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Revolutionary Road

Outlander


Compositor: Zanelli, Geoff
Año: 2008
Distribuidora: La-La Land Records
Duración: 64:06

Bueno
Tracklist:
  1. Setting the Trap (3:11)
  2. Gunnar's Raid (6:04)
  3. The Moorwen Genocide(4:40)
  4. Tell Me About Your Dragon (5:17)
  5. Gods Be With You (6:11)
  6. Crash Landing (5:13)
  7. Kainan's Capture (2:32)
  8. Interrogating Kainan (2:05)
  9. Herot Town - 709 AD (4:16)
  10. Now You Look Like a Viking (2:06)
  11. It Was a Bear (4:48)
  12. That Was Not a Bear (3:49)
  13. Into the Moorwen Liar (3:18)
  14. Killing the Beast (07:59)
  15. Kainan Becomes King (2:37)

Una de vikingos (estilo The 13th Warrior, pero sin llegar a su nivel) con una bestia alienígena depredadora (Predator pero en versión rudimentaria), al más puro estilo Beowulf (la bestia que vuelve para aterroriza el reinado de los hombres), con rostros famosotes del mundillo fantástico y aventuras la vieja usanza con los nuevos métodos. Resultado final: entretenido, sin más. Quizás un poco de exceso de metraje para lo que tiene contar (hora y media sobraba en lugar de dos horas), pero no insulta, lo cual ya es suficiente (todavía recuerdo el horror de Ghost Rider, que vi recientemente, y de la que SOLO salvo al gran Christopher Young).

El score correría a cargo de Geoff Zanelli, de la escuela MV (o RC) o discípulo de la religión ZZ, alias Zimmer. El resultado final: muy interesante en los momentos más delicados, íntimos y oscuros, y más flojo en algunas partes de acción, demasiado Mediaventures para mi gusto en muchos momentos.

Outlander – Metáfora de la Raza Humana

Poster  Jim Caviezel es Kainan, el piloto de una nave espacial humanoide que choca en la época de los Vikingos, trayendo consigo a una espantosa bestia, el Moorwen, cuya raza fue exterminada por la raza de Kainan. Ahora, la bestia está suelta y devasta todos los poblados que encuentra a su paso.

  Kainan entrará en contacto con la cultura vikinga, a través del rey Rothgar (interpretado por un genial John Hurt, el mismo de Alien o 1984), y juntos lucharán contra la bestia Moorwen (antes de que ésta acabe con todo a su sanguinario paso).

Argumento del copón, giros espectaculares y unas interpretaciones que rozan la perfección para ésta película… no, espera, que pensé que estaba hablando de The Empire Strikes Back. Vale, seamos serios. Outlander es todo lo que te puedes esperar, desde el minuto uno hasta que acaba. Quien se sienta defraudado, que no la vea, pero no engaña a nadie.

John HurtMe pasé un buen rato, me entretuvo, la bestia está genial (excelentes efectos especiales), y lo mejor de la película, de largo, es el flashback del genocidio de la raza de los Moorwen, una escena que es a la par bella y violenta. De ahí la brutalidad con la que el Moorwen superviviente arremete contra los humanos, una contrapartida que tiene como móvil la venganza (de hecho, la criatura reacciona ante Kainan cuando éste le grita, reconociendo su voz y su persona).

Ron PerlmanEntre el reparto encontramos al genial Ron Perlman (como me encanta su caracterización de Hellboy, o sus apariciones en Alien Resurrection, Blade II o Desesperation) como el líder de la tribu vikinga enemiga, Guntar, o a la bella Sophia Myles, la misma de Tristan + Isolda (2006, donde interpretaba a Isolda), Underworld Evolution (2003) o From Hell (2001), que interpreta a Freya, la hija del rey vikingo, enamorada hasta los huesitos de Kainan.

  El director, Howard McCain (escritor de la tercera parte de Underworld: Rise of the Lycans, y con la nueva versión de Conan en proyecto, y también como guionista),  no se muestra torpe y hace lo que tiene que hacer para éste tipo de películas, aunque le sobra metraje, como la tontería de la escena de los escudos, prescindible (incluso el corte musical, no editado en el compact, que es como un refrito de los piratas de Badelt y Zimmer), o recortar parte de algunas escenas, como el cierre final o varias conversaciones algo intrascendentes.

