Tracklist:
- The KGB Faction
- The Assassin is Clancy
- Bad Memories
- Clancy Prepares
- Memories of a Past Love
- The Cemetery
- Airport Killing
- Music Box
- A Clancy Execution
- Idyll and Nightmare
- Cemetery Preparations
- Killer in A Crowd
- Laying The Wreath
- Clancy Strikes
- Aftermath and Epilogue
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Red Knight, White King (traducida como La Paz, en Peligro) es un telefilm de 1989 producida por la HBO, y dirigida por el neocelandés Geoff Murphy, cuya carrera es bastante irregular, alternando trabajos de consumo como Freejack, Under Siege 2, Young Guns II o Fortress 2 (¿Casualidad tanta segunda parte...?) con sus comienzos, donde destaca The Quiet Earth (una película Sci-fi de los 80 con buenas críticas). Red Knight, White King se aleja algo de estos productos más bien alimenticios, entroncando en una historia de espionaje que ha quedado algo desfasada por la caída del muro de Berlín y el fin (¿lo es?) de la ya famosa guerra fría.
John Scott se encargó de crear una composición para este producto televisivo, que la casa Intrada generosamente editó con una duración próxima a los 50 minutos. El score contiene un par de temas sensacionales y mucha música descriptiva haciendo alusión a los espías americanos y los soviéticos, con sus respectivas agencias, la CIA y la KGB, con mucho pulso y mucha tensión.
Sipnosis – Cuidado con los Rusos (KGB vs CIA)
La CIA se entera de un complot de una facción de la KGB para liquidar al Presidente Soviético, así que para evitarlo, llaman a filas a un Ex Agente, Bill Stoner (Tom Skerrit, nuestro Capitán Dallas de la Nostromo), al que mandan infiltrarse en Rusia para verificar el complot. Pero una vez ratificada su existencia, encontrará problemas para poder salir del país. Un viejo conocido, su Némesis, el agente Szaz (el genial y reciente laureado Max Von Sydow), acabará ayudando a Bill a evitar el asesinato del presidente ruso Gorbachev.
Y mientras los americanos, con la información en la mano, deciden si informar a los Soviets o no, Bill se reencontrará con Anna, un viejo amor ruso (Helen Miren, actual reina de Inglaterra en The Queen).
Todo irá provocando una espiral de tensión hasta el desenlace final, propio de estas películas de espionaje.
Las críticas de la época hablan de una película correctamente interpretada, especialmente por Sydow y Mirren, tiene una trama que avanza bien y se basa más en una tensión psicológica que en grandes escenarios de acción y persecuciones (lo cual decepcionará al espectador de cine de acción actual, ávido de emociones fuertes). Por aquella época llegaba al cine la genial The Russia House, adaptación del best-seller de John LeCarre del mismo nombre, con un Goldsmith inconmensurable, que incomprensiblemente no fue nominado. Eran los estertores finales de la guerra fría.
Un Score Ajustado con dos Grandes Temas
John Scott crea una partitura tensa y oscura, donde con el desarrollo de la historia se limita a ir narrando la trama, pero regalándonos dos temas que estallan a lo largo de la partitura, con mucha fuerza, y que son el tema del americano, también asociado a la historia de amor con Anna (el verdadero gran motif de la partitura, de una delicadeza y elegancia propias del mejor lirismo de Scott) y un tema para los rusos, una melodía con vientos de la madre Rusia, la gran potencia Oriental.
El tema principal es desarrollado en “The KGB Faction”, un tema solemne, a ritmo de baterías y percusión “soviet”. Muy apropiado y sugerente, porque asocias perfectamente el tema a Rusia, sin saber de qué va la película, con solamente oír la melodía. Tras mostrarnos el motif principal (que define el tema de la KGB), pasamos a música de tensión, para volver al tema inicial con tintes dramáticos.
