Tracklist:
- Partition (02:52)
- The Crossing (03:27)
- Attack at the Crossing (03:35)
- Naseem’s Journey (02:48)
- Transformation of Gian (03:24)
- Water (01:48)
- Sirsa (06:14)
- Coming of Age (03:26)
- Death Train (02:32)
- Tears of Joy (03:31)
- Bombay (02:00)
- Hilltop Decision (02:57)
- New Delhi, 1942 (02:29)
- Gian’s Plea (01:57)
- Rain Dance (03:44)
- Crossing the Border (01:59)
- Festival Of Holi (02:09)
- Confrontation (01:46)
- Vijay (02:16)
- Gian to Margaret’s (00:54)
- Naseem and Gian (05:03)
- Free (04:11)
- Separation (03:21)
- Shimla (01:58)
- Villagers Demand Naseem (02:45)
- Partition End Title (05:27)
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El fin no justifica los medios
Uno nunca es consciente de la crueldad humana hasta que no la vive de cerca. Esta crueldad tiene su faceta más exagerada cuando está apoyada por ideales políticos, religiosos o racistas. El fanatismo impregna cada célula del ser humano, llevándole a cometer atrocidades en nombre de ideales que para nada justifican acciones de este tipo.
Y en las guerras o periodos posteriores de fragmentación de naciones o pueblos, la situación se ve notablemente agravada.
Es el caso de esta cinta de bajo presupuesto, dirigida por Vic Sarin, nacido en la India, hijo de diplomático, algo que lo motivó a recorrer medio mundo (su infancia la vivió en Australia y su mayor desarrollo profesiónal lo disfrutó en Canadá, donde ha recibido un montón de premios a su trabajo).
Partition - aún no estrenada en nuestro país - nos cuenta la historia de amor entre dos personajes pertenecientes a mundos enfrentados. Está Gian (Jimy Mistry), secular hindú que vive, después de haber luchado por los ingleses, en su modesto pueblecito, Punjab, cultivando la tierra, solo con su protectora madre.
Luego Naseem (Kristin Kreuk, Lana de Smallville la serie de TV) bellísima islámica que se traslada con su familia a Pakistán, después de que los ingleses, antes de dejar la India, decidieran dividirla en dos: La zona islámica en Pakistán y la zona Secular en India.
Es entonces cuando la familia de Naseem es atacada por los seculares, en una matanza descomunal que termina con la muerte de su padre y la desaparición de nuestra protagonista.
Gian, cultivando la tierra, descubre a Naseem escondida entre la vegetación. Ella se encuentra terriblemente asustada, incapaz de mover un músculo y menos de confiar en nadie.
A pesar de ello Naseem confía en Gian (no le queda otra) y éste le da cobijo en su casa. Es cuando comienza una historia de amor que no augura un camino fácil y más aun cuando un tren de seculares llega a Punjab con todos sus tripulantes atrozmente asesinados. Otra matanza, esta vez a manos de los Musulmanes, que deja bien claro que en las guerras no hay ni buenos ni malos, hay muertos.
Una correctísima producción
A pesar de que su presupuesto no es muy elevado para la historia que cuenta (unos 10 millones de dólares), la fidelidad con la que Sarin presenta su historia es ejemplar. Lo que más llama la atención de esta producción es lo bien que se han plasmado las costumbres y la cotidianeidad hindú de aquella época. Cómo las mujeres pintaban (y pintan) más bien poco en el mundo islámico, cómo los inmigrantes vivían (y viven) condiciones deplorables para vivir como seres humanos o cómo el odio calaba (y cala) en generaciones posteriores que enfocan su furia contra toda una raza o religión.
Partition es un ejemplo de que, por mucho que el hombre piense que ha evolucionado, sigue cometiendo los mismos fallos, y sigue sometiendo a sus iguales a los mismas represiones que en el pasado.
Y si bien es cierto que la historia de amor es el centro de la trama, es el escenario el que hace que este amor sea del todo imposible.
Por méritos propios destacan las actuaciones de sus dos protagonistas, en especial la de Kristin, un rostro televisivo, que tras su innegable belleza, esconde un talento abrumador para la actuación. Este cambio de registro, saliéndose de la muy Dawson Crece, Lana Lang de Smallville, descubre a una actriz que es capaz de aparecer sucia y descuidada (aunque nunca fea) potenciando su lado interpretativo por encima de una típica pose de modelo.
Sus momentos de alta intensidad dramática involucran al espectador sin dificultad, demostrando su capacidad para el drama, y para llevar un personaje bastante ramplón o florero en un principio, al que dota de profundidad y personalidad.
Y aunque la película de Sarin, no deja de ser un drama que perfectamente hubiese funcionado en televisión, aportando un montaje a ratos correcto, a ratos nefasto, gracias a la intensidad de las actuaciones de los dos actores (atención al parecido de Jimy Mistry con Gerald Butler), la puesta en escena, la magnífica fotografía y la preciosa partitura de Brian Tyler, Partition es más de lo que en un principio, sin la labor de estos profesionales, hubiese llegado a ser.
Children of Dune en la India
Lo mejor que se puede decir de la música de Brian Tyler es que siempre queda como un guante con las imágenes.
Si a eso le sumamos que en la mayoría de las producciones de bajo presupuesto en las que ha intervenido, su música potencia la percepción de que el presupuesto es mayor, uno tiene bien claro que como compositor de música de cine, vale su peso en oro.
