Tracklist:
- The Pet Sematary (03:00)
- Dead Recollection (01:21)
- Hope And Ordeal (01:23)
- Adieu Gage (01:23)
- Rachel Against Time (00:50)
- The Return Game (Jud and Gage) (03:43)
- Moving Day Waltz (00:31)
- The Warning Tour (01:42)
- Death Do Us Part (Rachel Hugs Louis) (00:54)
- Nine Lives Minus Seven (00:15)
- Up In Flames (Flashback) (01:38)
- Bitter Loss (Flashback) (01:51)
- Rachel's Dirty Secret (00:23)
- Return Game Attack (01:55)
- Rachel's Blow Out (00:21)
- I Brought You Something Mommie (00:35)
- The Return Game II (Louis And Gage) (02:53)
- Gentle Exhuming (01:03)
- To The Micmac Grounds (02:46)
- Chorale (00:30)
- Kite And Truck (01:22)
- Immolation (01:37)
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El primer título destacado en la filmografía de Elliot Goldenthal fue esta adaptación de una inspirada novela de Stephen King. Dirigida por Mary Lambert (responsable de algunos video-clips de Madonna) y con guión del propio King (con un cameo como sacerdote en un funeral), relata la historia de Louis Creed (Dale Midkiff), un médico que se traslada con su familia a una preciosa casa junto a una carretera del estado de Maine. En un bosque cercano, un cementerio de animales recoge a las mascotas muertas en la carretera, y un poco más lejos un cementerio indio resulta tener la facultad de revivir a los cuerpos que son enterrados allí. La familia vive con horror la muerte del pequeño Gage a causa de un camión, y el padre desesperado acaba recurriendo al cementerio indio para intentar recuperar a su hijo. El pequeño volverá, pero como dice la propaganda del film... a veces es mejor estar muerto.
Me parece una de las mejores adaptaciones de novelas de King, y la considero un título fundamental del terror de los ochenta. La trama es macabra y presenta algunas de las imágenes más turbadoras del cine de "niños peligrosos", aunque es cierto que el King-guionista no quiso desechar algunas subtramas de su novela que acaban resultando innecesarias (la vecina Missy con sus problemas y su suicidio). La película juega con dos de los temas más duros en cuanto a argumentos: la pérdida de un ser querido (doblemente dolorosa quizás, por tratarse de un pequeño angelical de tres o cuatro años) y la tremenda posibilidad de que una vez resucitado, vuelva como mensajero implacable del horror más sanguinario. La música de Goldenthal apoya esta atmósfera de una forma soberbia, mostrando ya la faceta innovadora que manifestará en otros títulos como Alien 3 o Entrevista con el vampiro.
Su score se basa en una pequeña formación (Orchestra of St. Luke's) con predominio de cuerdas y piano, sintetizadores y voces infantiles del Zarathustra Boys Chorus. Del conjunto podemos destacar los siguientes aspectos:
- Los títulos iniciales sientan las bases más melódicas de la obra, con protagonismo del piano y un coro infantil que a pesar de su presunta inocencia acaba resultando siniestro, mientras las imágenes recorren las tumbas del cementerio de animales.
- Los pocos momentos de felicidad/tranquilidad de la familia Creed son subrayados por una ambigua melodía de aparente calidez (el corte "Moving Day Waltz" para su llegada a la nueva casa, por ejemplo). A medida que la trama se enturbia, la misma melodía resultará trágica, como cuando el atormentado padre saca al pequeño Gage de su tumba y lo abraza, antes de llevárselo al cementerio indio ("Gentle Exhuming").
- Numerosos pasajes de siniestra sonoridad cumplen perfectamente su misión oscurecedora, a veces sólo con sintetizadores, cuando el fantasma de Victor Paskow advierte a Louis del peligro del cementerio ("The Warning Tour") y otras veces con la orquesta, como en el paseo de Louis con su vecino Jud (Fred Gwynne) hasta el cementerio indio, con breves pero acertadas percusiones que simbolizan la tribu de los micmac ("To the Micmac Grounds").
- Resucitado el pequeño Gage, se desata definitivamente el horror; Goldenthal pone en evidencia haber sido alumno de John Corigliano, y manifiesta sus técnicas más vanguardistas con un escalofriante empleo de las cuerdas que hace recordar a Bernard Herrmann. La criatura jugará al escondite primero con el respetable Jud, después con su propia madre y por último con su padre, en una recta final que musicalmente pone los pelos de punta. El jueguecito con Jud da pie a un diálogo entre cuerdas que produce desasosiego, hasta que la aparición del pequeño monstruo armado de un bisturí y las estridencias musicales convierten la escena en algo desgarrador ("The Return Game (Jud and Gage)").
- Los coros vuelven en momentos puntuales, como en el flasback sobre el resucitado Timmy Baterman, quien acabará ardiendo en su casa a causa del temor de los vecinos ("Up in Flames"). En una penúltima secuencia, el desquiciado Louis se lleva el cuerpo de su mujer hacia el cementerio indio, mientras la casa y el cuerpo de su hijo arden por efecto de la gasolina, y el coro infantil nos produce por última vez la sensación de ambigüedad, inocencia y horror mezclados en una cruel sinfonía ("Immolation").
En definitiva, una auténtica partitura de terror, un gran ejercicio experimental y primera muestra de la profesionalidad y preparación que Elliot Goldenthal aplicará en su filmografía, aunque su musicalidad a menudo no alcance al gran público.
La edición discográfica presenta los 22 cortes muy desordenados con respecto a su aparición en el film. Producido por Goldenthal, el álbum no incluye las dos canciones de los Ramones que se escuchan en la película, "Pet Sematary" para los títulos finales y "Shenna is a Punk Rocker", la que oye el camionero mientras se dirige a toda velocidad hacia la tragedia.
Tres años más tarde Mary Lambert dirigió de nuevo en "El cementerio viviente 2", con partitura de Mark Governor y canciones de Ramones, Jesus and Mary Chain, Tracy Lords y otros.
Lo Mejor: Los títulos iniciales, melodía con coro infantil que acaba resultando acertadamente siniestra.
Lo Peor: Que salvo los títulos iniciales, nunca, bajo ningún concepto podremos poner el disco cuando tengamos invitados en casa (a menos que queramos que se vayan).
El Momento: "The Return Game (Jud and Gage)", el primer ataque mortal del pequeño y un agitado ejercicio para cuerdas que no dejará indiferente a nadie.
Heriberto Navarro
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