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The Rocketeer

The Rocketeer


Título en español : Rocketeer
Compositor : Horner, James
Año : 1991
Distribuidora : Hollywood Records
Duración : 57:13

Bueno
Tracklist:
  1. Main Title / Take Off (4:30)
  2. The Flying Circus (6:30)
  3. Jenny (5:10)
  4. Begin the Beguine (3:36)
  5. Neville Sinclair's House (7:20)
  6. Jenny's Rescue (3:20)
  7. Rendevous at Griffith Park Observatory (8:10)
  8. When Your Lover has Gone (3:25)
  9. The Zeppelin (8:00)
  10. Rocketeer to the Rescue / End Title (6:30)

El Cómic

Dave Stevens "Rocketeer" surgió a principios de los 80 de la mente de Dave Stevens. Nacido en California en 1955, este autodidacta dibujante conseguiría su primer trabajo como entintador del mítico Russ Manning en las páginas de las tiras de "Tarzán".

Corría el año 1975. Tras unos años dedicados a la animación y al cine (participando en la elaboración de los "storyboards" de "En Busca del Arca Perdida"), Stevens se centró en la que sería al tiempo su mejor obra y la única aparecida hasta la fecha; nos referimos, como no, a "Rocketeer". Con fecha de salida en 1981, la primera historia de "Rocketeer" fue publicada como un "fill-in" de otra historia ("Fill-in": Término inglés que alude a las historia cortas que se solían usar como relleno durante los años 80 y 90 en los cómics y en las que artistas desconocidos -o no tanto- daban a conocer su trabajo mediante historias propias o bajo guiones de la compañía). La cuestión es que Stevens se tomó muy en serio su trabajo para aquella historia que el mismo había argumentado inspirándose según palabras propias en tres motivos principales: Por un lado en los recuerdos de su niñez de cohetes y acciones heroicas, por otro una fascinación sin igual por el bello sexo, todo ello aderezado por una pasión desmedida por todo aquello que rodeaba a la Norteamérica de pre-guerra.

Y así fue como nació Rocketeer, un héroe sin ganas de serlo encarnado por Cliff Seccord, un piloto de avionetas de exhibición en cuyas manos caerá un artefacto más que sorprendente. La historia de por sí tampoco es muy original, pero el talento de Stevens con los lápices no tiene igual.

Comic book Es fácil adivinar mirando las bellísimas páginas de "Rocketeer" y las miles de ilustraciones que el californiano ha hecho a lo largo de los años, cuáles son sus mayores influencias: desde Norman Rockwell a N.C.Wyeth o Alberto Vargas (dioses de la ilustración americana y el pin-up en el siglo XX) hasta una larga lista de los más influyentes autores de "comic-books" de la pasada centuria: Will Eisner, Jim Steranko, Joe Kubert… pero sobre todo los míticos Hal Foster (el maravilloso dibujante y creador del Príncipe Valiente) y Frank Frazetta (figura clave de la iconografía norteamericana en cuanto a ilustración de fantasía heroica se refiere, y que los más viejos del lugar recordarán por sus diseños para la versión animada de El Señor de los Anillos y Tygra: Hielo y Fuego).

Todas estas influencias se mezclan en el crisol que es la mano de Stevens para dar lugar a unos dibujos que en muchos momentos Our Heroparecen cobrar vida propia ante nuestros ojos. Gran parte de ello se debe a la insultante facilidad con que Stevens dibuja a la figura femenina y en concreto a la protagonista de la historia que traerá de cabeza a nuestro héroe: Betty. Inspirada directamente en la reina de los pin-ups por excelencia de los años cincuenta, Bettie Page, la curvilínea protagonista del cómic, es un regalo para la vista en todas y cada una de sus apariciones.

Tras una excelente acogida después de esa breve primera aparición, Stevens dibuja una primera miniserie de 5 números que aparecerá entre los años 81 y 85 en una línea argumental que se convertirá en el sustrato de lo que será el futuro guión de la adaptación cinematográfica.

Stevens, que nunca se ha caracterizado por su puntualidad en las fechas de entrega, se hace rogar tras la aparición del número 5 de la primera miniserie, apareciendo el primer número de "The Rocketeer Magazine" tres años después de aquél bajo el sello "Comico". La proverbial lentitud de Stevens en el tablero hace posible únicamente la edición de dos números del Magazine que pasa a ser editado por Dark-Horse. Será bajo esta editorial cuando 6 años después de la fecha de salida del número dos del Magazine cuando sus muchos admiradores vean colmados sus deseos con la tercera y última entrega del mismo, ayudado a los lápices por Michael Kaluta. Será la última vez hasta la fecha que Rocketeer vea la luz en el formato del cómic.

La Película

La actual fiebre de películas sobre superhéroes es producto del éxito rotundo en taquilla del "Spiderman" de Sam Raimi. Pues bien, producir una cinta de este mismo género a principios de los 90 no tenía la misma garantía de éxito, aun cuando la versión sobre Batman de ese otro visionario que es Tim Burton también había sido un éxito reciente por aquel entonces, pero de ninguna manera había generado una moda como la que actualmente invade las carteleras del mundo occidental.