Es lo que tiene el talento, dar de ti lo mejor que tienes para una historia que no pasará al recuerdo colectivo, ni tendrá una difusión mundial. No es lo mismo componer para una producción de serie A que va a recaudar millones en todo el mundo, y siendo todo ser humano el que escuche tu trabajo, que componer para una historia directa a video. Es cuando el talento se mezcla con la profesionalidad, algo que pocos compositores atesoran.
No tengo que esconderme para reconocer que Brian es uno de los compositores que más conectan con mi sensibilidad musical, ya que a diferencia de muchos músicos de cine actuales (cuyo nombre no diré) es capaz de poseer una forma de componer pasional e intensa que traslada a sus partituras, haciéndolas cañeras, vibrantes, dramáticas y épicas (indiferentemente de que genero toque).
Para Partition, Brian ha compuesto una de sus mejores partituras. Muy en la línea de su obra capital, Children of Dune, también con elementos de una de sus obras puntales (para otro proyecto de poca audiencia) The Greatest Game Ever Played. Le aleja de éstas el tono delicado y trágico de la historia, aportando una composición más alejada de terrenos épicos y centrada más en la ternura y mesura.
Hay momentos que aportan el scope musical de Lawrence de Arabia de Maurice Jarre, tales como el Main Title, aunque es una lástima que los encuadres de Sarin (también director de fotografía) no sean tan vastos como los que aportó David Lean en esa obra maestra del cine, y por lo tanto esa amplitud musical no se vea representada en su plenitud.
"The Crossing", segundo tema del disco, refleja la migración de lo musulmanes a Pakistán. Es un tema sacado directamente de la mitología musical de Children of Dune, un golpe directo a aquellos que sostienen que Brian es un compositor sin estilo.
Siguiendo con temas que confirman el inequívoco estilo de Brian, está el tercer corte "Attack At the Crossing", con esa potente percusión tan presente en Timeline, uno de los pocos momentos de acción de la película. Otro corte que sigue con la estela de Children of Dune es "Naseem´s Journey", bellísimo tema demasiado corto para mi gusto (porque la escena que acompaña también lo es) y que se presenta como lo mejor del compacto junto a algún que otro tema que comentaré a continuación.
"Tears of Joy" es otro de esos temas, uno de los más bellos del compacto. Tiene lugar cuando Naseem recibe la noticia de que su familia está viva, y que tiene un billete de tren para visitarla. Ella llora desconsolada de alegría, ante los ojos de su pequeño hijo que le pregunta si está triste. La música se basa en su mayor parte en el viento y la guitarra acústica describiendo un tapiz melódico delicado.
En "Bombay" nos descubre una faceta que el compositor aplica en casi todas sus partituras por razones de disfrute personal: interpretar él mismo un montón de instrumentos. En este corte se hace dueño del sitar que se une así a otros instrumentos de cuerdas y de percusión que el mismo interpreta en esta partitura (sin olvidar su dominio del piano que también aplica, más brevemente, eso sí, en esta Partition). Siguiendo esta estela musical tan enraizada en la tierra hindú, tenemos el corte "Festival of Holi", donde de nuevo Brian hace gala de ser hombre orquesta, con un ritmo de fiesta que conecta con otra de las imágenes más hechizantes de la cinta: la fiesta del pueblo donde los vecinos se lanzan polvos de colores, impregnando el lugar de un tapiz multicromático. Y de idéntico estilo encontramos "Shimea" con mayor aportación del sitar si cabe.
Otro de los momentos más bellos visualmente en la película es el que corresponde al corte "Rain Dance" con Naseem recibiendo con los brazos abiertos una inesperada lluvia mañanera. La música de Brian opta por describir la escena con singular delicadeza, a base de nuevo de las cuerdas y la percusión sustentándolas en el habitual ritmo que acompaña a la música del compositor.
El disco termina con "Partition End Titles" y con las lágrimas en los rostros de los espectadores (para eso es un drama). El corte de unos casi 6 minutos, hace un balance por todos los leitmotivs que Tyler ha ido creando a lo largo de la película.
En definitiva, tenemos una partitura llena de tonalidades, aunque casi siempre melódicas, donde Tyler ahonda en las raíces musicales hindúes, aportando una partitura con sabores a otros scores suyos, pero con entidad propia, demostrando que su estilo está más que definido. La edición discográfica de Varese recopila 78 minutos del score (pienso que casi la totalidad de lo compuesto por Brian para esta película), demostrando que el compositor siempre piensa en el aficionado, para que éste amortice su compra gracias a la adquisición de cuanta más música mejor (algo que ha repetido en otras ediciones de Varese, o últimamente con War). Partition es uno de los trabajos más queridos por su compositor, y eso se nota en un resultado final excelente.
Lo mejor: Lo de siempre en la música de Brian Tyler: La variedad temática, la fuerza en el ritmo de algunos cortes, la capacidad del compositor de tocar varios instrumentos (y hacerlo bien) y sobre todo, su perfecta fusión con las imágenes, a las que dignifica.
Lo peor: La música no termina de romper en determinados cortes, producto más de unas imágenes que pertenecen a una producción que, no olvidemos, es de bajo presupuesto, de una historia que es sutil y contenida y por lo tanto no puede aportar la epicidad de la que la partitura podría beneficiarse (algo que sí ocurre en Children of Dune).
El momento: "Naseem´s Journey", 100% Brian Tyler.
DDBSpawn (David Doncel)
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