Tracklist:
- Tokyo (4:32)
- Umbrella (1:20)
- Damage (1:02)
- Cutting (1:12)
- Twins (1:47)
- Exit (0:47)
- Far (1:07)
- Flying (1:58)
- Memory (3:17)
- Los Angeles (2:09)
- Binoculars (2:53)
- Prison (1:58)
- Discovery (1:10)
- Hatchet (1:23)
- Axe Man (3:07)
- Arcadia (4:21)
- Up (1:39)
- Party (0:54)
- Promise (2:12)
- Resident Evil Suite (4:33)
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Pues una de las sagas, adaptadas de la famosa serie de videojuegos, volvía a reaparecer en nuestras pantallas y con una clara sensación de volvernos a ofrecer algunos capítulos más. “Resident Evil: Afterlife” además cuenta con el añadido de mantener a equipo técnico y artístico desde el inicio. Porque “Resident Evil” (para lo bueno y para lo malo) es la criatura de Paul W.S. Anderson, que en esta ocasión retoma las riendas tras la cámara. Principalmente como excusa para disfrutar de una realización en 3D, en esta ocasión si, espectacular. Independientemente de lo que nos pueda gustar más o menos la historia, la saga y los valores cinematográficos de la misma. Aunque sinceramente, en esta ocasión entra dentro de esas películas en las que si entras sabiendo lo que buscas y quieres, en sintonía con el director, se disfruta y mucho. No, no se trata de revolucionar el séptimo arte… se trata de divertirse con aventuras y acción. Algo tan simple como eso.
Curiosamente, en su aspecto musical, aunque la electrónica siempre ha sido una parte importante de la paleta que se ha utilizado en la saga, el cambio entre películas era bastante más que evidente. Desde la mezcla de sonido orquestal clásico con el sonido industrial de Marilyn Manson en la primera, tal vez el más cercano al de esta última entrega (curiosamente ambas las únicas dirigidas por el mismo responsable); pasando por el sonido más clásico y convencional de la estupenda música de Jeff Danna y Elia Cmiral en “Apocalypse”; y retomando al sonido más electrónico, pero manteniendo cierto sentido épico, de Charlie Clouser en “Extinction”. Para esta última entrega, Anderson definitivamente ha decidido tirarse a la piscina y cerrar el círculo con la colaboración de un equipo de especialistas en electrónica y ya veteranos en esto de componer para el cine como son tomandandy.
Detrás de ese nombre se encuentran Tom Hajdu y Andy Millburn, unos especialistas en la composición y la producción de música electrónica para todo tipo de medios. No sólo cine o videojuegos, sino incluso a otros músicos preparando arreglos especiales de su música, e incluso patentes en inteligencia artificial y creación de contenidos. Es decir, hablamos de personas que tienen muy claro los desarrollos, sonidos y efectos con los que componen, aunque no sean a los que más estemos acostumbrados. Y en “Resident Evil: Afterlife” lo demuestran con creces.
Sinopsis
En un mundo asolado por un virus infeccioso que convierte a sus víctimas en muertos vivientes, Alice (Milla Jovovich), continúa en su búsqueda por supervivientes para ponerlos a salvo. Su batalla a muerte con la Corporación Umbrella llega a alturas insospechadas, pero Alice, inesperadamente, recibe ayuda de una vieja amiga. Nuevas pistas, con la promesa de un paraíso a salvo de muertos vivientes, los conduce hasta Los Ángeles, pero cuando llegan, la ciudad está infectada con miles de muertos vivientes. Alice y sus compañeros están a punto de caer en una trampa mortal….
De nuevo Paul W.S. Anderson vuelve a poner detalles adicionales de los videojuegos en la saga (incluso con una “interesante” sorpresa final… que habrá que ver hacia donde lleva). Pero eso sí, el resultado es el esperado: dirección muy macarra (más de lo habitual), con el actual abuso de cámara lenta, etc, etc… que en conjunto hacen que la película en una atracción de feria muy divertida, en la que el espectador recibe, obra y gracia de un espectacular uso del 3D, balas, sangre, salpicaduras de todo tipo que nos lo acercan más al “efecto videojuego”.
