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The Chronicles of Narnia: The Lion, the Witch and the Wardrobe

The Chronicles of Narnia: The Lion, the Witch and the Wardrobe


Título en español: Las crónicas de Narnia: El león, la bruja y el armario
Compositor: Gregson-Williams, Harry
Año: 2005
Distribuidora: Walt Disney Records
Duración: 70:54

Muy bueno
Tracklist:
  1. The Blitz, 1940
  2. Evacuating London *
  3. The Wardrobe *
  4. Lucy Meets Mr. Tumnus *
  5. A Narnia Lullaby
  6. The White Witch
  7. From Western Woods to Beaversdam *
  8. Father Christmas
  9. To Aslan's Camp *
  10. Knighting Peter
  11. The Stone Table
  12. The Battle *
  13. Only the Beginning of the Adventure *
  14. Can't Take It In
  15. Wunderkind
  16. Winter Light
  17. Where
* Mejores temas

El autor

Muchos conocerán parte de la vida de C.S. Lewis gracias a la película Shadowlands (Tierras de penumbra), dirigida por Richard Attenborough en 1993. Anthony Hopkins encarnaba al escritor, si bien el film se centraba en su historia de amor con Joy (Debra Winger), una inmigrante divorciada de origen judío con la que se casó en 1956 para que pudiera seguir viviendo en Inglaterra. El matrimonio duró poco tiempo, ya que Joy tenía cáncer de huesos y murió en 1960. Lewis murió tres años más tarde.

Nacido en 1898 en Belfast, C.S. Lewis, a quien sus amigos llamaban Jack, fue profesor de lengua y literatura inglesa en Oxford, al igual que otro famoso escritor con quien mantuvo una gran amistad desde principios de los años treinta, J.R.R. Tolkien.

El autor de El señor de los anillos era un devoto católico y, de hecho, fue quien impulsó a Lewis a convertirse al cristianismo, tras una larga conversación que mantuvieron una tarde de septiembre de 1931.

Durante el resto de su vida, C.S. Lewis escribió unos cuantos ensayos e impartió numerosas conferencias sobre cristianismo, y sus creencias son más que evidentes en sus obras literarias de ficción, en especial en los siete volúmenes de Las crónicas de Narnia, publicados uno por año entre 1950 y 1956.

Lewis y Tolkien compartían muchas cosas, entre ellas profesión, religión y una gran pasión por los mitos y las leyendas. Tolkien lo convenció de que la razón, la religión y la fantasía no eran conceptos enfrentados. Y ambos son famosos precisamente como escritores fantásticos. Tolkien por El señor de los anillos, concebido como una gran epopeya sobre la lucha del bien contra el mal, donde no se traslucen en exceso sus creencias cristianas, y Lewis por Las crónicas de Narnia –además de su trilogía espacial-, en las que sí se aprecia fácilmente una intención de difundir entre los niños sus propias ideas religiosas.

Las crónicas de Narnia

La literatura de Lewis está íntimamente ligada a tales creencias. La fantasía le permitía llegar a innumerables pequeños lectores y sus historias son alegorías de sucesos relatados en la Biblia –por mucho que él negara la existencia de alegorías-, caso de la creación, la adoración de otros dioses, el sacrificio y resurrección de Cristo, e incluso el juicio final. En cierto modo, están un tanto disfrazadas –sin demasiada sutilidad-, y se hacen más evidentes en los últimos libros de la serie, en especial en La última batalla.

Narnia es un mundo habitado por humanos, animales parlantes dotados de inteligencia y seres mitológicos, desde gigantes a centauros y desde minotauros a unicornios. Lo cierto es que el autor de El señor de los anillos fue muy crítico con el primer relato de su amigo, que consideraba lleno de tópicos –la bruja mala, Papá Noel, animalitos que hablan, niños, etc.-. Los críticos no le dieron una buena acogida a estas historias, pero con el paso del tiempo se han ido convirtiendo en un referente de la literatura fantástica del siglo XX.

