Tracklist:
- Mulholland Falls (04:32)
- "Just A Girl..." (02:46)
- Hurting For Allison (03:31)
- Flashback & Revelation (03:02)
- Kate's Theme / The End of Jimmy (03:04)
- Nuclear Madness / Hats In The Desert (04:13)
- Home Movies (01:41)
- "It's Over" - Flashback (02:59)
- Separation (01:31)
- To The Base / Fallout For Timms (03:23)
- Finale: Hats Off (02:54)
- No Common Ground / End Credits (06:48)
- Harbor Lights (03:22) (Performed by Aaron Neville)
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En el mismo año que City Hall, y un año antes de la excepcional y soberbia L.A. Confidential, todo un puñado de virtudes que se conjugaban magistralmente, desde el director (Curtis Hanson) y el reparto, hasta el guión y el score (un gran y soberbio Goldsmith), llegó, sin hacer mucho ruido, Mulholland Falls, traducida como La Brigada del Sombrero (mis amigos y yo la llamamos, cariñosamente, La Brigada Fascistoide, con aquellas porras en mano repartiendo estopa entre el personal).
Sin ser nada del otro jueves, aunque con una excelente ambientación, puesta en escena y excelente reparto, lo que se me quedó grabado a fuego lento fue el trabajo de Dave Grusin, una excepcional partitura y uno de sus trabajos más redondos y maduros, que supuso la constatación de dos hechos: el primero, que Grusin seguía teniendo su mojo, ese toque magistral para entender y saber contar una historia a través de su música, y el segundo, que más vale poco y bueno, como los perfumes que vienen en pequeñas fragancias, que mucho y normalito, y en esto, y de lejos, creo que Grusin es el mejor.
La Brigada del Sombrero
Mulholland Falls es como se conoce a los acantilados de Mulholland, en L.A., donde una brigada policial de hombres rudos, formada por Nick Nolte, Chazz Palminteri, Michael Madsen y Chris Penn (cuatro bestias pardas), suele arrojar la "basura" de la ciudad (delincuentes y mafiosos varios), en un intento de evitar el crimen organizado en la ciudad, bordeando casi siempre la Ley.
Prueba de ello es el brillante comienzo de la película, donde Max Hoover (brillante Nick Nolte) y sus hombres entran a golpes y porrazos en un restaurante de lujo, repartiendo estopa a varios mafiosotes (entre ellos un jovencito Rob Lowe), y arrojando a un mafioso, futuro Doctor Grissom de CSI Las Vegas (el gran William Petersen), por los acantilados de Mulholland, dejándolo para el arrastre.
De ahí a la traducción por la Brigada del Sombrero hay un buen trecho, pero en su defensa podemos decir que al menos es un título apropiado para la película.
La trama arranca cuando el cadáver de una joven chica aparece en el desierto (cercano a un cuartel militar donde el ejército realiza pruebas nucleares), completamente reventada por dentro y aplastada contra el suelo. Hoover no tardará en descubrir que se trata de su ex amante Allison (una bellísima Jennifer Connelly), con quien había roto recientemente para no poner en peligro su matrimonio con Kate (Melanie Griffith).
Una cinta grabada por un amigo gay de Allison, Jimmy Fields (Andrew McCarthy) pondrá al general Thomas Tims (interpretado brillantemente por John Malkovich) como posible sospechoso, quien se encuentra resguardado por su perro de presa el Coronel Nathan Fitzgerald, interpretado por el siempre interesante Treat Williams (Hair, Deep Rising, 1941).
Pero Hoover descubrirá que el general Timms no ha sido el único en ser grabado con Allison: Jimmy Fields le revelará que también hizo lo propio con Hoover
El caso se irá complicando, con la muerte de Jimmy Fields y la aparición del FBI en pantalla (con un odioso Daniel Baldwin como agente especial), mientras que la relación matrimonial de Hoover se convertirá en un infierno, justo cuando Kate descubra las cintas de Hoover y Allison, bastante subiditas de tono. ¿Conseguirá Hoover resolver el caso y salvaguardar su matrimonio, o será ya demasiado tarde?.
