The Nativity Story

Título en español: Natividad: La Verdadera Historia
Compositor: Danna, Mychael
Año: 2006
Distribuidora: New Line Records
Duración: 67:58

El Portal a La Historia Más Grande Jamás Contada obtiene una partitura memorable

Una de las cosas más positivas que se pueden decir de esta composición de Mychael Danna es, además del inmenso talento desplegado a lo largo de la misma, su capacidad de provocar sentimientos, de implicar al oyente, de situarnos desde las primeras notas en la Judea del año cero, de emocionar con sus pasajes de puro "Hollywood Bíblico" y provocar interés con el contraste de esta música al modo occidental, con el tono del Este y el carácter étnico de las piezas descriptivas, lo cual ya le concede por derecho propio un lugar de privilegio dentro del podio musical a lo mejor del año 2006.

Porque The Nativity Story está planteada a nivel orquestal y sinfónico con una seriedad y prestancia que para nada hace añorar las gloriosas obras de Miklos Rósza o Alfred Newman dedicadas a este género en el pasado.  Sin embargo entre sus cualidades tampoco podemos obviar mencionar la investigación musical de la que Danna hace gala para crear la partitura, pues la presencia de instrumentos medievales, pre-barrocos o renacentistas, denota su voluntad de recorrer la historia musicalmente a través de la orquestación (empleo de flautas persas y turcas, trompas y tambores propios de la época romana, o instrumentos como la viola de gamba o la vielle (antecesor del violín tal como hoy lo conocemos)...) y mediante su investigación, pues la composición recoge momentos y presencias de villancicos y temas que engloban en su creación u origen a lo largo de estos veinte Siglos de historia, el comienzo de "La Historia Más Grande Jamás Contada", la historia de La Natividad.

El Camino a Belén, la creación de la Navidad, o cómo la música nos hace creer

"The Nativity Story"  es un film tocado por la pátina de la intemporalidad, y poder aplicar esta frase a una película actualmente es una tarea cuando menos ardua. Con ello no quiero decir otra cosa, sino que la directora, Catherine Hardwicke ha conseguido que nos olvidemos durante cien minutos de que estamos viendo algo que pasó hace 2000 años, interpretado por unos actores y reflejado  en celuloide, para entrar en el milagro de sentir que aquello de lo que estamos siendo testigos es verdadero, que así fue como sucedió (o cómo está sucediendo ante nuestros ojos), una clase magistral de historia, a la que se recurrirá en el futuro como guía de consulta sobre los eventos que relata, y una perfecta transmisora de fe.

Los actores y actrices, todos excelentes, parecen haber nacido para interpretar sus papeles (soberbios Shoreh Aghdashloo como Isabel, Keisha Castle-Hugues y Oscar Isaac, los María y José perfectos, o Ciarán Hinds, de imponente presencia como Herodes), la fotografía de Elliot Davis, exquisita (ver tan solo la recreación visual de Judea, o las apariciones del Arcángel Gabriel), el diseño de producción, ajustado pero cumplidor, el guión, modélico en su concisión, pero sobre todo, como ya hemos señalado, la mejor partitura de toda la carrera de su compositor, un Mychael Danna en plenitud de aciertos en esta obra.

Como uno podría esperar, el acercamiento llevado a cabo por el autor es una composición para gran orquesta sinfónica con una masa coral dividida en secciones, con un coro masculino, otro femenino y un coro mixto de voces del Este de Europa para proporcionar el aspecto étnico y descriptivo adecuado y situarnos en el periodo histórico, todo ello sin renunciar a los solos de varios instrumentos o vocales (con un importante papel de la cantante iraní Azam Alí, que aporta toda su pasión en cada aparición, "Nazareth","Return of Mary", "In Rosa Vernat Lilium").