Por aquel entonces los largometrajes animados de Disney empezaban a levantar cabeza, con lo cual podía reinvertir parte de esos beneficios en importantes producciones de imagen real a través de su filial Touchstone. La apuesta para el verano de 1991 fue "Rocketeer", adaptación cinematográfica del mencionado cómic.

Newspaper

Para esta superproducción (pese a que los casi 50 millones de dólares de presupuesto no impresionarían a nadie en la actualidad) se contó con la dirección de Joe Johnston, nombre asociado a productos de entretenimiento como "Jumanji" o "Hidalgo" y cuya apuesta previa por parte de la compañía -"Cariño, he Encogido a los Niños"- se había saldado con un éxito de taquilla. Johnston, formado a su vez en la cantera de la productora de efectos especiales "Industrial Light & Magic", contó con un amplio equipo de esta última para hacer creíble la imaginería del original impreso. Con este equipo de técnicos expertos en fx y reutilizando bastantes de las técnicas empleadas en la tercera parte de Indiana Jones, se dio verosimilitud a los vuelos y piruetas de Rocketeer. Por desgracia el tiempo no pasa en balde para esta película, pues desde entonces las técnicas infográficas han barrido del mapa a los efectos ópticos, por su mayor calidad y precisión.

Aparte de los efectos visuales y pirotécnicos, la ambientación en el periodo de entreguerras también supuso una planificación en el aspecto artístico. A la vista del resultado, algunos apartados se resolvieron de forma brillante, como es el caso del diseño de vestuario que recrea con verosimilitud los trajes de etiqueta de los gangsters y los diseños inocentes y casi colegiales de las féminas que desfilan en pantalla. Mientras, otros, como el diseño artístico de los decorados, muestran de forma demasiado evidente su carácter artificial y choca en cierta medida con las escenas rodadas en exteriores, bastante neutras y atemporales.

Cliff Secord En el apartado de intérpretes, se apostó por una mezcla de veteranos curtidos en mil batallas para el reparto -Paul Sorvino, Alan Arkin, Timothy Dalton- y jóvenes valores para los protagonistas -Bill Campbell, Jennifer Conelly-, pero en todos casos caras poco conocidas para el público en general, lo que no deja de ser una buena forma de ahorrar presupuesto de cara al apartado técnico. De todo el reparto destaca una jovencísima y radiante Jennifer Conelly en el papel de Jenny, un trabajo que no le daría ni de lejos la fama que se ha labrado posteriormente, pero que le proporcionó la oportunidad irrecusable de pasear palmito por una producción de altos vuelos, a la espera de tiempos mejores en los que demostrar sus cualidades interpretativas.

En la otra cara de la moneda encontramos a Timothy Dalton, en el papel de Neville Sinclair, un villano con maneras de galán; su interpretación bien parece una versión bastarda de su extinto papel como James Bond, aunque sale airoso por cuanto su antítesis en la película, Cliff Secord, queda bastante difuminado por la apática recreación por parte de Bill Campbell, quien desde luego sí que no aprovechó la oportunidad de este papel principal.

La película estaba proyectada como una franquicia que pudiera dar lugar a secuelas y a un amplio abanico de productos relacionados con ella. El desenlace no fue el esperado; tal vez la historia se centraba demasiado en el trío amoroso entre los tres protagonistas, dejando las escenas de acción para momentos puntuales; o quizás no se consiguió el equilibrio entre la carga cómica y dramática. Por la razón que fuese, la recaudación apenas alcanzó para recuperar la inversión inicial; era evidente que la franquicia no era rentable, así que se abandonó cualquier otro proyecto relacionado con la misma, quedando para el recuerdo una película simpática, agradable, pero poco más. Al menos Rocketeer alcanzó en su vuelo la gran pantalla; otros muchos superhéroes esperan su oportunidad mientras cumplen con su deber de salvaguardar al mundo entero.


La Banda Sonora

Este disco se puede considerar, junto a "Fievel va al Oeste" un oasis de inventiva en el desierto creativo por el que Horner atravesó desde finales de los 80 hasta casi mediados de la siguiente década. Pocos títulos destacables -"Glory", "Sneakers"- y algunos de los peores truños que el músico californiano haya pergeñado -"Acción Judicial", "Falsa Seducción"- pueblan ese periodo de tiempo. Además, esta banda sonora marca el comienzo de una interesante colaboración entre James Horner y el director Joe Johnston, que continuaría en "El Guardián de las Palabras" y "Jumanji".

La música de "Rocketeer" puede presumir de cumplir con varias directrices fundamentales en este tipo de películas, que mezclan acción y fantasía: Posee un tema central poderoso y diáfano, de estructura cristalina, fácil manipulación y rápida retentiva; a ello sumemos un igualmente sencillo y eficiente tema de amor para la pareja protagonista, el innato sentido horneriano para solapar música e imagen y unos orquestadores novatos pero de prometedor futuro -John Neufeld y Conrad Pope entre ellos- que dominen los recursos dramáticos de la orquesta sinfónica (y de paso llenen el vacío del habitual Greig McRitchie), y obtenemos una banda sonora que puede figurar sin asomo de duda entre las mejores de este compositor.

