Tracklist:
- Ironclad (03:55) *
- Beach Attack! (01:22)
- Here We Go! (02:22) *
- Calliope At Night (01:17) *
- Mosque (02:43) *
- Into The Unknown (02:05)
- Kazim’S Theme (02:31)
- Hold Tight! (03:18) *
- Hold Tighter! (02:56) *
- Discovery At Asselar (01:57) *
- Eva Investigates (01:15)
- Kazim Arrives (04:25)
- Fight In Asselar (02:06) *
- Death In The Desert (02:55)
- Ambush (03:05)
- Bonding (02:19)
- A Clue (02:22)
- Desert Trek (02:40)
- All Aboard! (02:38) *
- Solar Plant (03:07)
- Truck Escape (01:18) *
- Desert Heat (02:02)
- Land Yacht (01:15) *
- Dirk’s Got A Plan (01:16)
- Burn Tower (06:25)
- Bomb Alley/Ironclad Revealed/Victory (09:48) *
- Celebration (01:29) *
- Rock On! (Ironclad Remix) (03:52)
* Mejores temas
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Un nuevo héroe para el cine, Dirk Pitt
La fama de las novelas de Clive Cussler, con el personaje del cazador de tesoros Dirk Pitt como protagonista, no es una moda precisamente actual, aunque la producción de la película Sahara las haya traído a primer término. Estas obras existen desde hace más de dos décadas, pero la industria del cine nunca había tomado la firme decisión de transformarlas en celuloide, hasta ahora.
A ello ha contribuido, en gran medida, la resistencia del escritor a la hora de vender los derechos de adaptación hasta estar seguro de que los productores estuvieran en total sintonía con él. Vistos los frutos, tampoco esta vez, a pesar de todas las atendidas objeciones y vetos del escritor, la experiencia ha resultado del todo redonda.
Y reitero, esta vez, porque ya a finales de la década de los setenta Jerry Jameson dirigió un film basado en las novelas de Cussler, en las que su protagonista Dirk Pitt ya aparecía, en este caso encarnado por Richard Jordan. Se trataba de Rescaten el Titanic, con una excelente partitura de John Barry, pero un, demos la razón al escritor, confuso guión y nulo desarrollo de personajes.
Libro y película, ¿diferencias irreconciliables?
Esta visto que el cine aun está lejos de hacerle justicia a Dirk Pitt, pues en el caso que nos ocupa, Sahara, donde lo encarna un correcto Matthew McConaughey, se pueden encontrar los mismos fallos que el escritor señalaba acerca de la anterior adaptación fílmica de sus novelas. La producción toma el camino del humor y las bromas en lugar de una adaptación totalmente seria y consciente de la dureza de algunos temas tratados, como es la total explotación indiscriminada de los recursos de África por parte de Occidente, sin garantizar el bienestar de los verdaderos habitantes del continente africano.
El guión olvida seguir la estructura, así como la espesa y complicada tela de araña de relaciones entre personajes y gobiernos, a favor de una simplificación bastante infantil, con un supervillano (el francés Lambert Wilson) a quien hay que vencer para evitar que haga sus maldades. Todo ello recurriendo a una combinación de elementos de otras sagas cinematográficas para dar empaque a esta (las aventuras de Indiana Jones, con las persecuciones en lancha en el lago, o la planificación de la pelea en el helipuerto con el rotor del helicóptero girando mientras los personajes luchan, recuerda a una similar en En busca del Arca Pérdida; la presentación de la guarida del villano, en este caso la Central Solar, y el monólogo detallando sus planes de dominación al héroe, son más propios de un film de James Bond, y en absoluto se encuentran en el libro).