Como anécdotas, el director Renny Harlin (Die Hard 2, Cliffhanger, Deep Blue Sea) asomó como posible director, y para el papel de Kainan desfiló Karl Urban, que había intervenido en Pathfinder (otra cinta de vikingos, remake de una película de los 80), pero otros rostros también asomaron antes de que Jim Caviezel se quedase el papel; Thomas Jane (The Mist, Dreamcatcher) y Sean Bean (Ronin, The Lord of the Rings).

En resumen, interesante propuesta de cine fantástico y aventuras a la vieja usanza, nada nuevo bajo el sol, con sus típicos y sus tópicos, ya se sabe pero entretenida

Geoff Zanelli

Geoff ZanelliCompositor californiano nacido en Septiembre de 1974, y graduado en el Berklee Collage of Music, su curriculum vitae ha estado ligado desde sus comienzos al equipo RC, o también conocidos como los MV, desde que allá por 1994, tras ganar Zimmer el Oscar por The Lion King, invitando a Zanelli a unirse a su grupo y trabajar codo con codo con el resto de compositores MV.

Ha compuesto música adicional para más de una treintena de scores, como Face/Off (una de sus primeras asignaciones), Pirates of the Caribbean Trilogy, Pearl Harbour, Equilibrium, Madagascar, Hannibal o The Last Samurai, colaborando con gente como John Powell, Hans Zimmer, Harry Gregson-Williams, Klaus Badelt o Steve Jablonsky.

  O visto desde otra forma, ha colaborado con un amplio y representativo grupo de directores y productores del mundo cinematográfico, con Steven Spielberg, Jerry Bruckheimer, el guionista y director David Koepp, Ed Zwick, Ridley Scott, John Woo o Michael Bay entre otros muchos más.

  También ha colaborado en cortos y series, y ha participado para artistas musicales escribiendo arreglos, como Robbie Williams, o acreditado como guitarrista (entre otras cosas) para el disco “I’m not Dead” de Pink.

Secret Window HitmanInto the West Disturbia

Zanelli es versátil, sabiendo conjugar varios estilos musicales, desde el orquestal al sintetizado, fusionando perfectamente cualquier tipo de melodía para el drama, comedia, ciencia-ficción y horror, entre otros. Prueba de ello es que en el año 2006, Geoff Zanelli se alzaba con un Emmy por su trabajo en la miniserie Into the West (2005), acerca de los indios americanos, y producida por el todopoderoso Steven Spielberg.

  Como compositor, comenzaría su carrera con el corto de terror Feast (2001) y la serie Fear (2000). En el 2004, le llega su gran asignación. El guionista y director David Koepp (a quien debemos la interesante Stir of Echoes, y guionista de Carlito’s Way y Jurassic Park), llevaría a la pantalla Secret Window, novela corte del genial Stephen King sobre un escritor atormentado (Johnny Deep) por un extraño individuo de corte sureño (un gran e impagable John Turturro).

  La labor compositiva iba a recaer en James Newton Howard (algo lógico tras haber compuesto, con excelentes resultados, los scores de The Trigger Effect y Stir o Echoes, aka El Último Escalón), pensándose incluso que Hans Zimmer colaborase con Howard (algo que no sucedería hasta poco después, con Batman Begins). James Newton Howard se retiró del proyecto, y con él la posibilidad de que Zimmer colaborase, recayendo el trabajo en manos de Philip Glass y Geoff Zanelli, realizando una buena y destacada labor, con un gran Main Title.

Geoff ZanelliEn ese mismo año, le pondría música a House of D, dirigida e interpretada por David Duchovny (alias Agente Mulder), comedia dramática que incluye en su  reparto a Robin Williams y Téa Leoni.

  En el 2007, Zanelli se ve involucrado en dos proyectos comerciales de cierto relieve. El primero, la adaptación del videojuego Hitman, donde Zanelli compondría un score que la discográfica Lalaland Records se ha encargado perfectamente de editar (como el caso que nos ocupa, Outlander).

  El segundo, Disturbia, thriller dirigido por D.J Caruso (autor de una película que me encanta, The Salton Sea, con un gran papel de Val Kilmer, y del reciente éxito Eagle Eye) e interpretada por el joven actor de moda Shia LaBeouf (Eagle Eye, Transformers, Indiana Jones and the Kingdom of the Cristal Skull).

