Nói Albinói

Compositor: Slowblow
Año : 2003
Distribuidora : Kitchen Motors

Íslenska musik

Qué tendrá Islandia que nos regala dia si dia también algunas de las mentes más creativas en cuanto a música, cine y otras formas de arte se refiere? No contentos con enviarnos a la inimitable Björk, nos regalaron a los épicos Sigur Ros y a los melancólicos magos de la electrónica Múm. En el cine, Englar Alheimsins rompió esquemas internacionales y Hilmar Orn Hilmarsson (que compuso aquella banda sonora) es hoy dia reclamado por gente como Jane Campion para componer su último film. Algunos dicen que la falta de luz solar les obliga a quedarse en casa dando rienda suelta a su creatividad, y otros argumentan que un país tan especial como Islandia sólo podía dar a luz a artistas no menos especiales. Quizá ambos tengan razón.

Nói el Albino

Nói vive en un pueblecito islandés de pocos cientos de habitantes. Noi es un estudiante pésimo, ladrón ocasional y objeto de irritación para los que le rodean, pero Noi no es tonto. Su mente genial está ocupada en dos asuntos muy importantes: Iris, la nueva chica de la cafetería del pueblo y cómo escapar de esa jaula de hielo y nieve llamada Islandia.

Éste es el planteamiento de Nói Albinói, el aclamado debut en el largometraje del director islandés afincado en Dinamarca Dagur Kári. Un film protagonizado por Tomas Lemarquis como único actor profesional en el papel de Noi, y un elenco de gente desconocida (la mayoría habitantes del pueblo donde se rodó el film) en los otros papeles secundarios.

La película ha despertado aplausos allá por donde ha pasado. Sin pretender ser un espejo fiel de la Islandia rural, la historia de Noi el albino nos describe la asfixiante vida en ese desierto de hielo con una contención envidiable que no evita que el retrato te ponga los pelos de punta gracias al enorme realismo que desprenden las escenas de la vida cotidiana (excelente la metáfora de jaula con Noi quitando la nieve de la puerta de su casa al principio del film).

Unas escenas impresionantes rodadas en un pueblo alejado de la Islandia "de postal" (aun así con la belleza inherente a ese país) Un Tomas Lemarquis brillante en su papel de Nói, unos actores amateurs que dan la talla, un guión con un desarrollo ágil y unas escenas sobrecogedoras (la excavación de la tumba en la nieve) y una banda sonora sorprendente, con mucha más importancia en el film de lo que cabía esperar, de una eficacia asombrosa para estar firmada por alguien que es nuevo en el negocio.

Slowblow

Slowblow son Orri Jonsson y Dagur Kári Petursson, un grupo que según ellos mismos no son otra cosa que aficcionados que han tenido la suerte de publicar varios discos, con colaboraciones estelares de la cantante de Múm, Kristin Anna Valtysdottir y Emiliana Torrini, aquella chica que saltó a la fama por interpretar el "Gollum's song" y cuyas similitudes vocales con Björk se deben mayormente a que ambas cantan en inglés con acento islandés.

Pues bien, cuando Dagur de Slowblow se puso manos a la obra a dirigir Nói Albinói, también quiso ocuparse de la banda sonora junto a Orri, firmando por supuesto como Slowblow.

La música de Nói

Escuchando los discos de Slowblow uno llega a la conclusión de que no son ningunos genios. Un grupo de pop eminentemente acústico con chispazos de creatividad, pero si hubiera que hacer una lista de los grandes logros musicales que nos han llegado de Islandia, no estarían precisamente los primeros, así que me intrigaba saber cómo resolverían la papeleta de tener una película a la que adaptarse.

La impresión junto a las imágenes es demoledora. Slowblow tiene pocos recursos, pero los utiliza TODOS para meternos en la historia no tanto con una descripción "física" de los hechos, sino una descripción "mental" (en la mejor tradición del cine europeo que describe sentimientos, no situaciones).

Las armas de Slowblow son sus guitarras, bajo, teclados, un piano, una batería, efectos e instrumentos adicionales para algunos temas y atención... una sierra. Habéis visto alguna vez a alguien tocar la sierra? Es la típica actividad que tendría que ir incluida en un concurso de talentos, pero si recordáis, una típica sierra de carpintero, se puede flexionar y frotar con una vara para producir un sonido similar al de un silbido. La técnica que se requiere es mucho más precisa que para un instrumento normal con su técnica ya asimilada puesto que quiero recordar que una sierra no es un instrumento musical sino una herramienta para dividir un objeto en varios pedazos. Pues bien, Slowblow toca la sierra, y en el principio del film (tema "beginning") la utilizan para simular el silbido del viento. El efecto es magnífico.