El primer relato escrito y publicado por Lewis es El león, la bruja y el armario. Pero no es el primero atendiendo a la cronología de Narnia, puesto que iría antes –como una precuela de esas a las que ya estamos tan acostumbrados- El sobrino del mago, escrito y publicado el penúltimo de la serie en 1955, que se centra en la creación de Narnia y que en las librerías encontramos como volumen uno.

Tras El león, la bruja y el armario, fueron editándose año tras año El príncipe Caspian, La travesía del Lucero del Alba, La silla de plata, El caballo y el muchacho –tercero en la cronología de Narnia-, El sobrino del mago y La última batalla, que cierra la saga.

En El león, la bruja y el armario Lewis nos presenta a cuatro niños que protagonizan este y algún otro de los relatos, los hermanos Pevensie, cuya madre envía a vivir a una mansión rural para protegerlos de los bombardeos alemanes sobre Londres durante la Segunda Guerra Mundial.

Peter, Susan, Edmund y Lucy descubren el mundo de Narnia al atravesar la puerta de un armario mágico y allí comienzan sus aventuras, dirigidas a acabar con una malvada bruja que mantiene el país en un invierno eterno –"pero en el que nunca es Navidad", como se repite a menudo en el libro-. En la batalla tendrán el auxilio de un poderoso león, un dios-rey de los narnianos llamado Aslan. Y no voy a contar más para no chafar la película a nadie.

La película

Las historias de Narnia se han llevado a la pequeña pantalla en varias ocasiones, con personajes reales y en dibujos animados, aunque con no demasiado éxito. Sin embargo, tras los cientos de miles de millones de dólares recaudados por El señor de los anillos, había llegado el momento de iniciar otra gran saga fantástica a gran escala. Y aunque el director elegido, el neozelandés Andrew Adamson (Shrek y Shrek 2), ha querido desmarcarse de lo que fue la trilogía de Tolkien, el hecho de rodar en Nueva Zelanda y utilizar el arte de Weta Workshop y Weta Digital –compañías creadas por Peter Jackson-, entre otras, incluida la famosa Industrial, Light & Magic, son datos bastante significativos de la relación existente entre una y otra saga. Aunque hay que apuntar que los efectos digitales no están a la altura ni de las compañías citadas ni del enorme presupuesto del filme que, según se cuenta, ha sido de 180 millones de dólares.

Como actores, la producción ha apostado por rostros no demasiado conocidos. De hecho, los cuatro niños protagonistas apenas tienen experiencia como actores, salvo Anna Popplewell (Susan). La única estrella de la función iba ser quien encarnara a la bruja Jadis, papel que se ofreció a Michelle Pfeiffer y a Nicole Kidman, aunque ambas lo rechazaron y fue a caer en manos de Tilda Swinton, elección que ha sido un verdadero acierto. Jim Broadbent tiene un breve papel, como el profesor Kirke, dueño de la mansión que acoge a los Pevensie. Finalmente, aunque se pensó en primer lugar en Brian Cox para dar voz al león Aslan, al final ha sido Liam Neeson el elegido.

Las crónicas de Narnia es la gran apuesta de Disney de la temporada, en un intento de recuperar prestigio perdido y de llenar sus arcas, con la esperanza de que tras El león, la bruja y el armario se puedan rodar más películas. Y entre las personas que hay detrás de este proyecto se encuentra como coproductor el hijastro de C.S. Lewis, el hijo de Joy, Douglas Gresham –católico manifiesto-, que se ha encargado de supervisar que la película es fiel a la obra y creencias de su padrastro; mientras que Cary Granat, otro devoto cristiano fundador de la productora Walden Media está detrás del pastel. Walden Media es una compañía gobernada por conservadores entre cuyas "hazañas" están esas versiones "editadas" de otras películas en las que se han eliminado todos los tacos y alusiones sexuales para que los niños no acaben siendo unos "depravados".

En resumidas cuentas, aun tratándose de una producción espectacular, con muchos efectos especiales y cientos de criaturas fantásticas, que nadie espere de ella un nuevo Señor de los anillos. Su tono es mucho más infantil y moralista. Por lo tanto, lo ideal es ir mentalizado a pasar un buen rato con el espectáculo y no intentar profundizar en argumentos ni mensajes implícitos o explícitos. Sin tener esto en cuenta, más de uno puede salir defraudado.