Podemos resumir que, a pesar de no ser realistas, las novelas de Clive Cussler sí consiguen un tono de apariencia de realidad y plausibilidad dentro de la aventura que provocan que se siga con interés su desarrollo. Esto, en cambio, en el film Sahara, al centrarse en muchas ocasiones en un tratamiento de comedia fácil y redundante (a quien se le ocurriría estar conversando por radio con el jefe que paga la expedición, como si tal cosa, y haciendo bromas -"Vamos a hacer un Panamá"- mientras están siendo ametrallados por unos militares de otro país, durante la persecución de las lanchas). Si lo que el escritor pretendía esta vez con la concesión de los derechos era un tono de seriedad y realidad en los caracteres y acciones de sus protagonistas, llegó Hollywood, pagó unos cuantos dólares, y luego manipuló a su antojo una historia de tal manera que del original apenas quedan los nombres de algunos personajes, no todos, el continente en que transcurre la historia y el título (hasta la forma de encontrar finalmente el motivante de la trama, el barco de transporte de la guerra de secesión, es totalmente increíble).
Sin embargo, dentro de una película, que puede ser considerada fallida, correcta sin más o francamente decepcionante, dependiendo del grado de entretenimiento que nos haya proporcionado, y el nivel de tolerancia que mostremos con los abundantes agujeros de su guión, sí debemos reseñar el magnífico score de un compositor que hasta ahora no había tenido la ocasión de penetrar en el mercado de superproducciones de Hollywood, moviéndose cómodamente en el cine independiente con filmes como Pi o Réquiem por un sueño, y no precisamente con partituras plenas de sinfonismo. Toda una agradable sorpresa, Clint Mansell.
Un nuevo compositor para la épica y la aventura
El autor asume la composición de esta partitura con la firme intención de crear una obra de referencia en su carrera. Esto es una declaración de intenciones, pero en el caso que nos ocupa podemos decir sin tapujos que Clint Mansell lo ha logrado con creces, creando una de las mejores bandas sonoras del año y sabiéndose rodear de un gran equipo para conseguir el empaque único que encontramos en Sahara. Excelentes ejemplos de ello son la espléndida voz de Natacha Atlas (el lírico "Death in the Desert" le debe todas sus bondades) en los solos de cariz arábigo; la no menos brillante Prudence Manpé en los solos de raíz africana; el excelente equipo de percusión étnica, con Paul Clarvis a la cabeza; pero por encima de todo, la realmente arrolladora labor de orquestación y dirección de Nicholas Dodd, colaborador habitual de David Arnold y Mychael Danna, que proporciona una espectacularidad clásica y totalmente orquestal, muy Bondiana, a la partitura.
La presentación del tema principal a modo de obertura con "Ironclad" ya sienta las bases de la epicidad y sentido de la aventura que caracterizará la obra. Podemos encontrar la primera representación del leitmotiv de Dirk Pitt, con un perfecto acompañamiento coral, a partir de los 0:58 segundos y hasta el minuto 3:07 de este tema. Pero será dentro de los temas de acción desbordante donde alcanzará su desarrollo más completo. La suite que recrea musicalmente la persecución de las lanchas, "Hold Tigh!" y "Hold Tigher!", es buen ejemplo de ello, especialmente en los segundos finales de ambos temas dónde el ritmo se torna extenuante y verdaderamente trepidante. Sin embargo, es en"All Aboard" (que nadie deje de escucharlo si no quiere perderse uno de los grandes tracks del año) y "Land Yacht" donde podemos encontrar la versión más exhilarante del mismo. Una preciosa flauta étnica da paso a la más épica acción y a unos resolutivos coros, para concluir con un homenaje heroico al desierto que da nombre al film, en el primero, mientras que la sección de cuerdas, especialmente los violines, dan lo mejor de sí, siendo seguidos por una entregada a la causa sección de viento (especialmente esa trompeta a la Bond), en el segundo.
Clint Mansell recrea con gran sinfonismo cada uno de los parajes que recorre la atropellada acción del film, dando consistencia dramática a los mismos a través de la música. El inicio del viaje, con la voz de Joe Legwabe en primer término ("Here We Go!"), proporciona un cariz despreocupado al comienzo
del mismo para los protagonistas; la belleza de las localizaciones en "Calliope at Night" (con una hermosísima interpretación étnica al tema de Dirk Pitt, con guitarra y flauta); la aridez de la tierra perfectamente representada a través del violín étnico, interpretado por Abdelkader Harir, y unas voces como de plañideras en segundo término ("Mosque", es curioso como sin parecerse en nada, recuerda a las partituras de Peter Gabriel y John Debney para los filmes sobre Cristo, al igual que sucede en "Discovery at Asselar"); los peligros del desierto con el atonal "Into The Unknown"; o el uso del duduk en "Kazim´s Theme"(donde una percusión suave a los timbales nos va hipnotizando poco a poco).