Sobre la historia, la parte buena es que "Resident Evil: Ultratumba", se limita a continuar los acontecimientos de "Extinción" sin entrar en demasiados elementos adicionales y dejando abiertos una buena colección de cabos sueltos para una quinta entrega. Eso si, aunque el argumento abunda en los elementos clásicos de protagonistas encerrados, situaciones límite, puñaladas traperas, y zombis por doquier, es bastante más evidente que estos últimos están perdiendo más fuerza en la historia convirtiéndose en elementos más del mundo de la saga. Y si le añadimos que personajes nuevos del videojuego se van incorporando a la misma, como son Chris Redfield (eso si, la carcajada de complicidad de la sala al ver a Wentworth Miller, salir de una prisión en “Prison Break” para ayudar a estos personajes a escaparse de otra aquí, es más que evidente) o “AxeMan”, el espectacular zombi encapuchado gigante con el hacha/martillo, le añaden su cierto interés. Eso sí, Peris-Menchieta pues como que casi casi termina siendo un cameo…
Electrónica, ruidos, sonidos…
Entrando en el apartado que nos interesa ya va siendo hora que hablamos de la música y de lo que nos vamos a encontrar escuchando “Resident Evil: Ultratumba”. Lo primero y que lo tengáis muy claro (si no lo teníais ya): entramos en un mundo de electrónica pura. No hay nada de orquesta, no hay nada de instrumentación acústica. Todo es prefabricado, todo es electrónico… y es específicamente lo que se ha buscado en esta banda sonora como los propios compositores nos comentan en la entrevista que nos concedieron para bsospirit. Ahora, eso no quiere decir que no tenga elementos orgánicos, que los tiene y sobre los que os comentaré ahora. Por eso si tuviera que calificar de alguna manera la música de tomandandy es de bioelectrónica.
Por ello, evidentemente, esta no es una de esas partituras que normalmente vayamos a disfrutar escuchándola de continuo en nuestro equipo de sonido. Es evidente que no busca los desarrollos temáticos y melódicos, sino que entra de lleno en el terreno del diseño de sonido, de la ambientación atmosférica y de reforzar elementos visuales de la película. Por supuesto que los amantes de la electrónica industrial disfrutarán, pero los que busquen un sonido clásico se mantendrán alejados de la misma. Mucho.
Ahora, lo que si hay que defenderles a tomandandy es su habilidad para saber aportar (electrónicamente) lo que la película y los personajes necesitan. Y el primer detalle en el que nos vamos a dar cuenta es que, a pesar de ser el cuarto episodio de la saga (o el quinto, según se mire), se olvida totalmente de elementos y motivos que si aparecían en las partituras de las películas anteriores. Aquí todo es absolutamente nuevo y original para la película. Y con ello han buscado crear una especie de banda sonora trabajando con ruidos. A ver, la palabra “ruido” tiene una connotación negativa importante, pero no la estoy usando en ese sentido. Sino que si hay dos elementos importantes con los que han trabajado la partitura: ruidos y repetición. Tal vez “sonidos” sería una palabra más adecuada, el problema es que es demasiado amplia.
Estos dos elementos proporcionan a la banda sonora las características principales que persiguen en la música. Por un lado una sensación de modernidad, de mundo futurista, mecanizado, automatizado y absolutamente no humano. Es un recurso poco original, y películas de este género actualmente lo utilizan bastante. Donde viene la originalidad es en como lo hacen. Y es que este aspecto general que proporciona la música, ellos lo adaptan de manera milimétrica a las necesidades de los diversos momentos y sensaciones de la película como os explicaré en un momento.
La banda sonora en si
Vamos a entrar en lo que nos ofrece el CD y el mejor ejemplo para relacionarlo con lo que comentaba anteriormente es la pieza inicial “Tokyo”. Esta pieza va a presentar las bases y motivos de lo que va a venir detrás. Se trata de una pieza de comienzo puramente ambiental y con un carácter introductorio evidente. Los motivos que vamos a escuchar no se vuelven a repetir, pero los arreglos si sientan esa base general. Una atmosfera que va aportando un crecimiento de tensión hasta la aparición de la percusión, y un primer motivo chirriante (sin exageración) que van a reutilizar posteriormente. Ese tono lo va aumentando progresivamente con la aparición de la guitarra eléctrica, voces tratadas y diferentes pulsos electrónicos.
Curiosamente ese crescendo no va moviéndose hasta un límite de acumulación efectista y de velocidad. Para nada, lo mantienen a un cierto nivel que no es realmente intenso. El porqué es evidente… la profusión de tomas a cámara lenta que nos dan esa sensación de estar siendo testigos de un momento especial en el tiempo en el que va a pasar algo. Es decir, lo adaptan milimétricamente a lo que las imágenes requieren. Pero esta repetición en un mismo nivel y tan mecánica, va proporcionando diferentes niveles de tensión que hacen que nunca tengamos claro cuando todo va a estallar.
Música para la acción
Es más. La música se encuentra tan centrada en adaptarse a los diferentes momentos y escenas de la película que, en el fondo, la música del disco fluye de manera bastante cómoda y lógica. Aquí se nota también la buena mano en la producción de este dúo. Por ello la banda sonora prácticamente se puede cerrar en bloques de dichos momentos. El primero de los cuales vale de excusa para comentar algunos de los momentos más convencionales de la partitura: la acción. Tras la intro que comentaba, la película entra en una larga escena de acción continua en la que Alice consigue colarse en uno de los Centros secretos y ultra protegidos de la Corporación Umbrella. La escena es espectacular en la película y en el CD la representan las cinco piezas siguientes del mismo.