Cliff & Jenny

La película arranca al más puro estilo Horner, con el mencionado tema principal -Main Title, Take-Off-, reducido a piano, para ser expuesto sucesivamente por las cuerdas y, más adelante, por la orquesta en pleno, mientras se van mostrando los títulos de crédito principal. El primer vuelo del protagonista, aun en su biplano, aprovecha variaciones y ampliaciones de la misma melodía para rematar ésta en una última exposición triunfal. En 5 minutos de película, Horner nos ha expuesto la melodía central en diferentes combinaciones hasta conformar una tarjeta de presentación intachable.

Este mismo "leit-motiv" seguirá siendo utilizado con asiduidad, a veces fragmentado, en las sucesivas intervenciones del protagonista, ya como el héroe Rocketeer, de lo cual tenemos ejemplo en algunas de las selecciones del disco -The Flying Circus, Jenny's Rescue-.

Previamente ha salido a colación el otro tema con identidad propia de la presente banda sonora, -Jenny's theme-; de cariz contrapuesto al tema principal, es una melodía encantadora, de carácter evocador, meláncolico e incluso un tanto trágico. Al igual que en el tema principal, Horner también se explaya en un desarrollo formal completo hasta alcanzar una intensidad dramática a la que pocas veces se puede llegar en una banda sonora; de hecho, el arreglo inserto en el disco no existe como tal en la película. Tanto la estructura como el carácter de este "love theme" son deudores de otros homólogos, caso de los de "Krull" o "Proyecto Brainstorm".

Puede localizarse un tercer tema, el del villano Neville Sinclair y sus secuaces, al que me resisto a calificar como tal, pues no es más que una sucesión de agoreros arpegios que hacen aparición en momentos puntuales como antagonismo al tema de Rocketeer.

Night shot Otra de las señas de identidad en las bandas sonoras de Horner son las secuencias musicales, algo a lo que esta película no es extraño. Especialmente destacables en este sentido son dos momentos que, por fortuna, están presentes en la edición discográfica: Neville Sinclair's House y Rendevouz at Griffith Observatory Park.

En la primera secuencia, Jenny descubre la verdadera identidad de su admirado primer actor, Neville Sinclair, y de la razón de que este la corteje. La música es un modelo de economía de medios; notas sostenidas en registro grave sobre un fondo armónico en pausada progresión. La audición en sí puede llevar al tedio; con las imágenes es otra historia, siendo el puntal sobre el que se mantiene la tensión de la escena.

No ocurre igual con el segundo ejemplo, cuya música se disfruta dentro y fuera de la película. Desde que Cliff se escabuye para entregar el prototipo que le permite volar en rescate por su chica, su posterior negociación con el villano y sus secuaces, los sucesivos golpes de efecto en el relato, hasta el despegue de él mismo entre el fuego cruzado de los agentes federales, hampones y nazis; toda la secuencia se mantiene con otro de esos crescendos musicales típicos de Horner. Lo que comenzó como una escena de diálogo y tensión se convierte en una de acción con la complicidad de una bien planificada secuencia musical.

Existen algunos fragmentos musicales (valga como ejemplo la música "alla Korngold" con que acompaña el rodaje de una escena al estilo Errol Flynn) que bien podían haber engordado la edición en disco; puede que no estén todos los que son, pero es casi irrefutable que son todos los que están. Incluso las dos canciones que interpreta la Big Band -Begin the Beguine y When Your Lover has Gone- encajan con la ambientación temporal de la historia, además de permitirnos el deleite de escuchar la templada y cautivadora voz de su intérprete, la igualmente cautivadora y bellísima Melora Hardin.

Eso sí, hay que reconocerle una falla a este disco: La ordenación de los temas. No están todos en orden cronológico en la película (aun cuando algunos como el de Jenny no tengan situación definida en la trama) y las canciones podían haberse repartido de otro modo, especialmente en el caso de "When Your Lover has Gone" que interrumpe la continuidad de la secuencia final de la película, repartida musicalmente entre los temas 7 y 9 del disco.

El balance final de este disco es netamente positivo. Desde el estreno de la película, su banda sonora llamó la atención de los aficionados, demostrando que el bache creativo por el que pasaba en aquel momento su autor tenía remedio, y el tiempo ha demostrado que "Rocketeer" es una de las obras más redondas y recordadas de Horner. Esperemos encontrarnos con otro "Rocketeer" pronto, para mantener la esperanza de que la actual carencia de ideas en su carrera también tiene solución.

Lo Mejor: El tema de Jenny, una demostración de creatividad melódica y mesura dramática.

Lo Peor: La inserción de las dos canciones en el disco, no por sí mismas (son estupendas) sino porque rompen el ritmo narrativo de la música de Horner.

El Momento: El despegue de Rocketeer al rescate final después de un crescendo musical y emocional de ocho minutos en "Rendevous at Griffith Observatory Park".

Sergio Benítez & Ignacio Pérez

 
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