La música

Pero en fin, asuntos religiosos aparte, vamos a lo que nos interesa. La campaña de promoción de Disney ha llegado incluso a lo inaudito en el apartado musical, llegando a editar varios discos de esos odiosos "Inspired by..." con canciones que en ningún momento se utilizan en la película. Así, el plan previsto incluía comercializar discos de canciones pop, canciones infantiles y canciones cristianas. También se ha editado otro de música orquestal inspirada en Narnia. Afortunadamente, también se ha lanzado el score, a cargo de Harry Gregson-Williams, que ya había trabajado con Adamson en los dos Shrek.

Además del CD oficial, Disney lanza al mercado una edición especial de dos discos: el score-con 10 minutos más de música- y un DVD con un "Making of" de la banda sonora, con entrevistas al compositor y a algunos de los vocalistas (por desgracia también a cantantes de esos discos "Inspired by"), además, trailer, fotos, etc.

Gregson-Williams –con la ayuda de Stephen Barton y Toby Chu, que han escrito música adicional- nos presenta un score que mezcla la orquesta con elementos electrónicos, sobre todo rítmicos, algún instrumento exótico o poco habitual –el violín electrónico y el duduk tienen su protagonismo en varias escenas-, coros y voz solista, para la que ha contado con la aterciopelada vocalización de la californiana Lisbeth Scott –ya utilizada anteriormente en scores del propio Gregson-Williams (Simbad, Spy Game), Hans Zimmer (Toys), James Newton Howard (Dinosaurio, Atlantis, El sexto sentido), Danny Elfman (Sleepy Hollow), John Debney (La pasión de Cristo, Como Dios) y otros-. Lo cierto es que se trata de una banda sonora muy cuidada, con temas que van de lo épico a lo sentimental, a veces contenida y a veces desbordante. Sin embargo, cuando uno la escucha tiene la sensación de que algunas partes no suenan a nuevo. El estilo mediaventurero hace su aparición en diversas fases de la banda sonora, sobre todo en las más heroicas, lo que hace que pierda algún punto en lo que atañe a su originalidad. Así, hay partes que suenan a Gladiator, King Arthur o Kingdom of Heaven.

Gregson-Williams ha creado varios motivos temáticos que se asocian a personajes, lugares y acciones, que repasamos a continuación.

Temas de Las crónicas de Narnia:

Nos presenta una banda sonora temáticamente muy variada, y cada leitmotiv tiene múltiples presentaciones, con variaciones e instrumentación distinta. Los temas principales básicos son los siguientes:

Tema de los niños

Asociado a los hermanos Pevensie como conjunto, tiene mayor presencia en la primera mitad del score. Gregson-Williams nos lo presenta de formas muy distintas, dramático en la escena del bombardeo de "The Blitz, 1940", melancólico a piano y maderas en "Evacuating London" o solemne al final de "Knighting Peter".

Tema de Narnia

Para mi gusto es el mejor construido y está dotado de gran belleza, sobre todo cuando se unen los coros femeninos. Su intención es sumergirnos en el mundo de la magia, aunque no tengo claro que lo consiga plenamente. En el score lo escuchamos en varias ocasiones, la primera íntegramente en "The Wardrobe", así como en "Lucy Meets Mr. Tumnus", "Father Christmas" o con mayor nobleza en "To Aslan's Camp".

Tema de Aslan

Se basa en una frase de seis notas que, a medida que se desarrolla el film, escuchamos cuando se hace referencia al león -en la casa de los castores, por ejemplo-, y adquiere carácter místico cuando Aslan aparece por primera vez ante los niños. Su empleo en el score y en la cinta es abundante.

Tema heroico

Es el que domina la segunda mitad del score y se emplea para ensalzar los momentos más heroicos, así como el desarrollo de la batalla, momento a partir del cual lo podemos considerar el tema central de la película. Suena por primera vez cuando Peter hace uso de su espada en el río. Además, es el motivo más próximo al estilo Mediaventures, en especial en toda la secuencia de la batalla final.

