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Nicholas Nickleby

Nicholas Nickleby


Título en español: La leyenda de Nicholas Nickleby
Compositor: Portman, Rachel
Año: 2003
Distribuidora: Varese Sarabande
Duración: 39:23

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Excelente
Tracklist:
  1. Main Titles (05:35) *
  2. Journey To Do The Boys (01:09) *
  3. Dear Mr. Knuckleboy (00:51)
  4. The Forest (01:08)
  5. Smike By The Stove (01:13)*
  6. More Jobs For Smike (02:10)
  7. Squeers Captures Smike (02:00)
  8. You Are My Home (01:02) *
  9. Kate's Tears (00:59) *
  10. Fanny Music (01:11)
  11. Ladies and Gentleman (00:51)
  12. Poison Roots To You (00:47)
  13. Nicholas Looks For Work (00:59)
  14. Smike is Captured (00:57)
  15. A Man Named Bray (01:16)
  16. Smike In His Room (02:42) *
  17. Journey To Devonshire (01:18) *
  18. Brooker (00:59)
  19. Smike Dies (02:25) *
  20. Nicholas Proposes (01:59) *
  21. At Last I Can Say It (01:12) *
  22. End Titles (06:40) *
* Los mejores temas
Portman y McGrath contraatacan

Rachel Portman adquirió renombre allá por 1996 cuando su partitura para una pequeña producción británica, eso sí, con un gran reparto, Gwyneth Paltrow, Ewan McGregor y Jeremy Northam a la cabeza, le reportó un Oscar de la Academia a la Mejor Partitura de Musical o Comedia en la entrega de premios del 1997. El film era Emma y su director, Douglas McGrath.

A pesar de contar en su haber con partituras notables anteriores a esa fecha, como El balneario de Battle Creek o Donde los ángeles no se aventuran, la compositora británica se dio a conocer al gran público con el film de McGrath, que fue, una vez pasado el tiempo y echando un vistazo atrás, el que decidió su entrada en el mercado de Hollywood y le dio la posibilidad de conseguir los trabajos que le fueron dando el prestigio y el renombre actual. Ejemplos de ello y de su calidad excepcional como compositora son sus siguientes dos nominaciones al Oscar para films de Lasse Hallstrom, Las normas de la casa de la sidra y Chocolat (con quién no siguió colaborando posteriormente sin que sepamos por qué), la portentosa y trágica La guerra de Hart o su excepcional La leyenda de Bagger Vance para Robert Redford.

Ante la idea de adaptar el clásico de Charles Dickens, Nicholas Nickleby, por parte de su colaborador y amigo, y el ofrecimiento a la compositora de formar parte de él, una nueva reunión entre Portman y McGrath se iniciaba.

De Jane Austen a Dickens, el romanticismo y la tragedia según Portman

La aportación del director a la partitura de Nicholas Nickleby fue sugerir la composición del cuerpo central del film en primer lugar, para luego ir dando forma a los temas, hasta completarlos en las largas suites, inicial y final, donde éste iba a dar rienda suelta a la compositora para el desarrollo temático completo de los mismos.

Al tratarse de una historia que va progresando a través de las sucesivas peripecias, desde el drama (los episodios ubicados en el colegio Dotheboys) a la comedia (el encuentro con los comediantes ambulantes y el entremés de la danza escocesa, absolutamente hilarante) o el romanticismo (el amor a primera vista durante la búsqueda de empleo en Londres), pasando por la tragedia (el abuso de la hermana de Nicholas por el inversor de su tío, lo que le sucede a Smike). Portman dedica a cada uno de ellos un estilo diferente dentro del suyo propio, consiguiendo una variedad a la par que unidad en la composición realmente notables.

Toda esta creación de temas va mostrándose a través de breves pinceladas a lo largo del score. Tras su presentación inicial en los “Main Titles” (donde el director crea unos magníficos títulos a base de la recreación en escenarios de teatro de marionetas de las principales escenas y personajes, que luego conoceremos durante la película), en los que por una vez y sin que sirva de precedente, éstos acompañan a la música y no al revés. El despliegue temático de la partitura se ve dulcemente cortejado por los movimientos y despliegue de escenarios de los créditos, alcanzando un clímax musical artístico arrebatador.

