Ratatouille

Compositor: Giacchino, Michael
Año: 2007
Distribuidora: Walt Disney Records
Duración: 62:23

Introducción

"La vida de un crítico es sencilla en muchos aspectos. Arriesgamos poco y tenemos poder sobre aquellos que ofrecen su trabajo y su servicio a nuestro juicio. Prosperamos con las críticas negativas divertidas de escribir y leer. Pero la triste verdad que debemos afrontar es que en el gran orden de las cosas cualquier basura tiene más significado que lo que deja ver nuestra crítica.”
Anton Ego (Crítico Gastronómico)

Corría comienzos de primavera de 2.006, cuando Pixar Animation Studios preparaba el estreno en unos meses de la esperada "Cars" dirigida por uno de los fundadores del estudio, John Lasseter, pero a su vez hizo oficial que Brad Bird, responsable del éxito de la gran "Los Increíbles" sería el encargado de comandar el barco de un proyecto de nombre impronunciable: "Ratatouille" que ya llevaba gestándose desde hacía tiempo en los estudios. Un historía de una rata que quiere ser chef ambientada en Francia, con el nombre de un típico plato de verduras de la cocina francesa. Con esa premisa se anunciaba a la prensa y con algo más de detalles Jan Pinkava, creador de esa maravilla llamada "El Juego de Geri", vendió su idea a los responsables de Pixar hace ahora casi 6 años. Tras esto Jim Capobianco, una de las mentes de las que emergió la historia de "El Rey León" o la adaptación de "El Jorobado de Notre Dame", con la ayuda del propio Brad Bird, darían forma a un guión del propio Bird.

Por lógica, el compositor asociado al proyecto no podía ser otro que Michael Giacchino, quien tomó las riendas de "Los Increíbles", cuando el Maestro Michael Kamen (con quien Bird había trabajado la gran "El Gigante de Hierro") pasó a mejor vida y Brad Bird comenzó a buscar alternativas que le dieran la frescura que él necesitaba para su film y que Kamen sabía impregnar en todas sus partituras. Alguien que fuera capaz de resucitar al Barry que marcó el James Bond de los 60, traído a nuestros días. Incluso se le encargaron unas maquetas al propio John Barry, pero su trabajo fue desestimado muy pronto en el proyecto, dando la oportunidad a Giacchino, ese joven compositor de Nueva Jersey, que había conseguido hacerse un nombre muy importante en el mundo de los videojuegos y la T.V. y que ahora esperaba su gran oportunidad para el cine, tras algunos intentos fallidos en películas poco conocidas. La decisión de contar con el compositor de aquella "Los Increíbles" en esta nueva producción, estaba tan clara a este respecto que incluso el primer teaser trailer de "Ratatouille", que vió la luz a mediados de 2.006, tenía música original del propio Giacchino, en el cual ya se nos presentaba el tema de Gusteau's, el restaurante del gran chef al que Remy, la rata protagonista, tiene como mentor y que hace del pequeño "Pepito Grillo" imaginario durante el film.

Pronto Pixar comenzaría a redefinir la receta del ratatouille, cambiando cebolla, berenjenas, tomates, pimientos verdes y rojos, ajo y calabaza (sin olvidar el aceite de oliva) por los ingredientes necesarios para un plato cinematográfico maestro, creado por el chef Bird, con el pinche musical Giacchino: entretenimiento, emoción, frescura, ritmo, preciosismo visual, personajes especiales y entrañables, situaciones geniales, gags hilarantes y (cuál aceite de oliva) una música que viste todo con maestría. La receta de un plato maestro.

La Película 

Nos encontramos ante una nueva lección magistral por parte de la todopoderosa Pixar Animation Studios al resto de estudios de animación que solamente ven en el horizonte el símbolo del dolar, del euro, la libra o cualquier otro símbolo monetario. Despropositos como "Locos por el Surf", "Shrek Tercero" o el sinfín de mediocres films de animación que nos invaden en los últimos años, con el único propósito de llevar a niños con un criterio fílmico nulo que sólo ven muñequitos en movimiento haciendo el tonto, deberían ver en "Ratatouille", no sólo un ejemplo a seguir, si no lo que la animación nos ha traído al mundo del cine y del arte y que lo hicieron grande en los años de "La Sirenita", "La Bella y la Bestia" o "Aladdin". Un cine cuyo espíritu continuó en el estudio creado por John Lasseter, Andrew Stanton y el padre de Apple y del iPod, Steve Jobs y sus increíbles obras maestras como ambas Toy Story, Monstruos S.A., Los Increíbles, Buscando a Nemo y esta última Ratatouille.