Aparte de los citados hay otros subtemas que se utilizan en contadas ocasiones. Es el caso del asociado al fauno Tumnus, con violín eléctrico . Hay otro tema muy navideño para Papá Noel , así como otro amenazador que encontramos en varias ocasiones a lo largo de la película .

Pista a pista:

1. The Blitz, 1940 (2:32)

La banda sonora se abre con un tema de acción dramático que va ganando fuerza progresivamente a base de percusión y metales, así como efectos sonoros de los bombarderos alemanes sobrevolando Londres. Se introduce pronto un elemento de metales que en la película se utiliza en varias ocasiones como aviso de amenaza, sean aviones –como en este caso-, lobos o la propia bruja . Tras la aparición de esos ritmos electrónicos que tanto gustan a su autor, Gregson-Williams nos presenta con las cuerdas el tema de los niños, incorporado en la acción dramática .

2. Evacuating London (3:38)

Los hermanos Pevensie abandonan la capital para resguardarse en el campo, donde estarán protegidos de los bombardeos. El presente corte tiene dos partes bien diferenciadas. La primera mitad es evocadora y melancólica, con una variación del tema de los niños interpretado suavemente por las cuerdas y las maderas, seguido de un bonito fragmento de piano que vuelve a interpretar el tema de los hermanos Pevensie , lo mismo que el clarinete solista que escuchamos a continuación. Tras un crescendo de la sección de cuerda, la cosa cambia. Es el momento de los títulos de la película. Aparecen ritmos electrónicos (1:45) y la voz de Lisbeth Scott, con las cuerdas de fondo interpretando de fondo el tema de Narnia e incorporando también un fragmento del tema de los niños. Esta canción se utiliza de nuevo más adelante en la película cuando los niños ya han entrado en el mundo nevado de Narnia.

3. The Wardrobe (2:54)

El descubrimiento del armario por la pequeña Lucy es un momento mágico que Gregson-Williams trata con mucha suavidad, arropando la flauta con leves toques de arpa y piano. En principio escuchamos el breve motivo de Aslan, con pasajes solistas de flauta y clarinete. Más adelante nos expone por primera vez el tema de Narnia (1:29) , cuando Lucy ya está en ese mundo nevado, iniciado con flauta, a la que se unen los coros, las cuerdas y las campanillas para impregnar el ambiente de magia. El corte acaba con sonidos intrigantes y en cierto modo terroríficos, acompañando el encuentro con el fauno.

4. Lucy Meets Mr. Tumnus (4:10)

El protagonista de este corte es el violín eléctrico, que toca el canadiense Hugh Marsh, igual que hiciera en Kingdom of Heaven. Su melodía suena como una delicada canción de cuna apoyada con acordes de piano . El tema acompaña la visión del mundo helado de Narnia y el encuentro con un peculiar fauno. La parte final del corte retoma con el clarinete –después con los violines- el tema de Narnia (3:32), cuando Tumnus le dice a Lucy dónde se encuentra .

5. A Narnia Lullaby (1:12)

En la cueva del fauno, esta criatura interpreta una nana para dormir a Lucy . El instrumento escogido esta vez es el duduk. Su sonido oriental crece al compás de ritmos étnicos que se van reforzando con los coros, acelerando el tempo para convertir esa nana en un sonido de pesadilla mientras Lucy se duerme, y es rematado abruptamente por los metales, cuando el fauno tiene un visión nada agradable.

6. The White Witch (5:30)

El corte dedicado a Jadis, la malvada de la función, es oscuro y tenebroso, como era previsible. Los sonidos misteriosos con juegos graves de las cuerdas y apuntes disonantes de metales se suceden para crear una atmósfera de misterio y maldad. Hacia la mitad del corte hay un pasaje más tranquilo y melódico con flauta, pero la percusión y las disonancias lo interrumpen abruptamente, para seguir creando atmósfera hasta el final del corte, con coros incluidos.

