NOTA IMPORTANTE : Este artículo contiene numerosos SPOILERS, completamente necesarios para comentar la música del juego, que sin duda está necesariamente ligada a la trama de tan magna historia.
Vendrá de una lejana tierra de Oriente, allende el mar.
No conoce la fuerza que se oculta en su interior.
Una fuerza que puede destruirle.
Una fuerza que puede cumplir sus deseos.
Cuando esté listo, me buscará
y recorreremos juntos el abrupto sendero.
Esperaré...
Este encuentro ha sido mi destino desde antaño.
Un dragón surgirá de la tierra
y oscuras nubes cubrirán los cielos.
Un Fénix descenderá desde lo alto;
sus alas crearán un viento purpúreo en mitad de una noche negra
y una única estrella brillará, en soledad...
Poema que narra Shenhua en el prólogo de "Shenmue II"
Traducción extraída de las instrucciones del videojuego. |
No es tarea fácil embarcarse en la descripción de la esplendidez musical de "Shenmue II". Al no existir ediciones oficiales de la banda sonora, el aficionado a esta apasionante saga de Yu Suzuki sólo puede recurrir a los temas que otros entusiastas de la obra han desperdigado por Internet. Al respecto, recomiendo con fervor que el lector visite http://planetxbox.com/shenmuedojo/music.html, pues allí hallará un buen número de las piezas analizadas. Otras, sin embargo, sólo se escuchan en los vídeos que se suceden a lo largo de la historia, por lo que, al solaparse con los diálogos, no se ha podido separar su banda sonora musical. Por cierto, sus autores son los mismos que participaron en "Shenmue", aunque ahora se añaden otros de los que, desgraciadamente, no pude coger su nombre mientras los créditos finales se sucedían en la pantalla.
"Shenmue II" comienza justo donde terminó la obra original. Ryo Hazuki abandona Yokosuka y parte hacia Hong Kong en busca del asesino de su padre. En medio, múltiples interrogantes no resueltas se agolpan en su mente: ¿qué son los espejos que con tanto afán buscaba Lan Di? ¿Quién era el hombre que Lan Di decía que había asesinado su padre? A través de una poderosa secuencia de introducción, la música se desarrolla de forma épica mientras vemos el barco en el que viaja Ryo introducirse en el puerto de Hong Kong. Luego, diversos pasajes de la vida cotidiana de la ciudad se suceden al tiempo que las tonalidades orientales se adueñan de la partitura. Cuando el protagonista desciende de la escalinata, la melodía se disipa con suavidad; Ryo se enfrenta ya a su destino.
A partir de ese momento, la grandiosidad de "Shenmue II" se abre ante nuestros ojos y oídos. En la primera parte de la saga, Ryo Hazuki sólo caminaba por su barrio y por los muelles de Yokosuka. Ahora todo es distinto: Ryo tendrá que adentrarse por múltiples barrios y calles de Hong Kong, y cada uno de ellos tiene una música diferente, tanto de día como de noche. Por si fuera poco, nuestro protagonista puede introducirse en múltiples establecimientos (tiendas, restaurantes, hostales...) que también tienen su propia personalidad musical. Incluso instantes tan poco trascendentes, como los pulsos que tanto abundan por las calles de la ciudad, se ven acompañados por un contundente tema que, debido a su calidad, se usó insistentemente en uno de los trailers más largos que Sega nos dejó ver antes del lanzamiento del juego.
