Tracklist:
- The New World (05:22) (*)
- First Landing (04:45)
- A Flame Within (04:05) (*)
- An Apparition in the Fields... (03:42)
- Journey Upriver (04:16)
- Of the Forest (06:55)
- Pocahontas and Smith (03:41) (*)
- Forbidden Corn (11:01)
- Rolfe Proposes (04:31)
- Winter/Battle (08:28)
- All is Lost (08:14) (*)
- A Dark Cloud is Forever Lifted (09:55) (*)
- Listen to the Wind (04:35)(*)
Performed by Haley Westenra
(*) Los mejores temas
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El Nuevo Mundo, Pocahontas y John Smith revisitados
Terrence Malick es una persona muy particular, un hombre con un gran talento y una fuerte personalidad, que debido a la intensidad de su entrega a cada proyecto abordado requiere una extensa, en el tiempo, preparación y desarrollo, y un largo periodo de des-aclimatación y descanso entre trabajos. Descanso que ha durado décadas entre película y película.
Muy lejanas en el tiempo se encuentran ya sus primeros obras, Malas Tierras (Badlands) en los 70 y Días de Cielo (Days of Heaven) en los 80. A finales de los 90 volvió para componer su tríptico de obras maestras con su filosófico y brutal análisis de la guerra en La Delgada Línea Roja (The Thin Red Line). Y ya entrados en el S. XXI, Malick decidió no dejar pasar tanto tiempo entre producciones y se centró en la apasionante idea de recrear la llegada al Nuevo Mundo de los primeros Colonos, los contactos con los habitantes originarios y la narración de una de las más trágicas historias de amor americanas, la de John Smith con la nativa Pocahontas.
Malick y sus compositores, un matrimonio mal avenido
En las lides musicales, tras la sobresaliente partitura conseguida por Hans Zimmer para La Delgada Línea Roja, y cuando su participación en El Nuevo Mundo se daba por segura, el director sorprendió al decidirse por un James Horner ansioso de partituras épicas con las que explayarse y lograr los réditos de décadas anteriores. El motivo de esta decisión no viene dado sin embargo por el deseo de cambio del director, sino por el rechazo del compositor alemán a volver a trabajar con él. Zimmer se vio obligado una y otra vez a modificar su música, a componer y volver a componer ante los constantes rechazos e indecisiones de un director tan perfeccionista como Malick, que nunca estaba contento con lo que le ofrecían.
El autor alemán tuvo que crear hasta nueve horas de música original, de las cuales unas escasas dos aparecen en el filme, acabando una y otra vez con su paciencia, hasta el punto de estar en muchas ocasiones a punto de abandonar ante la presión impuesta por el director, una presión capaz de poner a prueba los nervios y la mano izquierda del teutón. Aunque finalmente logró una de sus más memorables creaciones, el solo recuerdo de las penalidades de su colaboración con Malick le hicieron desistir de reproducirla en El Nuevo Mundo.
Lamentablemente para Horner, con él se repetiría la historia, con el agravante de ver gran parte de su magnífica partitura rechazada (al menos a Zimmer le respetó en algo, toda la música era suya) y sustituida por diversas composiciones clásicas, entre las que destacan El Anillo de los Nibelungos de Richard Wagner o varias piezas de Mozart.
En palabras de James Horner: "Lo que no se entiende es el porqué continuamente contrata a compositores y cae en los mismos errores de falta de entendimiento con ellos. El porqué les contrata si luego no va otorgarles la confianza necesaria en cualquier colaboración que busque un consenso entre sus integrantes, aquí la única opinión y el único criterio válido era el de Malick".
El Nuevo Mundo, la partitura en disco y la del film, dos cosas complementarias pero diferentes Con los sonidos de los trinos de los pájaros, la entrada del piano y una sintetizada voz femenina con razonables parecidos a la presentada en Sneakers, A Beautiful Mind, o Radio, por Horner, se abre la partitura ("The New World").
A partir del minuto tres encontramos el tema principal, apoyado en unas preciosistas texturas al piano, que proporcionan un ambiente onírico y místico de cadencia hipnótica, culminando con la presentación total del motivo central (3:58), que se va desvaneciendo poco a poco como en una neblina, hasta apagarse finalmente.