7. From Western Woods to Beaversdam (3:34)

La música de esta pista aparece distribuida en varias partes de la película, entre ellas el viaje de los niños hacia el dique de los castores, que también emplea el tema cantado que hemos escuchado en la segunda mitad de " Evacuating London". Se trata de música plácida y delicada, en la que percusiones muy suaves arropan la voz aterciopelada de Lisbeth Scott. A partir del minuto 1:58 cambia algo el tono del corte, asumiendo la flauta el papel protagonista e iniciando el tema de Aslan, cuando el león es nombrado por los castores, que recogen luego las cuerdas y los metales dándole un sentimiento de nobleza .

8. Father Christmas (3:20)

Campanillas y coros angelicales -típica y tópicamente navideños-, acompañan la aparición de Papá Noel . Esto sucede en la primera parte del corte, aunque luego evoluciona por pasajes más sobrios, unidos a la entrega de regalos, con referencias al tema de Aslan, esta vez a cargo de los metales, que le otorgan cierta solemnidad , y el de Narnia, que suena por primera vez, aunque de forma bastante breve, con toda su nobleza el final de la pista, coros incluidos .

9. To Aslan's Camp (3:12)

Arranca con el tema heroico en forma de fanfarria, en un momento épico en que Peter utiliza su espada en el río helado . Tras un fragmento que subraya cierta tensión, tenemos de nuevo el tema de Narnia, ejecutado con las maderas y la primera aparición del león, lógicamente con su tema en un versión casi mística . Más adelante, Gregson-Williams recupera el tema heroico, otorgándole un mayor dinamismo .

10. Knighting Peter (3:48)

Tras un suave inicio con predominio de las cuerdas, el tema va creciendo con la interpretación del tema de Aslan, solemnemente a cargo de los metales . A partir de ahí (1:10), se convierte durante un breve fragmento en un tema de acción vigoroso, con la aparición de los lobos, y pasa posteriormente a crear un ambiente misterioso. El tono de la pieza vuelve a cambiar hacia la mitad del corte (2:00), haciéndose más pausado y noble, con pasajes en los que las maderas intervienen como solistas hacia el final retomando el tema de los niños, cuando Peter es nombrado caballero .

11. The Stone Table (8:06)

El corte más largo del CD corresponde a una escena crucial de la historia. El violín eléctrico y coros fantasmagóricos de fondo lo inician de forma triste, algo que acaba con percusiones y cánticos tribales, asociados claramente a los súbditos de la Bruja Blanca, decidida a acabar con su enemigo. El resto de la orquesta se incorpora a la función acentuando la tensión y el dramatismo del momento, que impera en casi todo el tema, con la voz de Scott apareciendo y desapareciendo por momentos. El tempo se acelera de manera progresiva, como dirigido a provocar el trance. Posteriormente (5:50), los ritmos se detienen y el tema de Aslan, muy leve, reaparece primero con maderas y luego con las cuerdas, que lo interpretan como una elegía . La parte final (a partir del minuto 6:47) adquiere un carácter místico, subrayado con coros etéreos y campanillas, que crece con la ayuda de la percusión. Es el momento en que los árboles llevan la noticia al campamento .

12. The Battle (7:08)

El corte comienza con una versión muy fúnebre y grave del tema heroico, interpretada por las cuerdas, sección a la que pronto se incorpora el resto de la orquesta, los ritmos enlatados y los coros, dando al conjunto un toque muy mediaventures . Ese tema heroico es el eje sobre el que gira esta pista, en la que predomina más el tono dramático que el de acción, pues cuando la batalla arranca de verdad no hay música en la película. El corte recupera también el motivo de amenaza utilizado en el primero e del disco, ejecutado por los metales . En su conjunto toda la pieza –que en la película está distribuida en momentos distintos-recuerda claramente a algunos de los temas creados para Kingdom of Heaven por Gregson-Williams, y también a otras películas musicadas por los chicos de la factoría de Zimmer. Se trata de un corte muy disfrutable de principio a fin que en su parte final se desboca ya como tema de acción (5:45), esta vez sí acompañando a la batalla, para acabar en un tono muy suave.