“Umbrella” comienza como una prolongación natural de la intro, para repentinamente atacarnos con un ritmo de percusión, otro electrónico, y otro de guitarra eléctrica. Aquí es donde vamos a empezar a apreciar cómo se empieza a dibujar un panorama mecánico y no humano. Especialmente en lo que hace referencia a la Corporación y al universo de “Resident Evil. Afterlife”. Toda esta escena va jugando con movimientos entre la acción y el suspense y la tensión. “Damage” la acentúa aún más, especialmente con el sonido de la guitarra más chirriante. Vamos a empezar a notar además un aspecto adicional. La parte electrónica no es pura y limpia. Es un sonido como muy distorsionado y sucio. Incrementando aún más la sensación de incomodidad como en “Cutting”… El crescendo de la acción va en continuo. Las imágenes así lo atestiguan, y la música lo reafirma con “Twins” siguiendo ese plan. El estilo industrial y máquina es aquí ya tremendamente marcado. Pero todo en una evolución lógica. Aquí el sonido es donde nos puede traer recuerdos de la aportación de Rob Dougan para las partituras de la trilogía de “Matrix”, pero totalmente desprovistas del elemento humano. “Exit” es simplemente la pieza conclusiva de todo este maremágnum de acción y sonido con el que nos hemos visto asaltados. Pero aquí centrándose en los efectos, jugando con pulsos electrónicos que se van repartiendo entre las diferentes áreas del estéreo.
Pese a lo que pueda parecer la acción no es tan constante y continua, ya que en muchos momentos no se utiliza la música, sino que se deja en manos de los efectos especiales y de sonido. Como acción real, vamos a tener poca hasta la otra gran escena de acción de la película, con la introducción de uno de los nuevos personajes. “Hatchet” es ese primer toque de atención y de cambio de ritmo. De manera similar a la que comentaba antes, la atmosfera y el ambiente es lo que da comienzo a dicho momento. Una percusión más pesada y lenta va creando tensión. Como si algo pesado y ominoso se fuese acercando. Además la inclusión de un efecto electrónico como de alarma de intrusos en su parte final continúa añadiendo dicha tensión. La resolución se produce con uno de los momentos más interesantes, trabajados y destacados de la partitura. “AxeMan” vuelve a asaltarnos con una aceleración de los pulsos y los ritmos para servir de base a una de las peleas más espectaculares de la película. Ahora además añade un elemento “humano”. Una especie de respiración acelerada, como de una persona cansada e intentando recuperar el resuello, pero tratado electrónicamente de manera que siga manteniendo la repetición. Lo curioso es que como pieza de acción, nunca va excesivamente acelerada o rápida. La razón es la que comentaba anteriormente, la música está adaptada al ritmo de los movimientos y la acción. No busca añadir un elemento externo que acelere la misma (eso ya lo hace el montaje), sino reforzar el elemento visual. En este caso las partes de cámara lenta. La utilización de ritmos de guitarra eléctrica y pulsos, aunque diferentes a los utilizados anteriormente, si le proporcionan una coherencia de sonido y efectividad al conjunto.
En cuanto a acción sólo “Party”, una breve pieza final que reutiliza el motivo de un riff de guitarra eléctrica, muy repetitivo, acompañada de percusión es lo único que queda. Peor la pieza es tan breve que realmente aporta poco excepto a lo que pueda ser el conjunto de la banda sonora.
La tensión y el ambiente
Como buena partitura electrónica, aparte de apoyar a la acción que suele ser algo habitual en el cine moderno, el otro aspecto efectivo en el que se mueve es el de la ambientación y la creación de atmosferas. Buena parte de la base de la acción viene originada por la ambientación de este universo absolutamente decadente y en proceso de autodestrucción. “Los Angeles” es la pieza principal y la que más desarrolla el mismo. El ya recurrente motivo (el único claramente identificativo de la banda sonora) de la guitarra eléctrica sirve aquí de descripción de esta urbe en un estado de caos, maquinal y acabado, proporcionando una buena base de mezcla entre ambiente y acción.
Lo que consigue con ello es que no se reduzca la sensación de tensión, de estar siempre al filo de que ocurra algo realmente malo. Y con ello trasladar dicha sensación al espectador. Pero lo que si hace es permitir un desarrollo algo más dramático de la historia y de la banda sonora, como con “Binoculars”. Un regreso a la tensión y a la trama, de nuevo con la incesante repetición y la intensidad de pulsos y tonos electrónicos. Pero en un juego efectista totalmente diferente del que hablaba antes.