Mulholland Falls recibió alguna crítica durilla en la época, e incluso obtuvo una injusta nominación a los Razzie para Melanie Griffith (resultando vencedora), pero el tiempo ha hecho que esta pequeña película se mantenga como un buen ejercicio de cine negro, donde la ambientación, los actores (con cameos de actores como Bruce Dern o Lousie Fletcher), los clichés del género y la excelente partitura de Grusin ayudaron a recrear la época de los 50, todo ello sostenido por una buena ejecución técnica de Lee Tamahori, el mismo director de la interesante The Edge (1996), de la olvidable Die Another Day (2002) de la saga Bond, el thriller Along Came a Spider (2001) o la irregular Next (2007).
Dave Grusin, Un toque de Elegancia
Poquito ha hecho Grusin en comparación con otros compositores de su generación, pero si hacer menos supone incrementar la calidad de sus composiciones para las diferentes películas en las que ha participado, desde luego, y de lejos, Grusin gana de goleada.
Todos recordamos L.A. Confidential (1997), uno de los más inspirados trabajos del Maestro Goldsmith, que le reportó una justa nominación al Oscar por su gran composición, convirtiéndose en una de las películas del año, para mi gusto, muchísimo mejor que el Titanic de Cameron.
Pues un año antes, en 1996, el genial compositor Dave Grusin nos regaló esta auténtica maravilla, que nada tiene que envidiar al trabajo de Goldsmith, y que creo, y de lejos, que debió de haber sido nominada al Oscar con total justicia, pero la poca repercusión de taquilla de la película y la pobre acogida crítica lo evitó.
Además, el año 1996 nos brindaría un buen score de Goldsmith, City Hall, que junto con L.A. Confidencial y Chinatown (1974), completan su trilogía sobre el cine de negro.
Pero el tiempo pone a cada uno en su lugar, y años después, esta película parece ocupar un puesto de mayor respeto entre los aficionados al cine, reconociéndole varias de sus virtudes, especialmente la magistral y maravillosa composición de Grusin, para mí, una de las mejores de los 90.
Grusin le da vida a la película, le insufla ese aire de cine negro, ese toque dramático del cine clásico de antes, reviviendo la década de los 50, con dos excelentes motivos musicales, y un magistral desarrollo temático a lo largo de toda la película.
La cantidad de música editada (cortesía de la discográfica Edel Music) no llega a los tres cuartos de hora, y poquito más hay (alguna variación), por lo que lo editado ronda prácticamente el 100 % de lo que oímos en pantalla.
Es un trabajo que se ha convertido en un articulo bastante cotizado, y solo encontrable en el mercado secundario, a precios algo mas elevados de los normales. Por mi parte, tuve la bendita fortuna de recibir esta obra maestra como regalo de cumpleaños allá por finales de los 90 (gracias Edu).
Como resumen, recalcar, de nuevo, que estamos ante un score que es una auténtica exquisitez, un trabajo de obligada referencia, y que debería de figurar en las colecciones de todos los aficionados a la música de cine que se precien, porque esto, señoras y señores, SI es música de cine, y con letras mayúsculas.
Dos Excelentes Motivos para Vertebrar el Score
Grusin utiliza dos motivos centrales, dos auténticas maravillas musicales, que en realidad vienen a ser el mismo tema, y que ya nos los introduce en el primer corte, "Mulholland Falls", que da inicio a la película:
-Leitmotiv Central: Básicamente, al margen del argumento principal de la película, es decir, el crimen de Allison y su resolución, Grusin enfoca el motivo central desde el lado del triángulo amoroso que forman Hoover con su mujer Kate, y especialmente, con su amante, Allison, que será el desestabilizador completo de su vida. Es un bellísimo y sugerente motivo, donde el piano y unos teclados configuran el tema central, con un toque sensual, y excelente arropado por los violines, que refuerzan la melodía.