Por supuesto, también en los pequeños detalles "Shenmue II" marca diferencias con otros videojuegos. Así, cuando el hijo de Iwao Hazuki trabaja en los muelles, aparece una divertida pieza («Cargo Handling») que resume el peculiar genio de los compañeros de faena del protagonista. El resto de temas secundarios poseen un acusado carácter oriental («Chawan», «Green Marquet Qr»), o bien su desarrollo se adapta perfectamente a los oscuros ambientes que visitamos (como sucede en «Come Over Guest House», un antro en el que dormimos durante bastantes días y cuyo dueño no es, precisamente, muy atento con sus clientes). Sin embargo, causa sorpresa la pausada melodía que se escucha en los apartamentos Duyuan, edificio en el que vive Xiuying, de la que luego hablaré. Y ya, finalmente, no puedo dejar de mencionar los preciosos arreglos que se dispersan en los numerosos establecimientos que podemos visitar en esta magna obra: «Flower Girl Arranged» (adaptación del tema dedicado a Shenhua), «Girl in the Wind» y «Theme» (un especial arreglo del fabuloso tema central de la saga). Siento especial debilidad por «Aberdeen», que utiliza un pegadizo ritmo mientras Ryo camina por una calle de palpable estilo inglés (hay que recordar, por cierto, que la acción se desarrolla en 1987; por tanto, Hong Kong aún era una colonia británica). Es una delicia pasear con el personaje durante el atardecer mientras de fondo suena esta atractiva música.
Si el lector ha podido llegar hasta aquí, seguramente estará completamente abrumado al conocer de golpe el contenido musical de "Shenmue II". Y, sin embargo, todo lo que acabo de describir tan sólo es una mínima parte de lo que en realidad se puede escuchar en el juego. Hay que recordar que, primero, estoy hablando únicamente de las vivencias de Ryo en una parte de Hong Kong, y, segundo, no he mencionado aún los acontecimientos que el protagonista tendrá que vivir durante sus viajes por toda la ciudad. Vayamos, pues, por partes.
Durante la estancia de Ryo en Aberdeen y Wan Chai, se suceden un buen cúmulo de acontecimientos; además, aparecen numerosos personajes que son clave para el desarrollo de la aventura. Precisamente por eso, los creadores de "Shenmue II" han optado por dotarles de una singularidad musical. Así sucede, por ejemplo, con Joy, una aguerrida muchacha que no se separa de su moto y que, para nuestra desgracia, siempre viene acompañada de canciones que jamás se escucharían en un convento. Posteriormente, Ryo se encuentra con Wong, un muchacho que le pide ayuda, pues unos matones quieren darle un escarmiento. Lo que no sabe nuestro protagonista es que las calles de Hong Kong no son precisamente muy seguras, así que el chaval, y ante la cara de estupefacción de Ryo, le roba la mochila mientras huye con los que se supone le iban a dar una buena tunda. Suenan aquí, pues, los primeros acordes de acción de la secuela, con suaves tintineos que demuestran, finalmente, el desconcierto de Ryo al no poder atrapar a los ladronzuelos.
Avanzada ya la trama, Ryo consigue recuperar sus pertenencias, obteniendo al fin la información que le permitirá llegar hasta Lishao Tao, un experto en artes marciales que el maestro Chen le dijo que visitara cuando llegara a Hong Kong. Por fin, consigue averiguar que dicha persona se halla en el templo Man Mo, por lo que nuestro protagonista ha de atravesar un buen número de barrios para llegar hasta allí. Una vez dentro, viene a nuestros recuerdos el maravilloso compacto orquestal de "Shenmue", pues el comienzo del tema tres se deja escuchar aquí, apabullándonos con unos misteriosos coros que describen a la perfección la majestuosidad de un lugar como ése. Ryo encuentra entonces a una hermosa mujer que afirma no conocer a Lishao Tao, y luego, por fin, entabla conversación con un conocido de aquél. Para poder ver al maestro tendrá antes que aprender la filosofía que se encuentra detrás de los cuatro Wude. Una vez hecho esto, descubre con estupor que la misteriosa mujer que se hallaba en el templo es la persona que estaba buscando. Segura, la maestra de artes marciales le pide que le ataque, pero Ryo afirma que no está dispuesto a luchar con una mujer. Ella insiste y le lanza un golpe, por lo que el muchacho no tiene otro remedio que defenderse; sin embargo, sus intentos son inútiles. De fondo, la música adquiere aires misteriosos, describiendo perfectamente una situación en la que se hace vívida la perplejidad por el encuentro con tan peculiar personaje.