En “The Assassin Is Clancy”, nos encontramos una melodía de suspense con ritmo a base de percusión, bajo y algún golpe de batería, que acrecienta la tensión con su desarrollo posterior, donde se oyen las primeras notas del gran segundo motif de esta banda sonora, el tema del americano, que integra también la historia de amor de Bill con Anna, pero brevemente y a modo de pincelada. Repite también brevemente en el corte Memories of a Past Love. Es una melodía suave, delicada y elegante, que alcanza su mayor expresión en el corte final, “Aftermath and Epilogue”, el mejor corte del trabajo de Scott. Es un gran tema, desarrollado perfectamente a lo largo de la partitura.
En el corte tres, “Bad Memories”, de nuevo, batería y bajo con percusión, para pasar a una fanfarria caótica y agresiva, donde las trompetas toman protagonismo. Es un corte breve pero intenso.
Gran parte de la creación de Scott trata simplemente de narrar y describir las imágenes, con un subtexto oscuro y amenazador, como “Clancy Prepares”, “The Cemetery” o “Clancy Execution”, o el corte “Cemetery Preparations”, de largo desarrollo e impecable desarrollo.
Encontramos momentos vibrantes en el corte “Airport Killing”, donde tras un intenso desarrollo de intriga musical, saltamos a un desenlace dramático e intenso, donde las trompetas, violines y las baterías a modo de marcha militar, marcan un ritmo frenético, con algún momento caótico final próximo al estilo Goldenthal. Excepcional. Un gran corte.
Otro gran momento es “Killer In Crowd”, con un comienzo tenso que bien podría haber firmado el mismísimo Jerry Goldsmith. Es tenso y rítmico, con una melodía misteriosa.
“Idyll and Nightmare” incluye el motif de amor, dibujado brevemente para introducirnos en una melodía oscura que actúa como interludio hasta volver a ofrecernos el bello tema de amor, con arpa, flauta y violines. Sin duda, el gran motif del sore, y un tema memorable de John Scott.
Hay dos piezas un poco alejadas del cuerpo principal del score, que son “Music Box”, una pieza breve con ese estilo musical de las cajitas de música, y “Laying the Wreath”, que incluye dos melodías; una marcha militar, estilo desfile tropas militares rusas por la plaza del Kremlin, y la segunda, más pausada y solemne, una melodía soviética sin ningún tipo de dudas, que suena a forma de rendición musical.
“Clancy Strikes” construye una melodía de intriga con bajadas y subidas musicales a través de los violines (muy Herrmaniano), para golpearnos con un corte de acción con la melodía inicial de la KGB integrada en la pieza de acción, que será la encargada de cerrar el corte a modo climático y con gran intensidad dramática.
Sin lugar a dudas, el broche es el cierre “Aftermath and Epilogue”, donde John Scott se despacha a gusto regalándonos el tema de amor en todo su esplendor, con la orquesta al unísono. Es precioso y contenido, con un cierre impecable.
El conjunto final es homogéneo, y aunque en su conjunto pueda tener algunos pasajes musicales algo oscuros y de difícil audición, siempre son melodías identificables y que son desarrolladas a lo largo del cuerpo de la partitura, formando un conjunto que se sostiene perfectamente. Para mi gusto, es un trabajo compacto, que contiene dos grandes temas, el de la KGB y el tema de amor.
Lo mejor: El tema de amor, desarrollado excepcionalmente y que ilumina la partitura cada vez que entre en el escenario, y el dominio de Scott para narrar toda la tensión de una película de espionaje, con grandes momentos de acción musical puntuales, como “Airport Killing”, “Clancy Strikes” y “Killer In Crowd”.
Lo peor: Ese gran dominio por la narración musical que engloba la simple descriptiva de pasajes oscuros que subrayan la intriga de la película, puede ser soporífero para los deseosos de cortes de acción frenéticos y temas más pegadizos. Cortes como “Clancy Prepares” o “Clancy Execution”.
El momento: Sin lugar a dudas, “Aftermath and Epilogue”, indispensable en toda colección de John Scott que se precie.
Ruben Franco Menéndez (patton_goldsmith)
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