. El mérito se lo apuntó siglos más tarde John Hanning Speke; pese a que la película le arrebata abiertamente los honores para reivindicar de este modo al capitán Sir Richard Burton en la paternidad del descubrimiento.

Richard Burton

Hablar de Richard Burton en crítica cinematográfica impone una referencia al actor galés cuyo nombre real fue, en vida, Richard Walter Jenkins, Jr. Se ha hablado mucho e incluso se ha escrito que el actor que formó pareja con Elizabeth Taylor quiso adoptar el nombre de Richard Burton en homenaje al aventurero. La verdad, sin embargo, es otra: Burton tomó prestado este apellido de su tutor y profesor en la escuela, Philip Burton... Lo demás fue simple casualidad.

Richard BurtonEl auténtico Richard Burton, de hecho, fue un personaje real de película; tanto o más que T.S. Lawrence, Winston Churchill, los generales McArthur, Patton, Custer, o hasta el mismísimo Buffalo Bill... Si se conoció mal y nunca saltó a un primer plano de la actualidad hasta la película de Rafelson y al término del siglo XX fue, sin temor a equivocarnos, por la censura con la que le atosigó la Inglaterra victoriana.

Se me ocurre un caso similar, el de Thomas More, canciller británico ejecutado por Enrique VIII y que la película A Man For All Seasons reivindicó con Oscar incluido. En menor medida (aunque también con Oscar), The English Patient reivindicó la figura de otro intrépido explorador de la Royal Geographic Society (aunque de origen húngaro), el Conde Almassy.

Lo cierto es que la bravuconería del capitán Richard Burton rallaba, a tenor de sus coetáneos más aristocráticos, la estupidez. Todo apunta a que lo suyo era montar números, y vaya si los montó...

Nacido en la bahía de Torquay (Irlanda), en 1821, Burton creció con el hábito de romper reglas y desafiar prohibiciones, en una sociedad poco dada a tales devaneos. Sin embargo, su currículo lo acreditó ya de joven no sólo como explorador y aventurero, sino también como literato, antropólogo, políglota y lingüista (introdujo las palabras safari y pijama en el diccionario de la lengua inglesa). Tradujo también al inglés el Kama Sutra y los cuentos de Las Mil y una noches.

Pese a tener por padre a un coronel del ejército y a ejercer como capitán, Richard Burton no destacó nunca en vida por su disciplina. En 1942 fue expulsado de la Universidad de Oxford.

Retrato de primer planoPese a que el paso a los infieles (occidentales) estaba prohibido, Burton se las apañó para penetrar camuflado en las ciudades santas de la Meca y Medina. También visitó de incógnito la ciudad de Harar, donde el castigo por penetrar a un hombre blanco era la pena de muerte. Se conoce que su dominio de varias lenguas y su habilidad en los disfraces permitieron que llevara a cabo todas estas proezas.

Su rostro se caracterizaba por dos inmensas cicatrices en su mejilla, debidas a una lanza que le atravesó la cara durante un ataque que queda recogido en la película.

Pese a que la Corona distinguió al teniente Speke y al capitán James Augustus Grant como los verdaderos descubridores de las fuentes del Nilo en 1863, Burton tenía mucho que ver con aquella proeza (aun sin hallarse físicamente en el lugar y el momento oficializados para la posteridad), y la misma Reina Victoria lo condecoró como caballero del Imperio (Sir) en 1986, cuando se hallaba ya retirado junto a su esposa Isabelle en la ciudad italiana de Trieste, donde falleció en 1890.

No es casualidad que Bob Rafelson utilizara el centenario de su muerte para homenajear a Richard Burton con Mountains Of The Moon. El actor Patrick Bergin encarnó el personaje a la perfección y, en realidad, toda la película respira devoción a este personaje. El compositor Michael Small se sumó al empeño reivindicativo y colocó el tema de Burton dentro del tema principal de la película.

Michael Small

Como Burton, Small no fue objeto en vida del reconocimiento apropiado a su contribución en la música cinematográfica. Autor de más de medio centenar de bandas sonoras, Michael Small vino al mundo en la ciudad de Nueva York el 30 de Mayo de 1939. Aprendió a tocar el piano de bien niño y estudió composición musical en Broadway junto al maestro Meyer Kopferman en 1962, aprovechando un enchufe de su padre, gran amigo de gente como Jerome Robbins o Harold Rome. "Por entonces", admite Small en una entrevista, "yo sólo pensaba en componer canciones para musicales". Después llegaron los pinitos en el cine, con curiosidades tan anecdóticas como la partitura del documental Pumping Iron, que en 1967 supuso el debut cinematográfico del actor (y gobernador republicano de California) Arnold Schwarzenegger.

