Tracklist:
- Prologue (03:22)
- Enter The Dragon (03:18)
- An Early Harvest (02:42)
- Field Attack (04:12)
- Marauders (02:48)
- Meet Van Zan (03:50)
- Archangels (03:58)
- Dawn Burial (03:03)
- A Battle of Wills (05:31)
- The Ruins at Pembury (02:11)
- Inferno (03:24)
- Return to London (04:12)
- Magic Hour (05:24)
- Rebirth (02:40)
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Pura efervescencia es lo que nos depara el nuevo trabajo de uno de los mayores nuevos talentos (nuevos relativamente), del panorama de la música de cine.
En la línea de Waterworld de James Newton Howard (más evidente esta aproximación en la experiencia conjunta música e imágenes), y de Elliot Goldenthal (más clara en su audición aislada y sobre todo en el tema "Inferno"), Shearmur aporta unas sonoridades grandilocuentes, a base de un Horner percusivo, con la cadencia tenebrosa de unos definitorios metales propios de Aliens, y unos violines alocados, rasgados y tremebundos de un Elfman-Gondenthal.
Pero atención, estamos antes uno de los trabajos más duros para el oído del aficionado, más trabados y faltos de melodía dentro de la música de ciencia ficción, ya de por sí mermada de cierto lirismo, sin que ello suponga falta de talento. Y ése es el caso de Shearmur.
Para el que escribe, ésta es una de las mejores partituras realizadas dentro del genero fantástico, aportando sonidos nuevos a partir de múltiples referencias estilísticas. Y ahí está la esencia de este trabajo, algo que puede producir el total desprecio y disgusto, por ser un trabajo crisol de otros estilos, o la total admiración, por ser un trabajo inspirador de un estilo único bien definido a lo largo de toda la audición.
Centrándonos en la cinta, así como en la forma en que la música se acopla a las imágenes, el trabajo de su director, Rob Bowman, creador de la única versión cinematográfica del gran éxito televisivo "Expediente X", es la unión perfecta entre "Waterworld" y "Mad Max", sustituyendo a los "punkies postmodernos", por dragones despiadados con cabeza de chacal.
Su ritmo ciertamente pausado, para nada frenético en sus primeros minutos, se transforma en una lucha sin cuartel entre seres infernales surgidos directamente de la oscuridad y humanos hastiados de una vida de reclusión total, donde han pasado a ocupar el segundo puesto de la pirámide jerárquica animal.
En los dragones reside principalmente el encanto y la esencia de la historia, destacando una geniales interpretaciones de sus dos actores protagonistas, con un diseño de personajes muy conseguido, sobre todo en el aspecto físico de Matthew McConaughey.
Una película recibida con exceso recelo por parte del publico, convirtiéndose desde su estreno en una rareza de ésas que nos da el mundo del cine norteamericano de vez en cuando; una película de culto que bajo su estética perfecta de efectos especiales infográficos vanguardistas, esconde una típica película de los años 50.
Shearmur, sin duda, es otra de las grandes bazas del conjunto, continuando su periplo con un mínimo común denominador, eclecticismo.
Un compositor que lo mismo le da una comedia fantástica, un drama, una película de ciencia-ficción, como una gran aventura típica de los domingos por las tardes.
Aquí nos encontramos con un Shearmur sin concesiones, duro, oscuro, implacable, son sonidos secos y fríos, sin olvidar otros evocadores reducidos a un único tema... Rebirth, un renacimiento a partir de las cenizas de la oscuridad, la oscuridad que habita las profundidades de las fauces de estos seres legendarios que regresan para animar nuestra imaginación y nuestra mirada.
Lo Mejor: La dureza de su sonido, su contundencia... Y sobre todo, su atmósfera.
Lo Peor: Ninguna concesión a lo melódico.
El Momento: Field Attack, la dureza personificada en una percusión aplastante.
DDBSpawn
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