En el 2008 llegará la actual Outlander, la cinta de animación fantástica Delgo, y la comedia fantástica Ghost Town, una nueva colaboración con David Koepp. Actualmente tiene pendiente de estreno Game, un thriller de ciencia-ficción con Gerard Butler (300, Rocknrolla).

Outlander, Aproximación Musical

  En palabras del propio Zanelli, la intención era crear tres tipos de motivos. El primero, uno para los Vikingos, orgánico, épico y heroico. Es un motivo orquestal, una pieza solemne y brava, donde Zanelli destaca el carácter heroico y noble de los vikingos, generalmente mediante la orquesta, pero también a través de los sintetizadores, especialmente por el papel que Kainan juega en la historia (viene del espacio exterior, y Zanelli le asocia texturas musicales más futuristas a través de los sintetizadores).

  El otro motivo, el asociado a Kainan, es un motivo sintetizado, bello y misterioso, que irrumpe y se cohesiona con el de los vikingos, un choque musical de razas y culturas, que conviven juntos durante la partitura. A veces es ese motivo, que escuchamos en “The Moorwen Genocida” o “Killing the Beast”, o simplemente la sonoridad sintetizada, asimilando el tema de los vikingos, por ejemplo.

  Dentro del apartado Kainan, destacaría el tema de amor y/o familia, una bella y evocadora melodía que también aparece en la parte final del flashback del genocidio, cuando Kainan se despide de su familia, en el arranque de “Gods Be with You”, o en la parte final del crescendo de “Killing the Beast”

  El tercero y último, más que un motivo, es el de la Bestia, el del Moorwen, un motivo siniestro y terrorífico, que evoca la maldad y el peligro. Además, Zanelli asocia música violenta y agresiva para los ataques, y oscura y tétrica para los momentos de tensión.

  Lo que me llama la atención, y para bien, todo sea dicho de paso, es la forma de aproximarse que tiene Zanelli durante el score. Otros compositores, y sin ningún problema por ello, hubieran recurrido a cortes espectaculares constantemente, golpeándote una y otra vez con intensidad y espectacularidad, pero Zanelli recurre a música más comedida, mucho más contenida, tanto en lo heroico como lo oscuro, y lo dramático y romántico. Solo de vez en cuando, y muy bien por cierto, saca a pasear la música de acción a través de una potente percusión, muy colorida y consistente (aunque podía ahorrarse el toquecillo MV).
 

Outlander, Vikingos & Kainan Vs Morween

  Lalaland Records, en un momento dulce y maravilloso, tras recientemente edición de Batman: Mask of the Phantom Expanded Edition (que viene a completar más el universo de Shirley Walker tras su espectacular y agotada edición de Batman: The Animated Series), nos ofrece la partitura de Zanelli en una brillante edición, con comentarios del compositor, del director, y donde Hans Zimmer figura entre los agradecimientos y el compositor Bruce Fowler (otro habitual colaborador del entorno MV, y compositor de The Good Shepard) aparece como supervisor de la orquestación.

  El score ha sido interpretado por The Budapest Symphony Orchestra en Hungría (con gratos resultados) y la edición discográfica no está en el orden que corresponde; el corte “Crash Landing”, en el compact el tema seis, debería de ser el primero, pero en su lugar encontramos el vibrante “Setting the Trap”, que aparecería casi a mitad de película.

  El tema central, el motivo de los vikingos, aparece en el disco en el primer corte, “Setting the Trap”, de forma solemne y épica, pero de contenida intensidad, acompañando sutilmente y de manera enérgica la preparación de la trampa para el Moorwen. Zanelli otorga a la raza vikinga, un motivo orquestal que realza la nobleza de la raza (justo lo contrario que Jonathan Elias en Pathfinder, donde les otorgaba un motivo agresivo y salvaje, completamente visceral, en sintonía con la película, que presentaba, tristemente, a los vikingos como una raza sucia y salvaje).

  A diferencia de otras producciones épicas modernas, el motivo es retentivo e interesante, bien construido e hilvanado en el conjunto de la partitura. Por ejemplo, tenemos el corte “Now You Look Like a Viking”, donde Zanelli nos ofrece el motivo de los vikingos de una manera aún más épica y solemne, o el espléndido cierre del compact, “Kainan Becomes King”, donde Zanelli nos ofrece une rendición heroica del motivo central para el nuevo rey.