13. Only the Beginning of the Adventure (5:32)

Acompañando toda la escena final en el castillo de Cair Paravel, el score de Gregson-Williams en el CD termina con este corte, una suite que repasa los motivos principales de la partitura, aunque dando más importancia al tema heroico. Comienza con el tema de los niños, sigue con algún apunte del tema de Aslan, una variante bastante breve del de Narnia (2:21), y se desarrolla hasta su final con varias interpretaciones del tema heroico, primero con los coros sobresaliendo sobre la orquesta (2:40) y luego todo el conjunto (3:14) realzando el tono épico y mágico de la historia . El violín eléctrico de Hugh Marsh reinterpreta el tema de "Lucy Meets Mr. Tumnus" y finalmente se cierra el corte con otra interpretación a lo grande del tema heroico.

14. Can't Take It In (4:42)

Primera de las cuatro canciones agrupadas al final del compacto y que se emplean únicamente en los títulos de crédito. En ellas participa Gregson-Williams ya sea en composición u orquestación. Interpretada por la vocalista del grupo Frou Frou, Imogen Heap, es una canción que enlaza bien con el estilo de la banda sonora –quiero decir que no chirría, como las canciones de Jarvis Cocker para Harry Potter y el cáliz de fuego-. "Can't close my eyes / They're wide awake / Ev'ry hair on my body has got a thing for this place / Oh empty my heart / I've got to make room for this feeling so much bigger than me / It couldn't be any more beautiful - I can't take it in". En definitiva, una canción bastante correcta sobre el sentimiento mágico que produce Narnia en sus visitantes.

15. Wunderking (5:19)

Tampoco está mal ésta, compuesta y cantada por Alanis Morisette. "I am magnet for all kinds of deeper wonderment / I am a wunderkind / And I live the envelope pushed far enough to believe this / I am a princess on the way to my throne / Destined to serve, destined to roam". Las palabras están puestas en boca de la pequeña Lucy, "una princesa camino del trono, destinada a servir, destinada a vagar".

16. Winter Light (4:13)

Interpretada por el neozelandés Tim Finn (Crowded House), su letra hace referencia al invierno eterno de Narnia. "The earth was frozen / Ice upon the water / All at once you saw her / There in the Winter Light". Apoyada principalmente en el piano, parece por su estilo que sea una canción de Paul McCartney, salvo algún fragmento en que se acerca más a la onda de Peter Gabriel.

17. Where (1:54)

Esta es la canción más relacionada con el score, pues además de estar interpretada por la voz principal de la banda sonora, Lisbeth Scott, contiene incluso en una parte instrumental el tema de los niños . También es la que aborda más el tema de la fe religiosa en su letra. "On this half-lit day / With your crown beneath your wing / Every word just echoes / And the empty world says / Where have you gone my Father / I'd never imagined I could leave".

En conclusión, estamos ante uno de los mejores trabajos de Harry Gregson-Williams, una obra variada que contiene drama, acción, solemnidad, tristeza y épica. También magia, aunque es el aspecto emocional en que tal vez cojea más. En su defecto, creo que los ritmos sintetizados que aparecen a menudo son innecesarios, si bien esto no deja de ser una opinión personal, y que la parte final, aunque funciona muy bien con las escenas, suena a déjà vu, tiene ese sello tan propio de los chicos de Mediaventures que le resta originalidad al conjunto. En cuanto a las canciones, considero que están bien y que, en general, quedan asociadas a la onda de la película e incluso de su score, salvo el caso de "Winter Light", que parece estar en otra línea. Hemos sido testigos de ediciones de bandas sonoras con canciones mucho peores que estas.

Lo Mejor: Su variedad, el tema de Narnia, el tema de los niños a piano, los momentos épicos, el corte final "Only the Beginning of the Adventure"...

Lo Peor: Algunos sonidos enlatados y la sensación de que el tema épico lo hemos escuchado muchas veces en otras películas.

El Momento: Se podría decir que "The Battle" es el momento musical más contundente, tanto en el CD como en la película, pero me quedo con la primera visión de Narnia y su tema, contenido en el corte "The Wardrobe".

Óscar Giménez

 
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