El compositor se recrea en varios tracks desgranando la melodía envuelta en un fondo sintetizado, haciendo que ésta vaya ganando espacio poco a poco hasta dominar la composición. Son los casos de "First Landing", "Of The Forest" o el climático "Winter - Battle", donde la voz femenina se erige en primer término, en un crescendo sutil en connivencia con sintetizador y suave percusión de fondo, que irá dando pie a la entrada de ominosos tambores y gaitas alcanzando poco a poco un clímax poderoso.
Sin embargo donde Horner alcanza el éxito es en la definición psicológica de sus personajes, especialmente el terceto protagonista, John Smith, Pocahontas y después, John Rolfe. El intimismo del piano desarrolla el motivo, viéndose en ocasiones acompañado de flauta, arpa, cuerdas o metales, según la evolución de éstos.
Ejemplos encontramos en el inicial "First Landing", donde el piano actúa de diapasón, entrando al ritmo del corazón del protagonista, mostrando su excitación y esperanza a la llegada al Nuevo Mundo. Es entonces cuando la sección de viento toma el mando sirviendo el tema principal y recibiendo el apoyo de la voz femenina, que servirá de reflejo musical de la fascinación de los colonos. La variante más épica y exaltada se nos ofrece en "A Flame Within", donde piano y voz solista nos llevan en volandas durante las primeras incursiones de los pioneros, que son observados en la lejanía por ojos curiosos (atentos a partir del 1:18 donde el lirismo del motivo central se va desgranando con exquisita delicadeza, dando pie a múltiples variaciones sobre si mismo en el proceso). Gran parte de estos instantes sin embargo no llegaron en la película al montaje final.
El piano asimismo, es conductor de la cadencia en los melódicos "An Apparition In The Fields", "Of The Forest", o "Forbidden Corn", este último con un estilo muy similar al del tema "The Place Where Dreams Come True" de Campo de Sueños, solo que orquestado de manera diferente y con un tempo más lento y envolvente aún. Su presencia más descarnada se ofrece en "Rolfe Proposes", donde las teclas desgranan en solitario una nueva melodía que se funde en el tema principal, provocando que éste evolucione en otro nuevo finalmente, el tema de Pocahontas y Rolfe (durante la escena del compromiso entre ambos).
Se percibe que el proyecto ha sido algo especial para Horner, en el cariño con el que desarrolla e imbrica las armonías, introduce variaciones, las combina y las hace interactuar, en la pasión con que orquesta cada motivo. No tiene ningún temor a desnudar la melodía cuando es necesario, despojándola de una orquestación rimbombante, consiguiendo la esencia en por ejemplo "A Dark Cloud Is Forever Lifted", mediante los solos de instrumentos y la entrada sutil de giros ("flourishes") en la interpretación (a destacar la emoción que suscita la desnudez del leit-motif de John Smith -tema central- a partir del 4:13, de una exquisitez y delicadeza reseñables). Horner cae de todas maneras, en la tentación de recurrir a momentos ya presentes anteriormente en su discografía a la conclusión de este tema, con progresiones al piano ya existentes en Sneakers o Bicentennial Man.
Sin embargo obviando estas pequeñas pegas (en las que el compositor es tan dado a caer) en una composición tan notable como ésta, podemos dejarnos llevar por otra de las características en las que se maneja tan bien cuando está inspirado, la capacidad de garantizar la emoción, de conseguir la implicación espectador-protagonistas. El momento de la composición, es sin duda "All Is Lost" (desgraciadamente recortado y difuminado por Malick, en otra decisión "brillante" del director)
La sección de cuerda ofrece un tour de force emocional marca de fábrica del compositor en el inicio, para ir dejando que los metales entren poco a poco en alternancia con ella, regresando pletórica con unos poderosos violines en primer término a partir del 1:30, donde si no estabas ya totalmente enamorado de la belleza, sencillez y rotundidad emotiva del tema principal, Horner te conquista sin remedio (apoteósico crescendo final a partir del 5:18). Y no contento con ello, te mantiene fascinado hasta la conclusión, en que la voz etérea, pura y pletórica de matices de Hayley Westenra desgrana la letra que pone voz al motivo central con una pasión sincera (oír el último minuto del tema para comprobarlo), que sin duda alguna, merecía haber acabado formando parte de los créditos finales del film, en lugar de los sonidos de agua y viento, que acabaron acompañándolos.