Xiuying, pues así desea que se la llame, le dice a Ryo que puede ir a vivir a su apartamento, percatándose de que el joven necesita algún tipo de instrucción si desea vengar la muerte de su padre. Se suceden aquí una serie de músicas que describen muy bien a los personajes que nuestro protagonista está conociendo. Así, una pieza vivaz y pizpireta aparece cada vez que Fagmei, la jovencísima asistenta de Xiuying, despierta a Ryo cada mañana. Presuroso, el muchacho ha de dirigirse a la biblioteca del templo, lugar en el que su nueva maestra le ordena todos los días sacar al patio un montón de libros, que, por supuesto, intentará no dejar caer en el suelo, guardando para ello el equilibro. Cuando Ryo recibe estupefacto estas instrucciones, el inconfundible tema central de "Shenmue" hace acto de presencia a través de un suave y hermoso arreglo. «Airing Books» describe precisamente los esfuerzos de Ryo por mantener el equilibrio mientras va de un lado a otro con los libros a cuestas. Es un tema precioso, melódico y alegre que es todo un ejemplo de cómo se debe de usar un buen sintetizador, con arreglos por todos los lados.
Sin embargo, Xiuying se resiste a decirle a Ryo cómo puede encontrar a la persona que está buscando. "Eres impaciente. Cálmate para encontrar la verdadera naturaleza de las cosas", le dice. Para ello, le insta a realizar otro ejercicio: debe coger una hoja que cae del hermoso árbol que preside el patio, aunque ayudándose únicamente por dos de sus dedos. "Mantén tu mente tan limpia como un espejo pulido. Despeja tu mente como la tranquila superficie del agua. Concentra tu mente en ti mismo, manteniendo la calma". Al compás de una entristecida partitura («Catch Leaves»), Ryo va aprendiendo el significado de las palabras de Xiuying y, de paso, obtiene su premio, pues accede a una información vital que le podría llevar hasta Lan Di, el asesino de su padre.
Mientras Ryo continúa sus pesquisas, se produce uno de los momentos más dramáticos del juego. Al regresar al apartamento de Xiuying, el joven Hazuki observa cómo su maestra llora mientras contempla la foto de unos niños. La música encauza esa tristeza a través de las acertadas y bellísimas notas del piano. Pronto Ryo sabrá, a través de la divertida asistenta de Xiuying, que ésta tiene un hermano llamado Ziming del que hace tiempo que no sabe nada (algo que, por cierto, es de suponer tendrá mucha importancia en "Shenmue III"). En esta ocasión, las palabras de Fangmei no se ven acompañadas por el despreocupado tema que nos introdujo a tan carismático personaje. La música, aunque no muestra aflicción, sí esconde una triste belleza que acompaña muy bien a los sentimientos que se desprenden de las palabras de la muchacha.
Posteriormente, Ryo logra quedar con un hombre en un restaurante, esperando sacar de él alguna información que le pueda llevar hasta Lan Di. El inconfundible tema musical de éste hace acto de presencia en cuanto entra el enigmático personaje por la puerta, inquietándonos con sus poderosas y breves notas. Zhang, pues ése es su nombre, le pregunta si está buscando a Zhu. No tienen tiempo para más, pues unos hombres se introducen en el local y se llevan a Zhang. Ryo los persigue, entrando en escena un nuevo personaje: un afeminado que parece dirigir los movimientos de todos esos alborotadores. Por suerte, nuestro protagonista logra acabar con ellos, no sin la inesperada ayuda de Xiuying.
Ryo escucha entonces de boca de Zhang que Zhu está oculto en algún lugar de los Chiyoumen, los esbirros del maléfico Lan Di. De fondo, una enigmática música nos acompaña mientras conocemos que sólo hay una posibilidad para encontrar a Zhu: ponernos en contacto con el peligroso Ren de los Heavens. Éste es el líder de una banda rival a la que pertenece Dou Niu, un lacayo de Lan Di que anda buscando a Zhu para entregárselo a su amo y ganar favores ante los Chiyoumen.
