Needful Things

Título en español : La Tienda
Compositor : Doyle, Patrick
Año : 1993
Distribuidora : Varese Sarabande

Otro King a la Pantalla

Cuando Stephen King firma una nueva novela, muchas veces los derechos de adaptación al cine ya están vendidos antes de que le dé tiempo a escribir "capítulo primero". Especialmente en los años 80 con el boom del vídeo, hubo un "boom King" que parecía tener intención de adaptar hasta el último párrafo que saliera de la que, dicen, es la mente más perturbada de todo Maine.

Dado el tremendo volumen de páginas que salen de la impresora del Rey del terror, su producción literaria tiende a dar el salto a imagen real en varias categorías. En primer lugar tenemos los clásicos; las obras maestras tanto en papel como en celuloide. Por ejemplo "Carrie" o "El Resplandor" entre otras. Luego tenemos películas totalmente somníferas (normalmente para vídeo o televisión por cable) como "Los ojos del gato" o la miniserie "Apocalipsis". Y en un termino medio, ni tanto ni tan poco, encontramos a las obras que no pasarán a la posteridad, pero el estar rodadas con tacto y buen hacer las convierte en muy dignas traslaciones del universo King a la pantalla, con algunas muestras bastante afortunadas de lo mejor que puede dar de si la imaginación de este Rey Midas del terror. En este último apartado encontramos "Needful Things" (Cosas Necesarias) traducida en España como "La Tienda".

La Historia

La trama es típicamente "King". Un pueblecito tranquilo llamado Castle Rock recibe la visita de un viejo llamado Leland Gaunt, que abre una tienda llamada "Cosas Necesarias", donde los atónitos habitantes pueden encontrar cualquier objeto que siempre hayan deseado, desde una cura para la artritis hasta un cromo de béisbol imposible de encontrar y necesario para terminar la colección.

Eso sí, Gaunt no quiere dinero. En el mejor estilo de "elemento distorsionador de la tranquilidad", nuestro hombre sólo les pide a los pueblerinos "pequeños favores" a cambio de sus objetos deseados. Pequeños gestos que empiezan como detalles insignificantes, "bromas" inocentes que se van complicando y complicando hasta implicar a todo el pueblo... ¿Quién es realmente Leland Gaunt?

La novela es realmente excelente. No es de las más conocidas de su autor, pero goza de una de las tramas más originales y uno de los elencos de personajes más completos, detallados y humanos que podemos encontrar a lo largo y ancho de su producción literaria. Una novela larga (cerca de las 800 páginas) que se sigue con facilidad, se lee con fruición y que encantará a quienes prefieren dejar de lado el terror puro y duro y disfrutan más con unos personajes que se hacen querer y se hacen odiar (esto último con bastante frecuencia).

Needful Things (1993)

El director Frasier C. Heston, aparte de ser hijo de Charlton Heston, venía de dirigir una película infantil llamada "Alaska" cuando la emprendió con el que dicen, es uno de los mejores libros de su autor, pese a no gozar de tanta popularidad. El desfío era considerable, ya que el público está cansado de los telefilms baratos cuya única finalidad es explotar el nombre "Stephen King" para hacer caja, y en el extremo contrario tampoco es tan fácil sacarse de la manga obras maestras como las antes mencionadas de Kubrick o DePalma.

Sin embargo Heston cumple de manera notable. El espectador empieza a sospechar que no va a ser un film del montón cuando en los créditos del cartel de la película aparecen dos nombres propios que son garantía de calidad: Max Von Sydow y Patrick Doyle.

Al igual que es difícil imaginarse al gran actor sueco participando en un telefilm de tercera, tampoco es muy probable que nuestro escocés favorito preste su talento musical a cualquier cosa del montón.

Lógicamente una película con un metraje normal, no puede ser fiel al contenido de un libro de 800 páginas, pero consigue de manera sorprendente ser fiel al espíritu. Max Von Sydow se revela como el único actor posible para el personaje de Gaunt. Los pequeños "favores" están narrados con una gran habilidad y una capacidad notable para crear la sensación de tensión "in crescendo". En definitiva: una película que entretiene, cumple con creces y agradará a los fans de King cansados de que los libros de su autor predilecto salten a la pantalla en baratas versiones para la televisión.

La Profecía de Patrick

Esas mentes agraciadas que pululan por ahí escribiendo crítica musical, escucharon la banda sonora que Patrick Doyle había compuesto para la película y decidieron en un arrebato de originalidad extrema, que la música del escocés estaba basada en "La profecía", obra cumbre del terror y único Oscar para Jerry Goldsmith. ¿Por qué? Pues porque las dos comparten el uso de coros "satánicos". La verdad es que ahora no tengo a mano mi imprescindible "Diccionario de películas de terror que utilizan coros satánicos", pero el que comparó a Doyle con Goldsmith tampoco debía tenerlo. De lo contrario se hubiera dado cuenta de que Doyle y Goldsmith no son los dos únicos compositores que se han dado cuenta del poderoso efecto de ese tipo de voces en un film de terror.