Los temas no originales para El Nuevo Mundo Pero como hemos señalado ya, todos los temas de James Horner no llegaron a la copia final, siendo sustituidos finalmente por creaciones preexistentes con las que el director estaba totalmente fascinado.
La explicación de la contratación de un compositor cuando su trabajo acabará siendo ninguneado finalmente se podría remontar hasta el estreno de 2001, Una Odisea Del Espacio, cuando Alex North descubría estupefacto que su Score había sido reemplazado en su totalidad por un Kubrick que no le había dicho nada al respecto. La cuestión es que esa historia se ha vuelto a repetir aquí, de nuevo.
- La llegada de los Colonos a las tierras americanas están apoyadas en El Anillo de los Nibelungos de Richard Wagner, en su parte primera, más concretamente, "Das Rhein Gold" (El Oro Del Rin). En el desenlace del film vuelve a recurrir a él.
- El concierto de piano Nº 23 de Mozart acompaña las escenas en que Pocahontas y Smith se van conociendo y enamorando en los campos de la tribu de Powhatan, durante las jornadas en que éste convive con ellos tras haber sido perdonada su vida.
- La composición de Peter Holman "Melt Earth To Sea", para recrear musicalmente el viaje adentrándose en el peligro de los colonos, explorando entre pantanos las tierras vírgenes de América.
- Para las exploraciones, buscando definir el grado de pavor que sentían los expedicionarios ante el ataque de las tribus originarias, y la creciente disidencia en sus propias filas, de Francesco Lupica, la composición "Cosmic Beam" en sus dos partes: "Drone" y "Live".
- Asimismo varias creaciones de R. Carlos Nakai serán empleadas por Malick en las escenas del Fuerte en el que los colonos establecen su base, para definir como la locura ante el hambre, la falta de alimentos y la división les va minando. En concreto, "Water Bearer", "Ancient Voices", "Spiral Journey" y "Ritual One" (esta última también definirá los padecimientos de John Smith con la tribu india).
- No podemos obviar tampoco que la protagonista femenina, Q´Orianka Kilcher (Pocahontas) también compone e interpreta un tema compuesto por ella misma. Se trata del "Kihshahkuyew Nupui".
Tenemos que recordar que Horner compuso para todas estas escenas también, además de para las muchas que quedaron fuera de la sala de montaje. Lo que está claro no obstante es que debido a ello, una gran partitura épica y romántica quedó coartada y no llegó en su totalidad al film. Y quizá hubiera sido esto justamente, lo que le faltaba a la estructura caótica, el ritmo cansino y la narración superficial y pretenciosa que Malick imprime, para hacer la experiencia de su visionado algo más soportable y entretenido (palabra que no suele pasar por la cabeza del director), cuando menos. Un misterio que no podrá ser ya resuelto.
Lo mejor: La rutilante belleza de la música y la profundidad emocional que los personajes alcanzan con el apoyo de ésta, “A Flame Within”, “Rolfe Proposes”, “All Is Lost”, “A Dark Cloud Is Forever Lifted”.
Lo peor: Que la partitura fue parcialmente retirada a favor de composiciones clásicas, y no se nos permitiera conocer la conjunción de algunos bellísimos instantes de la obra con la película (quizá esto hubiera permitido realzar algo las ya de por sí anodinas imágenes).
El momento: Tres, la épica y la emoción sugeridas por el magistral “A Flame Within”, el vigor y la sensibilidad de “All Is Lost” (de una profundidad emotiva difícil de encontrar), y la hermosísima canción compuesta por el propio compositor, “Listen To The Wind” (que es casi pecado que no se incluyera en el film), interpretada por la aterciopelada voz de Hayley Westenra.
Asier G. Senarriaga
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