Danna por otro lado focaliza en ocasiones la partitura en la adaptación  de cantos litúrgicos tradicionales del cristianismo como el "Veni, Veni Emanuel", de origen francés, y   que abre el film acompañado de un texto en latín del Siglo XVIII, el "Corde Natus Ex Parentis" de Aurelius Clemens Prudentius o las "Cantigas de Santa María" de Alfonso X de Castilla (ambas de la España de los Siglos XII y XV respectivamente). Pero se prodiga asimismo en la conjunción dentro de su propia partitura de villancicos clásicos que han perdurado en el tiempo durante los últimos veinte Siglos. Ejemplos son la inclusión del tema de origen ucraniano "Carol of the Bells" (empleado también por John Williams en Home Alone) dentro de la acuciante percusión y la rítmica de "Is There A Place For Us?" (en el instante en que les es negado alojamiento en Belén a María y José, y el Niño está a punto de nacer) , o una versión en Latín con exultantes arreglos de Danna del villancico austríaco "Silent Night" ("Noche De Paz") en la conclusión de la obra "Silens Nox".

La descripción de la tierra en que María vive junto a su familia nos es sugerida por un ominoso coro masculino en "Words of The Prophet" o "And Thou Bethlehem" y por la voz femenina  y un preciosista arreglo al arpa, violín, guitarra y laud en "Nazareth" o "The Return Of Mary" (con la rendición a vielle del tema de María, melodía que conforma la bellísima canción coral final, "In Rosa Vernat Lilium").

Momentos álgidos de la composición, podemos destacar:

• El inicio con las campanas y los cellos rompiendo el silencio, mientras los textos en pantalla nos explican la situación en Judea y los desvaríos en el poder de Herodes, "Veni, Veni Emanuel" (es curioso que en el film no están incluidos los coros tal como aparecen en el disco),
• El lirismo acentuado por la magia de la puesta en escena de la directora  y la pureza de la voz femenina ,"The annunciation",
• El misticismo y la religiosidad de instantes sobrecogedores musicalmente como "A Star Shall Come Forth", con un crescendo orquestal y coral que emociona muy de veras -atentos a partir del 1:36, el momento de la partitura- (lo hubiera firmado feliz el mismísimo Miklos Rósza),
• La culminación de la historia con la anunciación a los pastores y la llegada de los Tres Reyes Magos de Oriente, con un cielo nocturno iluminado por la luz celestial de la Estrella (no repriman las lágrimas, no serán los únicos a los que la combinación música-imágenes haya conmovido profundamente), "The Strengh I Prayed For" y sobre todo "The Sheperd Gift" (preciosista uso de la viola de gamba y cuerdas, preludio a la entrada de una onírica y prístina voz femenina),
• y la fascinante conclusión musical del film, en el disco el tema "In Rosa Vernat Lilium", cuando acompañando el exilio a Egipto de María y José con Jesús recién nacido, la melodía, la orquesta y el poderío sinfónico de los arreglos de Nicholas Dodd (atentos si leen este nombre entre los orquestadores de una partitura, es garantía de calidad), nos llegan a lo más profundo del alma, nos elevan y hacen inolvidables el momento, la escena, el film, y una historia, que merece todas las revisitaciones y homenajes, cada Navidad en nuestros hogares y cada vez que necesitemos creer, en lo más hondo de nuestros corazones.

Lo mejor: La combinación a lo largo de la banda sonora de la música sinfónica epatante de las partituras Bíblicas de grandes de la Edad Dorada como Rósza o Newman (“A Star Shall Come Forth”), con el talante étnico (“Nazareth”) y la capacidad de situarnos en el Momento Histórico con mayúsculas, del Nacimiento de Cristo (“In Rosa Vernat Lilium”), de un inspirado y sobresaliente Mychael Danna.

Lo peor: Que esta partitura pueda pasar desapercibida, cuando se trata de una de las pocas Obras Maestras, de nuevo con mayúsculas, por las que el año 2006 será recordado.

El momento: No hay forma de explicar con palabras lo que el clímax musical del film hace sentir. Hay que vivirlo, percibir como la emoción va surgiendo, cómo las lágrimas van brotando, cómo el compositor logra transmitirnos que asistimos a La Natividad tal como fue, “A Star Shall Come Forth” e “In Rosa Vernat Lilium”. Misticismo, solemnidad, grandiosidad, fé, en un pentagrama.

Asier G. Senarriaga