La historia se despliega, y Nicholas comienza su camino de aprendizaje vital durante su viaje a la Academia Dotheboys. Portman comienza su recital con una exhilarante rendición a los violines y su capacidad lírica, para dar paso a una serie de notas sostenidas a su llegada a la institución reflejando musicalmente su ya obvia decadencia (“Journey to the Do the Boys”, “Dear Mr. Knucleboy”). Nicholas visita el bosque cercano y las notas inconfundiblemente británicas y costumbristas de la compositora para describir la campiña nos introducen aún más en la historia (“The Forest”).

El arpa y un elegíaco violín nos presentan el tema de Smike (“Smike by the Stove”), al que en sucesivas variaciones se irá recurriendo a lo largo de la composición. “More Jobs for Smike” nos hace sentir el lacerante drama de este personaje en un tema cargado de lirismo a través de la flauta y el violín, “Squeers Captures Smike” nos inquieta con su adagio de cuerdas, “You are My Home” nos hace sentir la esperanza en un futuro mejor como algo posible, con una lírica y emotiva variación de este tema a la flauta.

La partitura se ubica entonces en terrenos más cercanos a Emma, con la irrupción de un breve estallido romántico en “Kate´s Tears”, en una bella aunque breve interpretación del tema de Nicholas, para dar paso al suspense en “Fanny Music” y a la comedia, de un clasicismo sinfónico abrumador en “Ladies and Gentleman”.

El tema principal va creciendo dentro de la composición en “Poison Roots to You” y “Nicholas Looks for Work”, con una importante aportación del violín en el segundo caso, hasta llegar los mejores temas de suspense de la obra con el ostinato de cuerdas de “Smike is Captured” y el emocionado trabajo de los cellos en “A Man Called Bray”.

Nos encontramos en puertas de la tragedia con el regreso al tema de Smike en los elegíacos “Smike in His Room”, “Journey to Devonshire”, que nos ofrece una contenida interpretación del tema de Nicholas en su regreso a la tierra en la que nació, pero visto a través de los llorosos ojos de su eterno amigo y finalmente hermano de sangre, Smike (inconmensurable Jaime Bell en este momento de su interpretación, junto a un contenido y acertado también Charlie Hunnam) y el maravillosamente hondo y conmovedor “Smike Dies”, donde la compositora crea uno de los mejores temas de toda su carrera (al que acompaña la soberbia dirección de actores de Douglas McGrath y la pudorosa puesta en escena, con una de las más bellas y sutiles muertes de la historia del cine, junto a la de Kate Winslet en Descubriendo Nunca Jamás). Podemos definir en esta escena la labor de todo el elenco artístico y técnico, tan solo con una palabra, irreprochable.

Concluyendo con clase

La partitura regresa entonces a los terrenos románticos, que ya se habían ido apuntando a lo largo de la composición, pero ya dando paso, desde el drama, al optimismo y a la felicidad,

“Nicholas Proposes”, “At Last I Can Say It”, proporcionándonos una conclusión de un sinfonismo arrollador donde tienen cabida, un tributo a Emma, con un crescendo orquestal final al estilo del de aquella partitura y una similar panorámica de la cámara alejándose de los protagonistas enclavados en un paisaje de ensueño, ensalzado por la exquisita fotografía, junto a un centenario árbol y un impresionante trabajo de fondo de campo.

La suite final de los “End Titles” recoge los temas principales a modo de danza campestre, para después desarrollarlos en toda su amplitud orquestal en una nueva y vibrante orquestación, perfecto colofón a una nueva adaptación de Dickens, y si me permiten decirlo con todas las letras, en mi humilde opinión, una de las mejores.

Lo mejor: La suntuosidad y belleza con la que la compositora desarrolla musicalmente la historia, destacando temas especialmente hermosos, como los “Main and End Titles”, “Smike in His Room”, “Nicholas Proposes” o “At Last I Can Say It”, y la pura y simple magia sinfónica alcanzada en dos momentos concretos “Journey to the Do the boys” y “Smike Dies”.

Lo peor: Prácticamente nada, pero si se ha de señalar algo, la brevedad de, exceptuando las suites inicial y final, la mayoría de los cortes del compacto. No obstante, también está el dicho de "lo bueno si breve..."

El momento: Hay varios momentos memorables en esta sensible partitura, pero, por su capacidad de traspasar la pantalla y conseguir la emoción más auténtica y sincera a través de la música, la delicadeza y sutilidad con que la tragedia se despliega en “Smike Dies”, la embriagadora belleza de “Journey to the Do the boys” y el derroche de sensibilidad y talento de los tres últimos temas del compacto “Nicholas Proposes”, “At Last I can Say It” y la apabullante Suite final de los “End Titles”. ¡Bravo Rachel!

Asier G. Senarriaga

 
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