-Leitmotiv de la Brigada del Sombrero: Es un motivo rítmico y percusivo, con un excelente toque jazzístico, que acompaña a los cuatro hombres cada que vez que se ponen en faena. Es un excelente corte que se complementa con el anterior, pero con un excelente sentido del ritmo, muy cuidado, e impregnado del buen hacer jazzístico de Grusin, que no deja de ser más que una magistral variación del tema central, con una trompeta con sordina (muy habitual del género, y de compositores como Goldsmith) doblada por un saxo alto, y acompañado de un ritmo percusivo llevado por el chaston (los platos chocados de la batería) y el timbal, donde la melodía avanza por inercia, permitiendo una excepcional improvisación del motivo principal en los end credits. Ese uso y toque de la percusión es la que nos indica que ESE es el motivo de la Brigada.
Además, Grusin introduce dos pequeños motivos, uno casi más un recurso que otra cosa, asociados a los temas de acción, y el otro para el ejército, formado por unas baterías militares y un tema misterioso y de texturas algo oscuras.
Además, cada vez que la Brigada sigue pistas, o vemos los videos grabados en blanco y negro con escenas de los pabellones militares, Grusin nos ofrece un ambiente musical misterioso, con una ligera carga de tensión, a través de los teclados y las cuerdas.
Análisis del Score
"Mulholland Falls", corte que abre el compact, es el brillante comienzo de la película. En la primera parte del corte, unos teclados y un ambiente misterioso y evocador dan pie a un piano maravilloso, que nos esboza de forma delicada y emotiva el motivo central, un canto a épocas pasadas, con sabor añejo. Al minuto y medio, la sección de cuerda, unos maravillosos violines, arropan la melodía, y en otros momentos incluso la conducen, mientras un oboe entra en acción de una forma delicada y exquisita al minuto dos y medio, acompañado de un clarinete, para dar lugar, de nuevo, al regreso del piano como principal hilo conductor.
La elegancia y el trato de la melodía, especialmente a través del piano, es un toque completamente Grusin, algo que en Havana (1990) o The Firm (1993) queda completamente reflejado, por no hablar del maravilloso tema central de Selena (1997), un tratamiento a piano con el que Grusin rinde tributo a la artista mexicana.
Todo ello acompaña a unas imágenes en blanco y negro de la grabación de una cámara donde vemos aparecer a varios personajes, como Allison y el general Timms (cameo incluido de la hermana de Michael Madsen, la sensual rubia Virginia Madsen), acabando con una tórrida escena de cama de ambos.
Al minuto tres, Grusin introduce los ritmos percusivos y jazzísticos de la Brigada, una excelente variación del motivo central, con algún toque oscuro en la parte final del corte, para el momento en que Hoover y sus hombres lanzan al mafioso de turno ladera abajo por Mulholland.
"Just a Girl" es una bellísima rendición del tema central, donde el piano, de la mano de Grusin, esboza sutilmente el tema central, permitiendo que los violines vayan entrando poco a poco en el corte, envolviendo y arropando la melodía. Es una pieza elegante y maravillosa que acompaña la llegada de un Hoover bastante borracho a su casa, donde le espera su mujer Kate, a quien comenta que han encontrado una chica muerta en el desierto. Kate le preguntará de quien se trata, y Hoover responderá con un lacónico "Es solo una chica", momento en el que el corte termina de forma misteriosa.
"Haunting Allison" contiene tres momentos juntos dentro del mismo corte. El primer minuto escaso corresponde con la llegada del coche de la Brigada al lugar donde encuentran el cadáver de Allison. La apertura, con el sonido de un oboe en solitario interpretando el tema central, da paso a un desarrollo más melódico y rítmico del mismo.
Pasado el minuto, entramos en una fase oscura, la música de tensión y ambiental que Grusin utiliza cada vemos escenas grabadas en blanco y negro, para el momento en el que Hoover no puede soportar ver el video de Allison montándoselo con el general Tims.
La parte final del tema, del minuto dos en adelante, es el retorno del tema de la Brigada, para el momento en el que Hoover y sus hombres deciden salir a investigar el apartamento de Allison.
