Mr. Brooks

Compositor: Djawadi, Ramin
Año: 2007
Distribuidora: Milan Music
Duración: 51:00

Si uno tuviese que elegir a un actor que hiciese que el público pudiera llegar a identificarse con él, a pesar de interpretar a un psicópata, pocas opciones se nos presentarían.

Dudo mucho que Tom Cruise atrapase simpatías interpretando un sanguinario asesino (ver Entrevista con el Vampiro para hacerse una idea). Idem con Val Kilmer, Leonardo DiCaprio u Orlando Bloom (aunque éste no reúne simpatías interprete lo que interprete... y con cierta razón).

Pero no es el caso del actor que nos ocupa, Kevin Costner. Capaz de aportarnos personajes humanos a más no poder, aunque a posteriori sus acciones pertenezcan más al terreno de la ciencia ficción o al cómic por su efectividad. El actor tiene ese halo de naturalidad que posibilita que el espectador conecte facilmente con él.

En Mr. Brooks, Costner interpreta a un reputado filántropo, en la cima del poder y del reconocimiento. Pero no es oro todo lo que reluce, y Brooks esconde un universo oscuro y desgarrador en su interior. En los ratos de ocio da pequeños paseos a casas de personas extrañas, invade su vida y su privacidad, con el solo fin de acabar con sus vidas, de forma rápida y limpia. Nada de carnicerías, no va con el señor Brooks.

Acompañándole siempre se encuentra el señor Marshall, la voz asesina de su conciencia que en la película se materializa en la carne y el hueso de un excelente (como de costumbre) William Hurt.

Ni qué decir tiene que lo mejor de toda la película son los contados momentos en que Mr. Brooks y Mr. Marshall hablan sobre la situación argumental en la que se hallan inmersos, acelerada por la presencia inesperada del señor Smith y de la agente Tracy Atwood (una correcta Demi Moore).

Tanto Hurt como Costner se salen. El primero porque tiene en sus manos un personaje realmente atractivo. Personalidad escondida, que solo el señor Brooks y el espectador pueden ver. Hace acopio de muchas virtudes y muchos defectos, todos ellos amplificados: inteligencia, memoria, maldad, etc...
El segundo por sus momentos de debilidad. Es el Costner de toda la vida, salvo cuando aflora su alma torturada y enferma. Mr. Brooks es un adicto y como tal una persona aquejada de una enfermedad que le hace vivir una doble vida en prejuicio de su aparente sana familia.

La historia engancha al espectador, gracias al excelente trabajo en labores argumentales de Bruce Evans y Raynold Gydeon. El primero ejerce también de director de la película, creando una atmósfera fría y mortalmente realista, llena de limpieza en la dirección artística, alejando el resultado de filtros excesivos que ensucien la visión. Esto unido a una excelente labor de iluminación y la música apuntala aun más esa sensación de frialdad oscura que también va con la historia.

Hablando ya de la composición musical de Mr. Brooks, ésta es totalmente electrónica. Algo que no sorprende viniendo de un chico Remote Control, más concretamente de Ramin Djawadi.
Ramin ha desarrollado casi toda su carrera componiendo musica adicional para otros compositores más reconocidos que él, también de Remote Control. Cuando éstos han salido de la factoría de Hans Zimmer con claro prestigio y éxito (unos más que otros), aquellos compositores adicionales asumen ahora la titularidad de ciertos trabajos. Es el caso de Ramin y de gente como Geoff Zanelli (que podemos escuchar en Hitman, aunque yo recomiendo mucho más su trabajo para la televisiva Into the West, con la que se hizo con un premio EMMY).

El mayor éxito de Ramin se halla en su composición musical para la serie de Prison Break. Ésta es sencilla, sin demasiados alardes, evidenciando que Ramin más que un talentoso compositor es un eficaz currante.
El mismo resultado puede aplicarse a esta Mr. Brooks, una partitura fría y distante en una escucha aislada, pero que en una escucha conjunta con las imágenes no solo queda que ni pintada sino que ayuda a aumentar su sensación de frialdad y repulsión a las costumbres adictivas de Mr. Brooks.

En general los mejores momentos de la partitura y los que mejor funcionan con las imágenes son los momentos atmosféricos, por aquello de que ayudan sobremanera a la historia. Es el caso de "Regrets of an Artist", "The Thumbprint Killer" (este último con sutiles referencias en la construcción musical al Saw de Charlie Clouser), "The Addiction", o el melancólico "Suicide Note".

Los que menos funcionan son los más violentos, tales como "Meet Meeks", demasiado excesivos para una historia que es ejemplo de contención. En el caso de una mencionada Saw o sobre todo en Hostel esa exageración sería bien recibida, pero no en Mr. Brooks.

Y no olvidemos la importante canción "Vicious Traditions", con un montaje musical que queda de escándalo con el singular final de la historia.

Son estas historias urbanas, sencillas, de personajes atormentados las que mejor le vienen al compositor, tan fiel y tan dependiente de sonidos electrónicos contemporáneos. Ahora bien, no veo a Ramin funcionando en cualquier historia, y sale bastante mal parado en una comparación con otros jóvenes músicos de su generación. De todas formas en esta partitura cumple y con creces, siendo su mejor composición hasta la fecha.

Lo mejor: La asociación imagen-música es perfecta, salvo en contados momentos.

Lo peor: Esos momentos son los de mayor violencia. Demasiado excesivos para una historia muy sutil.

El momento: "The Thumbprint Killer", gracias a esa melódica construcción de la ambientación fría y despiadada de un asesino, Mr. Brooks.

DDBSpawn (David Doncel)