  El motivo de Kainan es un motivo sintetizado, que evoca a sonidos de otro mundo, justo en colisión con el de los vikingos, orquestal y más orgánico, fusionando ambos motivos y sonoridades en varios cortes del compact. Éste motivo lo encontramos en el corte tres, “The Moorwen Genocide”, uno de los mejores cortes del compact de largo, con ciertas reminiscencias a Vangelis, y es donde aparece la más bella escena de la película (pero también el amargo recuerdo, y por partida doble, tanto para Kainan como para el Moorwen).

  Mediante un Flashback preciso y calculado, que casi podríamos extraer como un corto de la película, un grupo de naves extermina y coloniza el planeta de los Moorwen, una escena excelentemente rodada y recreada, de gran belleza y espectaculares paisajes. La apertura es etérea y hermosa, cargado de un exultante lirismo a través de la voz de una solista femenina, que captura la esencia de la tragedia. Los sintetizadores crean un ambiente musical perfecto, evocando la tragedia y el drama.

Es entonces cuando el motivo de Kainan asoma, una especie de sonido metálico sintetizado que se convierte en las señas de identidad del personaje y de su tragedia personal (quien a hierro mata a hierro muerte). Su familia, junto con otros muchos colonos, queda instalada en el planeta, donde los Moorwen han sido erradicados completamente… salvo uno. La parte final del corte es bello y la par dramático.

  Pero también tenemos potentes cortes de acción, en especial, el espectacular “Gunnar’s Raid”, donde el rey vikingo Gunnar ataca el poblado vikingo de Rothgar para vengar el genocidio de su pueblo, desconocedor de que en realidad ha sido el Moorwen.

El corte abre con las notas del motivo vikingo, pasando a una fase musical mística y de gran belleza, donde las cuerdas trazan un motivo delicado a través de una bella voz femenina que canta en la lejanía, el motivo que Zanelli asocia al pasado de Kainan y su familia.

  Cercano al minuto dos el corte se convierte en un agresivo y salvaje pasaje percusivo, muy potente y con sonidos de cuerno a modo de toque de guerra. Durante la acción hay alguna fase donde el sonido MV asoma, pero a ratos, destacando, eso sí, una fantástica percusión y el sonido de gaitas sintetizadas, aderezadas con coros masculinos, realzando la pelea de machos entre ambos clanes vikingos.

  Cercano al minuto cinco el corte va decelerándose, con un cierre dramático para Gunnar clamando venganza por el exterminio de su pueblo, y reclamando los cuerpos de sus seres queridos para poder honrarlos como merecen.

  “Tell Me about Your Dragon” abre con una percusión que va marcando un ritmo pulsante y enérgico, preámbulo del ataque del Moorwen, lanzándonos a un pasaje de acción realmente poderoso, con cánticos y de nuevo con algún pasaje Mediaventures, pero sin excederse. Las percusiones vuelven a ser una parte fundamental, tanto la electrónica, para la criatura, como la orquestal, para los vikingos, con aparición del motivo de la criatura en la parte final, y un cierre frenético de cuerdas para la huida del Moorwen con una presa humana en sus fauces.

  “Gods Be with You” está cargado de solemnidad a través del motivo de los vikingos, pero en la apertura asoma un motivo romántico y melancólico para Kainan y Freya (el mismo que asocia a la familia de Kainan), un bello leitmotiv. El corte es de largo desarrollo, pasando de una fase épica y muye bien construida, a otra más oscura y siniestra, con la aparición del motivo de la bestia al minuto cuatro, adornado con una excelente mezcla de percusión electrónica y orquestal, con un cierre final intenso, donde asoma algún sonido Mediaventures.

  “Crash Landing” sería el corte que abre la película, con una atmósfera misteriosa y a ratos siniestra, donde los sintetizadores y algunas sonoridades atonales, muy experimentales, nos narran el accidente de la nave de Kainan. La música refleja perfectamente la hostilidad del choque y la sensación de aturdimiento de Kainan. Ritmos electrónicos, cánticos, percusiones y sonidos exóticos conforman un pasaje musical de lo más variopinto e interesante, con un cierre final vibrante, con el piano como instrumento que marca el ritmo para crear un motivo musical realmente vibrante (el mismo cierre que el corte “Herot Town - 709 A.D.”).
 