Ryo parte en busca de Ren de los Heavens, que vive en Aberdeen, por lo que se despide de Xiuying, cuyo tema central se deja escuchar con cierto brío. "Realmente necesito encontrar a Yuanda Zhu. Debo vengar la muerte de mi padre", comenta Ryo mientras aprieta su puño derecho. Ante estas palabras, su maestra se le acerca con rapidez y le recrimina su actitud. «¿Todavía no lo has comprendido? Las artes marciales se usan para proteger la vida de la gente. Si utilizas tus puños para otra cosa, ¡también caminarás por la senda del diablo!». Sin embargo, Ryo no la escucha y parte hacia los muelles, dispuesto a encontrar a Ren y a vengar la muerte de su padre.
Tras no pocas pesquisas, una rítmica e intrigante música nos pone sobre aviso cuando entramos en un almacén donde se reúnen unos macarras que bien pudieran conocer dónde se halla Ren. Ryo se deshace fácilmente de semejantes energúmenos, consiguiendo con ello que le lleven hasta la guarida de los Heavens. Allí, se ve rodeado por decenas y decenas de sus miembros, en lo que parece una burda emboscada. Nada puede hacer contra ellos, por lo que pierde el sentido durante la pelea.
Cuando despierta, Ryo se encuentra en el barco en el que vive Wong, el muchacho que en su día le había robado su mochila. Con preocupación, Wong le dice que descanse y que duerma para recuperarse. La neblina se disipa sobre las aguas de los muelles mientras la cámara se desliza entre los barcos de madera que se apostan en los embarcaderos. A un lado, el faro surge impetuoso sobre las aguas mientras una preciosa música empapa con su tristeza las hermosas imágenes del juego. Se trata del tema cinco del compacto que incluye la versión orquestal de "Shenmue". A través de sus gráciles movimientos orientales, suaves y melódicos, escuchamos el intenso diálogo que se produce entre Wong y Ryo. Éste insiste en que debe encontrar a Ren, por lo que camina con ímpetu hacia la proa de la barcaza mientras contempla el horizonte; es entonces cuando la música alcanza su cénit, deleitándonos con su armonía y apabullándonos con su fuerza.
Ryo logra establecer contacto con Ren, un impetuoso joven que camina de forma chulesta y se viste con ropajes llamativos. Tras varios engaños, llegamos a una secuencia en la que el protagonista ha de perseguir al líder de los Heavens, acompañados ambos por una trepidante música que, desgraciadamente, queda un tanto deslucida por los efectos sonoros. Cuando Ryo da caza a Ren, éste ve el espejo que lleva su perseguidor, creyendo que tal vez haya dinero que ganar en los turbios tejemanejes en los que está envuelto el hijo de Iwao Hazuki. Le dice entonces que partirán hacia Kowloon, pues en dicha ciudad seguramente podrán encontrar a Zhu.
Antes de la partida, Ryo se despide de todas las personas que ha conocido en Hong Kong. Especial atención le dedica a Xiuying. Ésta se encuentra apenada, pues no desea que Ryo termine como su hermano Ziming, que también intentó vengar la muerte de sus padres a manos de los Chiyoumen y, al final, acabó siendo uno de ellos.
Ya en Kowloon, la música, vibrante y poderosa, nos anuncia las nuevas aventuras que nuestro joven protagonista vivirá en tan poco recomendable ciudad. Para aquéllos a los que les interesa, la pieza que escuchamos en ese momento se pudo oír ya en uno de los trailers que en su día se crearon para la primera entrega de esta saga. A bordo de un autobús, Ryo observa las faldas de la colina sobre la que está enclavada Kowloon mientras la partitura alcanza acertados tintes épicos. Posteriormente, una dulce melodía se escucha al tiempo que la cámara cruza el mar y se eleva sobre los más altos edificios de la gran urbe. Por fin, Ryo abre las enormes puertas que permiten el paso a la ciudadela, dando comienzo así la que será la mayor de sus odiseas.