No obstante, es en el virtuosismo desplegado por el compositor para los temas trepidantes, desconocido en él hasta ahora para el que esto suscribe, donde esta partitura adquiere sus puntuaciones más altas.
Unos suaves estallidos de shakuhachi (no, James Horner no tiene la exclusiva de este instrumento) preceden la creación de tensión y el despliegue orquestal de "Fight at Asselar" con unas muy interesantes combinaciones entre las secciones de cuerda y viento de la orquesta. Pero la pièce de resistence final de la obra no nos la ofrece el compositor hasta el último acto con una suite final en los temas "Dirk´s Got a Plan", "Burn Tower" y "Bomb Alley/Ironclad Revealed/Victory" plena de lirismo y emoción en el primero, y tensión, aventura y espectacularidad en los dos siguientes. Durante 17 minutos, a través de intensas variaciones de todos los temas expuestos hasta ahora y en una creación que aúna percusión sin descanso y una excelente interpretación por parte de la orquesta (que a pesar de la ingente cantidad de instrumentos empleada nunca se solapan o estorban), orquestador y compositor son uno a la hora de representar melódicamente todas y cada una de las acciones en pantalla de una forma, como hace tiempo el que esto suscribe no disfrutaba tanto.
A modo conclusivo y recopilatorio, Mansell nos presenta un coda final de gran belleza con el tema "Celebration", aunque no puede evitarnos, ¿quizá razones comerciales entraron en juego?, el transformar el tema "Ironclad" en una canción puro rock duro, que no pega ni con cola con todo lo anterior. ¡Qué le vamos a hacer!
Un nuevo objetivo al que seguir la pista
Clint Mansell se erige por méritos propios como la sorpresa mayúscula y más inesperada, en un año en el que de momento los proyectos que más prometían a priori no nos están convenciendo tanto como todos desearíamos. En lo que respecta a este compositor, bienvenida sea su aparición en el cine de gran presupuesto. Cómo diría Albus Dumbledore o el Canciller Palpatine, seguiremos sus progresos con gran interés.
Lo mejor: La poderosa y coral obertura que nos ofrece el tema "Ironclad", la acción incesante de "Fight at Asselar" y las impresionantes interpretaciones del tema principal dedicado al personaje de Dirk Pitt en "Hold Tigh!", "Hold Tigher!", y los apabullantes "All Aboard" y "Land Yacht". Las concesiones a la música étnica, plenamente justificadas por el escenario en que transcurre la trama, "Here We Go!" y "Celebration", y el fin de fiesta final con esos 17 minutos de fuerza orquestal y brillantes percusiones y ritmos "Burn Tower" y "Bomb Alley/ Ironclad Revealed/ Victory".
Asimismo, no podía por menos que volver a ensalzar las excelentes orquestaciones y dirección de Nicholas Dodd, algo que no se suele señalar, pero que en este caso es parte trascendental en el look espectacular y bondiano de la partitura (como ya indicábamos colaborador habitual de David Arnold, especialmente en las últimas aventuras del agente 007).
Lo peor: Puede no ser un defecto, pero la creatividad desplegada a lo largo de toda la partitura llega a apabullar, y la variedad de temas y motivos, reflejando localizaciones, acciones y personajes, puede cansar, tal es la tremenda dedicación al más mínimo detalle por parte del compositor. Obviando esto, apenas nada.
El momento: Sin lugar a dudas, el poder, la energía , la sugestión y la fuerza, del desde ya, en mi humilde opinión, mejor tema de acción de este año, "All Aboard", que tras ofrecernos la versión más impresionante del tema de Dirk Pitt de toda la partitura, añade unos extasiantes coros a lo largo de su desarrollo, culminando en un sinfónico tributo orquestal al peligroso a la par que hermoso lugar en que la trama se desarrolla, dando título al film.
Asier G. Senarriaga
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