Realizadores como Alan J. Pakula, Robert Wise, Bryan Forbes, Jerry Schatzberg, Walter Hill, Peter Hyams o Michael Apted, además de Bob Rafelson, sacaron partido en sus películas de la creatividad musical de este compositor, que derrochó también mucho talento en el anonimato de las series televisivas.

"Se trata del compositor más brillante con el que he tenido la fortuna de trabajar", reconocía Bob Rafelson a un corresponsal de Los Angeles Times tras la muerte del músico. Rafelson y Small colaboraron en cuatro películas, y el director subraya el empeño que Small puso en su proyecto de The Postman Always Rings Twice, adaptando al cine por segunda vez, en 1981, la obra de James M. Cain y contando para ello con Jack Nicholson y Jessica Lange. "Se trataba de un thriller nada convencional, con una relación íntima muy tensa entre los dos personajes centrales, para lo cual Michael huyó un poco de los planteamientos musicales propios del suspense y se recreó en la elaboración de una suite que casi parece una historia de amor... Fue un músico de gran sensibilidad romántica."

Pero el propio Rafelson reconoce que la ocasión en que músico y director hilvanaron su proyecto más sólido y personal fue, precisamente, Mountains of the Moon. "La música tenía allí un papel esencial, el de atestiguar un descubrimiento para el que las palabras no tenían valor ninguno; penetrar en lugares donde el ser humano no había penetrado hasta entonces, servir el fondo emocional de un paisaje incógnito, yermo, subyugante..."

La película y su música

Mountains Of The Moon arranca en negro con el tema pricipal de la película por fondo sonoro. Se trata de una fanfarria muy al estilo de Indiana Jones (por cierto, más de un crítico de esta película ha identificado al personaje de Richard Burton como un icono histórico precursor de Indy). Cuerdas y trompetas sobre negro que, repentinamente, dan paso a un festival de tambores y percusión en la imagen preciosa de las aguas del Nilo que rompen en la embarcación con la que el teniente Speke se aproxima al África, en busca del capitán Richard Burton.

Rafelson se documentó hasta el extremo para proporcionar una película fiel a la realidad, y Small quiso también que la música del continente africano participara activamente en la banda sonora. Asesorado por un musicólogo, el profesor Senegu Zake, el compositor confió las percusiones a Foday Muso Suso (virtuoso en toda suerte de instrumentos vernáculos) y a dos percusionistas de peso: Gordon Gottlieb y "Crusher" Bennet. El resultado es una música que apoya su fuerza no tanto en la orquesta como en los detalles percutores. La mezcla del disco es excelente, y en ella toma parte un mezclador veterano de las bandas sonoras: Shawn Murphy.

Para las escenas de marcha a través del paisaje africano, Small rehuye la técnica barryniana de sección de metal y cuerdas a juego con el paisaje de la sabana... El paisaje, en realidad, es desolador, agobiante; polvo, calor, sed y toda suerte de peligros acechan constantemente a los personajes de la película... La crudeza de África "en todo su explendor".

El compositor apoya el ritmo de las marchas en su nutrido grupo de percusionistas. Destacan los cascabeles y el látigo, proporcionando un efecto similar al que utilizó Goldsmith en su partitura de Congo. Es de agradecer que los coros africanos estén comedidos... Muchas bandas sonoras (Congo incluido) abusan de ese recurso.

Algún "BSO spiritista" ha subrayado la semejanza del tema de Isabelle (la amante y después esposa de Burton) con el tema central de Leyendas de Pasión... En defensa de Horner podemos argumentar que éste manifestó abiertamente, a propósito de su partitura, que se había inspirado en una melodía popular inglesa... Puede que Small hiciera lo propio; en todo caso, algunos años antes.

Lo Mejor: El juego de flauta árabe y percusiones en The Market.

Lo Peor: Una vez más, la exclusión de músicas de la película en la grabación del disco.

El Momento: The Lone Rock, cuando Speke enloquece de dolor después de que un escarabajo penetre en su oído. Burton intenta curarlo a la manera nativa, con cera de un candil... Pero el impaciente inglés decide cortar por lo sano y perforarse el tímpano con un punzón. "¿Lo ves? Ya no me dolerá más", admite llorando ante Burton, y después se retira a su tienda.

Rafelson, que junto a su predilección por Burton no disimula en la película su desprecio por Speke, pidió a Small que incluyera una pieza irlandesa con la que el explorador se mofara del ilustre representante de la Corona... Lo que hizo Small, en realidad, fue pedir a Patrick Bergin (actor irlandés) que cantara alguna canción que él supiera, que posteriormente acompañarían el gaitero Bill Ochs y una pequeña sección de cuerda. Burton acoge a Speke en su regazo y le canta una canción de cuna con sublime voz. El efecto, en vez de cómico, resulta enternecedor. Lo irónico, en cualquier caso, es que Speke queda sordo a raíz de aquel incidente y no puede percatarse de la bonita canción con que lo arrulla su colega explorador.

Jordi Montaner

 
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