Para toda la parte de la trama que se desarrolla en la prisión de Los Angeles, si que tomandandy nos conceden un respiro a la acción. Pero no así a la tensión y al ambiente. “Prison” y “Discovery” son piezas que parecen reforzar la presión exterior de esos miles de zombies que rodean sus muros, como si en cualquier momento pudieran entrar al asalto. Y desde luego, manteniéndonos en una sensación de intranquilidad evidente. Ritmos metálicos con subidas y bajadas de intensidad que principalmente refuerzan ambiente más que otra cosa.
¿Y el elemento humano?
Siendo el foco central de la película Alice y su lucha frente al control de la Corporación Umbrella es evidente que en la música, este elemento también debe influenciarlo. Tras la escena de acción inicial la historia nos permite un momento de reposo donde vamos a saber que ocurrió en Alaska, como santuario del ser humano, en el episodio anterior de la saga. Alaska, y Arcadis posteriormente, son el refugio de la esperanza de los humanos. Y como tal el ambiente creado por la música tiene más de evocador y melancólico que otra cosa. “Far” es el botón de muestra, con esas notas largas y mantenidas creando una introducción a ese elemento diferente del Universo. Pero “Flying”, otro de los momentos destacados de la banda sonora, es el corazón de este aspecto de la música. Una pieza que por un lado cumple como elemento de movimiento y desplazamiento. Pero aparte cambia la percusión por unos teclados y un sonido metálico más delicado, como unas campanillas. Este motivo es el que más se relaciona con el aspecto “humano” en la música. Incluso en algún momento de acción, cuando Alice es parte importante y destacada pero no como una máquina de matar, sino como persona, el motivo hace su aparición en medio de la electrónica y la percusión.
Lo que si se mantiene con ese sonido más etéreo y delicado, es el elemento evocador y melancólico que mencionaba antes. Pero para comentar sobre la variedad de la música, lo que en la pieza anterior era movimiento y avance, en “Memory” se convierte en ambiente y atmosfera. Lo que también consigue es proporcionar esa sensación más orgánica, y modificar la tensión dándole un carácter más de misterio y suspense. Esta es la muestra de una buena utilización de la electrónica por parte de compositores que conocen bien su trabajo y saben de las posibilidades que les ofrece el medio, con simples pequeñas variaciones.
“Arcadia” es tal vez la continuación natural de este aspecto humano. De nuevo la atmosfera, de nuevo la sensación de avance y movimiento… pero reforzada. No en vano los protagonistas tienen ahora un objetivo claro que es alcanzar este santuario. Con ello la música se carga de un cierto elemento de determinación. No entra en el terreno de la fuerza y la acción. Pero si el sonido de la guitarra eléctrica pierde melancolía, para ganar ese refuerzo. Con ello “Promise” cierra este círculo de evolución retomando este motivo humano con las campanillas y los teclados, pero serio y reforzado. La determinación ya está clara: los protagonistas, van a permanecer. No van a caer en este mundo no humano y destruido. Es una nota de esperanza y final.
Conclusión
Nos encontramos a un trabajo electrónico más cercano al que los aficionados de grupos como The Crystal Method y similares, van a encontrar mucha afinidad. El sonido industrial, duro y sucio no lo convierten en una música que facilite su audición. Aparte de que su decisión de dejar totalmente fuera elementos orquestales y acústicos en la instrumentación, pues hace que sea difícil incluso acercarse a los elementos humanos de la partitura. Para quien quiera hacerse una idea rápida de los motivos y elementos principales de la música que se escuchen “Resident Evil Suite”, una buena recopilación de dichos momentos.
Dentro de la película es una base interesante y una buena muestra de lo que la música electrónica, en cuanto a variedad y efectismo puede conseguir. Y la verdad es que el disco funciona en su escucha continuada y no se hace pesado. Otra cosa es que, individualmente, nos guste o nos interese. Eso ya es algo personal de cada uno. Pero desde luego se puede apreciar el trabajo y las intenciones que tomandandy han aportado a la banda sonora. Un universo auditivo totalmente diferente a lo que hasta ahora habíamos escuchado en la saga, incluso dando de lado a los propios videojuegos. Ofreciendo algo absolutamente original. Ahora sólo queda esperar los próximos episodios de la misma (que vendrán…)
Lo mejor: El tema “AxeMan”, para los que disfruten de la acción electrónica y la experimentación. O “Flying” para los que se sientan más cómodos en el sonido electrónico más convencional.
Lo peor: Lo difícil que se hace escuchar la banda sonora independientemente de las imágenes. Incluso los aficionados a la música máquina e industrial no lo tienen fácil en ningún momento
El momento: el contar con un resumen rápido y de poco más de cuatro minutos de todo lo que existe en la banda sonora en esa “Resident Evil Suite” que sirve de base a los créditos finales de la película. Lo suficiente para hacernos una idea de lo que vamos a encontrarnos.
Fernando Fernández
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