Pitch Black (Complete Score)

Compositor : Revell, Graeme
Año : 2000
Distribuidora : ---

Existen ediciones discográficas que son de una dificultad de adquisición casi propia de cualquier reliquia sacada de Indiana Jones. De Pitch Black, un score evidentemente comercial, más por el film al que da vida que por su estructura musical, llama la atención su inexistencia en las vitrinas de un centro comercial, o tienda especializada. La razón básica a la que se puede achacar esta ausencia en las vías comerciales, ya sea por medio de una edición oficial, o una promocional, es por un lado, una música bastante incidental, que en su segunda mitad recupera un tema principal claramente definido que pedía a gritos una película de este estilo, y por otro, el más importante, la poca difusión comercial de su compositor Graeme Revell.

Si por algo se caracteriza este compositor es por un hecho que a mí personalmente me parece evidente; ser bastante ecléctico. Y la prueba está en su tetralogía para el espacio que ha llevado a cabo en un periodo de tiempo excesivamente reducido. Todas ellas se refieren a temas bastantes similares, a un género que viene marcado por la batuta del maestro John Williams, y que Revell personalmente ha dejado totalmente de lado. Por un lado tenemos Red Planet, una opera espacial en todo el sentido de la palabra, pero más cercana al sentido musical que al del genero cinematográfico. Emma Shapplin, junto a un Revell que se sale, crea el sonido del espacio, con una dimensión totalmente original del genero y de la música del mismo. Supongo que para mí éste sea su trabajo más conseguido. Luego nos encontramos con Titan A.E., un trabajo extenso, donde el poder de la orquesta es la mayor característica diferenciadora con el resto de los scores, donde definitivamente se echa en falta un uso mucho más comercial de la música, como pasara con The Last Starfighter de Safan, o la Heavy Metal de Bernstein, algo que Revell parece siempre evitar. Luego nos encontramos con su score para Dune, la serie de televisión, con un tema de principio y otro de final, que es sencillamente flojísimo, así como el resto de la partitura que no deja de ser música incidental para acompañar a las imágenes que todo hay que decirlo, no son las de David Linch en su obra de culto, y tampoco lo que se escucha es obra de Toto, grupo que con sólo una BSO dejó huella en el panorama musical de cine, con una obra maestra para el que escribe. Y finalmente tenemos Pitch Black, caracterizada por la originalidad de Red Planet, intentando crear otro camino para contar la misma historia.

También es sabido el gusto de este compositor por caminos totalmente alejados de lo convencional, Si Pitch Black es un pseudoAliens, su música no puede estar más alejada de la compuesta por James Horner. Si hacemos memoria, Horner creaba un tema principal de acción que resumía en su totalidad el espíritu militarista que quería imponer Cameron en su cinta. En Pitch Black el tema principal claramente diferenciado no aparece hasta el corte 18, que más o menos es la mitad de la película, cuando ya han salido las aves nocturnas que tantas simpatías despiertan entre los protagonistas.

Aquí Revell obvía el recurso militarista y el de acción desenfrenada para crear un tema con su ineludible sello, por ese acompañamiento de timbales reminiscentes del Cuervo y de Estado de Sitio, donde pretende más bien dar música a este mundo atípico e inusual en su concepción, que a los protagonistas, tampoco demasiado definidos, o a las bestias.

Ahí es donde radica la verdadera virtud de Revell, ya que cada momento de su partitura, bien acompañada de sintetizadores, bien de timbales, bien de orquesta, representan un conjunto que me sabe a nuevo y para nada sobrexplotado, que es lo primero que se pensaría en una película de "bichitos". Pitch Black tiene una personalidad diferenciada que se debe casi exclusivamente a la partitura de Revell.

Como ya dije al principio, el principal problema que presenta Pitch Black es su edición, que se mueve en círculos casi "sectarios", que con el paso del tiempo, y como todo en este tiempo de sabor digital, pasarán a ser mucho más amplios y accesibles.

De todas formas os recomendaría que con paciencia no cesarais en el intento de conseguirla, porque Revell ha creado aquí una de sus partituras más logradas, y aunque en determinados pasajes la música sea difícil de digerir (pasajes que son obligadamente necesarios en toda película de su temática), el esfuerzo bien vale la pena.

Lo Mejor: El sabor único de la partitura, que no busca los caminos ya transitados y sobrexplotados.

Lo Peor: Los primeros cortes, donde se prepara el terreno para lo que va a venir, que llegan a hacerse un tanto aburridos.

El Momento: Tema 22, CD - 1

DDBSpawn