El leitmotiv central reaparecerá, quizás de la forma más brillante (junto con los end credits del tema trece) en el corte "Flashback & Revelation", donde Hoover y sus hombres llegan al apartamento de Allison, momento en el que el policía rememora, mediante un sensual flashback, su relación con la chica asesinada.
El comienzo es misterioso, pero pronto da paso a la ejecución del motivo central, que alcanza su cenit con los violines, quienes interpretan y fortalecen el leitmotiv principal de una forma sensual, mientras en pantalla vemos una escena de cama entre Allison y Hoover.
Pero el flashback dará paso al momento en el que Hoover descubre un espejo enfrente de la cama de Allison, desde donde se rodaban películas varias de las escenas de cama de la chica, en una habitación contigua, provocando un cambio musical en la segunda parte del corte (Revelation), cercano al minuto dos, donde Grusin introduce un pequeño motivo de tensión, cuasi un ritmo de acción, para el momento en el que Hoover se levanta y rompe el espejo.
Este motivo de tensión reaparecerá más desarrollado en el corte "Nuclear Madness - Hats in the Desert", cuando la Brigada, sin autorización del ejercito, traspasa una zona vallada en el desierto para investigar los alrededores del cuartel, donde el ejercito realiza experimentos nucleares, cercano al lugar donde se encontró el cadáver de Allison.
La primera parte del corte es oscura y siniestra, similar al tratamiento musical de tensión de algunas partes del score, como "The End of Jimmy", mientras la Brigada avanza por el desierto hacia un enorme cráter provocado por una enorme explosión, donde Grusin utiliza una variación dramática del motivo central, con introducción de teclados y violines.
Mientras investigan en las cercanías del cráter, aparecen en pantalla vehículos del ejercito en dirección hacia ellos. Hoover y sus hombres huirán del lugar, mientras Grusin nos ofrece un brillante corte rítmico para su huida, cercano al minuto dos. El corte acaba desembocando en una fase oscura y tensa, con los violines envolviendo la situación, y donde la aparición de unas baterías militares y el piano darán paso a la presentación de un nuevo personaje, el siniestro Coronel Nathan, quien los apresa y retiene en el cuartel.
La parte final del corte, pasado el minuto tres y medio, no se corresponde con lo que vamos en pantalla, pudiendo corresponderse con una escena eliminada del montaje final (en concreto con el momento en el que la Brigada pudiera ser trasladada a la cárcel), y que musicalmente es una variación de la parte final del corte "Flashback & Revelation", cuando Hoover destroza parte de la habitación desde donde Jimmy grababa las escenas de cama de Allison.
"Kate's Theme - The End of Jimmy" es otro excelente ejemplo musical del tratamiento del tema central, de nuevo delicado y exquisito, siempre con un toque sensual muy propio del cine negro, dedicado al personaje de Kate.
"Home Movies" nos muestra el momento en el que Hoover llega a casa y descubre a Kate viendo las películas de "cama" de Hoover y Allison, con un excelente tratamiento dramático del motivo central, que refleja perfectamente el dolor en el rostro de Kate, un magistral ejemplo de la profundidad musical y de la sensibilidad que atesora Grusin para transmitirnos la aflicción de la esposa.
"It's Over - Flashback" contiene una apertura misteriosa, mientras vemos a Hoover visionando una de las cintas de Allison, con escenas del cuartel militar en blanco y negro, y donde de nuevo entra en pantalla un flashback, con Hoover y Allison en los despeñaderos de Mulholland, poniendo punto final a su relación, con una bellísima rendición del tema central apoyada principalmente en los violines y los vientos, mientras una desolada Allison se marcha en su coche.
El dramatismo regresa en "Separation", momento en el que Kate decide separarse temporalmente de Hoover, en un breve pero delicado corte, que da paso al rítmico "To the Base - Fallout for Timms", que abre con una fanfarria espectacular basada en el tema central que no aparece en la película, cuyo comienzo es sustituido por el tema de la Brigada, para el momento en que Hoover y Elleroy (Chazz Palminteri) van camino de la base militar para visitar a Timms y entregarle la cinta que le relaciona con Allison.