La película nos cuenta la historia de Remy, una rata que vive en los subterráneos de París, que no encaja con los de su progenie por una razón muy sencilla: tiene un gusto especial para los olores y los sabores, a la vez que un gusto delicado como pocos. Siendo miembro de una especie que come basura, no es de extrañar que realmente se sienta sólo. La historia de Jan Pinkava bebe de la premisa de la obra de Edmund Rostand, "Cyrano de Bergerac", basada en un personaje con una característica rechazada por la sociedad, que intenta conseguir su objetivo en lo oculto, con la ayuda de alguien que no posee dicho defecto, y que crea una relación simbiótica que ayuda a ambos a conseguir su meta. El proceso total del film (desde que Pinkava se hiciera con el proyecto hasta que Bird lo sustituyera y rehiciera el enfoque de la historia) han sido 6 años, con cerca de 200 animadores de la mano de un director que tuvo que aprender con su anterior film lo que era la animación digital, y que ahora ha podido sacar todo el provecho a ese aprendizaje. No voy a destripar el film, como es lógico, simplemente recomendar encarecidamente su visión ya que puede que nos encontremos ante una de las pocas piezas maestras que este pobre año 2.007 nos ha dejado tras su paso en matería de cine. ¿Cuál son sus ingredientes? Los que Hollywood ha olvidado: un buen guión, personajes con los que la gente se identifique y una historia que nos llegue y nos transmita algo. "Ratatouille" ha conseguido todo esto con creces, en un proceso, que como su propio director comenta, tuvo su parte más dura en reescribir el guión de Pinkava y hacerlo un guión que estuviese a la altura de Pixar Animation Studios y que consiguiera que unos animales como las ratas, que son socialmente rechazados por su asociación con la suciedad, enfermedades y los sitios donde viven, fueran queridos por los espectadores y nos identificaramos con ellos incluso cuando la rata protagonista decide ir sobre sus patas traseras para no ensuciarse las patas con las que cocina.

Viendo el amor con que estos estudios hacen sus películas, esperamos ansiosos el estreno de "Wall-E" de Andrew Stanton (con música de Thomas Newman) para verano de 2.008, de lo que promete ser otra magistral obra de cómo hacer cine. Pixar Animation Studios o la última esperanza del buen cine de animación.

La Música

Tal como reza la partitura, música cocinada por Michael Giacchino, responsable de la anterior partitura para Brad Bird en "Los Increíbles" y conocido principalmente por su asociación al productor J.J.Abrams responsable de series de T.V. como "Alias" o "Perdidos", así como de "Mission Impossible III" y la futura precuela galactica "Star Trek XI" (todo esto con música de Giacchino).

Igual que el compositor consiguió con "Los Increíbles" que por momentos oyeramos la resurrección musical del estilo del gran John Barry y sus ritmos Bond, con este "Ratatouille", Michael Giacchino nos devuelve a la era Mancini de música suaves, cercanas al swing, movimientos fox-trot e uso instrumental que marcaran las comedias de los años 60, en los que hasta John Williams era Johhnny. Filtrado y construido con una base actual y con la ayuda de Tim Simonec, inseparable orquestador y director de las obras de Giacchino, la banda sonora nos mueve por diferentes temáticas construidas con bellezas, desde la guitarra y la cuerda lenta más melódica, pasando por los ritmos swing de tempo lento, como en "This Is Me" o "Losing Control", oyendo música alocada y puramente incidental, siguiendo las reglas de Carl Stalling para el cine de animación, con ejemplos como "100 Rat Dash" o "The Paper Chase" y terminando por momentos llenos de melodía al más puro estilo Mancini como en "Wall Rat" o "Souped Up" que nos devuelven a la comedia y ritmos de los años 60.