  Tenemos pasajes de percusión muy interesantes con irrupción del motivo de los vikingos en el “Kainan’s Capture”, o una voz femenina, flautas de pan y ritmos pulsantes y misteriosos en “Interrogating Kainan” (con algún ritmo disonante que me recuerda al extraordinario motivo, negativo y rancio, que Goldsmith asociaba a los Wendol en The 13th Warrior), y sonidos de gaitas sintetizadas con melodías evocadoras de tiempos pasados y ancestrales en “Herot Town - 709 A.D.”, donde de nuevo encontramos el motivo romántico de Kainan para con su familia, y ahora con Freya.

  Los cortes “It Was a Bear” y “That Was Not a Bear” recrean la caza de la bestia por el bosque, con los vikingos creyendo que la bestia es un enorme oso. Zanelli crea texturas musicales oscuras y siniestras para los pasajes de búsqueda, con algunos pasajes vibrantes, y de nuevo con esas sonoridades negativas y disonantes estilo The 13th Warrior. El motivo de la bestia aparece y desaparece, con motivos electrónicos pulsantes, y ecos atmosféricos muy siniestros y aterradores.

  “Into the Moorwen Lair” contiene música oscura y siniestra para el momento en el que la expedición vikinga se adentra en el terreno de la Bestia, con el motivo del Moorwen apareciendo en escena, y una especie de brisa rancia que a modo de viento envuelve las notas finales del corte.

Y finalmente, “Killing the Beast”, el clímax de la película, con una apertura frenética para la lucha entre Kainan y el Moorwen, con sonoridades puntuales a lo Mediaventures para el enfrentamiento final, donde irrumpe el motivo de la bestia, y acto seguido se erige el motivo metálico y sintetizado de Kainan para la resolución del combate, un gran momento musical (muy épico), con los cánticos reforzando el tema.

En el minuto dos, las aguas vuelven a su cauce, y encontramos la paz musical, con rendición del motivo de los vikingos a modo de coda final, mientras el sonido de una gaita sintetizada como en la lejanía y los violines aderezan el conjunto, con una bella mezcolanza de hermosos paisajes musicales, con figuras musicales que transpiran épica, drama y fantasía.
 
Cercano al minuto siete, el corte gana en intensidad mientras Kainan debe de tomar una importante decisión, con los violines y los vientos tomando más y más fuerza, construyendo un gran crescendo musical a través del motivo familiar de Kainan, con una excelente resolución musical.

 

Balance Final

  Satisfactorio, a ratos por encima de la media, y en otros momentos por debajo. Cuando Zanelli recrea la solemnidad y la nobleza de los vikingos, cuando realza la relación de Kainan y su familia (o con Freya), o cuando juega con texturas oscuras, siniestras y terroríficas, es cuando la música sube por encima de la media.

  Pero cuando la acción aparece, y toma el motor MV, me baja enteros, pero por momentos, pues de repente introduce elementos realmente interesantes (coros, gaitas sintetizadas, percusiones atronadoras, el motivo de la bestia…) y recupera intensidad y originalidad.

  Outlander es un buen ejemplo de música de acción, épica y de terror, con pasajes delicados y bellos, y una piedrita en el camino de un compositor, Geoff Zanelli que apunta maneras. Veremos a donde llega el buen hacer del compositor californiano.

Lo Mejor: El tema de Kainan, y todo lo relacionado con su familia, y por ende, con Freya, el leitmotiv principal de los vikingos, retentivo y épico, y sin olvidarnos de las texturas futuristas y ambientales de cortes como “The Moorwen Genocide” o el motivo de la bestia. Y sobre todo, con cada escucha me gana más, entreviendo detalles compositivos e interesantes recursos musicales.

Lo Peor: El sonido prefabricado de los MV patente en algún corte de acción (¿Por qué, hacía falta?), pero por suerte, sin pasarse, saliéndose rápido de ese patrón (ya es suficiente que suene con Zimmer para que encima suene en una docena más de compositores, en mi humilde opinión).

El Momento: A nivel visual y musical, “The Moorwen Genocide”, la escena más bella y poética, y por ende, la que musicalmente más destaca. También destacaría la excelente percusión y el sonido del cuerno en “Gunnar’s Raid”, y el clímax final en “Killing the Beast”.
 

Rubén Franco Menéndez (Patton_Goldsmith)

 
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