Nuevamente, nos encontramos ante una sucesión de calles que se identifican claramente por poseer una música propia. Por si fuera poco, existen edificios de considerable altura en los que podremos entrar, contando también con su propia ambientación musical. Kowloon es un lugar peculiar; sucio y repleto de casas derruídas, no es una zona muy segura para vivir, pues las mafias lo dominan todo y las peleas callejeras le dan a la ciudad un aspecto de brutalidad. No obstante, en la entrada a la ciudadela encontramos una calle de comerciantes bastante tranquila; la pieza que escuchamos cuando la atravesamos de noche es realmente deliciosa: «Dragon Street Night». Contemplar la luna, las estrellas y el horizonte mientras nos deleitamos con estas notas es realmente relajante. Quizás el único momento de tranquilidad que nos podemos permitir durante esta parte del juego.
Por lo demás, se suceden brillantes momentos de acción, en los que escuchamos una vibrante música cuando nos peleamos con el travestido o adecuadas piezas misteriosas para las caminatas de Ryo dentro de edificios colapsados («Ghost Building»). En medio, nuestro protagonista mantiene conversaciones cruciales con otros personajes, tal y como sucede en el instante en el que habla a Ren de Lan Di, volviéndose la música suave y triste, recordando así el porqué de nuestra aventura.
Por fin, y tras no pocas vicisitudes, Ryo da con Zhu, pero éste es raptado por Dou Niu para presentárselo a Lan Di. Gracias a nuestras investigaciones, averiguamos que se lo han llevado al cuartel del mafioso, un enorme edificio de decenas de plantas que tendremos que escalar una a una, librándonos, por supuesto, de todos los esbirros de este vil lacayo de Lan Di. En el ascenso nos acompañará una estremecedora partitura, siendo especialmente brillante «Yellow Head Building», una pieza compuesta por agobiantes ritmos que derivan en una sorprendente utilización del tema de Chai, uno de los villanos del "Shenmue" original. Al llegar a la azotea, encontramos un espectáculo sobrecogedor que es descrito con magnificencia por la partitura musical. Un helicóptero nos sobrevuela, dispuesto a llevarse a Zhu; de una escalerilla, desafiante, cuelga Lan Di, que nos observa, impasible. Dou Niu, dispuesto a hacer méritos ante el líder de los Chiyoumen, se enfrenta en un crudísimo combate con Ryo Hazuki; de fondo, una espléndida versión de «To the Sea and the Continent Beyond» nos mantiene alertas, dispuestos a frenar cualquier embate del gigantesco luchador. Por suerte, las técnicas que en su día nos enseñó Xiuying nos ayudan a la hora de vencer a Dou Niu, que cae abatido con nuestro golpe final. Lan Di, ante la imposibilidad de llevarse a Zhu, pues sus hombres han caído, no deja siquiera que el helicóptero se pose en lo más alto del edificio. Sin pestañear, el asesino de Iwao Hazuki se aleja en los cielos, ante la impotente mirada de Ryo, que nada puede hacer para vengar la muerte de su padre. El dramatismo de la escena queda recalcado por la música y por la forma en la que Ren intenta consolar la furia del muchacho.
Kownloon significa el final de una etapa en la vida de Ryo. Reunidos en el cuartelucho de Ren, Zhu informa al joven Hazuki de que su padre tal vez pueda ser el asesino del progenitor de Lan Di, que ahora busca con devoción los espejos Phoenix y del Dragón para desatar un poder como nunca se ha visto en la Tierra. Zhu le informa que probablemente Lan Di haya viajado hasta Guilin, una perdida isla de China que posee la piedra con la que se crearon los espejos. Decidido, Ryo se despide de todos y parte hacia ese lugar, no sin que antes escuchemos una triste versión del tema central mientras Joy y Wong contemplan con pena la partida de su amigo. Seguramente sus destinos se crucen en el futuro.