El resto de los temas son sorprendentes en dos sentidos. Primero dentro del film la música es compañera perfecta para los sentimientos y las escenas que se nos describen. Estamos ante un trabajo realizado con un entusiasmo que nos impacta al darnos cuenta de lo conseguido que está el matrimonio música e imagen. Las escenas ganan o pierden sentido gracias a la música. No estamos de ningún modo ante música de relleno por un director que se empeña en destrozar la parte musical de su película con la excusa de que es compositor (Mike Figgis, me lees?) sino que nos hemos topado con un director al cual no sólo le encanta hacer música, sino que a nosotros nos encanta que la haga. Un hombre capaz no sólo de crear una cama sonora perfecta para su película, sino también capaz de trasladar todo eso a un disco y hacerlo agradable sin ayuda de las imágenes (lo admito, Nói Albinói no ha salido de mi reproductor en los últimos días).

Repasando los temas más representativos, nos encontramos a un "Hillbilly" con un sonido sorprendentemente casi country, que con la ayuda de un piano nos va presentando el tema principal de la historia de Nói, tema que se desarrollará más tarde hasta convertirse en el tema de la historia de amor. La melodía tiene un sonido con una sensación de cotidianeidad y de "la vida de cada dia", un tema costumbrista que tiene un fondo melancólico aunque no muy acentuado.

Incluso en los temas más ambientales y descriptivos encontramos melodías o efectos de sonido agradables. Nói Albinói es una banda sonora que tira a oscura, pero nunca cae en el defecto de sonar a "ruido". Las melodías y sus rasgueos de guitarra aislados y notas de piano que van y vienen, tendrán más sustancia a veces y menos sustancia otras veces, pero siempre tienen una coherencia musical bestial, cosa que no es del todo normal en este tipo de propuestas.

Cosas como el decadente piano jazzistico de "piece of cake", el desarrollo casi tropical de "Why Hawai" o la pequeña pieza romántica a violoncello y piano en "Maproom" son muestras y más muestras de que Slowblow tienen un talento sorprendente a la hora de escribir para el cine.

Sin embargo, las joyas de la película vienen en los dos temas de amor. La escena del sofá en "love on a couch" utiliza la melodía que se nos presentaba en "Hillbilly", con una instrumentación donde los teclados y la guitarra crean un efecto envolvente, al igual que en "love on the phone", siendo ambos sendos temas de amor donde la sensación de tristeza se va acentuando cada vez más, muy especialmente en el último, con la sierra silbando de un modo casi mágico.

El final de la película va acompañado de "Elegy", un tema interpretado por el Rubio Quartet, que como su nombre indica es un cuarteto de cuerdas. "Elegy" se extiende por casi trece minutos y no tiene una melodía y progresión definida. A ratos suena bastante atonal, pero el efecto en el film como constraste con el resto de música es muy interesante: la vida cotidiana de Noi nos ha sido narrada con una serie de instrumentos modernos, y el terrible climax final cambia totalmente el estilo de la música para ofrecernos únicamente un cuarteto de cuerdas, olvidando guitarras, teclados y batería.

Los créditos están acompañados de la canción "Aim for a Smile", que también podemos encontrar en el último disco del grupo, llamado homónimamente "Slowblow". El cierre tiene un tono melancólico y lento que encaja perfectamente con el final de "Elegy" que acabamos de escuchar.

El conjunto no es ni mucho menos depresivo, pero el aire de tristeza y frustración que desprende la música y la originalidad de su planteamiento instrumental hacen de Nói Albinói una banda sonora a tener muy en cuenta por aquellos de vosotros a los que os interesan las novedades con un sonido fresco y diferente, alejado de los esquemas habituales ya no sólo en el cine americano, sino también en el europeo.

Lo Mejor: Su originalidad, su importancia en el film y lo bien que suena por separado.

Lo Peor: Que seguramente no vayamos a escuchar a Slowblow en el cine hasta que Dagur haga una nueva película.

El Momento: "Hillbilly", "Love on the phone", "Aim for a Smile"... y más...

Rubén Sánchez