Encontrar una banda sonora tan fresca como esta, en el annus horribilis que nos ha presentado 2.007 en cuanto a calidad musical (y cinematográfica) es algo de agradecer, cuando pueden saborearse piezas al más puro estilo jazzístico del corte de "Cast of Cooks", o piezas de un sentimiento especial al estilo de "Anyone Can Cook", que curiosamente, con sólo dar un apoyo en un instrumento como el acordeón, ya nos ubica en la Francia donde se desarrolla el film.

Sin duda Giacchino ha demostrado con este film el motivo por el que Bird quiso contar con él para "Los Increíbles" y ha vuelto a contar con él en este film. En palabras del director, fue la facilidad del compositor para conseguir sonidos y estilos muy diferentes dentro de un mismo trabajo lo que le hizo decidirse por él, dicho en otras palabras, su versatilidad musical. Tras leer el guión, el propio compositor confiesa haberse embarcado en este proyecto con una enorme ilusión, como en pocos proyectos le ha sucedido.

Para este trabajo, Giacchino ha trabajado mucho con la temática en la música, dando un carácter a cada personaje dentro de la misma, de forma que al oir la música en la banda sonora, se pueda seguir lo que va sucediendo en la historia con lo que representa cada personaje. Por ejemplo, el personaje de Remy tiene dos temas en el film. Uno, es el que podría denominarse tema más "ratonil" que lo acompaña en las bajadas, subidas, búsquedas y robos que hace, que le da el toque de acción y que tiene su representación más clara en el tema "Wall Rat". El otro tema de Remy es el que ahonda en sus sentimientos y deseos, y que se presenta cuando se asoma al tejado de París y descubre la ciudad donde vive, hecho que él desconocia hasta ese momento. Este tema, que no aparece como tal, es el que da música a la canción "Le Festin" y cuya construcción instrumental se encuentra en el último tema "Ratatouille Main Theme" principalmente en su segunda mitad. El tema de Lingüini, el torpe pinche que ayuda a Remy en su sueño de ser chef, es facilmente reconocible en "Remy Drives a Linguini", música que acompaña a las prácticas para hacerse con el control del chef en lo que es una muestra magistral de animación en cuanto a movimiento y física del cuerpo humano representado por ordenador, acompañado de la construcción en orquestación que sin perder el toque francés, sigue con ese genial toque años 60 "made in Mancini", donde no puede pasar desapercibido el silbido que da forma a la melodía.

Otro de los toques interesantes del film y del trabajo musical, lo constituye la canción "Le Festin" interpretada por la francesa Camille. Esta canción, en contra de lo normal, no se muestra en los créditos finales sino que da forma a una escena del film, poniendo letra a uno de los temas de Remy, en un momento en que mientras Lingüini duerme, Remy contempla la ciudad de París en todo su esplendor y no puede evitar anhelar su sueño. Tras una larga búsqueda, Giacchino dió con Camille, y al instante supo que era el toque que él buscaba para introducir un elemento musical en forma de nouvelle-chanson francesa, de corte intimista.

El propio Giacchino define este trabajo como uno de los más intensos en los que ha trabajado, loco y dinámico, principalmente porque todo el material incidental requería un sincronismo perfecto con la imagen. Además, la gran cantidad de estilos musicales que pueblan el trabajo, prueba de temas como "Collete Shows Him the Ropes", "Special Order" o cualquiera de los ya mencionados, nos demuestra como este trabajo no es un simple desarrollo de un par de leit-motives en mucho material incidental, sino que es un trabajo hecho con ese amor y creatividad artística que tanto hacen falta hoy día en el cine que, por encima de industria, nunca debería olvidar que es un arte.

Lo mejor: La gran variedad de temas, leit-motives y estilos musicales que pueblan este trabajo. Temas como "Remy Drives a Linguini", "Collete Shows Him the Ropes", la canción "Le Festin", "Cast of Cooks" o "Wall Rat" hacen de este trabajo uno de los más grandes del año.

Lo peor: No disponer de más material musical en el CD.

El momento: Por tener que elegir algo, elegimos los "End Creditouilles" y "Ratatouille Main Theme", que serían un compendio o medley de gran parte de este brillante trabajo.

Julio César Fernández (NeotheOne)