Le sigue una música misteriosa y oscura, muy en la línea del material presentado anteriormente, con aparición de baterías militares, para el momento en que Hoover investiga los alrededores del cuartel, para acto seguido dirigirse al domicilio de Timms, donde pronto comenzarán a salir a la luz varias verdades sobre el caso, encajando todas las piezas en el viaje de regreso en avión.
La resolución climática de la película, una buena escena de acción rodada a bordo del avión, no es acompañada de música (un acierto pleno, al menos eso creo), reapareciendo el score para narrarnos las consecuencias de la misma, el fallecimiento de Elleroy, con un tema dramático excelentemente ejecutado, donde asoman campanas funerarias para darle un toque de Réquiem al corte "Finale: Hats Off", con una bella rendición final del motivo central en los vientos.
"No Common Ground - End Credits" es una de las mejores piezas del score, de lo mejor compuesto por Grusin, y uno de los mejores cortes de los 90 de largo, donde el piano y los violines van trazando el motivo central con un toque de melancolía mientras Hoover y Kate mantienen una conversación sobre su matrimonio, quizás insalvable, donde Kate se despide con amargura y tristeza, entrando de lleno en los End Credits mientras la vemos alejarse por el cementerio ante la atenta mirada de Hoover, donde recapitula el motivo central a través del saxo, piano y violines, confiriéndole un toque sensual y melódico realmente embriagador.
La última parte del corte corresponde con el motivo de la Brigada, donde Grusin da rienda suelta a su vena jazzística, y nos ofrece un magistral ritmo de cierre como coda final a la película. Una demostración de un compositor que sabe cerrar brillantemente sus trabajos, con unos End Credits maravillosos que recapitulan el material principal de la película.
La estupenda canción que cierra el corte, "Habor Lights", cantado a cargo del genial Aaron Neville, la escuchamos justo después de que Hoover y sus hombres arrojen al mafioso del principio por las laderas de Mulholland. Se corresponde con una escena de baile entre Hoover y Kate mientras Aaron la interpreta en pantalla, impregnando la escena de un maravilloso clasicismo.
Conclusión: Una nueva Obra Maestra Musical a cargo de Grusin
Se puede decir más alto, pero no más claro, traducirse en varios idiomas o escribirlo al revés, incluso transmitirlo por morse o cantarlo por bulerías, pero Mulholland Falls es una obra maestra musical, imperecedera, y que, como los buenos vinos, cada año que pasa sigue mejorando con cada escucha, fascinando, evocando y provocando que seas trasladado mentalmente a otra época, recreando perfectamente ese ambiente de cine negro y clásico de antes, sin envidiar para nada a los clásicos.
Mulholland Falls es una obra de referencia dentro de los 90, un auténtico oasis placentero para quienes la conocemos, una experiencia única e irrepetible, y todo gracias a la magia de Grusin.
Para quienes lo conozcan, y amen la música de cine con mayúsculas, Mulholland Falls es un obra obligada, otra Obra Maestra más en la carrera de Grusin, que debería figurar, con justicia, entre lo mejor compuesto en los últimos 20 años, y que no hace más que poner de manifiesto, una y otra vez, la tristeza que siento porque este magnifico compositor no se prodigue más en el cine, porque con perlas como Mulholland Falls, o exquisiteces melódicas como Dinner with Friends (2001), que le supuso una nominación a los Emmy, uno no puede llegar a entender el cine sin el magistral Dave Grusin, y más cuando estamos ante uno de los compositores mejor dotados para darle a la película lo que realmente necesita: VIDA PROPIA.
Lo mejor: Todo, hasta la maravillosa canción interpretada por el gran Aaron Neville.
Lo peor: Nada.
El momento: El brillante corte de apertura, “Mulholland Falls”, la belleza y erotismo de “Flashback & Revelation”, el rítmico “To the Base – Fallout for Timms” y los maravillosos end credits, “No Common Ground – End Credits”, donde Grusin nos ofrece una magnífica versión Jazzy para la Brigada del Sombrero, un broche magistral.
Rubén Franco Menéndez (Patton_Goldsmith)
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