La llegada a Guilin se hace a través de un caudaloso río que cruza las peculiares colinas de aquella zona. Bajo una música de acusados tonos orientales, Ryo desembarca en un sencillo muelle en el que juegan varios niños. Sus vestimentas son escasas, siendo la forma de su pelo realmente llamativa, pues siguen los cánones de las tradiciones chinas. Tras algunas preguntas, Ryo averigua que ha de seguir el camino que sube hacia las colinas para llegar al poblado que busca. Rodeado por el verde fulgor de la pradera, el muchacho camina alrededor del río, cruzándose en su ruta con diversos aldeanos. La música alcanza aquí el verdadero apogeo de su calidad. Hermosa, complaciente, incluso triste, se adecúa a la belleza del paisaje que nos rodea. Nos encontramos ante la parte del juego más calmada, recuperando en parte el espíritu del "Shenmue" original. Atención, por ejemplo, a «Forest» o a «Cave Day After», verdaderos prodigios de la composición.
En nuestro caminar, las nubes comienzan a cubrir los cielos. Una tempestad se desata, provocando la crecida del río. De pronto, observamos estupefactos cómo una muchacha nada entre las aguas, intentando rescatar a una cabrita que se ha caído en ellas. Ryo se lanza sin pensarlo en su rescate, salvándola de perecer ahogada. Sin saberlo, el muchacho ha conocido a Shenhua, uno de los personajes clave de la saga. La joven, de alrededor de dieciséis años, vive en el pueblo que busca Ryo, por lo que se ofrece a acompañarlo durante todo el camino. Son dos días de viaje en el que atravesarán riachuelos, precipicios, cascadas y bosques, y en el que la filosofía de "Shenmue" cobra vital importancia (atención a los diálogos entre los dos). En una de las escenas del juego llegan a una cueva en la que pasarán la noche. Hay aquí un pasaje espectacular y hermoso, pues un águila cruza los cielos al son de una hermosa melodía. Mientras Ryo duerme y Shenhua cuida el fuego, la muchacha canta una balada tradicional de su aldea. «Shenhua Disk 4-2».
Al día siguiente, llegan por fin a la casa de Shenhua, enclavada en un idílico paraje en el que sobresale un gigantesco árbol de impresionante altura. La joven le explica a Ryo que ese árbol se llama Shenmue, y que su nombre proviene precisamente de sus hojas. Allí pasan la noche, encaminándose por la mañana a las cuevas en las que el padre de la muchacha trabaja; él conoce todo lo referente a los espejos. Sin embargo, cuando llegan a las minas, el padre de Shenhua no está; extrañados, descubren un secreto que, sin duda, les marcará de cara a la tercera parte de la saga. Se trata de un final abierto que deja decepcionado al jugador, que desea avanzar más en la trama; la única recompensa llega con los títulos de crédito finales, marcados por los fabulosos arreglos de Yuzo Koshiro. Al finalizar, a la imagen de Ryo, Shenhua y Lan Di se le une la figura de una enigmática mujer. Su nombre es Niao Sun, y su enigma sólo podrá ser descubierto en "Shenmue III". Hasta entonces, tendremos que conformarnos con la inminente versión mejorada que Yu Suzuki está preparando para la X-Box; el sonido digital 5.1 hará que escuchemos la partitura de este fabuloso videojuego como nunca antes lo hayamos hecho.
Nota: Para quien le interese, ha nacido una web en la que sus autores pretenden recopilar toda la música que exista sobre la saga "Shenmue". De la primera entrega de la obra de Yu Suzuki ya han subido todos los temas, pero lo más interesante es que también quieren ofrecer las músicas de "Shenmue II" (aunque, claro, muchas de ellas tienen diálogos al no existir CD alguno que contenga la partitura). Espero que os guste.
http://www.shenmusic.fr.st/
Lo Mejor: Las melodías que encontramos cuando llegamos a Guilin y la descripción musical de los nuevos personajes. Ah, y el tema de los pulsos, realmente soberbio.
Lo Peor: Que tengamos que esperar tanto para escuchar la música de "Shenmue III".
Los Momentos: Señalemos dos; uno, el tema instrumental que suena cuando Ryo se despierta en la barcaza de Wong; dos, la pieza que se oye cuando el pájaro sobrevuela la cascada en Guilin.
Jorofer
http://www.galeon.com/markmancina
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