El problema es que a dia de hoy, hay más o menos seiscientos compositores que se han dado cuenta de dicho efecto, así que los manidos coros "satánicos" ya son un cliché total y absoluto y empiezan a cansar. Me pregunto si ahora mismo es posible encontrar una película (especialmente Hollywoodiense) sobre una presencia demoníaca sin ese tipo de coros. Por el bien de todos, espero que sí.

De todas formas, "La Tienda" no es una banda sonora de terror cualquiera. Es una banda sonora donde la escritura reconocible de Doyle para las cuerdas y vientos nos llama la atención en muchos temas, y donde los majestuosos coros Shakespearianos de sus obras más conocidas se ven sustituidos por coros más oscuros, pero es un trabajo puramente Doyle.

"The Arrival" nos introduce la inquietante melodía principal, para acto seguido lanzarse de cabeza a la combinación a la cual me refiero: Coros oscuros, cuerdas, vientos y una percusión potente en una combinación que sin haber visto la película puede levantar tremendas expectativas, porque es tan enorme el tamaño y la potencia de la música que uno puede pensar que nos encontramos ante la obra de terror definitiva. Como el resultado final no lo era, quizá se le puede acusar a la música de estar pasada de rosca y ser demasiado estruendosa (lo mismo que le achacaban a "Frankenstein" del mismo autor).

Pues no voy a negar que, dentro de la película, la música se desata con bastante facilidad, incluso cuando no es necesario expresar tamaña potencia terrorífica. El ser un poco más comedido no hubiera estado de más. Aún así, no estamos hablando de todos los temas, sino de unos pocos. Doyle demuestra de vez en cuando que puede crear tensión sin ponernos de los nervios (aunque le cuesta bastante, ya que los tambores saltan muy a menudo).

En la escucha en disco eso se agradece; "La tienda" es una musica ante todo potente. Los temas más atonales quedan en segundo plano ante el avasallamiento de los coros y la percusión, e incluso aburren aquí y allá. También es cierto que la poca variedad de melodías hace que el conjunto se revele como repetitivo. En la película no llama tanto la atención, pero hay un característico pasaje de violines rapidísimos que se repite hasta la saciedad (quien haya escuchado el disco sabe a lo que me refiero).

Hay otros pasajes situados en un término medio -se agradece- como "More Deeds", con un arpeggio muy bonito de oboe, y luego un crescendo de tensión que no es demasiado exagerado, aunque si hablamos de crescendos, "Art & The Minister" es quizá mi tema favorito. Articulado en base a un coro y sección de cuerdas que se ponen a jugar el uno con el otro, moldeando la melodía con una habilidad y belleza que para nada es nueva en la carrera de Doyle. Puede sonar raro pero me recordó a "Sentido y Sensibilidad" en versión satánica. Ahí queda eso.

Tanto que estoy hablando de "crescendos", tengo que hacer un paréntesis obligado y apuntar que el disco incluye dos piezas no originales. El "Ave Maria" de Schubert, y el famoso "Hall of the Mountain King" de Grieg. Es justo este archiconocido tema (he perdido la cuenta de en cuántos trailers aparece) el que la película utiliza en uno de los momentos cumbre en lo que a "crescendos" se refiere. Una escena donde las "bromas" y los pequeños "favores" del personaje de Leland Gaunt empiezan a cobrar un sentido cada vez más y más terrorífico.

Otro tema que me encanta es "The Devil's Here". Un desarrollo de una melodía que se comenzaba a apuntar en "The Arrival" (¡Ah! Da gusto encontrarse con estos ejemplos de lógica aplastante... en la llegada se nos apunta con unas notas que el personaje es "el malo" y cuando se revela como tal, el tema que nos habían apuntado se desarrolla). La música sigue la tónica de "avasallar" con coros y percusión, pero la melodía me gusta más que ese otro tema que se repite más a menudo con coros y esos violines tan rápidos.

Aunque para avasallador el tema de antes de los créditos: "Just Blow Them Away", con una percusión de las de hacer temblar las paredes. Y justo después los créditos son un gran acierto, ya que contienen la melodía que me encantaba del tema "Art & The Minister" y luego siguen con una bonita suite del resto de temas. Y asi pues, termina una banda sonora con un poco de todo: espectacularidad (quizá demasiada), aburrimiento (a ratos) y algunos momentos bellos. Un disco de obligada escucha para los fans de Doyle y que seguramente guste a todos los aficionados de la música para el cine de terror, aunque quizá lo tachen de exagerado. No les faltará razón, pero no olvidemos que el compositor nos regala un par de joyas en forma de temas brillantes.

Lo Mejor: La espectacularidad pasada de rosca.

Lo Peor: La espectacularidad pasada de rosca.

El Momento: Art & The Minister.

Rubén Sánchez